domingo, 23 de mayo de 2021

- En Monfragüe…… buitres negros

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A 250 km. de Madrid, apenas unas dos horas y media de viaje, y en medio de la provincia de Cáceres justo en la unión con el río Tiétar, encontramos un Tajo que está a trasmano de todo, casi abandonado por las gente y por la historia, pero lleno de una fuerte naturaleza, nos encontramos en Monfragüe. 

Pero antes vamos aprovechar el recorrido para visitar algunos lugares que pendiente tengo de conocer y que por su ubicación fuera de rutas habituales no son frecuentes de frecuentar. Es el caso de la población de Puente del Arzobispo, de la que fundamentalmente destaca su poderoso puente gótico sobre el río Tajo, que con once arcos labrados en piedra es el orgullo de la población. Afamada por su apreciada cerámica elaborada con dibujos en tonos verdes, hoy al cruzarla parece una población decadente, vacía y sin apenas vida. Nos lleva esta desviación hasta las ruinas de "Ciudad de Vascos", antigua madīna (ciudad) musulmana de tiempos de Al-Ándalus habitada entre los siglos IX y XII, siendo desalojada o abandonada al llegar hasta la frontera del Tajo Alfonso VI en la reconquista de estos territorios. No es un sitio fácil de visitar, la señalización para su localización no es de lo "más sobresaliente", su acceso por una "mejorable" pista de tierra, el estar ubicada en una finca particular y su horario de visitas (solo los sábados de medio año (de mayo a Enero) de 9 a 14), no hace muy sugerente el acercarnos hasta estos restos de una población islámica del Medievo, que creo y fortifico en el fortificado curso del Tajo para impedir el avance de los cristianos hacia el sur. Se trata de una población que ocupa unas 8 ha. bastante abruptas y prácticamente rodeada de murallas en un perímetro de unos 3 km. 



Nos dirigimos ahora a la "búsqueda" del Dolmen de Azután, que se encuentra en plena carretera de Puente del Arzobispo a La Estrella, pero que como no podía ser de otra manera y al parecer práctica habitual en la provincia de Toledo, tampoco se halla señalizado o más bien se encuentra como escondido entre la vegetación. A unos 200 mts. podemos encontrar una pequeña zona de aparcamiento que ha sido arada para impedir su uso con este fin. Esta es la forma que algunos lugareños tienen de valorar las cosas que existen a su alrededor, para luego trasladarnos las quejas de la "España vaciada". Mis oídos en más de una ocasión han sido testigo auditivo de expresiones tales como: "si no hay subvenciones quemo el pinar". 

Entrando ya en la provincia de Cáceres y tomando dirección a Bohonal de Ibor por la vertiente sur del río Tajo, la cosa cambia y justo en la orilla meridional del embalse de Valdecañas y antes de cruzar el puente que nos lleva a la otra vertiente nos encontramos los restos de los Templos romanos de los Mármoles y la Cilla, del siglo II de nuestra era y que fueron salvados de la inundación al realizarse el embalse del Valdecañas, donde estaba la ciudad romana de Augustobriga (Talavera la Vieja). No ocurrió lo mismo con el Dolmen de Guadalperal en el mismo embalse, que solo se puede observar en los años que las aguas del embalse están muy bajas. Como también sucede con el no muy lejano dolmen de Navalcán sumergido también tras el embalsamiento de las aguas del Río Guadyerbas. 

Por fin llegamos a Monfragüe, y si bien nos servimos de la ciudad de Plasencia para centro de acomodación, utilizamos como lugar de entrada y salida (algunos kilómetros por una muy buena pista sin asfaltar "Camino de la Herguijuela") al Parque Nacional la minúscula población de Toril que con apenas 25 habitantes, posee unas de las mejores masas de alcornoques de toda Extremadura, donde disfrutaremos de sus dehesas, miradores, tranquilidad y paisaje. Así como de las informaciones y amabilidad de Inma que atiende su Centro de Interpretación de la Naturaleza, ubicado en la rehabilitada Iglesia de San Blas, donde además de las anotaciones sobres la "dehesa" en su conjunto, podemos admirar unas interesantes pinturas murales y esgrafiados fechados en 1531. 



Si pasamos por Toril a la hora del "almuerzo", no dejéis por ningún motivo de agasajar a vuestro estomago con la visita al Bar San Blas (no hay perdida, es el único que hay), donde Inés, la señora que lo regenta nos indicara que tiene para comer. No hay donde elegir ya que se toma lo que ha elaborado ese día, pero seguro que saldréis con una sonrisa en el rostro y la sensación de haber estado en un lugar donde los platos saben a "casa de la abuela", a nosotros nos toco: Sopa de pescado y Albóndigas en salsa de setas……… que mas pedir. 

Monfragüe está considerado como la mayor extensión y mejor conservada de monte mediterráneo existente en el planeta, destacando asimismo su riqueza natural y paisajística, pudiendo encontrar en sus más de 18.000 hectáreas paisajes de una gran belleza como: dehesas, matorral y bosque mediterráneo, así como roquedos de cuarcitas. Tanto sus laderas de espesura prácticamente impenetrable, donde se cobija la fauna más característica y en peligro de extinción del hábitat mediterráneo, convierten a este ecosistema en una de las grandes joyas de la naturaleza europea. Siendo Monfragüe el ejemplo visible actual de lo que pudo haber sido gran parte de la Península Ibérica hace miles de años. 

Conformado por los ríos Tiétar y Tajo, es el espacio protegido junto a Doñana con mayor diversidad de Europa, siendo acreditado como un paraíso para la observación de aves, ya que cuenta con importantes poblaciones de alimoche, milano, águila imperial, cigüeña, cigüeñas negras, buitre leonado y como no buitre negros. Siendo esta ultima la más representativa y el emblema del Parque, el ave de mayor tamaño de toda la Península Ibérica, llegando algunos ejemplares a alcanzan los tres metros de envergadura y los 12 kg. de peso. Vive sobre todo en bosques de encinas, alcornoques y quejigo y se alimenta fundamentalmente de carroña. 

En Monfragüe encontramos la mayor concentración de buitres negros del mundo, contando con una colonia que posiblemente haya llegado ya a las 400 parejas reproductoras. Un espacio con encanto y percepción especial que si embargo, como sucede con otros lugares de Extremadura, no cuenta con la acogida o aceptación del visitante en general, formando parte de los Parques Nacionales menos visitado de nuestro país y un territorio ilógicamente olvidado. Motivo que también puede ser debido a la falta de divulgación y promoción por parte de los organismos competentes.

El eje vertebrador de Monfragüe lo compone el río Tajo y su transitar por entre leves cresteríos rocosos y alomados montes rodeados de extensas y planas dehesas. La línea continua que forman las Sierras de Santa Catalina, del Espejo, Patones y sobre todo Corchuelas, constituye la espina dorsal de Monfragüe y su límite sur, recorriendo en paralelo el cauce del río Tajo al discurrir por su territorio. Un espacio en el que apenas encontramos asentamientos humanos; solo algunos cortijos aislados y los restos dejados por los pueblos prehistóricos, que posiblemente fueran pastores estacionales; al ser terrenos poco aptos para la agricultura, pero si para la ganadería, ya que sus suelos altos en acidez son buenos para los pastos. 



Estas tierras han obsequiado todo lo indispensable a los que hasta ellas se han acercado, desde la noche de los tiempos, para asentarse en ellas o como lugar de trashumancia: abundante agua, frutos del bosque, copiosa caza y cobijos donde guarecerse. 

Los cuantiosos vestigios; fundamentalmente pinturas rupestres; hallados en la zona nos indican sobre la presencia humana en Monfragüe desde hace milenios. Aunque su nombre procede del tiempo de los romanos, quienes lo denominaron “mons fragorum” (monte denso). Siendo los seguidores del imperio latino quienes levantaron las primeras atalayas y fortalezas defensivas, trazando así mismo las primeras vías de comunicación con las Calzadas Romanas, que posteriormente serian utilizadas los pastores trashumantes transformándolas en Cañadas. 

Durante la Edad Media la historia de Monfragüe es la historia por el control de la frontera del Tajo, y tal como ocurrió en el siglo X con el Duero, el Tajo se convierte en linde durante el siglo XI. Estando esta época marcada por la huella musulmana, denominando a estos territorios como "Al Monfrag", dedicándose los árabes a fortificar todo el valle del Tajo para evitar el avance cristiano hacia Al-Ándalus. Siendo durante el siglo IX cuando se levanta el Castillo de Monfragüe, justo en el lugar más idóneo para custodiar el vado más importante por donde cruzar su cauce. Se erige con dos murallas perimetrales y cinco torres. 

Siendo durante el siglo XV, en tiempos de Juan II de Trastámara, cuando se ordeno la construcción del Puente del Cardenal, mandado hacer en 1450 por Juan de Carvajal, purpureo prelado de Plasencia por aquel entonces. Infraestructura que facilitó sobre manera las comunicaciones entre Trujillo y Plasencia, siendo en único puente existente en aquella época sobre el Tajo en muchas leguas. Se realizó íntegramente en sillares de granito que fueron traídos de Malpartida, haciendo que la obra se encareciese mucho, llegando a decirse que 30.000 monedas de oro, una por piedra colocada. El nuevo paso se ubicó muy próximo al vado allí existente "Vado del castillo de Monfragüe" que situado, aguas abajo de la desembocadura del Tiétar, al parecer era muy peligroso y arriesgado el cruzarlo. 

A comienzos del siglo XVIII y en plena disputa por la sucesión en España, estas tierras se vieron seriamente afectadas por la refriega bélica. Debiendo de ser abandonada la aldea de Monfragüe, refugiándose sus habitantes en la no muy lejana de Corchuelas.

El Puente del Cardenal era el único que cruzaba el Tajo en Extremadura y el modo más seguro de paso, por lo que se convirtió en ruta obligada para los viandantes que hicieran el trayecto entre Plasencia y Trujillo. Lo que motivó por aquellas épocas de "penuria" el incremento de la inseguridad y el pillaje, quedando estas serranías y vallejos a mediados del siglo XVIII en una zona a merced de bandoleros y salteadores de caminos, que veían a sus impenetrables bosques y escarpadas sierras como aliados de sus fechorías. 

Para remediar esta situación el "buen Borbón" de Carlos III, se decidió por establecer, a mitad de trayecto entre el Puerto de la Serrana y el Puente del Cardenal, una nueva población. Siendo de esta forma como se fundó la flamante aldea de Villarreal de San Carlos, que contaba con todos los servicios necesarios, incluido una guarnición de Reales Guardias. Pero muy a pesar de las prebendas y beneficios que se confirieron a sus pobladores, nunca pasó de ser una pedanía de Serradilla, por la pobreza de sus suelos y lo arriesgado de su hábitat. 



Durante la mal llamada "Guerra de la Independencia" el Castillo de Monfragüe quedó prácticamente arrasado, al igual que el Puente del Cardenal que fue dinamitado. Marcando este conflicto una enorme cicatriz en sus gentes, desapareciendo la población de Corchuelas, trasladándose sus vecinos a los pueblos de los alrededores: Serradilla, Malpartida de Plasencia o Torrejón el Rubio. 

Toda esta zona disfrutó de una relativa estabilidad hasta que llego a ella la Guerra Civil durante la Segunda Republica. Aunque apenas hubo por estas tierras enfrentamientos sobresalientes, ya que las tropas sublevadas enseguida tomaron Extremadura, siendo el hambre y las carencias contra lo que tuvieron que luchar los lugareños de estos lugares. Pero si que tuvo un grado de notabilidad la resistencia de los republicanos una vez terminada la contienda y organizados por estos impenetrables montes, formando la resistencia al régimen franquista, grupos a los que se les denominó "Maquis". Destacando de entre ellos guerrilleros a los que se les conocía como "Quincoces”, “Chaquetalarga” y sobre todo a Pedro José Marquino "El Francés", quien fue muerto por la Guardia Civil el 31 de julio de 1946, tras una emboscada en Peñafalcón (Salto del Gitano). 

La creación en los años 1966 y 1969 de los embalses de Torrejón (Torrejón-Tajo y Torrejón-Tiétar) así como el de Alcántara (cuya represa se encuentra 91 km. aguas abajo pero que llega hasta el mismo Parque Nacional) afectaron irreversiblemente al paisaje y a gran parte de la naturaleza de esta zona. Toda vez que los cauces fluviales de los ríos Tajo y Tiétar quedaron anegadas por sus confinadas aguas, desapareciendo toda una reseña etnológica y ecológica, que la naturaleza, el ser humano y el tiempo habían creado. 

En 1970 comienzan las labores destructivas de modificar el bosque autóctono plantando "eucaliptos", todo en nombre de una rentabilidad inmediata y torticera. Se destruyen gran cantidad de bosque mediterráneo de la zona de la sierra de Miravete y los arroyos de Barbaón y Malvecino, con aterrazamientos artificiales realizados con maquinaria pesada. Interviniendo en defensa de esta extraordinaria naturaleza y en contra de los muy fuertes intereses Jesús Garzón Heydt, que con la ayuda de un fuerte movimiento naturalista y conservacionista, así como el reconocimiento de Félix Rodríguez de la Fuente a un licenciado en biología que apenas había salido de la Facultad de Madrid y se había "echado al monte:"único estudio serio sobre el lince, de enorme valor, escrito por el joven naturalista Jesús Garzón, consiguió la declaración de Monfragüe  como Parque Natural en 1979. 

En 1991 fue declarado como ZEPA (Zona de Especial Protección para Aves) y en 2003 la UNESCO le concedió a Monfragüe el título de reserva de la biosfera. En el año 2006 se propone por parte de la Junta de Extremadura que sea declarado Parque Nacional, siendo en 2017 cuando definitivamente Monfragüe pasa a formar parte de los Parques Nacionales Españoles. 

Accediendo por las dehesas de Toril, recorreremos la denominada ruta de los "Miradores" (prácticamente todos sobre el cauce del río Tiétar). Donde nada más entrar en los límites del Parque Nacional nos encontramos con el mirador "Portilla del Tiétar", un sobresaliente roquedo al otro lado del río donde puede observarse buitre leonado, alimoche y águila imperial, aunque esta última con paciencia y fortuna. A unos centenares de metros se encuentra el de La Fresneda, donde existe un nido de alimoche que se divisa perfectamente. A tan solo 1,5 km. nos encontramos La Higuerilla, sobre una especia de meandro que forma una curva del rio Tiétar, y donde es fácil ver las aves acuáticas y cruzar sus cielos cigüeñas negras y alimoches, pudiendo verse la cigüeña negra y alimoches. El siguiente es La Bascula, único que da al Tajo y que no tiene un interés especial, aunque podremos con suerte observar águila imperial y buitre negro. Desde el mirador de Malavuelta se divisa la represa de Torrejon-Tietar. Enorme obra que también podemos percibir cauce abajo desde Tajadilla, desde el que observamos unos sugerentes roquedos enfrente donde hay buenas vistas sobre nidos de rapaces, y visionar si se dejan: alimoches y buitres leonados y águila perdicera. Pasamos por la Fuente de los tres caños, desde la que admiramos otro meando del río, este mucho mas fotogénico. Por último se encuentra el mirador de El Pliegue, sin un especial interés para mi gusto. Y así llegamos a Villareal de San Carlos, el único núcleo poblado en el interior del Parque Nacional. 



Como en cualquier espacio natural de nuestra geografía, la práctica del senderismo es no solo habitual sino conveniente, para ello se han diseñado una serie de recorridos que trascurren por los lugares más relevantes de Monfragüe. Y aunque las tres cuartas partes del Parque Nacional son de uso restringido, para poder de esta manera preservar su importante biodiversidad, consiguiendo de esta forma mantener inalterado lo más posible el hábitat de las más de 280 especies de vertebrados existentes entre sus bosques. Por ello, y manteniendo las convenientes pautas de respeto con la naturaleza, podemos recorrer a pie estos mágicos lugares desde los cuales y siempre provistos de unos aceptables prismáticos, pasearemos por sitios que se reparten entre las leyendas, la historia y la naturaleza. 

Del Puente del Cardenal ya he comentado con anterioridad sobre su historia, solo comentar que sirve en algunos recorridos como paso para trasladarnos de una a otra orilla del río Tajo, pero esto no siempre es posible, ya que solo es accesible cuando las aguas del embalse están bajas y el puente no se encuentra sumergido bajo ellas. 



El Salto del Gitano o Peñafalcón es sin duda el punto más singular y emblemático de todo Monfragüe, además de ser un lugar ideal para la observación de aves y sitio donde se concentra gran cantidad de personal por su facilidad de acceso (aparcamiento para vehículos), toda vez que junto a él pasa la carretera. Se trata del lugar por donde el río ha buscado paso, rompiendo las cuarcitas que forman la sierra de Corchuelas, generando con ello un cuchillar de crestas rocosas que se elevan 300 metros sobre el curso del Tajo, convirtiéndose en un paraje ideal para contemplar como vuelan las grandes rapaces, deslizándose por debajo o por encima de nuestras cabezas. Entre sus riscos o arboles cercanos anidan decenas  aves de todo tipo, entre ellas más de 80 parejas de buitres leonados, tres de cigüeña negra, más de una de búho real y otras de águila real, así como varias de alimoche, halcón peregrino, buitres negros o águilas imperiales. 

El nombre le viene de una leyenda de cuando este lugar era tierra de bandoleros, siendo uno de estos de raza gitana, que sorprendido por la guardia civil haciendo tropelías, tuvo que salir huyendo, estando la pareja de policías a punto de detenerlo. Pero llegando al estrechamiento de río donde se sitúa Peñafalcón, el habilidoso asaltante dio un brinco tan potente que llego al otro lado de la orilla del río, quedando los guardias enormemente sorprendidos. Siendo desde entonces cuando el lugar tomo el nombre del "Salto del Gitano". 

Otra leyenda de cuando nos espera a nuestra espalda y 200 mts. por encima de nuestras cabezas, en las altivas cumbres de la Sierra de Corchuelas, donde se ubica el Castillo de Monfragüe. Esta nos relata tiempos de cuando estas tierras estaban regidas por los musulmanes y el castillo gobernado por el noble Kaid y su esposa, la cual falleció al dar a luz a una niña a la que llamaron Noeima, que al hacerse moza se convirtió en una doncellas más hermosas de toda la comarca y pretendida por cantidad de nobles sarracenos. En uno de los asedios cristianos a los que fue sometido por parte de los ejércitos cristianos, Noeima quedo prendida de un apuesto soldado cristiano con el que veía furtivamente a través de un pasadizo secreto. Con enorme pesadumbre el soldado dio parte a su capitán de la existencia de ese oculto corredor, y entrando por él una noche las tropas cristianas apresaron a Kaid. Pero este, antes de ser ajusticiado, maldijo a su hija sentenciándola a permanecer perpetuamente en el castillo. 



Hay quienes en algunas frías noches de invierno, ha sentido como la joven Noeima pasea por los restos de los torreones hasta el lugar conocido como "Canto de la Mora", donde deja caer sus lágrimas, que convertidas en perlas van a parar hasta el lecho del río Tajo. 

El castillo erigido por los árabes en el año 811, sobre anteriores fortificaciones realizadas por celtas y romanos, llego a tener dos perímetros de murallas y hasta cinco torreones defensivos, de los que apenas quedan los restos de dos de ellos. En verdad es una ubicación estratégica desde la que se divisa no solo todo el área de Monfragüe, pues la panorámica que desde ella divisamos es más completa, convirtiendo al lugar en un espectacular mirador desde donde divisar unos espectaculares atardeceres.



Es aquí, junto a las ruinas de la fortaleza de Monfragüe, donde los caballeros de la Orden de Santiago levantaron una ermita en el siglo XIII, depositando en ella para su custodia una talla en madera negra de una virgen bizantina, traída de Jerusalén al volver de las cruzadas en "tierra santa". 

Por debajo del Castillo una decena de metros y en unos farallones rocosos que dan al medio día, se encuentran unas de las representaciones de arte rupestre visitable de todo Monfragüe, el conocido como "Abrigo del Castillo", donde podemos observar representaciones pictóricas de distintas épocas que abarcan del el 9.000 a.C. hasta la Edad de Hierro en el año 2.500 a.C. además de un ejemplo de escritura tartesa (la única en tonos negros). Realizados en distintas tonalidades rojizas (en su mayoría óxidos de hierro) que nos trasladan figuras antropomorfas así como animales. Siendo estas serranías de las Corchuelas unos de los enclaves más importantes del arte esquemático de la Península Ibérica. Donde hasta la fecha se han llegado a catalogar hasta 128 abrigos con pinturas rupestres, lugares donde nuestros ancestros neolíticos se refugiaban y cuyas representaciones nos muestran parte de su vida cotidiana. 

El titulo de este articulo "En Monfragüe…. buitres negros", es referente a una canción que por el pasado 1989 se tarareaba mucho en ciertos ambientes. Fue compuesta por el grupo "Extremoduro", fiel ejemplo de rock trasgresor e irreverente que por aquel entonces se podía hacer en este país. Aquí os dejo un vídeo trasmitido por TVE en 1990, mucho antes de que estos espacios se declarasen Parque Nacional.

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