domingo, 19 de mayo de 2019

- Kaluts - Desierto de Lut (Irán)

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Para los que se nos alegra la vista al contemplar grandes horizontes, vislumbrar un desierto aunque se soporte algo de calorina, siempre es un agrado para los sentidos intra y extra corporales. Produce alivio, y a mi hasta sosiego, el ver esas inmensas e inacabables masas de la más absoluta "nada" como se pierden en el vacio de la distancia. Es por ello que desde siempre me han gustado estas zonas del planeta deshabitadas e inhóspitas, y cada vez que puedo me acerco a ellas a experimentar esas agradables sensaciones de silencio y aislamiento……………. tal vez, en alguna anterior reencarnación, yo fuere asceta o místico. 

Ya llevo grabadas en mis retinas una buena colección de ellos: los próximos y domésticos de Bárdenas Reales, Monegros, Gorafe, Tabernas o los insulares canarios. Así como los más exóticos y foráneos del Sahara en Marruecos - Túnez - Egipto - Mali, el Namib, Wadi Rum, Sirio, Kalahari, Atacama, Salares Andinos o Patagonia, además de los desiertos helados de Groenlandia, Islandia, Antártida o el mismo Himalaya, todos diferentes, con su toque de magia y hermosura. Tocándole ahora el turno a las áridas tierras del sureste de Irán, internándonos a tantear escenarios en el Desierto de Lut o Dasht-e Lut, en persa "la llanura vacía", el gran desierto salado al que accedemos desde la población Kerman, por donde pasó Marco Polo en 1721. 

Es allí donde se encuentra el lugar más cálido del planeta, habiéndose registrado la más alta temperatura de la tierra. La NASA, realizando medidas de temperatura a través de satélites entre 2003 y 2010, constató una temperatura de 70,7° C. Concretamente en la llanura de Gandom Beryan, que se traduce como "trigo negro", y donde según una leyenda, se habría formado cuando unos mercaderes dejaron un cargamento de trigo en la zona y el sol la tostó durante días hasta crear el lugar. 

No muy alejado de la frontera con Afganistán y Pakistán, el Desierto de Lut es una zona sensible por donde pasan las rutas que utilizan los traficantes y contrabandistas para introducir en el país el opio afgano, o armas de forma furtiva, produciéndose a veces desagradables incidentes, fundamentalmente con los pobladores locales. Informaciones de todo tipo recomiendan cautela y precaución en este territorio, debiendo de no rebasar los lugares indicados, ya que hay zonas donde existen minas para evitar incursiones terroristas, motivo por el cual podemos cruzarnos con algún camión armado del ejército iraní. 

El desierto de Lut es en realidad una cubeta endorreica de aproximadamente 51.800 km2 que en otra época fue un lago. De hecho, durante la breve estación húmeda el agua corre desde las montañas de Kerman creando "wadis" (cauces fluviales estacionales y secos) y pequeños cursos de agua, donde el agua de las escasas precipitaciones lluviosas desaparece con rapidez dejando solo un reguero de rocas, arena y sal. 

Cubriendo una área de 480 kilómetros de largo y 320 de ancho, la zona este del desierto es una llanura salada, encontrándonos al sur con un gran "erg" arenoso formado por dunas que llegan a los 300 metros de altura, lo que las coloca entre las más altas del mundo. Pero su parte central ha sido esculpida por el viento en un conjunto de crestas y surcos paralelos que llegan a alcanzar los 75 m de alto, los cuales se extienden longitudinalmente a lo largo de 150 km. con una anchura de aproximadamente 60 km. ​ Área también colmatada por innumerables barrancos y dolinas. 

Son los conocidos "Kaluts" (que en persa significa "montañas arenosas"), altivas y esbeltas formaciones rocosas que emulan ser castillos de arena. Originales y soberbias siluetas compuestas por colinas de barro compactado, ubicadas en interminables valles. Acuchilladas siluetas de arcillas sedimentarias, que mantienen de forma invariable la orientación de noroeste a sureste. Unos hermosos y singulares fenómenos naturales únicos, que no se pueden encontrar en ningún lugar del mundo. 

De aspecto mágico y asombroso, que alcanza su máximo esplendor con la suave luz de la puesta de sol o el amanecer, este colorido festival de siluetas imposibles, se ha generado por la enorme erosión del suelo producida por el aire y el agua. Aunque parezca sorprendente, hace millones de años en este lugar hubo un gran lago en cuyo fondo fueron depositándose sedimentos. Con el paso del tiempo la gran lámina de agua se secó y los limos reposados en sus suelos fueron resquebrajándose. Más tarde y durante miles de años, por la acción del fuerte viento de la zona y de las lluvias, las grietas fueron erosionándose, expandiéndose y creciendo hasta formar las grandes valles, barrancos, y cañones que hoy podemos observar. Siendo los enormes "kaluts" o "yardangs" las partes de los depósitos sedimentarios que no se han erosionado, o sea, los terrenos originales de hace millones de años, siendo las vaguadas y depresiones, los espacios liberados por los efectos eólicos. 

Declarados Patrimonio Mundial de la UNESCO, ya que “el lugar presenta algunos de los ejemplos más espectaculares de erosión eólica del planeta, creando la mayor concentración de este tipo de formaciones (masivas crestas onduladas).  

Dicen que el mejor momento para visitar este desierto es al atardecer, donde las rocas toman unos colores grisáceos y areniscos impresionantes. Pero pienso que lo mejor es fundirse en él y convivir un día entero en medio de estas fantasmagóricas alineaciones, disfrutando de cada instante que entre ellas se pase. Para ello nada mejor que contactar con: Amir Moghaddam (amir.kaluts@gmail.com; teléfono iraní +98 913 198 2482), un verdadero profesional y conocedor como el que más de la zona y sus recovecos. 

Nos dirigimos hacia estos espacios atravesando el túnel que salva las cumbres de más de 4.000 metros de los Montes Payeh (también conocidos como montañas Kuhbonan), que separan Kerman de las planicies previas al desierto de Lut. A unos 100 km. de partir se encuentra "Shahdad" la última población habitada, parada y fonda. A tan solo ya 20 km. se encuentran los Kaluts, la legendaria tierra de unos ocho mil kilómetros cuadrados, recibiéndonos en la tarde con una tormenta de arena, que hace prácticamente imposible la visión.  

Dos potentes Toyotas 4x4 nos trasportan por entre los áridos valles y recónditos callejones que conforman este enigmático y escondido enclave del planeta. Parece como si las siluetas de las colinas nos quisieran amedrentar para dejarlas en su perenne soledad, pero cual más lejana de nuestra mente está esa sensación.  

Transitamos el desierto entre las arenas por un fantástico cambiante paisaje, con las caprichosas formas a nuestros lados y cruzando algunas esbeltas dunas. Parando en los lugares más sugerentes, para admirar nuestro entorno y así hasta el ocaso del día. La tormenta ha remitido, y el atardecer desde lo alto de uno de los kaluts es espectacular, con el sol poniéndose tras las montañas del horizonte, la placidez y una tenue y anaranjada luz se apodera del entorno. Ya en la noche el firmamento se reviste de una cubierta estrellada, el momento es mágico. La oscuridad es absoluta pues no hay prácticamente luna, con un cielo cada vez más lleno de estrellas y la Vía Láctea perfectamente perfilada. Un momento en el que se puede oír el silencio.  

Por la mañana, después de ver el amanecer de nuevo sobre otro de los kaluts de nuestro alrededor y de nuevo en los vehículos, recorremos durante varias horas estos interminables y maravillosos espacios. Paramos en lugares idílicos para observar panoramas asombrosos. Ante nuestras vistas cruzan espectaculares y fantasmagóricas formaciones: chimeneas de hadas, onduladas paredes que se extiendes hasta donde se pierde la vista, pináculos de formas imposibles… y planicies inalcanzables. Queremos mas y mas paisajes, que nuestras vistas sigan observando estas maravillas de horizontes que se pierden en la lejanía, que la visión no termine nunca y que el recorrido se haga interminable. Aunque la realidad se impone…………… y regresamos de nuevo al asfalto para retornar a Kerman.

Hemos podido visitar uno de los desiertos más singulares, extraños, bellos, y a la vez desconocidos, que hemos recorrido en nuestra vida. Un lugar de esos que nunca aparecerán en los ranquin de las "Maravillas del Planeta", pero casi que mejor, pues así, secreto y furtivo, se guardara mejor de las fuerzas destructivas del ser humano…………… un lugar para ir. Una más de las esencias de ese suelo iraní tan entrañable y seductor.


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