lunes, 31 de mayo de 2021

- Dehesas de Plasencia (Montehermoso)

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Nos situamos en el noroeste de Cáceres, al sur de la Sierra de Gata y de Las Hurdes, a apenas media hora (25 km.) de Plasencia y a algo más de la frontera portuguesa pero ya cercana, nos hallamos en la población de Montehermoso. La palabra "monte" es recogida en este caso como "tierra baldía cubierta de vegetación", dando al adjetivo "hermoso" un sentido positivo a dicho boscaje, confirmando el hecho de haber en su territorio extensas dehesas. Siendo a su dehesa "boyal" a la que en gran parte dedicaré estos párrafos, y que situada al oeste del pueblo (junto al camposanto), se extiende sobre unas 1.125 hectáreas profusamente arboladas por cantidad de encinas, alcornoques y en menor medida robles, generando un espacio de un gran valor natural y etnológico, habiendo en ella abundantes muestras de la relación del ser humano con el medio.

Ocupados estos territorios en la antigüedad por los "vetones", y colonizados por los romanos tras su expansión en la "Hispania". Ocupada por los musulmanes durante el siglo VIII, no es hasta el XII, cuando hasta aquí llega la reconquista, que estas tierras son repobladas. 

Tras una primera conquista por parte de Alfonso VI en las postrimerías del siglo XI, frustrada por la entrada de las fuerzas almorávides durante el verano de 1086 que derrotaron al rey leones en la batalla de Sagrajas. Hecho que provocó durante casi un siglo gran inestabilidad en toda la zona comprendida entre el Tajo y el Guadiana. De nuevo, a mediados del siglo XII, estos territorios fueron nuevamente ganados a los musulmanes de la mano de Alfonso VII, siendo entonces cuando se inicia la creación de Montehermoso. 

Al establecerse como municipio independiente a mediados del siglo XIX Montehermoso adquiere un importante incremento de su población, ya que se centralizan en él todas las gestiones fiscales, agrícolas y ganaderas de los pueblos procedentes de la Sierra de Gata y la comarca de las Hurdes, así como de los lugares situados a septentrión del rio Alagón, que al no tener paso (puente) con Plasencia usaban esta población como lugar de aprovisionamiento y capital de la comarca. También le da preponderancia el paso por ella del cordel de la cañada leonesa con el paso del ganado trashumante. 

Es posible que las fronteras generadas por las montañas al norte y los cauces fluviales al sur sin puentes en el pasado, hayan generado que se mantenga un tipo de arquitectura rural y unas tradiciones que por otras latitudes se han perdido, así como que aun existan testimonios de formas de vida y actividades que se dieron en tiempos pretéritos, a ello vamos a dedicar la mañana. Pues la dehesa boyal de Montehermoso además de ser un espacio donde la naturaleza se nos presenta con toda su intensidad, nos muestra a través de distintos situados como se desarrollaban algunos oficios que ya solo son recuerdos en las mentes de los más mayores. 

Por medio de buenas veredas y rodeados de hermosos parajes, iremos caminando por un recorrido que no supera los 9 kilómetros, observando en nuestro transitar: viejos molinos harineros (en ruinas) que se levantaros en el Arrollo del Pez, como los de Respinga (funcionando hasta mediados del siglo XX) o Jerrao. Chozos de pastor donde se cobijaban los porqueros, ejemplo de ellos tenemos en de Daniel (Cabeza del Pezón) o los de las "majás". Pasaderas o puentes pétreos, sirviéndonos de ejemplo el rustico y centenario de Simón Ruano, así como las vetustas "Pasaderas de la Dehesa", simples mojones de piedra para cruzar el arroyo. Las lagunas Tremal, Nueva, Juan Padilla, Grande y Jerrao, que se han ido acondicionando con el tiempo para ser usadas como abrevaderos para que el ganado. Que al igual que las fuentes, son espacios no solo para uso humano si no también ganadero, en los que se han realizado obras para adaptación a estos fines. Fuentes como la del Jerrao que le viene el nombre por su alto contenido en hierro y de la que los lugareños aseveran tiene propiedades curativas. Todo ello en un entorno donde las vacas pastan a su aire y rodeados por innumerables árboles singulares y centenarios. 

Especial atención merecen las por aquí llamadas "zahúrdas" o "majás de porqueros" (porquerizas), conjunto de construcciones que se usaban para recoger a los cerdos por la noche y dar cobijo los pastores. Las que aquí podemos examinar datan del siglo XVIII y estas centradas en cruce de caminos, equidistante entre el Puente de Simón Ruano y la fuente del Jerrao. Al contemplarlas en su espacio natural podemos llegar a imaginar cómo era de recia la vida de estas gentes durante el pasado, aun con un entorno de gratificante naturaleza conformada por esta hermosa dehesa. 

Muchas de estas obras se realizaron reutilizando piedras de construcciones mucho más antiguas procedentes de túmulos megalíticos muy abundantes por este entorno, ya que estamos prácticamente rodeados por restos arqueológicos desde los 5.500 y los 3.000 años de antigüedad (entre el Neolítico, Calcolítico y la Edad del Bronce). Habiéndose utilizado piedras y restos de esta cultura del pasado para la realización de obras en la dehesa tales como: la construcción del muro de contención de la Laguna del Tremal, la edificación de la Casa del Guarda, el Puente de Simón Ruano, Las Pasaderas, los Molinos del Jerrao y de Respinga y hasta los propios edificios de la Majá de los Porqueros. 



Extremadura es uno de los lugares más significativos e interesantes de cultura megalítica (dólmenes y menhires) de la Península Ibérica, extendiéndose su influencia hasta las vecinas tierras del Alentejo portugués, región donde podemos encontrar algunos de los mejores ejemplos de estas ancestrales construcciones. Solo en la provincia de Cáceres, se han contabilizado cerca de 200 dólmenes, dando una idea de la importancia de la actividad humana durante este periodo de nuestro pasado. Siendo la dehesa de Montehermoso uno de los máximos exponentes de enterramientos megalíticos de toda la región, y aunque se han escavado tres importantes dólmenes descubiertos en 1972, están inventariados una veintena de ellos que aún perduran debajo de la espesura, a la espera que el tiempo y las autoridades provean para su desescombro. 

El primero por el que pasamos es el conocido como dolmen de la Gran Encina, que con una antigüedad cercana a los 5.000 años,  recibe su nombre por estar situado próximo a una enorme encina de unos 800 años. A unos mil metros algo al   suroeste, nos encontramos con el Gran Dolmen o dolmen de Las Colmenas, se trata del más grande los tres, y al que se le asignan unos 4.500 años de antigüedad. Si continuamos dirección sureste, por el delicioso valle (casi siempre seco) que forma el Arroyo de las Colmenas y tras pasar por un potente roble, en quinientos metros llegaremos al tercero de los dólmenes escavados, es el conocido como del Tremal, que tomando su nombre de la laguna cercana es el más antiguo de todos con una datación que supera los 5.500 años. 



Los tres tienen el corredor de acceso orientado al sureste, hacia la salida del sol y la cámara mortuoria, a la que le faltan las losas de cubierta está compuesta por uno o varios anillos pétreos concéntricos. Teorías e hipótesis sobre su uso y las ceremonias de enterramiento existen varias aunque la más verosímil es la de que "el cuerpo del difunto se dejaba cercano al lugar de los enterramientos, pero a la intemperie, para que las aves de rapiña se alimentaran de su carne y elevaran con su vuelo las almas de los muertos al cielo". 

Una vez visitados todos estos lugares de increíble interés, cruzamos la "Raya" portuguesa para introducirnos en el vecino país, y tras pasar por las serenas y agradables Termas de Monfortinho, la granítica población de Monsanto, y comernos un aceptable plato de bacalao en la casa de comidas "Prato Cheido" de Medelim, llegamos a Idanha-a-Velha (Egitania Vieja). 



Conocida por los romanos de hace más de 2.000 años como Civitas Igaedinorum, hoy esta tranquila y amurallada población de apenas 50 habitantes, apenas conocida y visitada ni siquiera por los autóctonos es una de esas joyas escondidas en el vecino país lusitano. Fue fundada en tiempos de Augusto en el siglo I a. C. siendo una afamada población al ser paso obligado en la calzada que unía Emérita Augusta (Mérida) con Bracara Augusta (Braga). Acreditada urbe también en tiempos durante el siglo VI, de cuando llegaron hasta estas tierras los suevos y visigodos apodándola Egitânia y convirtiéndola en sede episcopal. Erigiendo, sobre los restos de un templo paleocristiano levantado durante los primeros tiempos del cristianismo, una flamante y novedosa basílica conocida como Catedral Velha (Vieja), única en su estilo en toda Iberia. Por cierto hay quien asevera que el visigodo rey Wamba nació en esta población. 

Ocupada posteriormente por los árabes durante el siglo VIII, hicieron de la por entonces llamada Idânia en una ciudad casi tan portentosa como Lisboa. Fue reconquistada por los cristianos en el siglo XII, y donada por el rey Alfonso Henríquez a la Orden del Temple en el siglo XIII. Siendo estos caballeros-monjes quienes levantaron el emblemático torreón sobre un antiguo templo romano. 

Se cree que durante el siglo XV alguna pandemia acabó prácticamente con toda su población, siendo los que sobrevivieron quienes crearon Idanha-a-Nova, a unos 20 km al suroeste. Pero esta desgracia logró que la aldea haya llegado intacta hasta nuestros días. Algunos de sus antiguos moradores o descendientes volvieron, residiendo en ella actualmente un pequeño colectivo de agricultores y pastores asentados sobre los restos de la ciudad romana, visigoda y medieval, dentro de un entorno de original y sugestiva belleza. 

Hoy Idanha-a-Velha forma parte de las doce Aldeas Históricas de Portugal, y pasear por sus tranquilas y serenas calles nos traslada a realizar un viaje en el tiempo. Pudiendo admirar: el Castillo y  recinto amurallado del siglo XII, sus rehabilitadas casas, la plaza con su rollo y la Iglesia Mayor, el Lagar de Varas, el puente de origen romano sobre el río Pónsul, y unas antiguas "pasaderas" (poldras en portugués) aguas abajo del río, como las de la dehesa de Montehermoso. 

Si hemos elegido la ruta norte para acercarnos a estas tierras del vecino país, retornamos por el sur atravesando de nuevo la "raya" por el puente romano de Segura sobre el rio Erjas que hace de linde. En apenas 15 km. estaremos en otro paso romano esta vez sobre el Tajo, más monumental, altivo e impresionante, el Puente de Alcántara, que aun contando 2.000 años de antigüedad, por sus graníticas losas colocadas en tiempos de Trajano siguen pasando los vehículos y las mercancías cargadas en potentes camiones, de camino o regreso país vecino. 



El puente se encuentra a más de 80 leguas de su nacimiento (Antonio Ponz 1784). Hallándose edificado sobre el Tajo, a 500 pasos al oeste de Alcántara (Pascual Madoz 1846). Su longitud es de seiscientos ochenta pies de Burgos, y su anchura veinte y cuatro (José de Viu 1852). Toda la obra es de sillería granítica almohadillada de labra perfecta (V. Martí 1859). Desde la imposta hasta el arranque de los pilares se cuentan 29 hilares de sillares graníticos (Carlos Callejo 1970). Hiladas perfectamente horizontales y tanto las dovelas como los sillares son muy uniformes y de escuadría perfecta (Fernández Casado 1970). 

De retorno a Plasencia nos toca salvar nuevamente el río Tajo, que ahora está encarcelado por el Embalse de Alcántara, que con sus 92 km. de longitud y sus más de 3 billones de litros, es la segunda extensión de agua embalsada de nuestro país. Para ello tenemos que recorrer los 50km. que nos llevará llegar hasta la Autovía de la Plata y los otros 50 que nos restan hasta Plasencia. 

Es a ella donde dedicamos ahora nuestros pasos, escudriñando tanto de día como de noche los rincones más ocultos y sus recónditas plazoletas, pues Plasencia tiene esa magia que se palpa a cualquier hora. Sus medievales murallas de las que aún se conservan siete puertas y dos postigos, así como 20 torreones defensivos de los 75 que llego a tener, destacando de ente ellos Torre Lucia. Intramuros sobresale la Catedral o catedrales para ser más exacto, pues en realidad son dos edificios de inacabada y caótica realización, en las que se solapó su construcción quedando sin terminar, superponiendo el estilo renacentista del siglo XVI, sobre el románico de transición al gótico del XIII.  

Uno de los rincones más sugerentes de la ciudad es el conjunto formado por la plaza de San Vicente Ferrer y la de San Nicolás, donde se ubican edificios tan insignes como es la iglesia de San Nicolás con fachada románica de transición. Portalón donde se celebraban los juicios para resolver los pleitos entre judíos, árabes y cristianos a finales del siglo XIII. Abriéndose en su parte posterior una pequeña plaza que da acceso a la Casa de las Dos Torres, el palacio más añejo de la ciudad obra del siglo XIII. 



También en la Plaza de San Nicolás y frente a la iglesia del santo que ha dado origen a Papa Noel, se sitúa el imponente Palacio de los Marqueses de Mirabel, edificio perforado por un arco que los propietarios fueron obligados a abrir para dar acceso al Barrio Judío, tras perder un pleito que duró 150 años. Con lo que llegamos a la reflexión de que lo de la justicia en este país no es cosa de ahora........... pero hay quienes se niegan a darle solución. 



En el lugar que actualmente vemos se asientan unas escaleras coronadas por una fuente con esfera armilar, se situaban entre los siglos XIII y XV algunas de las casas de la vieja Judería de la Mota, que fueron demolidas para el ornato de la plaza. Dando entada a lo que hoy es la plaza de San Vicente Ferrer, edificándose en sus aledaños un convento dedicado a este Santo, reconvertido en la actualidad como Parador Nacional de Turismo. De esta antigua abadía; lugar que aconsejo para solazar; destaca su cuidado claustro renacentista o la escalera volada que existe en su interior, así como el comedor ubicado en lo que fuera el antiguo refectorio, con friso de azulejos talaveranos del siglo XVI. Destacando también del complejo monacal la Sala Capitular. 

Extramuros cabe destacar el Acueducto de San Antón, levantado a mediados del siglo XVI para suministrar a la población el agua desde las cercanas sierras. Siendo tan destacable o más la enorme enseña colocada a su lado, como queriendo competir con la que tenemos en la Plaza de Colón (Madrid). 

Pero no todo es piedra y urbe en la ciudad "placentina", pues además de su arquitectura emblemática hay lugares para el ocio y la cultura. Así como un buen ambiente callejero, contando con ser una de las poblaciones con más bares por habitante de todo el país. Un lugar donde poder tomar por la mañana a la hora del "café de la alegría", un carajillo con churros realizado con gusto en el Rincón de Amador, a la entrada del barrio de los Clérigos junto al Mercado de Abastos. O por la tarde noche satisfacernos con unas "tostas" de Torta del Casar salteadas con pimentón de la Vera, unos montados de morcilla patatera o unos "españolitos" de los que sirven en las terrazas de la Plaza Mayor, uno de los lugares donde se concentra la oferta gastronómica de la cuidad. 



Sin duda una zona de ese Extremo del Duero, que aun lejana en relación con el río, le ha robado en nombre, pero que conserva todo el sabor de las tierras sobrias y austeras de la meseta, sin duda un lugar para visitar.

domingo, 23 de mayo de 2021

- En Monfragüe…… buitres negros

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A 250 km. de Madrid, apenas unas dos horas y media de viaje, y en medio de la provincia de Cáceres justo en la unión con el río Tiétar, encontramos un Tajo que está a trasmano de todo, casi abandonado por las gente y por la historia, pero lleno de una fuerte naturaleza, nos encontramos en Monfragüe. 

Pero antes vamos aprovechar el recorrido para visitar algunos lugares que pendiente tengo de conocer y que por su ubicación fuera de rutas habituales no son frecuentes de frecuentar. Es el caso de la población de Puente del Arzobispo, de la que fundamentalmente destaca su poderoso puente gótico sobre el río Tajo, que con once arcos labrados en piedra es el orgullo de la población. Afamada por su apreciada cerámica elaborada con dibujos en tonos verdes, hoy al cruzarla parece una población decadente, vacía y sin apenas vida. Nos lleva esta desviación hasta las ruinas de "Ciudad de Vascos", antigua madīna (ciudad) musulmana de tiempos de Al-Ándalus habitada entre los siglos IX y XII, siendo desalojada o abandonada al llegar hasta la frontera del Tajo Alfonso VI en la reconquista de estos territorios. No es un sitio fácil de visitar, la señalización para su localización no es de lo "más sobresaliente", su acceso por una "mejorable" pista de tierra, el estar ubicada en una finca particular y su horario de visitas (solo los sábados de medio año (de mayo a Enero) de 9 a 14), no hace muy sugerente el acercarnos hasta estos restos de una población islámica del Medievo, que creo y fortifico en el fortificado curso del Tajo para impedir el avance de los cristianos hacia el sur. Se trata de una población que ocupa unas 8 ha. bastante abruptas y prácticamente rodeada de murallas en un perímetro de unos 3 km. 



Nos dirigimos ahora a la "búsqueda" del Dolmen de Azután, que se encuentra en plena carretera de Puente del Arzobispo a La Estrella, pero que como no podía ser de otra manera y al parecer práctica habitual en la provincia de Toledo, tampoco se halla señalizado o más bien se encuentra como escondido entre la vegetación. A unos 200 mts. podemos encontrar una pequeña zona de aparcamiento que ha sido arada para impedir su uso con este fin. Esta es la forma que algunos lugareños tienen de valorar las cosas que existen a su alrededor, para luego trasladarnos las quejas de la "España vaciada". Mis oídos en más de una ocasión han sido testigo auditivo de expresiones tales como: "si no hay subvenciones quemo el pinar". 

Entrando ya en la provincia de Cáceres y tomando dirección a Bohonal de Ibor por la vertiente sur del río Tajo, la cosa cambia y justo en la orilla meridional del embalse de Valdecañas y antes de cruzar el puente que nos lleva a la otra vertiente nos encontramos los restos de los Templos romanos de los Mármoles y la Cilla, del siglo II de nuestra era y que fueron salvados de la inundación al realizarse el embalse del Valdecañas, donde estaba la ciudad romana de Augustobriga (Talavera la Vieja). No ocurrió lo mismo con el Dolmen de Guadalperal en el mismo embalse, que solo se puede observar en los años que las aguas del embalse están muy bajas. Como también sucede con el no muy lejano dolmen de Navalcán sumergido también tras el embalsamiento de las aguas del Río Guadyerbas. 

Por fin llegamos a Monfragüe, y si bien nos servimos de la ciudad de Plasencia para centro de acomodación, utilizamos como lugar de entrada y salida (algunos kilómetros por una muy buena pista sin asfaltar "Camino de la Herguijuela") al Parque Nacional la minúscula población de Toril que con apenas 25 habitantes, posee unas de las mejores masas de alcornoques de toda Extremadura, donde disfrutaremos de sus dehesas, miradores, tranquilidad y paisaje. Así como de las informaciones y amabilidad de Inma que atiende su Centro de Interpretación de la Naturaleza, ubicado en la rehabilitada Iglesia de San Blas, donde además de las anotaciones sobres la "dehesa" en su conjunto, podemos admirar unas interesantes pinturas murales y esgrafiados fechados en 1531. 



Si pasamos por Toril a la hora del "almuerzo", no dejéis por ningún motivo de agasajar a vuestro estomago con la visita al Bar San Blas (no hay perdida, es el único que hay), donde Inés, la señora que lo regenta nos indicara que tiene para comer. No hay donde elegir ya que se toma lo que ha elaborado ese día, pero seguro que saldréis con una sonrisa en el rostro y la sensación de haber estado en un lugar donde los platos saben a "casa de la abuela", a nosotros nos toco: Sopa de pescado y Albóndigas en salsa de setas……… que mas pedir. 

Monfragüe está considerado como la mayor extensión y mejor conservada de monte mediterráneo existente en el planeta, destacando asimismo su riqueza natural y paisajística, pudiendo encontrar en sus más de 18.000 hectáreas paisajes de una gran belleza como: dehesas, matorral y bosque mediterráneo, así como roquedos de cuarcitas. Tanto sus laderas de espesura prácticamente impenetrable, donde se cobija la fauna más característica y en peligro de extinción del hábitat mediterráneo, convierten a este ecosistema en una de las grandes joyas de la naturaleza europea. Siendo Monfragüe el ejemplo visible actual de lo que pudo haber sido gran parte de la Península Ibérica hace miles de años. 

Conformado por los ríos Tiétar y Tajo, es el espacio protegido junto a Doñana con mayor diversidad de Europa, siendo acreditado como un paraíso para la observación de aves, ya que cuenta con importantes poblaciones de alimoche, milano, águila imperial, cigüeña, cigüeñas negras, buitre leonado y como no buitre negros. Siendo esta ultima la más representativa y el emblema del Parque, el ave de mayor tamaño de toda la Península Ibérica, llegando algunos ejemplares a alcanzan los tres metros de envergadura y los 12 kg. de peso. Vive sobre todo en bosques de encinas, alcornoques y quejigo y se alimenta fundamentalmente de carroña. 

En Monfragüe encontramos la mayor concentración de buitres negros del mundo, contando con una colonia que posiblemente haya llegado ya a las 400 parejas reproductoras. Un espacio con encanto y percepción especial que si embargo, como sucede con otros lugares de Extremadura, no cuenta con la acogida o aceptación del visitante en general, formando parte de los Parques Nacionales menos visitado de nuestro país y un territorio ilógicamente olvidado. Motivo que también puede ser debido a la falta de divulgación y promoción por parte de los organismos competentes.

El eje vertebrador de Monfragüe lo compone el río Tajo y su transitar por entre leves cresteríos rocosos y alomados montes rodeados de extensas y planas dehesas. La línea continua que forman las Sierras de Santa Catalina, del Espejo, Patones y sobre todo Corchuelas, constituye la espina dorsal de Monfragüe y su límite sur, recorriendo en paralelo el cauce del río Tajo al discurrir por su territorio. Un espacio en el que apenas encontramos asentamientos humanos; solo algunos cortijos aislados y los restos dejados por los pueblos prehistóricos, que posiblemente fueran pastores estacionales; al ser terrenos poco aptos para la agricultura, pero si para la ganadería, ya que sus suelos altos en acidez son buenos para los pastos. 



Estas tierras han obsequiado todo lo indispensable a los que hasta ellas se han acercado, desde la noche de los tiempos, para asentarse en ellas o como lugar de trashumancia: abundante agua, frutos del bosque, copiosa caza y cobijos donde guarecerse. 

Los cuantiosos vestigios; fundamentalmente pinturas rupestres; hallados en la zona nos indican sobre la presencia humana en Monfragüe desde hace milenios. Aunque su nombre procede del tiempo de los romanos, quienes lo denominaron “mons fragorum” (monte denso). Siendo los seguidores del imperio latino quienes levantaron las primeras atalayas y fortalezas defensivas, trazando así mismo las primeras vías de comunicación con las Calzadas Romanas, que posteriormente serian utilizadas los pastores trashumantes transformándolas en Cañadas. 

Durante la Edad Media la historia de Monfragüe es la historia por el control de la frontera del Tajo, y tal como ocurrió en el siglo X con el Duero, el Tajo se convierte en linde durante el siglo XI. Estando esta época marcada por la huella musulmana, denominando a estos territorios como "Al Monfrag", dedicándose los árabes a fortificar todo el valle del Tajo para evitar el avance cristiano hacia Al-Ándalus. Siendo durante el siglo IX cuando se levanta el Castillo de Monfragüe, justo en el lugar más idóneo para custodiar el vado más importante por donde cruzar su cauce. Se erige con dos murallas perimetrales y cinco torres. 

Siendo durante el siglo XV, en tiempos de Juan II de Trastámara, cuando se ordeno la construcción del Puente del Cardenal, mandado hacer en 1450 por Juan de Carvajal, purpureo prelado de Plasencia por aquel entonces. Infraestructura que facilitó sobre manera las comunicaciones entre Trujillo y Plasencia, siendo en único puente existente en aquella época sobre el Tajo en muchas leguas. Se realizó íntegramente en sillares de granito que fueron traídos de Malpartida, haciendo que la obra se encareciese mucho, llegando a decirse que 30.000 monedas de oro, una por piedra colocada. El nuevo paso se ubicó muy próximo al vado allí existente "Vado del castillo de Monfragüe" que situado, aguas abajo de la desembocadura del Tiétar, al parecer era muy peligroso y arriesgado el cruzarlo. 

A comienzos del siglo XVIII y en plena disputa por la sucesión en España, estas tierras se vieron seriamente afectadas por la refriega bélica. Debiendo de ser abandonada la aldea de Monfragüe, refugiándose sus habitantes en la no muy lejana de Corchuelas.

El Puente del Cardenal era el único que cruzaba el Tajo en Extremadura y el modo más seguro de paso, por lo que se convirtió en ruta obligada para los viandantes que hicieran el trayecto entre Plasencia y Trujillo. Lo que motivó por aquellas épocas de "penuria" el incremento de la inseguridad y el pillaje, quedando estas serranías y vallejos a mediados del siglo XVIII en una zona a merced de bandoleros y salteadores de caminos, que veían a sus impenetrables bosques y escarpadas sierras como aliados de sus fechorías. 

Para remediar esta situación el "buen Borbón" de Carlos III, se decidió por establecer, a mitad de trayecto entre el Puerto de la Serrana y el Puente del Cardenal, una nueva población. Siendo de esta forma como se fundó la flamante aldea de Villarreal de San Carlos, que contaba con todos los servicios necesarios, incluido una guarnición de Reales Guardias. Pero muy a pesar de las prebendas y beneficios que se confirieron a sus pobladores, nunca pasó de ser una pedanía de Serradilla, por la pobreza de sus suelos y lo arriesgado de su hábitat. 



Durante la mal llamada "Guerra de la Independencia" el Castillo de Monfragüe quedó prácticamente arrasado, al igual que el Puente del Cardenal que fue dinamitado. Marcando este conflicto una enorme cicatriz en sus gentes, desapareciendo la población de Corchuelas, trasladándose sus vecinos a los pueblos de los alrededores: Serradilla, Malpartida de Plasencia o Torrejón el Rubio. 

Toda esta zona disfrutó de una relativa estabilidad hasta que llego a ella la Guerra Civil durante la Segunda Republica. Aunque apenas hubo por estas tierras enfrentamientos sobresalientes, ya que las tropas sublevadas enseguida tomaron Extremadura, siendo el hambre y las carencias contra lo que tuvieron que luchar los lugareños de estos lugares. Pero si que tuvo un grado de notabilidad la resistencia de los republicanos una vez terminada la contienda y organizados por estos impenetrables montes, formando la resistencia al régimen franquista, grupos a los que se les denominó "Maquis". Destacando de entre ellos guerrilleros a los que se les conocía como "Quincoces”, “Chaquetalarga” y sobre todo a Pedro José Marquino "El Francés", quien fue muerto por la Guardia Civil el 31 de julio de 1946, tras una emboscada en Peñafalcón (Salto del Gitano). 

La creación en los años 1966 y 1969 de los embalses de Torrejón (Torrejón-Tajo y Torrejón-Tiétar) así como el de Alcántara (cuya represa se encuentra 91 km. aguas abajo pero que llega hasta el mismo Parque Nacional) afectaron irreversiblemente al paisaje y a gran parte de la naturaleza de esta zona. Toda vez que los cauces fluviales de los ríos Tajo y Tiétar quedaron anegadas por sus confinadas aguas, desapareciendo toda una reseña etnológica y ecológica, que la naturaleza, el ser humano y el tiempo habían creado. 

En 1970 comienzan las labores destructivas de modificar el bosque autóctono plantando "eucaliptos", todo en nombre de una rentabilidad inmediata y torticera. Se destruyen gran cantidad de bosque mediterráneo de la zona de la sierra de Miravete y los arroyos de Barbaón y Malvecino, con aterrazamientos artificiales realizados con maquinaria pesada. Interviniendo en defensa de esta extraordinaria naturaleza y en contra de los muy fuertes intereses Jesús Garzón Heydt, que con la ayuda de un fuerte movimiento naturalista y conservacionista, así como el reconocimiento de Félix Rodríguez de la Fuente a un licenciado en biología que apenas había salido de la Facultad de Madrid y se había "echado al monte:"único estudio serio sobre el lince, de enorme valor, escrito por el joven naturalista Jesús Garzón, consiguió la declaración de Monfragüe  como Parque Natural en 1979. 

En 1991 fue declarado como ZEPA (Zona de Especial Protección para Aves) y en 2003 la UNESCO le concedió a Monfragüe el título de reserva de la biosfera. En el año 2006 se propone por parte de la Junta de Extremadura que sea declarado Parque Nacional, siendo en 2017 cuando definitivamente Monfragüe pasa a formar parte de los Parques Nacionales Españoles. 

Accediendo por las dehesas de Toril, recorreremos la denominada ruta de los "Miradores" (prácticamente todos sobre el cauce del río Tiétar). Donde nada más entrar en los límites del Parque Nacional nos encontramos con el mirador "Portilla del Tiétar", un sobresaliente roquedo al otro lado del río donde puede observarse buitre leonado, alimoche y águila imperial, aunque esta última con paciencia y fortuna. A unos centenares de metros se encuentra el de La Fresneda, donde existe un nido de alimoche que se divisa perfectamente. A tan solo 1,5 km. nos encontramos La Higuerilla, sobre una especia de meandro que forma una curva del rio Tiétar, y donde es fácil ver las aves acuáticas y cruzar sus cielos cigüeñas negras y alimoches, pudiendo verse la cigüeña negra y alimoches. El siguiente es La Bascula, único que da al Tajo y que no tiene un interés especial, aunque podremos con suerte observar águila imperial y buitre negro. Desde el mirador de Malavuelta se divisa la represa de Torrejon-Tietar. Enorme obra que también podemos percibir cauce abajo desde Tajadilla, desde el que observamos unos sugerentes roquedos enfrente donde hay buenas vistas sobre nidos de rapaces, y visionar si se dejan: alimoches y buitres leonados y águila perdicera. Pasamos por la Fuente de los tres caños, desde la que admiramos otro meando del río, este mucho mas fotogénico. Por último se encuentra el mirador de El Pliegue, sin un especial interés para mi gusto. Y así llegamos a Villareal de San Carlos, el único núcleo poblado en el interior del Parque Nacional. 



Como en cualquier espacio natural de nuestra geografía, la práctica del senderismo es no solo habitual sino conveniente, para ello se han diseñado una serie de recorridos que trascurren por los lugares más relevantes de Monfragüe. Y aunque las tres cuartas partes del Parque Nacional son de uso restringido, para poder de esta manera preservar su importante biodiversidad, consiguiendo de esta forma mantener inalterado lo más posible el hábitat de las más de 280 especies de vertebrados existentes entre sus bosques. Por ello, y manteniendo las convenientes pautas de respeto con la naturaleza, podemos recorrer a pie estos mágicos lugares desde los cuales y siempre provistos de unos aceptables prismáticos, pasearemos por sitios que se reparten entre las leyendas, la historia y la naturaleza. 

Del Puente del Cardenal ya he comentado con anterioridad sobre su historia, solo comentar que sirve en algunos recorridos como paso para trasladarnos de una a otra orilla del río Tajo, pero esto no siempre es posible, ya que solo es accesible cuando las aguas del embalse están bajas y el puente no se encuentra sumergido bajo ellas. 



El Salto del Gitano o Peñafalcón es sin duda el punto más singular y emblemático de todo Monfragüe, además de ser un lugar ideal para la observación de aves y sitio donde se concentra gran cantidad de personal por su facilidad de acceso (aparcamiento para vehículos), toda vez que junto a él pasa la carretera. Se trata del lugar por donde el río ha buscado paso, rompiendo las cuarcitas que forman la sierra de Corchuelas, generando con ello un cuchillar de crestas rocosas que se elevan 300 metros sobre el curso del Tajo, convirtiéndose en un paraje ideal para contemplar como vuelan las grandes rapaces, deslizándose por debajo o por encima de nuestras cabezas. Entre sus riscos o arboles cercanos anidan decenas  aves de todo tipo, entre ellas más de 80 parejas de buitres leonados, tres de cigüeña negra, más de una de búho real y otras de águila real, así como varias de alimoche, halcón peregrino, buitres negros o águilas imperiales. 

El nombre le viene de una leyenda de cuando este lugar era tierra de bandoleros, siendo uno de estos de raza gitana, que sorprendido por la guardia civil haciendo tropelías, tuvo que salir huyendo, estando la pareja de policías a punto de detenerlo. Pero llegando al estrechamiento de río donde se sitúa Peñafalcón, el habilidoso asaltante dio un brinco tan potente que llego al otro lado de la orilla del río, quedando los guardias enormemente sorprendidos. Siendo desde entonces cuando el lugar tomo el nombre del "Salto del Gitano". 

Otra leyenda de cuando nos espera a nuestra espalda y 200 mts. por encima de nuestras cabezas, en las altivas cumbres de la Sierra de Corchuelas, donde se ubica el Castillo de Monfragüe. Esta nos relata tiempos de cuando estas tierras estaban regidas por los musulmanes y el castillo gobernado por el noble Kaid y su esposa, la cual falleció al dar a luz a una niña a la que llamaron Noeima, que al hacerse moza se convirtió en una doncellas más hermosas de toda la comarca y pretendida por cantidad de nobles sarracenos. En uno de los asedios cristianos a los que fue sometido por parte de los ejércitos cristianos, Noeima quedo prendida de un apuesto soldado cristiano con el que veía furtivamente a través de un pasadizo secreto. Con enorme pesadumbre el soldado dio parte a su capitán de la existencia de ese oculto corredor, y entrando por él una noche las tropas cristianas apresaron a Kaid. Pero este, antes de ser ajusticiado, maldijo a su hija sentenciándola a permanecer perpetuamente en el castillo. 



Hay quienes en algunas frías noches de invierno, ha sentido como la joven Noeima pasea por los restos de los torreones hasta el lugar conocido como "Canto de la Mora", donde deja caer sus lágrimas, que convertidas en perlas van a parar hasta el lecho del río Tajo. 

El castillo erigido por los árabes en el año 811, sobre anteriores fortificaciones realizadas por celtas y romanos, llego a tener dos perímetros de murallas y hasta cinco torreones defensivos, de los que apenas quedan los restos de dos de ellos. En verdad es una ubicación estratégica desde la que se divisa no solo todo el área de Monfragüe, pues la panorámica que desde ella divisamos es más completa, convirtiendo al lugar en un espectacular mirador desde donde divisar unos espectaculares atardeceres.



Es aquí, junto a las ruinas de la fortaleza de Monfragüe, donde los caballeros de la Orden de Santiago levantaron una ermita en el siglo XIII, depositando en ella para su custodia una talla en madera negra de una virgen bizantina, traída de Jerusalén al volver de las cruzadas en "tierra santa". 

Por debajo del Castillo una decena de metros y en unos farallones rocosos que dan al medio día, se encuentran unas de las representaciones de arte rupestre visitable de todo Monfragüe, el conocido como "Abrigo del Castillo", donde podemos observar representaciones pictóricas de distintas épocas que abarcan del el 9.000 a.C. hasta la Edad de Hierro en el año 2.500 a.C. además de un ejemplo de escritura tartesa (la única en tonos negros). Realizados en distintas tonalidades rojizas (en su mayoría óxidos de hierro) que nos trasladan figuras antropomorfas así como animales. Siendo estas serranías de las Corchuelas unos de los enclaves más importantes del arte esquemático de la Península Ibérica. Donde hasta la fecha se han llegado a catalogar hasta 128 abrigos con pinturas rupestres, lugares donde nuestros ancestros neolíticos se refugiaban y cuyas representaciones nos muestran parte de su vida cotidiana. 

El titulo de este articulo "En Monfragüe…. buitres negros", es referente a una canción que por el pasado 1989 se tarareaba mucho en ciertos ambientes. Fue compuesta por el grupo "Extremoduro", fiel ejemplo de rock trasgresor e irreverente que por aquel entonces se podía hacer en este país. Aquí os dejo un vídeo trasmitido por TVE en 1990, mucho antes de que estos espacios se declarasen Parque Nacional.

lunes, 17 de mayo de 2021

- Tierras del Alfoz de Lara - Sureste burgalés II

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De nuevo nos adentramos en tierras burgalesas del sureste, hallándonos en las estribaciones suroccidentales de la Sierra de La Demanda, en la conocida como Tierra de Lara, un territorio duro de intensas raíces medievales y con un interesante y variado patrimonio. Hemos dejado atrás los pinares sorianos de dónde venimos, presentándose a nuestra vista Salas de los Infantes, localidad que nos trasporta hasta la leyenda de los Siete Infantes de Lara. Como curiosidad comentar que Salas de los Infantes se haya a la misma distancia de Barcelona que de Santiago de Compostela, 530 km. Capitales respectivas de Cataluña y Galicia, donde sus respectivos Presidentes Autonómicos nos trasladan al restos de los mortales sus misivas en ambas lenguas maternas, sin que al gallego se le hagan reproches por ello, como sí al catalán........... que mundo tenemos. 

Continuando por la N-234 que une Burgos con Sagunto, o lo que a nosotros nos interesa Burgos con Soria, cruzamos por Barbadillo del Mercado, localidad de aneja, trasgresora y peleona historica, sobresaliendo de entre sus construcciones: algunas recias casas señoriales blasonadas, su rollo jurisdiccional, el puente medieval del Canto, así como la ermita de San Juan Bautista de origen visigodo-mozárabe. Un saludo desde aquí a uno de sus ilustres hijos, Don Enrique del Moral, al que espero poder saludar cuando se despeje un poco esta puñetera pandemia y podamos retornar ambos a los pinares quintaneros que nos acogen en los momentos de asueto. Y para no dejar nada de sus proximidades, me han aconsejado acercarme si es la hora de comer, hasta la cercana población de La Revilla, donde seré bien atendido en la Sidrería "El Adobe". 



Nos desviamos a la izquierda, justo en la desviación de Mambrillas de Lara (a derechas), para tomar una pista en dirección suroeste que nos acercará hasta la Dehesa de Mambrillas. Interesante y bonito robledal donde realizar un esplendido recorrido por entre singulares y centenarios "quejigos", recorriendo la ladera norte de la Sierra de las Mamblas, justo por debajo de su inaccesible y amesetada cumbre. Un sendero en verdad recomendable en cualquier época del año cuando los calores del estío no sean un obstáculo. 



Estamos en las históricas tierras de Alfoz de Lara, intensos horizontes dominados por estas planas pero representativas elevaciones que se sitúan a uno y otro lado de la carretera. A la izquierda las altivas cumbres de las Mamblas (mammulas son los pechos de las mujeres), altozanos similares a los existentes en sur de Guadalajara conocidos como "Tetas de Viana". A diestra la Sierra de Peñalara, alargada y chata elevación caliza que domina toda la comarca creando en parte su personalidad. Si desde la perspectiva geológica representa el típico de sinclinal colgado, el proceso humano ha dejado huella en sus cumbres a través de importantes y fortificados "castros" de la Edad del Hierro. Pudiendo así mismo observar como entres sus coloridas paredes rocosas se protegen abundantes y diversas rapaces. 

Aconsejable es dedicar la mañana a recorrer esta altiplanicie, ya que forma parte esencial de la historia burgalesa y castellana: Wikiloc | Ruta 'Peñalara' y 'Castillo de Lara' desde 'Cubillejo de Lara'. Pudiendo partir del pueblo de Cubillejo, ya que es de uno de los lugares más habituales para comenzar la ascensión pues de él sale la pista que asciende hasta a la peña por el cordal cimero. Pasamos por unas extensas alineaciones de piedras que formaron parte de la primera muralla del "castro" celtibérico existente entre el 400 y el 200 a. C. y continuamos caminando por la planicie en dirección este, donde observamos una especie de foso que es la segunda muralla defensiva y la entrada ya a la parte central del castro datado en la "edad del hierro", que se sitúa en el extremo más oriental de la meseta y donde se encuentra el punto más  elevado y por lo tanto el vértice geodésico (1.296 m.) y el buzón de cumbre. 

Desde este punto la panorámica es magnífica, observando justo enfrente el Picón de Lara, al que nos dirigiremos y en donde aún quedan los escasos pero relevantes restos del Castillo de Lara. Es en este lugar durante la Alta Edad Media, sobre el 910, donde se le atribuye el nacimiento de Fernán González, quien fuera el primer conde independiente del futuro reino de Castilla. Las vistas desde este otero también son sugerentes: todas las tierras del Alfoz de Lara a nuestros pies con Lara de los Infantes justo debajo, las sierras de la Demanda, Neila y Urbion a nuestra izquierda y a diestra Las Mamblas así como más lejanas las peñas de Carazo y Cervera. 



Retornamos por el mismo camino hasta llegar a la collada que forman La Muela y la Peña de Lara, para desde aquí tomar el descenso hasta Quintanilla de las Viñas pasando por la Ermita del la Virgen de la Viñas, o bien buscar los senderos que recorriendo la parte bajera de los farallones meridionales de Peñalara, recorrer los covachos eremíticos, observando al tiempo una de las escuelas de escalada de Burgos. Lugar donde se encuentra instalada la espectacular y afamada ferrata "Camino del infierno", de las mejores que existen en la provincia. Realizar esta excursión nos puede llevar entre tres y cuatro horas con tranquilidad. 

Ya en Cubillejo de Lara es indispensable acercarnos (2,5 km. por pista sin asfaltar), hasta el interesante Dolmen de Cubillejo o Mazariegos. Un sepulcro megalítico con más de 5.000 años de antigüedad, considerado como prototipo de enterramiento neolítico de corredor, mide 10,5 metros de longitud en la galería de acceso y un diámetro de 4,5 en su cámara funeraria. Aun sin sus losas de cubierta, conserva prácticamente todos los ortostatos (losas verticales), pudiendo distinguir en uno de ellos interesantes grabados rupestres. 

Seguro que será hora de alegrar el estomago o resarcirlo del ajetreo de la mañana, para ello buscaremos en la población de Quintanilla de las Viñas el restaurante "La Cantinilla", donde podemos degustar una potente olla podrida (previa reserva) que da notoriedad al local y a la población. La "olla podrida" es un suculento plato de cuchara elaborado a base de alubias rojas (famosas y acreditadas son las que se producen en la cercana población de Ibeas de Juarros), con el añadido de un buen cocido (morcilla de arroz, chorizo, tocino, costilla, oreja, rabo, relleno y algunas verduras), pero en vez de garbanzos con alubias.

Toca el turno de visitar la Iglesia de Santa María de las Viñas, una joya de arte visigodo del siglo VII, y posiblemente una de las últimas que se construyeron -junto con Santa María de Melque (Toledo) y San Pedro de la Nave (Zamora)- antes de la invasión árabe. Siendo en 1921 quien Bonifacio Zamora descubrió los restos de este templo, que habían estado ocultos a la vista, semihundida y cubierta por árboles y matorrales. En este monasterio estuvieron enterrados los Fenán Gonzáles, teniendo que haber sido los restos del conde trasladados al monasterio de San Pedro de Arlanza donde por segunda vez fue sepultado. 

De lo que fuera un monasterio mucho más amplio, solo nos queda actualmente en pie la capilla mayor con su ábside y el crucero de la iglesia. Su exterior se encuentra decorado con tres orlas superpuestas decoradas a base de racimos de uvas, plantas de vides, pavos, aves y otros elementos. Para poder visitar su interior, del que destaca su arco triunfal de herradura, hay que informarse, pues no está abierta. Ya que en el año 2004 fueron sustraídos de su interior dos relieves de gran interés, que por fortuna fueron encontrados 15 años después (2019) en el jardín de un aristócrata inglés de su casa londinense. 

Saliendo del pueblo en dirección sur hacia la carretera de Soria, sobre una curva cerrada a 1,5 km. de la población podemos observar (con mucha atención) un rustico cartel que nos anuncia "icnitas" indicando un camino forestal que sale a derecha, las marcas fósiles de las pisadas están apenas 800 m. Pero si no queremos aventurarnos por esos caminos, 200 metros más adelante por la carretera hay un sitio habilitado para aparcar con carteles de información que nos indican estar en el yacimiento "Las Sereas 7". Un techado protege las huellas de estos enormes saurios allí mismo encontradas. 

Desde aquí podemos contemplar hacia el meridión una esplendida vista de la Sierra de las Mamblas, nombre que proviene del perfil que forman los pechos de una mujer. Siendo sus singulares relieves plegados un clásico ejemplo de lo que en geología se conoce como sinclinal (pliegue de la corteza terrestre) colgado. 

A tiro de piedras tenemos Lara de los Infantes y hasta ella deberemos de acercarnos, ya que se trata de una población de interesante historia, habiendo pasado y habitado tribus celtas - pelendones hace 5.000 años. En el siglo I a. C. fue una prospera ciudad romana  apodada "Nova Augusta", a orilla de la "calzada" que unía Numancia con Astorga. Habiéndose encontrado muchos restos de esa época: como el mayor conjunto de Estelas Funerarias de la península ibérica, cercanas a las 250, muchas de ellas formando parte de los muros de las casas y de edificios civiles y eclesiásticos, así como la antigua fragua y una fuente completa. De las raíces visigodas ya ha comentado sobre el templo de Santa María de las Viñas y de la época de repoblación cristiana posterior a la invasión morisca, nos queda la iglesia de origen románico de la Natividad de Nuestra Señora y el recio acontecer de su historia aneja a los señoríos de Lara, los Fernán González y el origen del reino de Castilla. Pero poco queda de aquellos esplendidos tiempos, hoy en Lara de los Infantes apenas vive 26 almas, eso sí, orgullosas de su pasado. 



Esta comenzando atardecer y tomamos la carretera en dirección a la aldea de Campolara y de ella hacia Mambrillas, no sin antes detenernos en el lugar denominado "La Pedraja", para observar de nuevo otro buen conjunto de "icnitas" en este lugar, con reproducción de un titanosauriforme a tamaño natural. De aquí nos dirigimos a Barbadillo del Mercado para terminar el día donde lo hemos comenzado.

miércoles, 5 de mayo de 2021

- El futuro

 

Imagen que me ha quedado del "FUTURO" tras el 4-M.