sábado, 30 de enero de 2010

- 20.000

Cada vez tengo menos tiempo para preparar la canción con la que os pretendo agasajar al cumplir cada 2000 entradas a este blog, esta variable de las visitas a mi pagina cada vez es mas corta en el tiempo, al principio de comenzar este camino visual, fueron 194 los días que transcurrieron para conseguir las primeras dos mil visitas, hoy en solo 25 han sido superadas...no tengo ningún afán de records, de fama o ambiciones literarias, esto me sirve como formación permanente, de relax y entretenimiento, también es una forma de tener en cierta manera organizadas mis cosas y las imágenes que consigo sacar de todo los que me rodeas.....de todas las maneras gracias a los que sois asiduos de este quehacer mío, 20.000 regalos mereceríais.

Lo que hoy traigo es una canción de Neil Young, intérprete canadiense ya puesto en años, pero no por ello menos intenso en su actividad. Criado de niño en un ambiente musical, comenzó su carrera a finales de los años 50 inspirado por la música “folk”, formando junto a Bob Dylan y Joan Baez el trío legendario de ese representativo y singular movimiento musical de la extraordinaria década de los años 50, evolucionado como el mismo Dylan a espacios cercanos al “Rock", alternando la guitarra acústica con la eléctrica. En1966 creó en California el grupo Buffalo Springfield disuelto a los dos años, posteriormente se asocia con David Crosby, Stephen Stills y Graham Nash creando CSNY, con los que ha trabajado bastante, pero su trayectoria fundamentalmente ha seguido siendo la un músico solitario y nada comercial, , huyendo siempre de los cultos a McDonald's y al iPod.

Heart of gold, la música hoy os pongo, es una de esas canciones de su etapa de transición, editado en 1972 dentro de su magnifico álbum “Harvest”, en la que con toda su sensibilidad nos traslada la búsqueda de un “corazón de oro”. Con este mismo titulo en 2006 el cineasta neoyorquino Jonathan Demme realiza una película sobre él, verdadero retrato musical de la vida de Neil Young.



Young siempre ha sido un cantante comprometido, un ecologista declarado y un antimilitarista practicante. A comienzo de los 70 compuso la canción “Ohio” dedicada a los cuatro estudiantes asesinados en una manifestación en contra de la guerra de Vietnam, son muy conocidas sus anécdotas con los Bus, en los años 90 le dedicó la canción "Rockin´in the free world" al padre y al hijo(George Walker Bus) le dedico en 2006 el álbum "Living with war", sendos temas en contra de las agresiones al pueblo Iraki, también compuso el tema "Southern man" para denunciar el racismo en el sur de los Estados Unidos.

Aquí os pongo el video de "Rockin´in the free world" para los que estéis interesados en algo mas fuerte.

Tened buen dia todos..........

lunes, 25 de enero de 2010

- Petra ...........la ciudad perdida de Burckhardt

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Un lugar único en el mundo, no solo por su historia, sus templos, sus tumbas y su ubicación, también Petra es única por su color. Paseando por ella podemos contemplar los tonos rojizos de las piedras talladas en el exterior, pero si nos asomamos al interior de sus mausoleos o tabernáculos podemos maravillarnos del porque se la denomina “La Ciudad Roja”; el tiempo y el agua han ido filtrando sobre su piedra arenisca, las sales que la conforman, sacando a la luz unas tonalidades creando verdaderas escenas surrealistas, auténticas obras de arte formadas por la naturaleza, cuadros de un abstractismo digno de las mejores salas del MoMA Neoyorquino o de la TATE Londinense; a través de esos colores podemos construir en nuestra imaginación cualquier escena kandinskyana y elevar nuestros oníricos pensamientos hasta cualquier lugar del firmamento.

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Petra es la historia del pueblo nabateo, tribu de pastores nómadas llegados desde el sur aproximadamente en el año 312 a.C., procedentes la península arábiga, posiblemente de lo que hoy denominamos Yemen. Aquí se asentaron creando su reino siendo Petra su capital, ubicada en un lugar estratégico en el que coincidían las rutas caraveneras que cruzaban desde el valle Hadramaut al sur de la Península Arábiga, hasta el mar Mediterráneo. Antes de ellos se tiene conocimiento que la zona estuvo habitada por los edomitas e incluso tribus de la edad del hierro, como se ha podido acreditar en las excavaciones realizadas en Beida, justo en la Pequeña Petra.

"Las especias eran llevadas desde Leucé Comé a Petra, y desde allí a Rhinocolura, en Fenicia, cerca de Egipto, y desde allí a los otros pueblos." (Estrabón XVI, 4,24)
Una ciudad esculpida mas que construida, aprovechando sus rocas y hendiduras para crear la herencia que hasta nosotros ha llegado. Durante los tres siglos que duró su hegemonía, entre el II a.C. y el II d.C., contaba con mas de 30.000 habitantes y un teatro para 3500 espectadores. Sus limites fueron variables pero fundamentalmente comprendían desde el sur del Mar Muerto, al norte de la Península Arábiga y el Neguev con la meseta de Edom.

“Y labraban sus casas en las montañas, creyéndose seguros”. (El Corán, Sura XV, o de Petra, 82)En Petra desarrollaron su cultura y su ingeniaría en torno al agua, factor fundamental de su economía, decayendo su predomino cuando esta empezó a escasear y las caravanas cambiaron Petra por Palmyra como lugar de descanso y aprovisionamiento.

Los romanos la anexionaron al imperio en año 64 a.C., pero supieron mantener una buena relación con los nabateos permitiéndoles mantener su autogobierno.

Un fuerte terremoto destruyó gran parte de la ciudad en el año 363. No obstante ésta continuó existiendo varios siglos más, llegando incluso a ser diócesis de un arzobispado bizantino. Durante esta época muchos edificios antiguos fueron reutilizados o derribados para construir otros nuevos, en particular varios edificios públicos e iglesias.

En 551 otro terremoto, arrasó la ciudad casi por completo. De esta catástrofe Petra ya no pudo recobrarse, ya que los cambios en las rutas caravaneras habían reducido el interés estratégico del enclave a favor de otras ciudades, el ochenta por ciento de aquella ciudad hoy aún permanece oculto bajo la arena, permaneciendo en el olvido hasta su descubrimiento.

Pero Petra es sobre todo la historia de Burckhardt, explorador, aventurero y espía.

Johann Ludwig Burckhardt fue quien dio con una ciudad arrancada a la piedra que se creía perdida desde hacía siglos. Cuando Burckhardt atravesó el siq (cañón) que da entrada a la ciudad de Petra era el 22 de agosto de 1812. Para entonces llevaba más de tres años viviendo una vida ajena, mintiendo y temiendo ser descubierto, pues ello le costaría la vida.

Había nacido en Lausana (Suiza) en 1784 y cursado estudios en las universidades de Leipzig y Gottinga. Visitó Inglaterra en el verano de 1806, con una carta de presentación del naturalista Johann Friedrich Blumenbach, ofreciéndose como explorador a Joseph Banks, una de las personalidades más respetadas de su época,.a la sazón presidente de la prestigiosa Royal Society y miembro de la African Association, organización cuyo objetivo era mejorar el conocimiento de la geografía africana, aceptaron su oferta para poner en marcha una expedición dirigida a descubrir la fuente del río Niger. Una vez aceptada, Burckhardt planeaba viajar a Oriente con el fin de estudiar el árabe, en la creencia de que su viaje por África se vería facilitado, si era aceptado como musulmán. Como preparación, Burckhardt estudió brevemente la lengua árabe en la Universidad de Cambridge, y se preparó de forma rigurosa para su carrera como explorador, para lo que se dedicó a vagar por el campo sin ninguna protección contra el sol, con la cabeza descubierta, durante una ola de calor, subsistiendo solo con verduras y agua, y durmiendo al raso. En aquellos años la profesión de explorador no era cualquier cosa.

El mundo de entonces era un lugar peligroso en cuanto se abandonaban los núcleos urbanos. Los extranjeros a menudo no eran bienvenidos, era necesario llevar consigo todo lo que uno pudiera necesitar y las enfermedades resultaban mortales con frecuencia. Consciente de los riesgos y dispuesto a minimizarlos, Burckhardt se sometió a un riguroso entrenamiento que incluía ejercicio físico y ayunos. En Londres y Cambridge estudió árabe y medicina, conocimientos que le serían útiles en su expedición. Su intención era unirse en El Cairo a alguna de las caravanas que salían con destino a Fezzan, en el sur de Libia y desde allí alcanzar la legendaria Tombuctú, destino de otros exploradores antes que él y que habían perdido la vida en el intento.

En marzo de 1809 partió para Oriente, con la intención de perfeccionar el árabe y familiarizarse con el mundo islámico antes de dirigirse a Egipto. Sabía que un cristiano occidental no conseguiría completar la hazaña que se proponía, así que se creó una nueva identidad en Malta. Sabía también que no podría engañar a los árabes haciéndose pasar por uno de ellos. Necesitaba una historia que resultara verosímil y creó a Ibrahim Ibn Abdallah, un comerciante indio de fe musulmana que volvía a su hogar tras haber pasado su juventud en Inglaterra. Ello justificaba su acento. Además, cuando alguien por curiosidad le pedía que se expresara en hindi, Burckhardt les hablaba en un dialecto suizo que nadie podía entender. Existen indicios de que su conversión al Islam pudo haber sido sincera.

La travesía hasta Siria se prolongó más de lo previsto por los frecuentes cambios de destino en los barcos. Los capitanes, una vez embarcado el pasaje y cobrado el dinero, revelaban en alta mar su ruta real. Burckhardt no perdió el tiempo y anotó todo lo que vio: vías de comunicación, medios de transporte, cultivos, fábricas, artículos de comercio, defensas, armamento... En varias ocasiones estuvo a punto de ser detenido por espía, pero siempre logró escapar de la muerte gracias a sus profundos conocimientos del Islam, que le permitieron superar los exámenes a que fue sometido.

Permaneció dos años y medio en la ciudad Siria de Aleppo para aprender las peculiaridades dialécticas del árabe. Desde esta ciudad efectuó viajes para conocer a los beduinos del desierto, con los que a veces convivía durante meses. En estas excursiones visitó Palmyra e hizo un viaje por las ciudades de la Decápolis. Fue allí donde se enteró de la existencia de una ciudad abandonada que los árabes creían obra de los encantamientos malignos de un gran mago llamado Faraón. Sólo algunas tribus de beduinos utilizaban estacionalmente las tumbas como morada y ponían un especial empeño en desalentar las visitas imprevistas.

Burckhardt dedujo que aquella ciudad podría ser la que la Biblia menciona como Sela, "Petra" en latín. Según la Biblia, ése fue el lugar donde fue enterrado Aarón, el hermano de Moisés. El explorador supuso que si era capaz de encontrar esa tumba, encontraría Petra. Contrató un guía para que lo llevase hasta la sepultura de Aarón, también venerado por los musulmanes, a fin de ofrecerle un sacrificio.

El explorador suizo descendió por la margen oriental del Jordán hasta el sur del mar Muerto. Siguió al guía hasta una pared de piedra aparentemente sólida que, conforme se acercaban, mostraba una reducida y profunda hendidura por la que se internaron. Tras atravesar ese desfiladero, Burckhardt se topó con la fachada rojiza de un elaborado edificio de 30 metros de altura cincelado delicadamente en la roca. Maravillado, caminó un poco más para encontrarse en la calle principal de lo que identificó correctamente como Petra, la capital perdida de la Arabia Pétrea, un lugar no hollado por los europeos desde el siglo XII.

Hubo de reprimir su emoción mientras contemplaba las elaboradas fachadas de las tumbas excavadas en la roca y los fascinantes restos de la legendaria ciudad. Si sus acompañantes hubieran sospechado que se trataba de un occidental, su vida habría corrido peligro así que, pretextando necesidades fisiológicas urgentes, se alejó de sus acompañantes beduinos y en cuclillas y cubierto por su manto, logró escribir las notas que luego le servirían para elaborar un informe a sus patrocinadores londinenses Burckhardt no logró llegar a la tumba de Aarón. Su guía, receloso de sus intenciones, se negó a continuar viaje. Pero su misión estaba cumplida. Había descubierto una ciudad antigua erigida en un anfiteatro natural y perdida durante un milenio.

La carrera de cualquier explorador hubiera quedado ya satisfecha con semejante descubrimiento. Pero Burckhardt aún tenía muchos kilómetros por recorrer. Después de visitar Petra llegó a El Cairo, desde donde realizó dos visitas a Nubia. En la segunda de ellas llegó a Suakin, en el mar Rojo, donde embarcó para Arabia. En agosto de 1814 llega a Yedda y escondido tras su identidad musulmana, participó en la peregrinación a La Meca sin despertar sospechas, anticipándose en varios años a Richard Burton en tan peligrosa hazaña (es necesario recordar que antes de Burckhardt el español Domingo Badía, más conocido como Alí Bey, espía al servicio de Godoy, había llegado hasta estas ciudades prohibidas a los infieles, hecho que Burckhardt reconocía a regañadientes).

En la primavera de 1816, para huir de la epidemia de peste que azotaba a El Cairo, viajó al Sinaí. A su regreso supo que una caravana procedente de La Meca se disponía a ir a Fezzan y Tombuctú. Creyó que había llegado al fin el momento de terminar con éxito el viaje que había empezado en Malta ocho años antes, pero sus problemas de salud empeoraron y falleció en octubre de 1817. El explorador está enterrado en El Cairo y la lápida que cubre sus restos lleva el nombre árabe que escogió para su doble vida.

Este relato sobre la vida de Burckhardt, y que sitúo en “cursiva”, es integro el que nos traslada amrazgz; por su interés, conocimiento y forma de relatar, lo transcribo literal a pesar de su extensión.

Descubridor también del los templos nubios de Abu Simbel en 1813, fue un verdadero explorador y aventurero, solo comparable en el tiempo con Marco Polo o nuestro compatriota Domingo Badía (Ali Bey), verdaderos precursores en los descubrimientos de nuevos lugares y culturas, no como el peliculero director de “Al filo de lo imposible”.

La sensación al atravesar el siq y encontrarse con Petra debió de ser parecida a la de Hiram Bingham al ver por primera vez Machu Picchu, la de Henri Mouhot al descubrir los templos de Angkor, la de Livingstone al encontrase con las Cataratas Victoria o la de René Caillié al contar por primera vez su visita a la mítica Tombuctú.

Todos nosotros siempre hemos tenido aunque fuese en otro nivel, la esperanza de encontrarnos lugares mágicos y desconocidos, ya solo queda por descubrir la Atlántida, pero yo nado fatal y bucear nada de nada, así que me tengo que conformar con imaginar esa sensación que los grandes exploradores sintieron al ver semejantes maravillas.

No quiero relataros aquí los distintos monumentos que en ella podemos visionar, cualquier guía lo hará mucho mejor que yo, pero si aconsejaros el mejor itinerario para poderla disfrutar en su magnitud, fuera de los recorridos convencionales de las masas multicolores que día a día la visitan.

Lo primero es invitaros a madrugar, comenzar el recorrido al poco de abrir sus puertas y traspasar el “siq”, aquí nos encontraremos a solas con “El Tesoro”, pero su luminosidad a esas horas tempranas no será la ideal. Continuaremos por el “siq interior” hasta la zona del Teatro, este sí que estará iluminado en su plenitud para poderlo visitar junto con la “calle de las fachadas”, retrocedemos sobre nuestros pasos y volveremos al Tesoro, ahora si que estará ya irradiado por el astro rey, aunque su visión será mucho mas ruidosa. Retornamos hasta la calle de las fachadas y ascenderemos por un barranco los 788 escalones tallados en la roca hasta llegar al monte Attuf, en el cual se haya el “Alto lugar de Sacrificios”, desde donde la visión de toda Petra es grandiosa. Desandamos el último tramo y tomamos dirección oeste para descender por el estrecho barranco de Wadi Farasa, este recorrido es posiblemente el mejor de todo el conjunto, casi nadie nos interrumpe en nuestra visión, a cada paso del sendero-escalera nos encontramos una sucesión de tumbas y templos de una originalidad impresionante, al final del barranco salimos al amplio valle de Wadi Toughra, giramos a diestra sin perder mucha altura rodeando la montaña que hemos descendido y salimos hasta las proximidades del Teatro, cruzamos el sendero principal y tomamos dirección a las “Tumbas Reales”, desde aquí a media ladera, nos dirigimos hacia los restos de la “Iglesia Bizantina”.

En sus proximidades un chirringuito nos resarcirá en parte del calor sufrido durante el paseo y serenará nuestras gargantas (aquí no hay cervezas), en él encontré unos ojos y una mirada difíciles de describir, la reflejé en mi cámara, pero si no hubiera sido así, también la habría guardado en el fondo de mi ser, la mirada risueña y serena de una niña ya mujer, su ojos brillaban como gemas, en ellos estaban reflejados la dulzura de su corta edad y la madurez de la vida de estas mujeres, que aun en su pubertad han vivido lo suficiente como para que esos ojos nos la pudiesen trasladar.

Descendemos nuevamente al camino principal, allí si encontraremos cerveza en sendos restaurantes, pero no hallaremos esa mirada y esa sensación. Desde aquí partiremos por un nuevo barranco para ascender al Deir (Monasterio), nuevamente escalones y mas escalones esta vez en número aproximado a los 850, será ya hora de tarde y su iluminación la perfecta, ascenderemos un poco más, llegando a un cerro que se localiza justo enfrente, desde donde la visión es grandiosa, podemos divisar a nuestro alrededor todo el completo escenario de Petra, la tumba de Aarón y en la lejanía el valle de Wadi Araba, desembocadura natural del Mar Rojo.

Desandamos todo lo caminado y por la ruta tradicional volvemos a Wadi Musa ya avanzado el atardecer, un recorrido de aproximadamente 20 Km. que realizamos en unas 10 horas.

Wadi Musa ”río de Moisés” es el nombre que tiene el nuevo pueblo creado para dar infraestructura a todos los visitantes de Petra, aquí según la tradición bíblica se sitúa el episodio en el que Moisés hizo brotar agua de una piedra, para saciar la sed de su pueblo durante su camino a la Tierra Prometida. Es un manantial que nace en las proximidades de la población, conocido como la fuente de agua, que según las Escrituras, el patriarca Moisés hizo brotar milagrosamente en el desierto al golpear con su vara una peña.

"Al llegar a Refidim faltó el agua de nuevo y el pueblo protestó diciendo que Moisés los había sacado de Egipto para matarlos de sed (vss. 2-3). Moisés creyó que esta vez lo apedrearían (vs. 4). Pero el Señor, pacientemente dijo a Moisés que se acompañara de algunos ancianos y con su vara golpeara la “peña de Horeb”. Así lo hizo Moisés y la crisis pasó (vss. 5-6). Aquel lugar fue llamado Masah y Meriba, pues allí provocaron a Dios". (Éxodo, 17:1-7)La aparición de Musa ("Moisés") en muchos topónimos de la región responde a este recuerdo.

También en Petra esta situada la tumba de Aarón, hermano de Moisés, en lo alto de la cumbre del Jebel Harum, que desde muchos lugares hemos podido divisar, se ubica el morabito de cúpula blanca en el que según la leyenda fue enterrado. Una excursión merece tambien este lugar, pero el tiempo, ese fatídico elemento nos impidió su visita.

Petra figura, bien merecida, en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde el año 1985, una joya que el tiempo ira desmoronando, pero que la historia y un suizo han hecho sea uno de los enclaves mágicos de la antigüedad.

jueves, 21 de enero de 2010

- Jordania...........la tierra del Jordán

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Al sur de Siria una frontera irreal nos da la acogida a Jordania, una linde que como tantas otras, fue mercadeada después de la primera gran guerra mundial por potencias coloniales occidentales, alejadas en la distancia, en la cultura y de las gentes de estas áridas tierras que hoy denominamos Próximo Oriente, fronteras que como cada día podemos observar en las noticias, siguen siendo hoy producto de cisma y controversia.

Jordania es uno más de esos países que conforman nuestro más cercano oriente; parecido a sus vecinos pero tan diferente, nos da una sensación de occidentalismo, pero no lo es, un efecto de modernismo, pero tampoco, una impresión de emancipación, pero sigue dependiente de su situación geográfica, un país de lugares “santos” y no solo para los viejos cristianos, un país de refugiados que se le hacen incómodos, un país de arena bañado por un mar muerto, un país árido y estéril recorrido por un río, ................ Jordania, la tierra del Jordán.

Su capital Amman es una ciudad incomoda, no tiene mucho que escudriñar, solo los restos romanos como el Odeón y el Teatro son dignos de admirar, así con la Ciudadela de Jebel al-Qal´a, desde donde las vistas del complejo urbano, nos da una idea de la ciudad color ocre que ha ido creciendo a su alrededor. Fundada por los amonitas en el 1.200 a.C., si bien su antigüedad puede relatarse desde los tiempos neolíticos de 6.500 años a. C., fue construida como Roma sobre 7 colinas y por ella han pasado asirios, persas, griegos al mando del Gran Alejandro, romanos y árabes.

Solo merecen ser recorridas sus calles Al-Muhajereem y Quraysh, próximas al mercado de frutas y verduras, en sus inmediaciones podremos buscar el restaurante Cairo, de consumo autóctono, donde por primera vez pudimos observar con que maestría una mujer completamente vestida de negro, conseguía comer sus alimentos con el velo que le cubría completamente la cara, la cual en ningún momento de nuestra insistente curiosidad pudimos admirar. Ascendiendo hacia la Ciudadela por la calle Al-Shabsogh, en la esquina con Mazhar Raslan encontramos una pastelería en donde somos textualmente “regalados” con unos exquisitos pastelillos .......... pastel, pastel; pastel es la constante de este viaje, por todas las aldeas, por todas las ciudades, en cada calle, en cada esquina, encontramos estas tiendas a donde nuestros ojos nos fuerzan a entrar...................sobre todo a uno de nosotros.

Tres sitios de interés nos traen fundamentalmente a esta tierra: Gerasa, Petra y Wadi Rum, de los dos últimos tendréis referida cuenta en sendos artículos que pronto podréis descubrir en este blog.

Gerasa la “Pompeya de Oriente Medio” es la ciudad romana que más me ha impresionado de este viaje, su situación aprisionada por la ciudad nueva desmerece al contrastarla con Palmyra o Apamea que brillan por si solas en su aislamiento, pero sus restos son comparables, siendo sus ruinas en muchos casos superiores a ellas. Un día de lluvia nos trajo hasta aquí y esos grises cielos reflejados en sus piedras hasta parecían contarnos su historia; dos teatros, hipódromo, una impresionante calle principal (Cardo Maximus) repleta de columnas, baños, asombrosos arcos triunfales como el de Adriano, templos, iglesias, pero sobre todo una plaza oval columnada única en su genero que conforma el Forum, símbolo e identidad de esta singular ciudad, una de las urbes que integraron la Decápolis. Pasear entre sus columnas casi en la soledad sobrecoge por la magnitud de sus edificios y la calidad de sus trabajos; están sin completar sus excavaciones, solo un 10 % ha sido descubierto, inmensos espacios están todavía sin tocar por las manos de los arqueólogos, parecemos miniaturas en un decorado real de lejanos tiempos, somos parte de un pasaje urbano de hace mas de 2000 años.

Desde aquí partimos dirección poniente dirigiendo nuestros pasos hacia el valle del río Jordán, cruzando por debajo de la fortaleza de Ajloun, aquí se nota que la influencia de visitantes forasteros es mas escasa, hasta podríamos decir que inexistente; las carreteras, las aldeas, los comercios y hasta los precios están acordes de esa falta de viajeros foráneos. El Jordán se convierte en un fértil y productivo valle, paisaje que lo hace casi único en todo el país, lo recorremos hacia el sur hasta el Mar Muerto, mientras vemos como el atardecer da paso a la noche, en la que llegamos a población de Madaba.

Situada a 35 km. de la capital y a 18 del aeropuerto internacional, Madada tiende con el tiempo a convertirse en el lugar de recepción de viajeros más importante de todo el país, lugar ideal para crear base en contraposición con Amman y una buena ubicación para visitar el norte y sur del país.

Llamada la “ciudad de los mosaicos” por la importancia que de estos podremos hallar en ella de la época Bizantina y Omeya, es un importante centro cristiano y de peregrinación. En la iglesia ortodoxa de San Jorge se encuentra un famoso mosaico-mapa del siglo VI, del que se conserva solo un tercio de lo que fue, algo decepcionante me pareció para lo que había leído sobre él, pero ya se sabe que muchas cosas de las que se leen, se las idealiza y luego causan en nuestro interior una sensación decrepita, aunque su visión es obligada, pues en él está el primer atlas en mosaico de Palestina, el más antiguo de Tierra Santa, en el centro del mismo encontramos un mapa de gran precisión, en el que podemos distinguir desde Egipto al Líbano, el Delta del Nilo, el mar Muerto y Jerusalén en el centro de la imagen.

Pasear por la tranquilidad de sus noches, antes o luego de una estupenda cena en el restaurante Haret Jdoudna, que nos fue recomendado por unos jordanos católicos que encontramos la noche que llegamos, ubicado la céntrica calle Talal, próximo a la iglesia de San Jorge, sin duda el mejor restaurante de la ciudad, es un relajo después de todo un día de intenso ver y escrutar sitios, lugares y gentes.

El Hotel Mariam en la calle Aisha Um Al Mumeneen a unos 800 m. del centro, está muy bien para alojarse unos días y también en la misma calle un poco mas abajo, el Hotel Rumman con mejores habitaciones, más nuevo, prácticamente recién inaugurado, con un trato por parte de Yanal cordial e inmejorable, es el que recomendamos a todos los que visitéis esta ciudad.

No quiero seguir el recorrido sin mencionar un curioso hecho, salíamos de Madaba al atardecer en dirección oeste, buscando un buen lugar para poder fotografiar la despedida del sol sobre el estado de Sión, con el Mar Muerto a sus pies, se nos hacia tarde y el sol iba en su adiós más rápido que nosotros, en la pequeña aldea de Main nos tuvimos que desviar para no perdernos el magnifico espectáculo; mientras nuestros dedos intentaban rescatar imágenes para recordar en el tiempo, unos lugareños, hombre y mujer, que imaginamos fueran matrimonio, en esa edad en la que se está entre la madurez y la vejez, se nos acercó a saludarnos con una enorme sencillez y amabilidad, chapurreamos con ellos los consabidos: somos de España y que hermoso atardecer; en un momento de la corta charla, el señor con una placidez que su cara reflejaba, nos invitó a su casa para que pudiéramos tomar un café, nuevamente nuestro corto espíritu rechazo su convite, nuevamente perdimos la oportunidad de conocer mejor sus rostros, esos rostros que la edad hace que comuniquen mas que las palabras; pero si que ese instante ha quedado reflejado en mi mente, mucho mejor que las imágenes tomadas aquel atardecer en Main.

A 9 km. de Madaba se ubica el Monte Nebo, mítica loma donde las “sacras escrituras” nos cuentan como Moisés reveló a los hijos de Judea la “tierra prometida”, a la que él nunca llegaría. Profeta no se si seria, pues yo receloso soy sobre esas cuestiones, pero listo si que lo era, después de recorrer guiando a su pueblo durante ocho años desde su salida de Egipto por tierras totalmente áridas y desiertas, descubrió desde el Monte Nebo, en la lejanía, el fértil valle del Jordán, único lugar productivo que se encontró en todo su periplo, anunciando a su pueblo que esa era la tierra deseada por su Dios. En los alrededores del monte dicen que se enterró su cuerpo, hoy podemos visitar sino están en proceso de restauración, los restos de una basílica en donde unos hermosos mosaicos nos resarcirán de la visita a este lugar de peregrinaje.

Un fragmento del Deuteronomio (34: 1-8) comenta este hecho:
Subió Moisés de los campos de Moab al Monte Nebo, a la cumbre del Pisga, que está enfrente de Jericó; y le mostró Jehová toda la tierra de Galaad hasta Dan, todo Neftail. Y la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar occidental; el Neguev, y la llanura, la vega de Jericó, ciudad de las palmeras, hasta Zoar. Y le dijo Jehová: Esta es la tierra de que juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré. Te he permitido verla con tus ojos, mas no pasaras allá.
Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová. Y lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y ninguno conoce el lugar de su sepultura hasta hoy. Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor. Y lloraron los hijos de Israel a Moisés en los campos de Moab treinta días; y así se cumplieron los días del lloro y del luto de Moisés.
Partimos por el “camino de los reyes”, esta ruta histórica se extiende desde Damasco y Ammán hasta Aqaba, nos conduce por los monumentos históricos-bíblicos, donde se asentaron nabateos, romanos y bizantinos, con fortalezas del tiempo de los cruzados y lugares de vigilancia. En Umm Ar Rasas (Mefaat) visitamos sus ruinas, especialmente la iglesia de San Esteban, que datan del 718 d.C. Están muy bien conservados y se podemos observar a la perfección la representación en mosaico de las quince principales ciudades de Tierra Santa. Es uno de los más importantes y conocidos de Jordania, revelando la intensa actividad vivida por la comunidad cristiana en la ciudad durante el periodo bizantino-omeya.

Desde aquí continuamos hacia Wadi Mujib, un abismo, una hendidura de 4 km de ancho, mil metros de profundidad y 70 km. de largo, un gran valle que corta el país en dos, desde el desierto hasta su desembocadura en el Mar Muerto, convirtiéndolo en una frontera natural entre norte y sur, en sus proximidades se encuentra el trazado de una calzada romana, se trata de una de las calzadas ejecutadas por Trajano tras la anexión del reino nabateo. Esta enorme grieta fue creada por el movimiento de la corteza terrestre. En los tiempos bíblicos esta fisura llamada Arnón, marcaba el confín entre las tierras de dos pueblos, encarnaba la linde: el norte de ella correspondía a los moabitas, el sur a los edomitas y mas tarde a los nabateos.

Tras pasar la legendaria ciudad cruzada de Kerak (Al Karak) la cual no nos causo una gran sensación, pues ya habíamos admirado fortalezas de mayor dimensión, llegamos ya en noche cerrada a la aldea de Dana, de origen otomano fue abandonado por sus habitantes hace una generación, hoy esta en fase de reconstrucción, dedicado al turismo de naturaleza, cenamos y dormimos en el Hotel Tower, contratando un guía para el día siguiente que nos condujera durante una caminata por los barrancos de Al-Barra, en medio de la Reserva Natural y aun siendo un paisaje aspero es mucho más verde que todo lo que hay alrededor.

Este territorio protegido tiene uno de los más asombrosos paisajes de Jordania, ocupa desde la montaña Sharaa en el norte a 1800 metros de altura, hasta las colinas de arena de Wadi Araba, que se encuentran a nivel del mar, La Reserva de Dana creada en 1990 está compuesta por una cadena de valles y montañas, que abarcan desde la parte superior del valle de Rift hasta la parte inferior del desierto de Wadi Araba.

Después de visitar Petra y recorrer Wadi Rum llegamos hasta Aqaba al sur del reino Hachemita, puerto del mar Rojo, la ciudad mas occidentalizada de toda Jordania y posiblemente de todo el Medio Oriente árabe, comentan que sus fondos marinos son muy reconocidos por los submarinistas, pero no encontramos muchas cosas de interés y partimos dirección norte, esta vez camino del Mar Muerto por la desértica zona del Wadi Araba, literalmente pegados al estado de Sión (Israel), en donde somos vigilados a través numerosas torretas militares durante todo nuestro recorrido.

Hacemos una parada en la desembocadura del Wadi Mujib, donde somos informados que hace una semana ha sido cerrado el camino por el siq (cañón) que pensábamos recorrer, al haber comenzado la época de lluvias.

Dedicamos un día para recorrer las fortalezas del desierto que se sitúan en la carretera que parte de Amman camino de Irak, en donde visitamos tres de ellas: la primera que vemos es Qasr Kharaneh, un fuerte romano transformado durante los siglos VII y VIII en caravansar. Unos kilómetros mas adelante está Qasr Amra el mas interesante de todos, no solo por su original arquitectura, en su interior conserva unos frescos de la época del califato Omeya, en uno de ellos esta representado entre otros nuestro ultimo rey godo Don Rodrigo, también hay una interesante pintura que representa el zodiaco.
Por ultimo nos dirigimos a Qasr Azraq, sin duda el menos vistoso por encontrarse en medio de la ciudad que ha ido creciendo en medio del oasis, fue una importante parada en tiempo de las caravanas. Construido en piedra basáltica es un verdadero fortín que Lawrence de Arabia utilizó como cuartel general en 1917 durante la guerra árabe-turca, también aquí visitamos la Reserva Natural de Azraq al-Shishan, un humedal donde se protegen distintas especias animales, mantenida con fondos franceses, pero con la mala suerte de que todo el carrizo se había quemado por descuido unas semanas antes de nuestra llegada, el paisaje era totalmente desolador.

Y como andamos por tierras bíblicas, en el Génesis, que por cierto se le atribuye su autoría a Moisés, Dios dijo después de crear el mundo............. que el ultimo día descanso, ................ nosotros le hicimos caso y dedicamos ese día a baños en el Mar Muerto y la noche a mas baños en el balneario de Main. Hammamat Ma’in es recomendable desde todos los puntos de vista y mas para terminar un magnifico viaje. Situado en un angosto valle no muy lejano del Mar Muerto camino de Madaba, las fisuras subterráneas de lava calientan el agua hasta alcanzar los 65°C, a medida que desciende por el valle antes de alcanzar el río Zarqa, aquí encontramos 109 fuentes termales frías y calientes, formando cascadas que terminan en unas piscinas naturales, donde nuestros cuerpos se resarcen de cualquier castigo y hasta de la maldad. Un lugar poco visitado por foráneos, en donde se puede masticar la realidad del gusto de las gentes de este país, en el que el rey Herodes tuvo una residencia de placer.

Espero os haya interesado.

martes, 5 de enero de 2010

- 18.000

Nada mejor que comenzar el año con música, esta vez el regalo que por aquí os dejo para premiar vuestra perseverancia y paciencia, al haber llegado a las 18000 visitas, es algo diferente a lo que hasta ahora había puesto, pero el pasar de un año a otro lo merece.

Ni mas ni menos que el cuarto movimiento de la 5ª sinfonía de Mahler, el “Adagietto”. Esta composición con la que Gustav Mahler nos presenta la máxima expresión del sentimiento humano, está relacionada con la muerte, tal vez porque presentía la suya al año siguiente de haberla perfilado definitivamente. Este movimiento esta escrito únicamente para orquesta de cuerda y arpa, con lo que la pureza de sus notas nos hace más fuerte aun si cabe esa sensación de introducirnos en la música.

La Primera vez que la escuché fue alrededor de 1972, durante la proyección del film de Luchino Visconti “Muerte en Venecia”, por aquel entonces las películas duraban en cartel mas de una semana. Esta cinta nunca la he podido volver a ver, pero dejó en mi una sensación de nostalgia lejana.........la escena gris en la playa del Lido de Venecia, siempre ha estado en mi mente, al igual que la música de Mahler.

La obra de Visconti esta basada en el libro de Thomas Mann “La muerte en Venecia” y a través de ella podemos observar de una forma vaga un cierto retrato de Mahler, así como el camino hacia la decadencia de la ciudad italiana. Un buen complemento para realizar una imagen de esa ciudad y sus personajes, uniendo a tres sutiles mentes, Mahler, Mann y Visconti, lote completo por el precio de uno, tres expresiones diferentes para el mismo efecto, “melancolía”; tanto la película y el libro, como la música representan esa idéntica sensación de paz, templanza y tristeza a la vez.



Solo espero que os guste.