miércoles, 31 de mayo de 2023

- Finestras…… la Muralla China de Aragón (Ribagorza - Huesca)

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Nos situamos en el sector más suroriental de la poderosa y áspera comarca del Ribagorza, linde con la leridana de Noguera. Al solano de la estirada franja montañosa del Montsec (Montaña Seca) de unos 40 km. de longitud, la mayoría de ellos en tierras catalanas, si bien nosotros centraremos nuestra presencia en territorio aragonés, la parte oscense del Noguera Ribagorzana. 

Despunta el día como el menos indicado para escrudiñar esta parte del prepirineo aragonés, pues el tiempo está gris, soso, insulso, carente de luz y brillo, un día de lo mas impropio para aventurarnos por los territorios de esta "sí" que verdadera "España vaciada". Recorremos desde Estopiñán del Castillo los 12 km. de sinuosa pista, que nos llevarán hasta las ruinas de lo que sería en su tiempo la aldea de "Finestras", población deshabitada desde hace más de 60 años, cuando se decidió construir el embalse de Canelles, anegando sus campos de cultivos y por lo tanto el sustento de estas gentes. 

Esta infraestructura de los años 50 del pasado siglo, en plena dictadura, convirtió todas estas orillas del cauce Ribagorzano en un verdadero erial humano, agreste, áspero e ignoto, donde apenas se vislumbra la existencia de personas habitando en una extensión aproximada de 50.000 Ha. lo equivalente a la cuarta parte de la provincia de Guipúzcoa o a la decima parte del conjunto de las Islas Baleares (algo similar a la extensión de toda Ibiza). Ni una sola población en pie existe en toda esa zona, ni carreteras, ni infraestructura alguna, solo la nada más absoluta, los terruños, las aguas del embalse y el abandono. No quedan más que los caídos muros de las que antaño eran vivas poblaciones, ahora olvidadas en muchos casos, por las que fueran sus gentes. Nada más transitan por ellas los aguerridos senderistas que recorren los antiguos caminos y alguna que otra agencia de turismo de aventura, que lleva a ávidos turistas por las terrosas pistas aptas solo para vehículos 4x4. 

Como curiosidad comentar que una de esas personas que tuvieron que buscarse mejor vida, fue Rosa Mateu Gessé, hoy popular (en algunos medios informativos) por ser la bisabuela de Leo Messi, el futbolista argentino campeón del Mundo. Que nacida en 1910, era natural de la aldea Blancafort, donde sus ruinosas piedras duermen acurrucadas en el olvido bajo las aguas del embalse de Canelles, una de las represas más aisladas de la península, debido a su escarpado entorno. Sirviendo durante su construcción,  en pleno furor del "franquismo", como purga política ya que en ella se forzaba trabajar a represaliados republicanos, 25 de los cuales perderían la vida durante los años de ejecución de la presa.   

Pero volvamos a nuestro cometido de conseguir acceder al poblado de Finestras, al que llegamos por la terrosa pista de "regular" firme, tras atravesar una de las colas del embalse (la generada por el barranco del río Guart) salvando el puente de Penavera (a 5,6 km. de Estopiñán y 6,2 de Finestras). La imagen que pudimos observar en la baranda del solitario viaducto no puede ser más desoladora, ya que desde la misma no se atisba ni gota de agua, toda vez que el pantano de Canelles se encuentra a un 16% de su capacidad, 61 mts. por debajo de su cota máxima (30-05-2023). Todo el líquido elemento que aporta el Noguera Ribagorzana y sus tributarios, ha sido engullido por el agro leridano o por las cuentas de resultados de la compañía eléctrica pertinente, en este caso Enher-Endesa. Como contrapartida podemos sacar unas interesantes instantáneas de cómo eran estos barrancales antes de ser anegados por las aguas. 

Otro acceso es desde Viacamp (N-123), en dirección sur por una pista transitable con cualquier vehículo hasta casi la mitad (donde se sitúa el desvió para Monfalcó). El otro ramal, que nos dirige hasta Finestras, ya no es tan aceptable, pues a través de sus casi 15 km. hay trechos bastante bacheados, sobre todo el último tramo para llegar a la población, que no es nada aconsejable para turismos que sean bajos de chasis. El recorrer este acceso, nos llevará unos 45 minutos en transitar los algo más de 22 kilómetros, con el aliciente de pasar por lugares de interesantes panoramas, pudiéndonos desviar apenas 2,5 km. hasta la también ruinosa población de Fet, desde la que hay una magnificas perspectivas, de toda la cuenca del Noguera Ribagorzana y el macizo del Montsec. 


Ya en Finestras observamos la más absoluta ruina de la que únicamente se salvan algunos portalones de buena piedra tallada, el resto es apenas un montón de piedras caídas, muros desmoronados, vigas en el suelo, escombros por doquier y sobre todo signos de espolios por todos lados, que pena de país y que pena de gentes. Sus desvencijadas casas se distribuyen a lo largo de su única calle y en torno a una amplia plaza, en cuyo vértice noreste se hallan las ruinas de la iglesia parroquial de Santa María, templo que data del siglo XVIII pero aun con huellas románicas. Conservándose en medio de la plazuela y en aceptable estado el lavadero que también hacia las veces de fuente, junto al cual y frente a un antiguo molino de aceite se conserva una casa en condiciones de ser habitable, "Casa Coix” (El Cojo). Antaño en esta población residían diez familias prácticamente obligadas a una economía de subsistencia y notoriamente autosuficientes, destacando de sus productos un genuino y excelente aceite de oliva. Pero la ejecución del Embalse de Canelles inundo sus campos, obligando a los pobladores de las aldeas de la zona hacia un éxodo sin retorno. 

Estamos en plena "Franja de Aragón", esos territorios que aunque aragoneses son en gran parte catalano-parlantes, al ser linde entre las dos comunidades diferenciadas lingüísticamente, recogiendo en esta zona como toponimia la de "Finestras" que al catalán equivaldría a "ventanas". Que mejor apelativo a una población que extraordinaria y curiosamente se asienta próxima a las "arcadas, ventanas, fisuras o finestras" abiertas en uno de los monumentos geológicos más sobresalientes del norte peninsular. Sirviendo esta aldea como guardián custodio de una de las maravillas pétreas más espectaculares y sorprendentes de la Sierra de Mongay (Montsec del Estall). 

Dos paralelos, finos y verticales estratos rocosos de grises y calizas láminas, que la naturaleza ha decidido situar en esta parte del levante oscense formando una verdadera muralla natural. Roques de la Vila o Dents de Finestres son las denominaciones menos presuntuosas, tal y como las conocían los que fueran habitantes de estas tierras, aunque últimamente de forma ostentosa y un tanto exagerada se les está comparando con la Muralla China, y aunque similitud entre las dos sí que existe, su realización aquí ha sido obra la naturaleza sin que interviniera en ello mano humana…………… si acaso alguna deidad pagana.



Llegados a Finestras y tras cruzar por entre las piedras caídas de la aldea, encontramos una señalización que nos indica las rutas hacia dos ermitas. Optamos a dirigir nuestros pasos por el sendero de la diestra que con leve ascenso se dirige hasta la de San Marcos, cuya silueta se perfila ante nosotros en lo alto de una loma al sur de la población. Sencilla, austera y solitaria, además se encuentra abierta y se puede visitar su interior también sobrio, en el que destaca las coloridas pinturas existentes en su lateral derecho. Mural que representa a San Marco en medio de una tormenta, dirigiendo el barco con sus restos mortales durante el viaje con su féretro "sustraído" de Alejandría camino de Venecia. Se trata de la copia de unos mosaicos existentes en la capilla de San Clemente de la Catedral de San Marcos en la capital veneciana. 



El alomado cerrete donde se sitúa el templo, es un estupendo otero desde donde contemplar el despoblado de Finestras, el embalse de Canelles, la muralla en toda su extensión y todo los que se nos presenta en una panorámica de 360º. El mejor punto de vista de todo rededor, desde el cuan disfrutar de la naturaleza, arquitectura y hasta la historia del entorno. En el tiempo que el embalse se sitúa a un nivel aceptable, es cuando las aguas retenidas llegan a bañar la base de estos escarpados y afilados cuchillares de la Sierra de Sabinos que conforman la "muralla", lo que no es el caso en este año tan desastroso en pluviometría y con tanta sequedad, pudiendo llegar andando hasta su pedestal por lo que antes fue una cola del pantano. 

Volviendo sobre nuestros pasos, tomamos el otro sendero, no muy prolongado pero si algo abrupto por lo sinuoso del terreno circundante, conduciéndonos por pendiente de descenso y ascenso hasta lo que fue una fortaleza medieval y su iglesia románica, una ruta de las más sugerentes de esta zona. Poco queda del castillo, aunque algo más de su templo, nos encontramos ante la ermita de San Vicente, que formando parte de esa ingente lista de "templos románicos abiertos al cielo" (toda vez que le falta su techumbre), aun mantiene parte de su vigorosa estructura (siglo XI) frente a los elementos dominantes, del agua y el viento. Por encima de estas construcciones, fijándonos bien desde la lejanía de la ermita de San Marcos, podemos observar un pequeño torreón que custodiaba el paso de Finestras a Cataluña durante el agitado siglo XVI por estas tierras. Se trata de la Torre de Vira ubicada en un apartado y solitario paraje, sobre una elevación rocosa, junto a un barranco y cercana al Castillo de Finestras. 

Además de los restos del pasado medieval que encontramos en los alrededores de Finestras, estos escarpados parajes sobre acantilados prácticamente inaccesibles que forman la Muralla de Finestras, constituyen sin ninguna duda uno de los rincones más hermosos de todo Huesca (salvando, eso sí, los singulares y extraordinarios rincones de los Pirineos). Pero no es el único elemento reseñable de la zona, destacando así mismo el "Congost de Mont-rebei" y las "Pasarelas de Monfalcó" de los que ya he comentado en este blog. Como también la románica Catedral de Roda de Isábena, y la laboriosa población de Benabarre. 

Mención aparte merece la ermita de la Mare de Déu de la Pertusa (parece también que hubo en el lugar un antiguo castillo), emblemático lugar de la sierra del Montsec ya en tierras catalanas, y no por su arquitectura, que de un hermoso románico se trata, sino más bien por su espectacular emplazamiento. Ubicada como nido de águilas 200 mts. por encima de la orilla izquierda del Noguera Ribagorzana sobre un vertiginoso escarpe rocoso, en sana competición con su hermana de la otra orilla, la ermita de Santa Quiteria y San Bonifacio que, de similar enclave, se encuentra en la parte aragonesa del Noguera Ribagorzana. 



Su edificación sobre el filo rocoso de un esbelto cuchillar calizo; al que únicamente se tiene acceso por su costado oriental, ya que los restantes son potentes acantilados que caen directamente hacia los barrancos del Noguera Ribagorzana; le da apariencia de inexpugnable. Que decir tiene que su aproximación no es de lo más fácil, estando dotados algunos tramos de la vereda con cables de acero, así como también los contornos del templete por seguridad ante los abismos que se ciernen a nuestros pies. Pero merece la pena su aproximación solo por disfrutar de las impresionantes vistas que desde el lugar se disfrutan sobre el desfiladero de Mont-rebei, el embalse de Canelles, los potentes contrafuertes rocosos del Montsec d'Ares y las escarpaduras del Montsec d'Estall, convertido el lugar en un excepcional mirador con soberbias panorámicas. 

Erigida durante el siglo XI en sobrio estilo románico, el templo en su origen tuvo la función de vigilancia sobre el desfiladero de Mont-rebei, para posteriormente pasar a ser la iglesia parroquial de la aldea de Corcá, siendo en la actualidad una ermita del municipio de Áger. Su situación le confiere un valor mayúsculo, siendo uno de los rincones más valorados, visitados y queridos por excursionistas y senderistas para disfrutar del paisaje de estas austeras sierras. 

Que no se me olvide, si estais por la zona, de acercaros a comer al restaurante "Lo Poble" de Ager (Carrer Cabezas, s/n), una fideuá extraordinaria entre otras cosas, con vino de porrón y buen pan payés. Una enorme satisfacción haber encontrado este lugar que lo regenta un agradable matrimonio ya mayor.



viernes, 26 de mayo de 2023

- Castroviejo y Cueva Serena…… la magia del Urbión (Soria)

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Al sur de las cumbres de Urbión se encuentran lo que se denomina como Tierra de Pinares, que mejor definición para unas laderas que descendiendo hacia el meridión y el Alto Valle del Duero, se extienden repletas de bosque por todo el noroeste soriano adentrándose hasta tierras burgalesas. Unos inmensos montes de pino silvestre o “albar” que han llegado a desarrollarse a la par, o con más antigüedad, que los orígenes del ser humano por estas latitudes. Soberbios ejemplares, algunos de los cuales llevan en estas vertientes cerca de medio milenio, observando ofuscados pasar el “levantamiento comunero”, complacidos al ver nacer la Hermandad de Carreteros Serranos, algunos podrían contar que pudieron percibir como cabalgaba por sus proximidades el “trastámara” Juan I rey de Castilla y León durante sus cacerías, algunos hasta podrían haber existido cuando se creó el Honrado Concejo de la Mesta y muchos más ver pasar por debajo de su sombra las casacas azules y blancas de los ejércitos franceses durante la mal llamada “Guerra de la Independencia”, o posteriormente las boinas rojas los de los soldados “Carlistas” durante alguna de “nuestras” contiendas civiles. Son árboles que han formado parte de la historia en muchos de los casos o bien testigos de ella. 



Una masa de bosque que se pierde a nuestra vista desde cualquiera de los oteros a los que nos asomemos, que con sus 100.000 hectáreas, no solo forma la extensión boscosa más importante de España, si no que está considerada como el pinar más amplio de Europa, superando a los afamados de la Selva Negra teutona. Una mancha verde que por el sur se funde con los importantes sabinares de la Sierra de Cabrejas, haciendo evidente en “estos territorios” el dicho de Estrabón por el que una ardilla pudiera cruzar de árbol en árbol sin tocar el suelo. Aunque en estos espacios predominan esos rectos, altivos y “rubios” pinos, que entre sus laderas han encontrado el mejor entorno para vivir, también la habitan importantes rodales de otras especies como: hayas, tejos, robles, acebos, sabinas o enebros. 

Aun estando la importancia de estos espacios sobre todo en este boscaje de inmensas pinadas, lo que nos ha hecho esta vez acercarnos hasta aquí, es descubrir sus extrañas formaciones rocosas tan singulares como enigmáticas. Efectivamente, en medio de estas abrumadoras extensiones de pino, encontraremos aislados y diseminados por las laderas que descienden hasta el valle, un conjunto de afloramientos pétreos conformados por rocas de conglomerado silíceo formadas hace unos 150 millones de años, que por la acción erosiva del agua, los hielos y el viento han derivado hacia fenómenos “kársticos”.  Conformando peñas de considerable tamaño y extravagantes siluetas, que ante nuestros ojos pueden parecer mágicas y fantasiosas, teniendo gran similitud con la conquense Ciudad Encantada, pero que en días de niebla puede ser más inquietantes y sorprendentes que las Castellano-Manchegas. 

Podemos encontrar perdidas y diseminadas por entre el bosque una docena de estas formaciones, aunque no todas son fáciles de poder localizar, solo los senderistas avezados y los buenos conocedores de la zona nos podrán dar razón de cómo encontrarlas, entre ellas: Cuerda Jimeno, Covarande (El Alto), Cuerda Cueva del Muerto (La Espadilla), Berrocales, Cuerda La Graja, Peñón Alto, Cuerda del Portillón (Ambas Cuerdas), Cuerda del Rasón y por supuesto Castroviejo. 



Es esta última, “Castro Viejo”, la que más visitantes recibe por su singularidad y fácil acceso, destacando de ella sus caprichosas y sugerentes formaciones rocosas conocidas como “tormos”, sus callejones, así como las magnificas vistas panorámicas que desde aquí se pueden disfrutar. Al pasear sus verdes praderas nos brindan el paso majestuosas e irreales peñascos en un escenario encantado de increíbles y fantásticas formas, que la naturaleza ha trasformado en extraordinarias y caprichosas formas. Insinuantes parajes, que asemejan decorados de películas brujeriles, con estrechos y laberinticos pasadizos que nos conducen hasta rincones donde se respira esa magia y serenidad de los lugares cargados por telúricas energías. 

La magia y belleza de las rocas de Castroviejo se nos presenta a través de un sin fin de callejones, galerías, torreones o puntales de rocas, balmas o abrigos, cavidades, arcos naturales, pasadizos y cualquier otro elemento que la acción de la naturaleza se haya encaprichado de esculpir. Creando este evocador lugar repleto de antojadizas, fantásticas, insólitas y misteriosas formas en los riscos que salpican sus verdes prados. Generando una de las particularidades del paisaje pinariego de Urbión, situándonos en uno de los enclaves más sorprendentes de todo de Soria por su gran excepcionalidad y encanto. 

Desde aquí, o partiendo un poco más arriba (desde los refugios de la Fuente del Berro o el conocido como Bunker), podemos realizar la caminata para ascender a las cumbres más señeras de macizo: Urbión, Peñas Claras o Tres Provincias, así como al Nacimiento del Río Duero, que por estos pinares da sus primeros pasos a mas de 2000 m. muy próximo a la cumbre del Urbión. Más corto y de menos esfuerzo, pero igualmente interesante es realizar el sendero de las “Cascadas” que partiendo del mismo Castroviejo recorre los lugares más interesantes y próximos, como son las cascadas de La Chorla y Chorlita, las cuevas del Tejo y Las Ventanas, así como los dos miradores de Castroviejo, recorriendo además algunos de los laberinticos callejones que estas enigmáticas formaciones rocosas han creado. Otros senderos nos llevaran hasta Cueva Serena y por Cuerda La Graja llegar al Raso de la Cespedilla. También recorrer Cuerda Jimeno ascendiendo por el Paso de las Bardinas para después descender a través de Covarande y el Paso de la Atalaya. Infinidad de interesantes y sugerentes rutas diseñadas para todo tipo de personas con distintas condiciones físicas. 



Mención aparte merece el paraje ya mencionado y no muy alejado de Cueva Serena. Apenas 400 mts. siguiendo la pista de Castroviejo, encontraremos un sendero a mano diestra que nos indica por donde desviarnos a este también mítico lugar, al que llegaremos en unos pocos minutos. 



Su nombre ya lo insinúa, pero al llegar hasta allí y si no tenemos compañía, el lugar trasmite paz. Se trata de una oquedad más que de una cueva en sí, una cavidad natural originada en las rocas por encima de la cual discurre el cauce de un arroyo, creando una potente visera por donde cae una bucólica cascada, que nos regala la visión de una sutil cortina de agua. Su interior es amplio y húmedo, permaneciendo su suelo gran parte del año embarrado, ya que pocas veces este torrente ha dejado de tener agua. Podemos adentrarnos en ella y observar el espectáculo por detrás de la cascada, explorando la frescura de su interior, disfrutando nuevamente de otra perspectiva no menos sugerente, al ver como somos coreados por la cantarina música del agua al precipitarse. 

Podríamos definir este conjunto natural de Cueva Serena o Cueva del Tauro, -también así conocido por lugareños cercanos-, como un lugar encantado más propio de las “lamias” (ninfas del agua), que de los humanos que hasta allí nos acercamos. El salto de agua proyecta, dependiendo de la época del año y el momento del día, un radiante y espectacular arcoíris que la concibe más enigmática aun. Siendo en invierno el momento que nos muestran su plena hermosura, cuando las curiosas gentes dejan “serenarse” estos lugares, ausentándose de ellos por las condiciones adversas de la climatología soriana y serrana, ya que nos situamos cerca de los 1.600 m. de altitud. Mostrándonos el agua al congelarse, la imagen de los témpanos de hielo suspendidos en el aire, cual si fuera una enigmática puerta que alcanzaría trasportarnos hacia otras dimensiones, como si del umbral a una gruta llena de secretos se tratara. 

Si visitamos el lugar en un día de niebla y soledad, el momento puede ser mágico, dándonos la sensación de encontrarnos en un enclave paradisiaco y ser nosotros los primeros humanos que lo visitamos. Pero nada más lejos de la realidad, ya que a finales del Neolítico y comienzos de la Edad del Bronce; hace aproximadamente unos 4,500 años; por aquí pastoreaban los antepasados pinariegos de los “durolenses”, dejando muestras de ello en los paramentos de Cueva Serena. Entre sus húmedas paredes, expertas miradas, pueden encontrar un grupo de “pinturas rupestres” representativas del arte esquemático, que podrían ser contemporáneas con las de la soriana Dehesa de Valonsadero. 

Imágenes elaboradas en tonos rojizos, en parte ya deterioras por el paso del tiempo, habiendo estado ahí sin que nadie las apreciara hasta hace 21 años. Estudiadas por el reconocido experto y soriano Juan Antonio Gómez Barrera, representan escenas de pastoreo, algún humanoide antropomorfo y una referente a simbología astral. Este hallazgo nos puede dar una idea, y la esperanza, de que en el futuro puedan seguir encontrándose otras representaciones de arte rupestre entre las escarpaduras de los pinares de Urbión, reforzando la más que interesante localización de este tipo de arte primitivo en la provincia castellana del Alto Duero. 

Si continuamos ascendiendo desde Cueva Serena en dirección noroeste, nos introducimos en un nuevo sistema rocoso, Cuerda La Graja, otro caos pétreo de similares características al de Castroviejo, aunque de menor atracción y reclamo. Aquí se ha instalado un conjunto de puentes colgantes, cadenas, tirolinas, pasamanos, grapas escalonadas, pasarelas y otros artilugios a los que han denominado “ferrata”. 



Siendo esta instalación de Duruelo diseñada mas para fines lúdicos y de entretenimiento que para la práctica del alpinismo. Lo que podemos realizar en las laderas del Urbión no es, tal cual hemos podido observar en el resto de las montañas ibéricas, una vía de escalada a una cumbre, asemejando mas "una atracción de feria" que una verdadera “ferrata", aparentando más una continuación de columpios para domingueros, que una ruta de ascensión por una pared rocosa facilitando a los alpinistas mas noveles su progreso a la cumbre con mayor seguridad. 

Ferrata es una palabra de origen italiano que proviene de “ferro” (hierro), elemento principal usado para la realización de este tipo de instalación en las paredes montañosas. Si bien las primeras equipaciones de este tipo se efectuaron en Austria allá por 1843, fueron sin embargo las ejecutadas por los ejércitos de la primera guerra mundial en las montañas Dolomitas italianas las que consolidaron su nombre, perdurando hasta hoy en día este apelativo. Habría que conocer las autenticas “ferratas” situadas en el Macizo de La Brenta (Dolomitas), para saber la verdadera “consideración” de estas vías de escalada acondicionadas, que en algunos casos se pueden unir y combinar hasta llegar a una duración de tres o cuatro jornadas, superando y atravesando lugares de verdadero impacto entre impresionantes abismos de vértigo ………. esto sí que son ferratas. 

La ferrata cumplirá 4 años este verano estando pensada, al igual que las realizadas últimamente en las montañas pirenaicas, como un reclamo turístico más, con la intención de atraer más visitantes potenciando de esta manera los establecimientos lúdicos de la zona (hoteles, restaurantes y comestibles). Sin embargo y sorprendentemente, nos encontraremos cerrado el Hostal-Restaurante de la población de Duruelo en días laborables (solo abre los fines de semana), cosa que al parecer antes no ocurría, debiendo de irnos al pueblo vecino (y rival)  Covaleda a que atendiendan nuestras necesidades hambrunas.


No solo es esta instalación la que no encaja del todo con el entorno y paisaje que a través de estos párrafos he querido dar a conocer a los que seguís mis esforzados escritos. También se han atrevido a instalar en medio del "paraíso rocoso" de Castroviejo, un “macro-mirador-pasarela-escalera”, que nos sitúa en lo más alto del roquedo, el peñasco conocido como “El Frontón”. Infraestructura pensada, diseñada, patrocinada, ejecutada y pagada por la Junta de Castilla y León. 

Todo esto con el favor y yo diría que hasta “fervor” de la prensa domesticada con fondos públicos (subvenciones de la Junta de Castilla y León), así como de algún que otro “montañero-funcionario”. La promoción, diseño, patrocinio, ejecución, pago y sobre todo la "idea" de esta “Infraestructura Turística junto a un Espacio Natural” ha sido la misma Junta de Castilla y León quien; de forma “torticera” o tramposa, a través de unas normas referente a explotaciones madereras; ha contratado a “dedazo” los 234.703 euros que se preveían costaría el monstruoso mirador-pasarela. Un escalonado y metálico recorrido de más de 100 mts. 70 de los cuales son pasarelas y escaleras que finalizan en la cúspide de la roca a 23,60 metros por encima del suelo, lo que equivale a una construcción de ocho plantas, el cual cumplirá este verano su primer aniversario. 

Primero con la ferrata y después con el macro-mirador, la Junta de Castilla y León, están urbanizando los Espacios Naturales de esta comunidad. Fueron las ya controvertidas actuaciones del asfaltado de la pista del cañón del Río Lobos durante 2005 llegando casi hasta le ermita románica de San Bartolomé, la gran explanación y aparcamiento llevado a cabo en plenas hoces del río Duratón, en el cual pueden llegar a juntarse varios cientos de personas, en plena época de cría del buitre, otro mirador en el Puerto del Pico de la Sierra de Gredos, así como uno más en Peñas Llanas de la Sierra de Ayllón, así como el mencionado de Castroviejo y el voladizo en las Arribes de Duero por encima de la presa de Aldeadavila, inagurado hace ahora un año. Centrándose actualmente las obras en el súper Mirador Voladizo de La Galiana (a similitud de los realizados por los americanos en el Cañón del Colorado), también en el Parque Natural del Río Lobos en el Río Lobos. 



El “insulso” Mañueco, presidente de Castilla y León, confunde los Espacios Naturales de la Vieja Castilla con el “palco del Estadio Bernabéu”, apostando por urbanizar toda la Naturaleza y Lugares de Interés de Castilla y León. Es por ello la dedicatoria de esta coplilla castellana: 

Y aunque se empeñe “Mañueco” de llenarnos estos sitios de mirones.

Siempre nos quedará, para las gentes sensibles, el Cañón del Talegones. 



P.D. Os dejo el enlace de un artículo crítico con la actuación de la Junta respecto al nuevo Mirador de Castroviejo, publicado por El Mirón de Soria en octubre de 2021.


miércoles, 17 de mayo de 2023

- Colza...... campos en flor

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Fue durante el pasado abril, cuando al carecer de la omnipresencia del sumo hacedor que con su “Ojo de la Providencia” todo lo ve desde la altura, no poseer además un potente "drone" y no poder así mismo montar en globo. No tuvimos otra opción que encaminarnos a realizar por “tierra” y “a ras de suelo”, la búsqueda de los amarillos campos de "colza" por los campos sorianos. Imágenes que ya se nos habían escapado en anteriores y que esta primavera no queríamos se fueran a solas, sin la presencia de nuestras inquietas miradas y el disparador de la cámara fotográfica.

 

Dirigimos nuestros pasos a recorrer los sembrados latifundios entre Soria y Almazán, por la campiña de los "Campos de Gónada" a la izquierda del río Duero. Era la sensación de por allí podríamos encontrar algo de lo buscado, siendo poco antes de llegar a la población de Aldealafuente y nada más pasar la de Ribarroya, cuando hacia el norte de la primera y al sur de la segunda descubrimos las incipientes manchas de áureo tono. Para por la tarde dedicar la búsqueda a la otra orilla, por las poblaciones de Cubo de la Solana y Tardajos de Duero. 

 

Aisladas fincas que durante los meses de abril o mayo se cubren de un amarillo muy vivo, dando como resultado unos inmejorables y fabulosos paisajes  que nos hacen participes de unas  contrastadas tonalidades, inmensamente plásticas y fotogénicas para ser compartidas por todos los medios existentes en la actualidad y que seguro algunas de ellas nos han llegado.




 

Viendo cada vez mas como el cultivo de la colza se extienden por los territorios de la vieja castilla, generando verdaderas alfombras naturales de tonalidades amarillas y verdes, como es el caso de los campos a ambas orillas del Duero, en su recorrido por la curva de ballesta entre Soria y Almazán. Tiñendo con sus alegres tonos la plana campiña de los campos que ante nuestra vista tenemos, generando durante la primavera una mágica fantasía saturada de combinaciones con matices rubios y esmeraldas, cetrinos y gualdas. 

 

Contrastan enormemente estos limonados tonos con el restos de los plantíos,  fundamentalmente trigos y cebadas, que por estas épocas aun están de un despertar verde rabioso, generando en nuestra retina una imagen que nos hace contemplarlos serena y  sosegadamente, una visión que se transforma en un lujo para los sentidos, si además cuanta con el añadido del risueño trinar de los pájaros en la mañana.

 

Hasta un máximo de tres semanas puede durar la floración de esta llamativa planta crucífera, de la familia del colinabo y similares. Pero la persistente sequia que estamos sufriendo esta temporada y los adelantados calores que de forma prematura también estamos soportando hacen que su etapa de florecimiento se acorte sobre manera, teniendo que darnos prisa si queremos disfrutar de este espectáculo de dorados campos.

 

Bellas imágenes que van poco a poco transformando las tonalidades de campos en los que nuestras retinas se habían acostumbrado a observar otros tonos, pero a los que estos nuevos no le resultan desagradables. Pero si que resultan disonantes los paisajes modificados con horizontes sembrados de molinos  (aerogeneradores de producción eléctrica) cual si fueran los enemigos gigantes de Don Quijote. También  como así mismo sustituyendo en muchos casos tierras enormemente productivos por enormes extensiones de paneles fotovoltaicos, como si no hubiera en nuestras tierras montes baldíos suficientes para colocar estas instalaciones, por otra parte cada vez más necesarias e imprescindibles en el correr de los tiempos. 




 

Pero volviendo a esta planta que cubre de alucinantes flores amarillas  grandes extensiones de los campos de la geografía española, se sabe está convenciendo al agricultor castellano, poco dado a innovaciones, a la transformación (en parte) de sus cultivos , al ser la “colza” una buena opción mas que rentable, convirtiendo estas plantaciones en motor económico de muchos municipios españoles

 

Conocida también como "canola" o "raps", la colza es un cereal de secano cuyo cultivo va en aumento en nuestro país durante los últimos años, en parte porque resulta sumamente rentable su producción, y el "austero" agricultor castellano esto lo mira mucho, amén de las ayudas que este cereal recibe de la P.A.C, además de ser fácil de sembrar tanto para secano como en regadío. Pero además mejora la productividad de la próxima cosecha, estimándose que el rendimiento es superior al 10% en las cosechas de trigo que han estado previamente sembradas de colza. Así mismo combate con eficacia la eliminación las malas hierbas de una forma más natural que los herbicidas, evitando en gran parte la erosión del terreno por su raíz pivotante (de crecimiento profundo hacia el terreno). Sirve igualmente para anular el ciclo de plagas en los cereales, además de tener una gran demandada en el sector industrial.

 

El origen de este cultivo parece ser que tuvo lugar en Asia Menor (Anatolia, la actual Turquía), para posteriormente extenderse por el resto de Mediterráneo, siendo griegos y romanos quienes la cultivaron con fines curativos y nutritivos, pasando de estas culturas al resto de los pobladores europeos. 

 

A pesar de que en tiempos tuvo muy mala prensa, en España su siembra se ha visto incrementada exponencialmente en algunas comunidades como es el caso de Castilla y León, que encabeza su producción.




 

Siendo bastante más provechoso que los clásicos cereales de invierno (cebada y trigo), pagándose en la actualidad la colza al doble que el trigo. En junio de 2022 su precio rondaba los 800 euros la tonelada, habiendo alcanzado durante el mes de abril de ese mismo año los 1.100 €. Hoy su valor en la lonja de León se sitúa en los 680 €. mientras que el trigo cotiza a unos 270 €/t. incrementándose su precio desde el inicio de la guerra de Ucrania en un 23%. Habiéndose ampliado la superficie de siembra en un 20 %, llegando en la campaña de 2022 a la cifra record de los últimos 20 años, las 100.000 hectáreas, la mitad de ellas en la Comunidad de Castilla y León. Record que se ha vuelto a superar en la campaña siguiente, al alcanzar la cifra sembrada las cerca de 350.000 Ha. alcanzándose una producción cercana a las 600.000 toneladas.

 

Y aunque se está muy lejos de las producciones de países vecinos como Francia que alcanza una superficie de 1,34 millones de hectáreas y por supuesto de los verdaderos productores de esta planta a nivel mundial: Canadá, China e India (este último con el 13% de su suelo cultivable), nuestro país está apostando con fuerza por este cultivo, que ha multiplicado en los últimos años por seis su extensión, fundamentalmente en Cataluña y Castilla y León. Pero para ello han tenido que pasar 40 años de cuando la avaricia humana, adulteró aceites de colza desnaturalizados, provocando una masiva intoxicación en capas sociales humildes de nuestro país, llegando a costarle la vida a cientos de personas. Habiendo hoy en día aun quienes están sufriendo las secuelas de ese envenenamiento, que generó la estigmatización social de este producto.   

 

A diferencia de otras latitudes europeas, en las que se siembra durante la primavera, en nuestro país se realiza la plantación entre septiembre y octubre. Siendo al final de la primavera y comienzos del verano cuando comienza la cosecha de este cereal, del cual una vez refinado y procesado se produce entre otros derivados: piensos, harinas, forraje, así como biodiesel, siendo también usado para la elaboración de lubricantes y aceites hidráulicos en el sector industrial por su alto valor en ácido erúcico. Destacando su valioso contenido en acido graso omega-3, para la producción de margarinas, mahonesas y sobre todo aceites de cocina para uso humano.  Ocupando el tercer puesto en la producción de aceites vegetales después del de “soja” y “palma”.




 

Dentro de  pocas semanas veremos como se comienza a recolectar, habiéndose sus flores ya marchitado, desapareciendo de los campos esas tupidas alfombras de amarillo intenso tan llamativas. Solo nos queda como resarcimiento poder ver las imágenes que por aquí he dejado o esperar al mes de abril del año próximo.