miércoles, 18 de marzo de 2020

- Quinta Regaleira …… la magia de Sintra (Portugal)

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Segundo de los artículos elaborados durante mi reclusión, internamiento y aislamiento coronavirulesco.

Una sonrisa, una sensación, una mirada, un paisaje………. todos estos elementos puede contener algo de magia, e incluso hacernos sentir percepciones insólitas. Dedicamos tiempo y distancia a buscar esos sitios o esos instantes especiales, aunque no siempre los resultados son los esperados. Pero hay situados y momentos que si colman nuestras aspiraciones hasta convertirlos en exclusivos, esos son los que rellenan la memoria, regresando una y otra vez del pasado recuerdo al presente mental. Varios de ellos hay en mi memoria, algunos ya han pasado por estas páginas, pero ganas tenía desde hace tiempo de traer hasta ellas un emplazamiento especial que desde hace bastante conozco: La Quinta Regaleira, una finca de respiro veraniego en Sintra, población no muy alejada de Lisboa. 

Portugal siempre sorprende, debe ser ese sentimiento al que nuestros vecinos llaman "saudade", no siendo consciente si será el contagio de esa sensación de triste gozo, pero hay algo en su ambiente, en su luz o en las piedras de sus edificios, que me hacen regresar una y otra vez, sobre todo a la sugerente Lisboa. Marinera y fluvial, antigua y moderna, llena de brillos y colores, la capital portuguesa es un dulce regalo que se nos muestra desde sus evocadores miradores. Y si Lisboa es un meloso pastel en medio de este cercano país, Sintra es su guinda, una "piñata" rellena de sorpresas y mensajes. A tan solo 30 km. de la gran urbe lusa, esta población de obligada visita, es una verdadera maravilla que no nos dejará indiferentes a los que la visitamos, siendo una y otra vez las que me acerco hasta ella cada vez que visito la ciudad del "fado" y de Pessoa.  

Declarada Patrimonio de la Humanidad en l995, Sintra es una villa llena de glamurosas quintas y palacios, donde las clases altas de la burguesía y la aristocracia lisboeta de finales del siglo XIX, asentaron sus moradas de descanso y placer estival, erigiendo mansiones llenas de color y fantasía, simulando ser sacadas de cuentos infantiles. 

Debemos dedicar un tiempo a caminar por su pequeño pero encantador casco urbano en medio de una atmosfera de delicada decadencia. Colmado de singulares y excéntricas edificaciones con rincones de insólita belleza y originalidad, es una población de orografía irregular, como corresponde a los caseríos de sierra, de adoquinadas y empinadas cuestas, escalinatas y estrechos pasadizos. Destacan de entre sus edificios: el Palacio Nacional, que ubicado en medio de la urbe sobresale con sus inconfundibles chimeneas cónicas que se divisan desde cualquier lugar, y a las afueras el Palacio de Monserrate, de inspiración árabe pero con símbolos inequívocos de su carácter masónico, con cascadas y lagos entre sus jardines de exótica vegetación. Así como también el Palacio de Seteais hoy convertido en un hotel de cinco estrellas, con unos cuidados e impresionantes jardines. Igualmente el pastiche arquitectónico del Palacio de Pena en la cumbre de la sierra, y a mitad de camino de este último el Castelo dos Mouros: También miradores como el Miradouro da Ferraria, con una panorámica magnifica de la población. 

Sintra parece inspirada en una fábula de hadas, donde las ensoñaciones de sus fortalezas, palacetes y heredades se encuentran diseminados por sus montes. Siendo una población plagada de leyendas, supersticiones y misterios, así como de historias relacionadas con la alquimia y la masonería, condicionantes que han atraído permanentemente hasta este lugar a muchos aficionados al ocultismo y la cábala. 

Un pueblo engullido por el boscaje y frescor de una sierra que no sabe si es continental o marinera, pero sí que sabe desde tiempo inmemorial, su dedicación a los ancestrales "cultos lunares", como lo es también el Cabo da Roca, el verdadero Finis Terrae europeo. Sierra de la que emanan energías telúricas, propiedades que el ser humano ha descubierto desde los tiempos prehistóricos, fascinando a muchos artistas, músicos y escritores: Camoens, Hans Christian Andersen, Richard Strauss o Lord Byron entre otros, pero todos ellos con un elemento común, el de ser masones. 

Pero centrémonos en la finalidad que me han hecho escribir estos párrafos, la Quinta Regaleira, así apodada al ser su contemplación un verdadero "regalo" para la vista. Se encuentra apenas 700 m. del centro de Sintra, recorriendo la carretera que nos llevaría al Palacio de Monserrate y también al Cabo de Roca. Y en las primeras de las veces que pasé por ella, se encontraba cerrada al público y en manos de una empresa de construcción japonesa. Posteriormente fue adquirida por el Ayuntamiento de Sintra, abriéndose al público durante el verano de 1998. 

En 1715 Francisco Alberto Guimarães adquirió la propiedad, iniciando ya entonces la condición esotérica que se culminaría cien años más tarde, dándole fama al lugar por parte de Lord Byron y otros escritores invitados a la finca para realizar ritos masónicos. A finales del siglo XIX es adquirida por Antonio Carvalho Monteiro, brasileño de origen portugués, quien se había generado una gran fortuna en el país carioca gracias a sus negocios con el vino y el café, aunque parece ser que sus pingues beneficios provenían del comercio de esclavos. Es por ello que también se la conoce como do Monteiro dos Milhões (de Monteiro el de los Millones), por el apellido y apodo de su primer propietario. 

Carvalho Monteiro formaba porte de la masonería portuguesa, siendo entusiasta de las ciencias ocultas, el esoterismo y la astrología, queriendo dejar huella de ello en cada rincón de la heredad. Habiendo sido ideada la Quinta Regaleira como un completo templo masónico. 

Carvalho, siguiendo sus creencias y la tradición masónica que caracterizaba a esta quinta, mandó diseñar en ella un lugar mágico lleno de mensajes de carácter esotérico con multitud de enigmas y referencias a textos clásicos. Se sirvió del arquitecto, escenógrafo, pintor y también masón, el italiano Luigi Manini, para que realizara los estudios preliminares de toda la obra, diseñando un lugar de complicidad con la alquimia, los templarios y la masonería. Todos los espacios existentes satisfacen un plan ideado por Carvalho y dirigido por Manini, para ejecutar un recorrido por un microuniverso mágico, donde lo imaginario y lo real se dan la mano mediante un relato esotérico e iniciático, congruente con añejas sociedades secretas a las que el anfitrión pertenecía, algunas de las cuales habían tenido su implantación en la Sintra del Medievo.

Se comenzó a levantar en 1904, sobre un estilo que nos recuerda una mistura entre el gótico, el manuelino, el renacentista y también algo de románico, pero con infinidad de refinados detalles y elementos sobresalientes, que nos dejan entrever caracteres relacionados con los templarios, la masonería, la alquimia y la mitología clásica. La finca contiene gran cantidad de enigmas y misterios, pudiendo sentir durante nuestra visita como nuestro cuerpo se va recargando de una energía especial que hasta se respira en el entorno. Destacan de la Quinta Regaleira sus extravagantes y extraños jardines, llenos de cantarinas fuentes, delicados estanques, laberínticas grutas y pasajes ocultos, así como estatuas inspiradas en los dioses del Olimpo.  

Distintivos como el Sol, la Tierra y la Luna, se hallan repartidos por muchos de los espacios junto a la Cruz de la Orden de Cristo (la cruz templaría). Basta fijarnos en este símbolo decorando el fondo del Pozo Iniciático, así como el suelo de la capilla, para entender que toda la realización de la quinta está relacionada como un formidable templo masónico-templario. 

Habiendo llegado a nuestros días las reseñas de intrigantes historias sobre cultos masónicos y ritos satánicos, transmitidos de generación en generación. También relatos de los tiempos en que el palacio se encontraba cerrado al público, sobre la existencia en las noches de extraños cánticos provenientes de sus jardines,
encendido de focos en los pisos altos del edificio principal o luces a lo largo del bosque. Comentándose también que en ella se realizaban rituales y sacrificios esotéricos, sin diferenciar si satánicos o masónicos. Relatos sin confirmación real, pero que si trasmiten la especial sensación por parte de los lugareños que se respira sobre la Quinta, cargada de misterio y magnetismo. 

Nada más entrar se halla una referencia a la mitología clásica a través de nueve estatuas de dioses greco-romanos, entre otros: Hermes inventor del hermetismo y la alquimia, así como Vulcano inventor de la fragua. Ascendemos por senderos a través de jardines con la intencionalidad de llegar al Pozo Iniciático, dejando atrás la fuente egipcia, con la representación, mediante dos ibis, del dios de lo oculto en la mitología egipcia e inventor de los jeroglíficos "Thot". Descubriendo que todo tiene una iconografía encubierta y nada está puesto al azar. Ocurre con el banco de mármol ricamente decorado, que existe junto a la Gruta del Laberinto, se trata del que lleva el número 515, que corresponde a la edad del Espíritu Santo según aparece en la segunda parte de La Divina Comedia de Dante Alighieri, siendo esta obra del poeta florentino una de las que inspiraron esta construcción. 

También está claro que en la Fuente de la Abundancia, por su simbolismo y representación, se han podido perpetrar ritos esotéricos o incluso satánicos, como algunas informaciones aseveran, ceremonias en las que se pudieran haber incluso realizado algún tipo de sacrificio. 

Y como no, el enigmático Pozo Iniciático, al que tras nueve tramos o niveles se asciende o se desciende, por unas arqueadas escaleras en espiral que parecen conducir al centro de la tierra, trasportándonos hasta lo más profundo del pozo (27 m). Realizando un simbólico descenso al averno, como si rememorásemos los nueve círculos del infierno o el purgatorio de la Divina Comedia de Dante. En el fondo vislumbramos, trazada en el suelo, una húmeda estrella de ocho puntas, que funde en una sola imagen el distintivo heráldico de los Carvalho Monteiro con la cruz templaría. Usado para rituales masónicos de iniciación, su alegoría está relacionada con las ancestrales creencias de que la tierra es el vientre materno de donde procede la vida, como así mismo el lugar donde retornara después de la muerte.  

Uno de los túneles de salida nos llevara hasta el Lago de la Cascada, para desde allí ir a la Torre de Regaleira que representa el eje del mundo, pudiendo disfrutar desde lo más alto de ella de una excelente panorámica de la población de Sintra. 

En el invernadero o estufa, que se ha reformado hace unos años y estaba abandonado cuando fui por allí, Carvalho, aficionado a la botánica, se dedicaba a cultivar además de plantas tropicales y raras, otro tipo de vegetales no exactamente decorativos tales como: estramonio, belladona y otros de tipo sicotrópico, que usaba en sus ritos masónicos. 

La coqueta capilla forma junto al Palacio uno de los elementos más vistosos e interesantes de todo el lugar. Dedicada a la Santísima Trinidad este bello templo de finas líneas, es un elemento más de las señales francmasónicas que nos envuelven durante todo nuestra visita, con una esfera armilar y la comentada con anterioridad Cruz Templaría, en el suelo de la cripta.  

Con formas neogóticas y manuelinas, en tonos grises y elevadas agujas, la Mansión o Palacio, que se encuentra a la derecha de la entrada pero a cierta altura, se nos presenta como la casa de la película "Psicosis" o la de alguna narración de Lovecraft. Quien sabe que secretos guarda entre sus paredes y salones, confeccionados con esmero hacia los esquemas más puros de la concepción masónica, pudiendo encontrar en su interior una magnifica biblioteca y un laboratorio alquímico ubicado en una significativa torre octogonal. Asomarnos a alguno de sus trabajados balcones o ascender a la terraza por su escalera de caracol, nos proporcionará unas vistas del jardín y sus secretos.  

Ya solo resaltar, que este conjunto de edificios es tan representativo para la simbología masónica de Europa, como los billetes de dóllar para los fundadores de los Unidos Estados de América del Norte. Recomendando hacer la visita por la mañana en un día de diario. 

A través página se puede acceder a unas hermosas láminas, que nos darán una imagen más real que estas simples letras: anyformdesignmapas. Y en este enlace podemos conocer al completo la simbología de todos los lugares existentes en Regaleira, su correlación entre ellos, y las claves mágicas que los relacionan con los escritos de los clásicos y dioses mitológicos: https://marcopolito56.wordpress.com/viajes/historia/el-misterio-de-la-quinta-de-la-regaleira/

Para terminar una jornada especial, deberíamos ir a contemplar el atardecer al Cabo da Roca, punto más occidental de la Europa continental, viendo romper las azules aguas contra las ocres rocas de los acantilados.

 

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