jueves, 19 de octubre de 2023

-San Esteban de Viguera y Barranco de Badén - Cameros

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La Tierra de Cameros es una de las conexiones ancestrales entre los valles del Ebro y el Duero, siendo a través del Puerto de Piqueras (Soria - La Rioja) y las gargantas del escarpado valle que traza el río Iregua, por donde los añejos caminos unían los dos cursos fluviales. Hallándose en el tercio del tramo final del cauce riojano la población de Viguera, aldea que en su tiempo tuvo curiosamente hasta reino propio, allá por el final del Alto Medievo entre los años 970 y 1005, siendo su soberano Ramiro Garcés hijo de uno de los reyes de Navarra. Hoy su población no llega a los 400 habitantes de los mas de 1.300 que llego a tener a principios del siglo XX, pero su inmejorable emplazamiento dominando todo el desfiladero, la sitúa como un lugar ideal para realizar desde ella visitas y recorridos por toda la zona del Camero Nuevo. 

A la población se la conocía en la antigüedad con la toponimia de “Vecharia - Vicaria” o “Baqira” en árabe, ubicándose en un lugar alto y estratégico a unos 80 mts. por encima del Iregua, dominando un ramal de la XXXII Calzada Romana del Itinerario de Antonino: Caesaraugusta (Zaragoza) - Vareia (Varea hoy barrio de Logroño) - Tritium (Tricio, población próxima a la actual Nájera). Desvío, que partiendo de Vareia pasaba por Almarza hasta llegar a Numantia, discurriendo (en el tramo que nos ocupa) por la orilla de la bucólica rivera del río, siendo en la actualidad el itinerario asfaltado que por la orilla derecha del Iregua se le conoce como “Camino de Nalda a Viguera” y que accede a esta ultima población por la empinada calle que desemboca en su Plaza Mayor.





Hasta esta colgada aldea, en mitad de la pendiente entre el río y las peñas del denominado Castillo de Viguera, deberemos de acercarnos para poder visitar la difícilmente calificable, nada convencional y diminuta ermita dedicada San Esteban. Siendo precisamente este santo uno de los precoces mártires del cristianismo, exactamente el primero que derramó su sangre por abrazar la nueva religión, teniendo el honor por ello de celebrarse su festividad el día posterior a la navidad, el 26 de diciembre.


La pequeña ermita o eremitorio, se encuentra emplazada en un original lugar imposible de encontrar casualmente, situado fuera de las miradas de las gentes que pudieran transitar por estas riveras, solamente y no muy bien se visualiza, desde las alturas de la población viguereña situada justo enfrente en la ladera contraria del rio o en los aledaños de esta. El lugar no puede ser de lo mas curioso, insólito y singular, pues se encuentra en uno de los numerosos vanos o covachas naturales que se abren bajo los potentes farallones pétreos de las "Peñas de San Esteban" o "Cabezas del Moro", pues por ambos nombres se los conoce. Encontrándose cobijada y protegida de las intemperies por una oquedad en forma de visera rocosa, un lugar que ante mi percepción se me antoja mágico, con unas vistas de los alrededores inigualables, observando desde la altura el discurrir de las aguas del río camerano. Siendo en gran parte este resguardo bajo las rocas el motivo de su decadencia, al sufrir los impactos por desprendimientos ocurridos a través del tiempo.

No solo su ubicación nos hace sorprender, pues su arquitectura es de lo mas inusual, extraña, rara e insólita para este tipo de construcción, pareciéndose más a un búnker alemán que a un espacio dedicado a la oración. Aparentando cualquier cosa menos un pequeño templo religioso, ya que sus formas redondeadas y miméticamente camuflada con el terreno contiguo, por su total enlucido de tonos terrosos, la asemejan ser un elemento mas del rocoso talud. Unas formas que la hacen ser única de su tipo en toda la región riojana y yo diría que hasta en el resto del país, resaltando en ella no solo su inusitado diseño y las interesantes pinturas de su interior, si no también las vistas y el entorno donde se asienta.


Al parecer se trata; aunque es difícil su datación; de una construcción posiblemente prerrománica siglos IX, X (mozárabe) o incluso del V al VIII (visigoda), pudiendo ser la iglesia u oratorio de una comunidad de monjes eremitas, que habitaron las diferentes cuevas que hay en la zona, completando un pequeño cenobio en tiempo de los “godos”. Observándose similitud con otras iglesias visigóticas y prerrománicas, que podrían datarla entre la segunda mitad del siglo VIII y principios del IX. Si que se sabe que fue reformada durante el siglo XII, cuando se le añaden las pinturas murales de su interior.

No es una construcción grande mas bien austera en tamaño, con unas dimensiones aproximadas de 8 x 4,50 metros y correctamente orientada a los cánones litúrgicos (ábside o cabecera a levante y pies a poniente). Consta de planta cuadrada (ligeramente trapezoidal), con cubierta en bóveda de medio cañón y pequeño ábside semicircular, encontrándonos en su interior un arco triunfal de medio punto con dos aberturas laterales, separando el altar y la nave. De aspecto robusto y tosco, el templo se erigió con materiales de no muy buena calidad en mampuesto, aun así la imagen que genera por su esplendido emplazamiento le confiere un aire ascético, convirtiéndola en una coqueta joya del románico riojano.





Su interior aun mantiene pinturas murales, cuya temática se relaciona con el Apocalipsis, representando similitud de trazos con los códices “Beatos”, en especial con los dibujos en los manuscritos mozárabes de San Martín de Albelda y San Millán de la Cogolla, si bien algunos no dudan también en compararlos con los frescos mas antiguos de San Baudelio de Berlanga (Soria). En realidad, sólo se conservan apenas 2/5 partes del conjunto originario, pues se ha perdido completamente la decoración del muro sur, de las bóvedas y de la mayor parte de la cabecera. 


Hay que hacer hincapié, de que la practica totalidad de los templos románicos estaban cubiertos en su totalidad con representaciones que explicaban la vida de “Cristo”, “La Virgen” o los “Apóstoles”, representándose así mismo de forma despiadada y tenebrosa los atroces castigos a los que serian sometidos los que cayeran en pecado. Estas representaciones en infinidad de casos y por motivos diversos han desaparecido, siendo estas prácticamente de las pocas existentes en este territorio. Estando catalogadas como “el conjunto pictórico románico más importante de La Rioja”.

Pasando los siglos, la humilde ermita cayó en el mas absoluto olvido, hasta que fuera nuevamente tomada en valor a mediados del siglo pasado, pero la ruina y el abandono se habían adueñado de ella. Estando gran parte del ábside destruido por algunos desprendimientos de rocas perjudicándola enormemente, requiriendo una intervención de remiendo que se realiza a lo largo de 1953. En 1983, ya en plena democracia y con las competencias sobre patrimonio en poder de las Comunidades Autónomas, se declara la ermita como Bien de Interés Cultural (B.I.C.), pero el desinterés de la administración custodiante es patente, y durante la década de los años 80 y 90 sufre los efectos vandálicos de los descerebrados de turno, destrozando la cerradura de su puerta, realizando pintadas y grafitis en su interior incluso por encima de las pinturas, sirviendo de corral para el ganado e incluso se realizaron hogueras de todo tipo y uso. Es este estado de cosas se determina en 1997 una intervención en el edificio, siendo restauradas las pinturas en 1999 y acondicionado tanto el exterior como en interior de la pequeña iglesia en 2014, estando desde entonces en un aceptable estado de conservación.


Se llega hasta ella por un empinado, zigzagueante y tortuoso sendero que se eleva unos 100 metros monte arriba durante un trecho de algo mas de quinientos. Vereda que, partiendo desde el punto kilométrico 305 de la carretera nacional N-111 Soria – Logroño, va dominando en su ascensión todo el valle, hasta llegar a los rojizos taludes rocosos bajo los cuales se sitúa el oratorio de San Esteban.

La llave de la ermita ha estado custodiada desde hace décadas por Carmen en el antiguo bar de carretera conocido como "Venta de La Paula", justo enfrente de donde comienza el sufrido camino que nos llevan hasta la ermita, pero el fallecimiento de la verdadera cuidadora de la ermita en diciembre del año pasado y el cierre de la “Venta”, que llevaba el nombre de su madre, ha originado que en la actualidad la llave del candado está depositada en el bar “El Refugio” de Viguera, en plena Calle Mayor junto a la Plaza.


Para alargar el acceso hasta este extraordinario enclave del Camero Nuevo, hemos decidido primeramente adentrarnos en las lúgubres entrañas del Barranco de Badén, hasta casi su final. Para ello partimos desde las proximidades de la boca oeste del túnel de Viguera (aparcando junto al cartel que informa sobre el Barranco del Infierno), comenzando a caminar por entre vetustos olivos por una pista que nos llevara hasta la entrada al Barranco de Badén donde se sitúa unos corrales que debemos cruzar para introducirnos en las profundidades del estrecho roquedo. Nada mas cruzar los rediles del ganado podemos observar a mano diestra el Barranco del Infierno al que se refería el cartel del comienzo de ruta. Continuamos ascendiendo entre la vegetación por las estrechas paredes roquedas, hasta llegar a un desvió (izda.) que nos indica “grieta”. Se trata de un interesante, estrecho y oscuro desfiladero sin salida pero muy interesante de transitar, al que se le conoce como "Grieta peña Rota". Vueltos al recorrido principal seguimos subiendo, para por el cauce seco de la torrentera llegar hasta una especie de arco natural que hace una enorme roca desprendida de la pared, llegando hasta unas cuerdas encargadas de facilitan el paso, habilitando la salida del barranco hacia el norte, pudiendo continuar desde allí por varias rutas.





Nosotros retornamos por mismo recorrido realizado (ahora de bajada) hasta los corrales situados a la entrada del impresionante barranco. Desde los que tomamos dirección diestra en leve ascensión hasta llegar a un amplio collado que observamos frente a nosotros, continuando la subida por entre bancales abandonados en dirección noroeste hasta llegar a una vaguada donde deberemos buscar el paso entre la vegetación. Una  vez en la  ladera contraria y ascendiendo por sendas de ganado, en terreno ocupado por zarzales y espinos (aconsejable llevar pantalón largo y camisa de mangas largas), llegar hasta la parte baja de los farallones, donde se sitúa 400 mts. mas adelante la singular ermita.


Contemplar su atrayente apariencia nos genera a los mas profanos en este tipo de conocimientos, sensaciones de verdadero encantamiento, pues nos encontramos en un espectacular emplazamiento, en medio de un entorno hostil, ante un una simple y humilde construcción que sin embargo nos trasmite un cierto exotismo. Su ubicación en un paraje agreste, recóndito y casi oculto, las dificultades de su acceso para llegar hasta ella, las insólitas características de su aspecto arquitectónico exterior y los rescatados restos de sus pinturas murales, la convierten en uno de los enclaves mas singulares, mágicos, misteriosos y apreciados de la región……….. sin duda un lugar de imprescindible visita si decidimos recorrer la Tierra de Cameros.


Ya solo nos queda visitarla, descender la resbaladiza senda y por la orilla de la carretera retornar a donde hemos estacionado el vehículo.


Espero que el lugar os parezca de lo de más sugerente para acercaros a visitarlo.

miércoles, 4 de octubre de 2023

- Bardenas Reales…… en buggi

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De nuevo siento el rebato de las Bardenas Reales para volver de nuevo, hasta ese espacio tan baldío, reseco, árido y agreste, pero que rezuma belleza y extremas sensaciones de sosiego, quietud y placidez al visitarlo. Fue en el año 89 del siglo pasado cuando pisé por primera vez estas extrañas y áridas tierras. Por entonces no estaban tan publicitados sus paisajes y solamente algún perdido articulo en revistas de montaña y sobre todo los libros de Miguel Angulo, daban reseñas de este lugar que hoy se colma con viajeros de otras latitudes, sobre todo franceses. 

Repleto de extraordinarios horizontes por sus cuatro puntos cardinales, se sitúa en el sureste navarro de la Ribera del Ebro, casi en los límites de Aragón, La Rioja y la Castilla más oriental (Soria). En la franja de lo que correspondería a esa España Verde y sin embargo nos muestra un secarral desierto, donde no existe ningún núcleo de población desde tiempos inmemoriales, apenas algunos yacimientos de la Edad del Bronce de hace unos 4.000 años, estando catalogado como el espacio no habitado más extenso de Europa. 

Una de sus singularidades es la no pertenencia a ningún termino municipal, estando su propiedad desde tiempos inmemoriales en poder de la realeza, y de ahí sus apellidos de “Reales”, aunque aprovechamiento, explotación y beneficios recayesen sobre un grupo de 22 entidades (pueblos, valles e incluso un monasterio) denominadas “congozantes”, a las cuales, desde el siglo IX, los sucesivos monarcas le fueron cediendo sus derechos, hasta que en el año 2008 el estado, a través del gobierno de turno (Rodríguez Zapatero), les traspasa definitivamente la propiedad. Nadie vive en su interior, pero su territorio ha sido usado desde tiempo inmemorial para uso del ganado trashumante que se desplazaba desde los valles pirenaicos de Salazar y Roncal, recompensa real a estos valles por su apoyo en las luchas contra los musulmanes durante la reconquista. Llegando a establecerse en las Bardenas hasta 300.000 ovejas, más de la mitad de ellas de los pirineos navarros, manteniendo en la actualidad cada 18 de septiembre como fecha anecdótico-festiva para conmemorar la entrada de ganado a estas tierras, recorridas por cañadas reales (Cañada de los Roncaleses) y otros caminos ganaderos.


 No encontramos ante un paisaje duro, donde el viento, el sol y las fuertes lluvias con sus correspondientes escorrentías sobre unos suelos frágiles de arcilla y yeso, han moldeado un agrietado y singular panorama, conformado por altivos acantilados, potentes barranqueras (Barranco Grande o Barranco de Las Cortinillas) y cerros de verticales paredes que superan los 500 mts. (Piskerra, Rallón o Estroza), todo alternado con extensas llanuras de aluvión. Un entorno semidesértico en medio de una fantástica y frágil naturaleza de increíbles paisajes y formas, que le ha valido como reconocimiento para ser catalogado como Reserva Mundial de la Biosfera, Parque Natural, Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Reserva Natural (Vedado de Eguarás, Rincón del Bú y Caídas de La Negra), un espacio único donde recrearse de la naturaleza y el sosiego. 

Sosiego, cuando no se realizan prácticas de destreza los aviones de la OTAN, pues en su interior está instalado un campo de tiro-aéreo, que formando parte de lo que en su tiempo fuere una Base Militar "americana", establecida en plena dictadura y promovida por el general José Lacalle Larraga, que nacido en Valtierra (uno de los pueblos de las Bardenas) fue creada en 1951. Debo destacar que el mencionado militar, siendo procurador (diputado) de las Cortes Generales (franquistas), voto en contra (con otros 58 personajes mas) de la reforma política que abría el camino a la democracia en nuestro país. Polémica instalación que paso a ser usada por OTAN durante los años 80 del siglo pasado, al entrar nuestro país en esa organización militar (tiempos de Felipe González). Polémica instalación, con sus defensores (sobre todo las poblaciones que se benefician de su cuantioso alquiler) y sus detractores, que no entienden cómo se pueden lanzar bombas en un Espacio Natural. 

Nos encontramos ante un territorio singular por su composición geológica, debiendo de retornar veinte millones de años para entender su formación, tiempo en que estos suelos se encontraban delimitados y "cerrados" por la Codillera Pirenaica, el Sistema Ibérico y la Sierra de Catalanides, generándose con las consiguientes lluvias un gran lago sin salida, creándose a través de los millones de años unos enormes sedimentos. Pasado el tiempo y llegando a hace unos diez millones de años, esta enorme laguna consigue salir hacia el Mediterráneo, por la costa catalana, creando la cuenca del río Ebro. Con el transcurso del tiempo la acción del agua y del viento generan una potente erosión que aun continua, creando estos insólitos y espectaculares paisajes. 

Con una superficie de 42.500 hectáreas, lo que supone el 4% de toda Navarra, se extiende unos 45 kilómetros de sur a norte y alrededor de 24 de levante a poniente, conformando excepcional y extraordinario entorno, que a tan solo 70 km. de los Pirineos podemos calificar de desierto, pero no un desierto cualquiera. Visitarlo es casi imprescindible, conocerlo debería ser una obligación y recorrerlo una seducción. 



Un coctel de sensaciones nos encontramos al transitar por sus desnudos espacios de estéril aspecto, pero respirando vida, pulso vital observamos en sus humedales, cultivos y los aislados bosquetes de pinos, que entre los socárrales podemos vislumbrar. Un sobrecogedor entono de caprichosas y erosionadas formas que nos trasladan lo enigmático y mágico de lugar, que nos traslada a través de su orografía una enorme fuerza, pero que sin embargo alberga unos ecosistemas de suma fragilidad que debemos cuidar, proteger y mantener. 

Hacia las Bardenas Reales debemos acercarnos pero hasta que te decidas a ello, las puedes conocer mejor pinchando en estos enlaces:

- Piskerra y Rallón, que custodiando la Bardena Blanca, domina los entornos más claros, formados fundamentalmente por sustratos de yeso, que generan una vegetación esteparia, conformando su entorno la zona más visitada y espectacular.

- Vedado de Eguarás y Rincón del Bú, pudiéndose admirar en el primero, un pequeño circo rodeado de barrancos de yeso y poblado de sabinas, rebollos y romeros. En el caso del segundo abundan los cortados donde anidan los búhos reales (de ahí su nombre "bu"), alimoches y hasta águilas reales. 

Esta vez las hemos recorrido en "buggi", un alegre, atrevido y novedoso forma de transporte por el que se pueden transitar algunos de sus recorridos. Espero os guste.