lunes, 20 de abril de 2020

- Arturo rey de Britania, un soberano a la carta…… versus, Alfonso I de Aragón

Nono de los artículos (este sin fotos) elaborados durante mi reclusión, internamiento y aislamiento coronavirulesco, esperando que no tenga que situar en estas páginas muchos más por este motivo. 

El ahora decrepito Imperio Ingles; al igual que el resto de los habidos en el mundo: Chino, Romano, Persa, los Califatos. Español y últimamente el Americano (del norte); creció por el control económico de los países colonizados, así como por la propaganda y contra-propaganda que se generaba en cada momento y con los medios de información que se usaban en cada época, siendo los británicos desde tiempo inmemorial los grandes manipuladores de la historia. Los anglo-sajones siempre han sido muy expertos en esto, y a ello ya he dedicado algunos párrafos en anteriores entradas de este blog. Hoy me quiero referir a como, con unas simples notas del pasado, se puede generar un mítico héroe y rey a base de invenciones y añadidos durante el trascurso de los años, creando con el paso del tiempo hechos a los desechos, e imágenes a la desmemoriada e interesada historia que a sus promotores importaba, incluso apropiándose historias de otros personajes no ficticios, de otros territorios lejanos, e incluso de otras épocas. 

Me refiero a ARTURO, el conocido como rey de Britania, quien en realidad podría tratarse de un cabecilla celta-romano que guerreó entre los siglos V o VI (o antes) contra los invasores sajones, jutos y anglos, dirigiendo algunas refriegas, aunque ni siquiera se llamaría Arturo. Ya que ninguno de los historiadores de los siglos VI y VII (Gildas o Beda) que escribieron sobre esta época, mencionan a ningún Arturo, nombrando eso si al líder romano-celta Ambrosio Aureliano como jefe de los bretones y vencedor de los ocupantes en varias batallas.  

Las primeras reseñas a Arturo surgen en el siglo IX a través de la "Historia Brittonum" (Historia de los britanos), aunque nuevas investigaciones dudan del verismo de esta obra como base histórica, habiendo pasado 300 años de los hechos relatados. Lo mismo ocurre con los "Annales Cambriae" (Anales Galeses) del siglo X, así como la "Gesta regum aglorum" (Gestas de los reyes de Inglaterra), de William of Malmsbury. Pero mientras el cuento va engordando de unos a otros y el rigor histórico enflaqueciendo. 

A comienzos del siglo XII Enrique II de Inglaterra encargó al clericó Godofredo de Monmouth la creación de una genealogía de la corona británica para consolidar su reinado, al que accedió de forma "convenida" tras una guerra de sucesión. Con el titulo de Historia Regum Britanniae, Godofredo (cuyo padre se llamaba Arthur para más señas) completa en 1136 la obra, llegando sus fantasías hasta situar el origen de la corona británica en el héroe troyano Eneas, teniendo después de este regio y fantástico encargo estas frías islas su propia gesta con reyes normandos. Es a partir de estos textos como comienza presentándonos a Arturo como mítico Rey, comenzando a ser rellenada posteriormente con nuevos contenidos. En 1155 el poeta normando Wace, añade nuevos elementos como la archifamosa "Mesa Redonda" donde acomodaban sus posaderas los ilustres caballeros. Y el no menos importante "Santo Grial" incorporado por Chrétien de Troyes en 1180, quien también por primera vez reseña al "rey Pescador". 

Arturo podía haber tenido otros nombres además del ya mencionado, medio romano - medio bretón, Ambrosio Aureliano. Pudiéndose alargar la lista desde el también militar romano Lucio Artorio Casto del sigo II de nuestra era, hasta el rey galés Athrwys ap Meurig que vivió durante el siglo VII, pasando por Owain Ddantgwin, un caudillo britano, o por el rey Rithamus, ambos coetáneos del siglo V.  

Además de reafirmar la dinastía real británica de los "Plantagenet", el relato de Monmouth sirvió de contraposición a las historias medievales, estas sí que verídicas, del emperador galo Carlomagno, consiguiendo arrebatar la hegemonía "publicitaria" a la que antes me he referido, eclipsando la figura del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Toda vez que los franceses siempre haciendo ostentación (el narcisismo chovinista que les caracteriza) de sus viejas historias del siempre ensalzado emperador carolingio, generaron envidias a sus vecinos británicos, que apoyándose en Arturo crearon su mítico rey, consiguiendo hacerle más famoso que al propio Carlomagno eclipsando la figura de este. 

Es el mismo Monmouth quien sitúa la legendaria y "artúrica" isla de Ávalon en las cercanías de Glastonbury, donde a finales del siglo XII (1191) los monjes de su abadía afirmaron haber desenterrado los cuerpos del rey Arturo y Ginebra. Tratándose de un fraudulento montaje para conseguir un aumento de la llegada de peregrinos al lugar y por lo tanto más ingresos………… hay el dinero, poderoso caballero decía Quevedo. Aun hoy en día, y por mor de estas leyendas, las ruinas de la abadía de Glastonbury sigue siendo un lugar de culto para todos los que se sienten inspirados en el mito de Arturo. 

Durante el siglo XIV aparece una obra de autor desconocido donde relata las vicisitudes de uno de los Caballeros del Rey Arturo, Sir Gawain, sometido a las pruebas del denominado Caballero Verde. También es reseñable la obra de Thomas Malory "Le morte d’Arthur" (La muerte de Arturo) datada a finales del siglo XV (1469), siendo esta una recopilación de todo lo que se había escrito hasta entonces. 

Una vez que hemos visto como se creó una portentosa epopeya, una utópica fabula, un insólito relato y un onírico rey, debemos preguntarnos quién fue en realidad ARTURO, y como se gestó su leyenda. Ya he comentado que hay varios personajes históricos que pudieron servir de reseña al mítico soberano, pero a estos hay que añadirle uno fuera del contexto de estas frías islas, de tierras más cálidas al sur, y de época
más avanzada. Refiriéndonos a Alfonso I rey de Aragón y Pamplona, que nacido hacia el 1073 en Poleñino (Huesca), gobernó estos reinos (y el de Castilla posteriormente como consorte) situados al noreste de la Hispania durante gran parte de los inicios del siglo XII. Su bien merecido apodo de "El Batallador", se debe a haber guerreado con los musulmanes en al menos 29 victoriosas batallas, lo que le generó una fama que superó las propias fronteras, llegando su prestigio a tierras centroeuropeas a través de la "autopista" de por aquel entonces, el "Camino de Santiago". Este atípico monarca fue además el primer rey europeo que abrazó la orden del Temple. 

Son innumerables las coincidencias de los hechos del rey aragonés con las fabulas del británico, debiendo diferenciar que el de Huesca sí que existió y su historia está documentada (aquí podéis conocer algo de su vida y gestas), siendo varios historiadores y estudiosos foráneos quienes asemejan los sucesos relatados atribuidos a Arturo. Entre estos se encuentra el historiador británico Richard Rex, profesor de la universidad de Cambridge, o el investigador suizo y descendiente de una familia de historiadores André von Mandach, experto en literaturas románicas, quien proponía ya en 1992 a nuestro rey maño como origen de Arturo después de analizar y estudiar en profundidad la obra  "Parzival ", cuyo argumento es la vida del caballero Perceval, miembro de la Mesa Redonda en la corte del rey Arturo y su búsqueda del Santo Grial, obra del siglo XIII, realizada por el templario y teutón Wolfran von Essembach en 1215. 

Es el propio Essembach, quien en un viaje por la Hispania de principios del siglo XIII (1213) y formando parte de la comitiva de la duquesa Beatriz de Suabia; que venía a casarse con el rey de Castilla y León, Fernando III el santo; reconoció que la historia sobre “Parzival” y la corte del rey Arturo la había conocido durante el transcurso de su recorrido camino de Toledo. Es además la obra de Wolfran von Essembach quien inspiró a Richard Wagner para su opera Parsifal. 

Por si esto no es suficiente, debo también añadir que las relaciones de apego entre el matrimonio formado por Ramón Berenguer IV (conde de Barcelona) y Petronila (sobrina de Alfonso I y futura reina de Aragón), con el rey inglés Enrique II eran muy estrechas, hasta el punto de ser el británico nombrado tutor del hijo del catalán y la aragonesa, quien posteriormente seria Alfonso II de Aragón. No debiendo de olvidar que este Enrique II fue quien mando redactar a Godofredo de Monmouth, la fantasiosa Regum Britanniae, en donde ya aparece Arturo como rey de los británicos, dotándole de trascendencia internacional. También Leonor de Aquitania, la que fuera esposa de este Enrique II de Inglaterra estaba vinculada al reino de Aragón, toda vez que esta soberana británica pero francesita de Poitiers, era nieta de Guillermo el Trovador (compañero de guerrerias del "Batallador"), pudiéndole haber trasmitido a su consorte las batallitas de su abuelo con el rey aragonés. 

Como así mismo la tan "cinematográfica" espada Excalibur, que clavada en su roca solo pudo ser extraída por Arturo según la leyenda. Cuando en realidad podría haberse recogido de la península itálica donde se halla la "espada de San Galdano", que esta sí que se encuentra metida físicamente entre las rocas. Bastantes son las coincidencias entre los dos relatos, pudiendo reconocer en la leyenda de Arturo a personajes y lugares que se corresponden con gentes y sitios del sur de los pirineos:  

- En varios párrafos de la obra de Wolfran von Essembach a Arturo se le nombra como "Anfortas", apodo que también tenía Alfonso I de Aragón en su forma abreviada.  

- Durante el mandato del rey aragonés en su lucha por la reconquista de los territorios ocupados por el Islam, reunió para su causa a caballeros llegados de todos los países europeos, a los cuales organizó con formas muy parecidas al de los Caballeros de la Tabla Redonda.  

- Entre los caballeros que acompañaban a Alfonso I se encontraba su primo Rotrou II, conde de Vall Perche, quien en la fabula artúrica se correspondería con "Perceval" (Perche Vall), también con una relación familiar muy parecida. 

- Otro de estos nobles europeos que se unieron al monarca aragonés es Gastón de Bearn, quien se correspondería con uno de los permanentes de la mesa redonda de Arturo, "Galbearn " al que también se le nombra como: “Galvan", “Galvern” o "Gawain". 

- No podía faltar el afamado "Lancelot" (Lanzarote) el más fiel de los caballeros del rey Arturo. Quien podría corresponder con Pedro González de Lara, portador de una enorme "lanza" cuando fue nombrado alférez de Castilla.  

- Siendo además este guerrero quien liberó del castillo de El Castelar a doña Urraca, presa en esta fortaleza por orden de su marido el rey "Batallador", con el que al parecer no se llevaba muy bien. Esta relación triangular, nos devuelve de nuevo a la fabula británica, donde Lanzarote y Ginebra, la mujer de Arturo, mantienen un romance amoroso.  

También hay bastantes lugares del mito de Arturo que han sido plasmados de sitios verídicos por los que estuvo el rey hispano, siendo algunos de ellos: 

-  El situado nombrado como "Carduel" donde Arturo designaba a sus caballeros, no sería otro que la actual aldea despoblada de "Cardiel", cercana a la urbe oscense de Fraga. 

- La isla de Avalon a donde es conducido el cuerpo agónico del rey Arturo, es posiblemente el Monte Aragón, que rodeado por el río Flumen durante las crecidas por las lluvias parece una aislada isla, siendo en el castillo de ese monte donde se enterraron los restos del rey Alfonso. 

- Cámelot era Jaca según un último estudio de investigadores valencianos entre los que se encuentra Ana Mafé, aseverando que según el idioma Provenzal Cámelot se puede traducir como la "Pequeña Jaca". Ya historiadores aragoneses del siglo XIX situaban las tramas de las leyendas artúricas en las comarcas centrales de la ladera sur de los pirineos. Además de unos cálculos realizados a través del denominado" sistema de tardanzas" por los que se ubican en el sur de Aragón cantidad de lugares de las leyendas Artúricas.

- Ya he comentado que el Cáliz Sagrado no aparece en la literatura inglesa hasta 1180, estando documentado que un "Santo Grial" (el que actualmente se custodia en la Catedral de Valencia), se encontraba en tierras de Huesca desde el año 258, procedente de una Roma sometida por la persecución de los romanos. Estando también documentada su tutela en la singular y mágica iglesia de San Juan de la Peña en 1076, ya nacido nuestro Alfonso de Aragón y reinando su padre Sancho Ramírez.
 
- El caballero Perceval (para algunos el posible heredero del reino) era el encargado de descubrir donde se guardaba el Santo Grial. La fabula nos traslada que en su búsqueda se cruza con un eremita quien le indica el camino para encontrar el ansiado tesoro. Y de nuevo salta la concordancia, toda vez que el heredero de Alfonso I seria su hermano Ramiro II "El Monje", quien tuvo que dejar los hábitos para gobernar del reino de Aragón. 

- El Santo Grial intentó utilizarse como elemento sanador hacia el rey Arturo por las mortales heridas producidas en la batalla de Salisbury. Al igual que ocurriría con Alfonso, que se refugió en el Monasterio de San Juna de la Peña, donde se guardaba el santo Cáliz, para intentar curarse de las heridas producidas durante el asedio de la ciudad de Fraga. 

- Es también Wolfran von Essembach, quien describe el castillo donde se encontraba el Grial, indicándonos que estaba a los pies de la montaña denominada "Montsalwage". Correspondiendo en realidad al monasterio/fortaleza San Juan de la Peña que se encuentra situado debajo del Mont-Salvatoris (Monte de San Salvador). 

- Son también los romances de Chrétien de Troyes en 1180, quienes nos comentan de un "Rey Pescador" en referencia de nuevo a Arturo. Siendo de nuevo al rey "Batallador" al que se le asignaba ese calificativo en las crónicas musulmanas de la época, después de su campaña contra Al-andalus en 1126. Ubicándose las costas malagueñas de Motril o Vélez, donde acabaría pescando junto a sus tropas. 

Al igual que el inglés Richard Rex, el suizo André von Mandach, así como la valenciana Ana Mafé y otros, el estudioso alemán Michael Hesemann ha confirmado que los personajes, situados y construcciones que han surgido en las crónicas medievales sobre Arturo de Britania y el Santo Grial, concuerdan con las reseñas del monasterio de San Juan de la Peña, así como con personajes de la época, principalmente con Alfonso I el Batallador. 

El estudio de los hechos que aparece en las leyendas artúricas, siendo Arturo el último de una estirpe de monarcas protectores del Santo Grial, ha llevado al convencimiento cada vez por mas historiadores y estudiosos medievales sobre la hipótesis enormemente controvertida aquí planteada. Será el paso del tiempo y nuevas e innovadoras investigaciones, quienes irán aportando nuevos datos que confirmen esta hoy arriesgada y trasgresora teoría, toda vez que la esencia del Arturo rey, se fue generando y fabricando en interés de la monarquía británica de los Plantagenet, y en épocas posteriores a la muerte del admirable monarca aragonés Alfonso I, gran impulsor de los cantares de gesta occitanos de la época. 

El resto lo ha hecho el cine con una extensa filmografía, así como la literatura o la música. Por cierto, la magnífica opera "Parsifal" del extraordinario compositor teutón Richard Wagner, se desarrolla en un lugar al sur de los Pirineos, el Monsalvat de San Juan de la Peña. 

Por supuesto todo esto no son más que teorías y cada cual puede creer lo que quiera, pero la verdad es la verdad y no lo que nos quieren contar. Estos que tergiversan la realidad me suenan a algunos de los pseudoperiodistas "diestros" de ahora, aunque por desgracia y como vemos a través de evolución del mundo la historia está llena de ellos.
 
 

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