sábado, 10 de mayo de 2025

- Sureste soriano II…… a través del río Nágima y la Raya de Aragón

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Volvemos nuevamente en busca del cauce del Nágima, que abandonado en Serón recuperamos al llegar a Torlengua 7 km. más al sur. De esta población se comenta reside en ella la “Novia de las Vicarías”, torre de la parroquia de Santiago El Mayor, semejante en pequeño a la del Pilar de Zaragoza (provincia vecina y lindera). De nuevo no encontramos aquí cuatro reseñables “peirones”, de los que ya he comentado en escritos anteriores: San Isidro a la entrada de la carretera, San Pascual en la ruta a Deza, San Gregorio yendo a Serón y el de la Virgen del Carmen en el acceso a la aldea. En su término se encuentra la  “Piedra de Quebracantos”, un roquedo de gran dureza del que dicen pudiera ser un meteorito, ya que todas las piedras que se lanzan contra él se descuartizan.

 

Por su toponimia, en “Torlengua” pudo existir antaño una atalaya que mantuviera comunicación visual con la de Cántabos por el sur y al norte con el campo de Gómara a través de Serón de Nágima. Así lo relaciona en su trabajo Vicente Alejandre Alcalde (El sistema defensivo musulmán entre las marcas media y superior de al-Andalus (Siglos X-XII)), pudiendo haber estado ubicada en el cerro El Torrojón, un kilómetro al sur de la población. Existiendo en su territorio otros lugares con toponimia relacionada a este tipos de almenaras como: Atalaya Rubia, junto al cerro Rezadero (1.125) al norte del término municipal en los lindes de Deza, Serón y Mazaterón. O La Atalaya más allá de la Cañada Ramírez, ya lindando con Aragón en el término de Bordalba.

 

Tomando camino al sur, en apenas 5 km. nos situamos en Fuentelmonje, donde nos reciben sus cuatro “protectores” peirones situados en sendos puntos cardinales: Santa Bárbara (norte), San Antonio (sur), Virgen del Carmen (este) y Virgen del Pilar (oeste), destacando así mismo de la villa la también desmesurada iglesia de la Romerosa, que con algún resto románico posee una espléndida portada. La población lleva por apellido el de los cenobitas que se establecieron en el no muy alejado Monasterio de Cántabos, embrión del que fuera el gran monasterio cisterciense soriano a la orilla del Jalón. Siendo Alfonso VII quien en 1142 se encargó de traer un grupo de monjes cistercienses desde la francesa localidad de Berdoues comandados por el abad Rodulfo.

 

Cántabos se fundó alrededor de 1150, siendo una de las primeras comunidades cisterciense de la Iberia Hispana. Situándose a la orilla del Nágima, a la sombra de una más de esas medievales atalayas musulmanas de vigilancia y comunicación, que gracias a este uso ha llegado hasta nuestros días aunque sea en ruinoso aspecto como el resto del cenobio. La atalaya de planta circular es obra del siglo X época del califato, teniendo como función reforzar la defensa de la no muy alejada Medinaceli, por aquel entonces capital islámica de la Marca Media (frontera cristiano / musulmana). Aun hoy y pese a su estado, podemos observar en la parte baja del singular edificio, como los monjes lo transformaron en capilla con techo abovedado y puerta adintelada en forma de concha marina. 




La escasez de agua motivó que en 1162 tuvieran que trasladarse unos quince kilómetros hasta la entonces granja de Huerta de Ariza, junto la frontera con Aragón, fundando el exquisito monasterio de Santa María de Huerta. Con lo que Cántabos pasa a pertenecer al Concejo de Soria, y posteriormente a Rodrigo Ximénez de Rada; -afamado Arzobispo de Toledo, participe en las Navas de Tolosa, además de sobrino de San Martín de Finojosa (abad de Santa María de Huerta)-; pasando a ser una granja y molino, actividad que se mantuvo junto a un retén de monjes hasta 1835 (desamortización de Mendizábal) en que el lugar es totalmente abandonado.

 

Apenas dos kilómetros aguas abajo pero sobre la otra ribera del Nágima y situada en la cumbre del Alto del Molino, nos encontramos los restos de una nueva atalaya de la misma época califal y de similar hechura, a la que se le conoce con el nombre de su asiento o del despoblado que se ubicaba a sus pies en la orilla del río, Villapardillo. Con unas excelentes vistas de toda la comarca (la linde aragonesa apenas se sitúa a 2,7 km.), observamos al acceder hasta ella como sus caídas paredes han generado un cónico montículo, observando dentro del mismo como de un pozo se tratará, las paredes interiores que aún se mantienen de esta vigilante torreta.

 

Continuamos al sur otro trecho de unos 4 km. con la vista al frente de la Peña San Matiel, otro singular enclave en que existen restos de haberse dedicado para la defensa y vigilancia de la zona y no me extraña en absoluto, pues la simple visión de las rocas de su cima ya nos genera la imagen de una verdadera fortaleza. Nos encontramos a la vera de uno de los lugares más singulares de esta comarca del sur soriano en cuanto a naturaleza se refiere, el Embalse de Monteagudo. Con el apellido de Las Vicarias, la población de Monteagudo es el punto neurálgico de la zona y el que se encuentra con más poblamiento, si es que a una población de 177 habitantes se le puede llamar abundante…………… aquí sí. En esta interesante localidad encontramos, castillo, recinto amurallado con singular arcada, una poderosa iglesia con elementos de estilo mudéjar y un puñado de interesantes y bien cuidadas moradas.




Nos hallamos en la Raya de Aragón, comarca que fuera tiempo antaño disputa entre los reinos Castellano y Aragonés, hasta que unos Católicos Reyes unieran sus destinos a través de interesadas nupcias. A tiro de piedra y siempre al meridión se disponen el Castillo de la Raya y la ermita de la Virgen de la Torre y ya en tierras mañas Monreal de Ariza, donde el Nágima río que hemos venido siguiendo, cede sus aguas al Jalón. Como veréis este párrafo va de corrido y nada extendido, motivado porque a estos lugares les debo unos párrafos más amplios, siendo mi intención dedicarles una redacción completa.




Como no soy persona que le guste repetir, normalmente la vuelta de las rutas suelo realizarla por diferentes lugares a los de arribada, en este caso retornando por dominios de la comarca de Medinaceli / Jalón y Campos de Almazán, tierras “rayanas” del sureste soriano de singular paisaje. Transitando por desérticos paisajes que nos traen a la memoria algunos espacios del norte africano, a través de suaves llanuras cercadas por erosionados cerros terrosos, con escarpes yesíferos teñidos de dispares tonalidades naranjas, ocres o blancas, pobres suelos solo dispuestos a dejar crecer espartales, espinos y algunos tomillos o romeros. Tierras desabridas estas de la Raya de Aragón, donde los estíos se convierten en penitencia, propinada en este caso por la aridez y la canícula del terruño y el medio.

 

Desde el Castillo de la Raya, a través una sucesión de pistas sin asfaltar (algo menos de 5 km.) en aceptable estado de conducción y en dirección a poniente, llegamos a lo que se denomina Las Cabezas (son tres) que situadas a nuestra derecha se nos muestran como amesetados cerros que aquí se conocen como “muelas”. En la de Enmedio, se sitúa en su parte oeste una nueva atalaya islámica de esas que estamos siguiendo durante todo el recorrido. Uno más de esos torreones más o menos fortificados que servían para dar comunicación a la ya no muy alejada “Madīnat Sālim” (en árabe - ciudad segura), la Medinaceli actual, teniendo también comunicación visual con el Castillo de la Raya. Siendo una pena su actual estado de abandono, desidia y negligencia una vez más por parte de sus responsables (Junta de Comunidades de Castilla y León), toda vez que aún se está a punto de poderla salvarla de su colapso total.

 

Desde la atalaya se domina un extenso horizonte, que por el poniente llega a las Sierras del Muedo y La Mata (Puebla de Eca, Utrilla, Aguaviva de la Vega y Radona). Cobijándose en la ladera orientada al sur, bajo la muela, en el lugar que hoy ocupan los Corrales de la Cabeza de Enmedio, vestigios de lo que debió de ser un antiguo poblado de origen musulmán, donde se han identificado los restos de unas 40 viviendas (de una sola estancia y 3 x 3 metros). Este despoblado al que se le cita con el nombre de Bojiamorat “Torre del Moro”, de indiscutible toponimia islámica, alude a la torre que se sitúa por encima, encargándose de su vigilancia, defensa y mantenimiento.




Seguimos al oeste sin dejar las pistas de tierra que en bastante buen estado sirven a los agricultores para llegar a sus campos, y en algo menos de 10 km. observamos a diestra una formación rocosa de llamativas formas y colores, que separada por la erosión de su enclave original se nos muestra en verdad insólita y sugerente, llamando la atención sobre todo su entorno. Se trata de Peña Obrada o Peña Dorada, pues con los dos nombres la he localizado, que elevándose a 946 m. sobre los llanos al norte de Almaluez y Utrilla, domina desde su cima una buena extensión de esta comarca del Jalón hacia el sur y Las Vicarias a levante. Observarla al atardecer reafirma su nombre, toda vez que se tiñe de tintes dorados al ponerse el sol.

 

Su cima, como en tantos otros lugares, sirvió en tiempos para instalar en ella una más de las atalayas bereberes que los andalusíes erigieron para comunicarse con Medinaceli, distante apenas 25 k. pero con tres (por lo menos) de estas torretas por medio: La Torre, Torre Murón y El Majano de Beltejar. Previo a los sarracenos 2.500 años antes, dejaron sus improntas los originarios peninsulares de la Edad del Bronce, habiendo encontrado restos de esta cultura el “castellólogo” soriano/aragonés Federico Bordejé Garcés allá por 1915, lugar que ya había señalado el Marqués de Cerralbo sin poder haberlo visitado. También pasaron por su proximidad las tropas carlistas del coronel, cura y tradicionalista Vicente Batanero, en los fríos días 2 y 3 de febrero de 1836, que procedentes de Cameros iban camino de Guadalajara a guerrear en la Venta de Almadrones, hoy convertido en el Área 103 de la N-II y conocido punto “ultra”.

 

Peña Obrada hace de linde y mojón entre los territorios de Utrilla y Almaluez aldeas a las que nos dirigimos, situándose los caseríos de ambas sobre la orilla de los arroyos Margón y Santa Cristina, cuyos amplios y llanos ribazos sirvieron a los sublevados en 1936 parta instalar sendos aeródromos en cada una de las poblaciones y que usaran de base los aeroplanos de la italiana y fascista “Aviazione Legionaria”. Vecinas, distantes apenas 4,5 km. una de otra, protegidas del “cierzo” por la Sierra del Muedo, estas poblaciones de amplios horizontes y limpios aires, se rodean de terrenos prácticamente esteparios de no mucha productividad debido su aridez, siendo de esta zona el dicho “en Almaluez se coge un año para diez”, únicamente las vegas se salvan de tal condición. Existiendo en sus términos canteras de yeso y en tiempos minas de plata.

 

Muchas más cosas se pueden contar de Utrilla y sobre todo de Almaluez, pero ya están dichas por aquí continuando hasta Puebla de Eca. Aldea con una importante comunidad judía durante la edad media (algo bastante común en los poblados de alrededor), contando apenas con ocho habitantes en la actualidad y el bar cerrado. Pudiendo sin embargo poder admirar en la Plaza Mayor un interesante y gótico rollo jurisdiccional o “picota” del siglo XVII, así como una más humilde Cruz de Humilladero. Esta última a la salida del pueblo en dirección a la Sierra del Muedo (suroeste), ruta que nos llevara hasta su cima de 1154 m. con unas impresionantes vistas y a la Atalaya nominada como “Castillo de los Moros” (1059 m.).

 

Torreón que muy similar a la Cabeza de Enmedio, se sitúa por debajo de su cumbre en una empinada muela que da hacia la población. Hasta sus arruinados restos se accede atravesando un foso que la preservaba de posibles incursiones, no pudiendo protegerse del paso del tiempo, ya que apenas queda un pequeño paño de su muralla y uno de sus cilíndricos cubos defensivos. Su visibilidad es magnífica, pudiendo estar comunicada con: Señuela, Majan, Peña Dorada, Cabeza de Enmedio,  Monteagudo e incluso el Castillo de la Raya.

 

Observamos en la parte baja de Puebla de Eca restos (muro redondeado) de lo que me ha parecido una antigua muralla, pudiendo haber tenido en el pasado una fortificación que la rodeara como en las mencionadas poblaciones de Utrilla y Maján, al estar su casco urbano trazado con calles circulares en torno a la plaza y la Iglesia de la Asunción (elementos románicos). Disponemos nuestras viandas en su bien cuidado parque público que Crisóforo (Teniente Alcalde de Almaluez y vecino de aquí) ha recién segado, obsequiándonos con una amena charla.

 

Dejamos para otro momento el curioso túnel de Alentisque, sobre el infortunado trazado del ferrocarril Ariza / Valladolid (definitivamente clausurado en 1994), dirigiéndonos a Señuela. Pequeña población de apenas ocho habitantes alzada sobre una roca, donde su topónimo la quiere identificar como “torre de señales”, al haber sido en tiempos lugar de ubicación de una más de las atalayas musulmanas de la Marca Media, dando vigilancia al río Morón e incluso al Torete /Bordecorex, ya que tendría visión con las atalayas de Torre Anjara, Torre de la Senda e incluso la de Alcubilla de las Peñas y el castillo de Morón. Pero esto son conjeturas, pues hasta el momento no existen ni documentos ni pruebas arqueológicas que lo confirmen, solo razonamientos de unos cuantos autores. Si bien es verdad que su situación conforma un extenso balcón desde el que en días claros se divisa a ver el Moncayo, la Cebollera e incluso el pico Urbión.

 

Esta escabullida e ignota torreta, podría ser en origen del magnífico y almenado torreón que custodia la iglesia consagrada a Santo Domingo formando parte de sus cimientos, pero aun el “saber” no ha llegado a este nivel, teniendo que esperar al futuro para que despeje esta incógnita. El templo catalogado como iglesia fortificada, data de entre los siglos XIII y XV en el que se mantienen algunos elementos góticos. Por lo demás Señuela es una más de esas poblaciones de adobe y piedra en las que su característica principal es la ausencia de vecindad, pero manteniendo aun elementos de común como: la fragua, el horno o el lavadero. 

 

Cruzamos Morón de Almazán; -con castillo ruinoso (restos), bar, campo de golf y una de las Plazas Mayores más bonitas e interesantes de toda la provincia, pero no nos entretenemos, dejando su visita para otro día (pues tiene que ver)-; dirigiendo nuestros pasos a Soliedra, población también dispuesta en lo alto dominando su entorno. En ella nos sigue acompañando la invariable percepción de toda la ruta, la deshumanización de prácticamente todas las poblaciones de la comarca, zona que curiosamente durante el medievo gozó de una importante densidad de población musulmana..

 

Siendo reseñable de esta localidad lo que aún queda de su castillo: el asilado lienzo sur resistiendo a abandonos e intemperies, compuesto por dos torreones cilíndricos a sendos lados unidos por un resistente y vertical muro. De más que posible origen musulmán, en él se aprecian las formas constructivas en aparejo “califal”, a base de sillares atizonados, del siglo X. Este altivo baluarte sirvió hasta mediados del pasado siglo como moderno palomar, que situado en lo más alto se accedía a través de un túnel excavado por el interior de la pared.




Junto a la de Almazán, Serón de Nágima, Moñux y otras, a esta fortaleza le correspondía la defensa de los accesos hasta Medinaceli, capital musulmana de la Marca Media. Toda vez que su situación es idónea para desde su posición controlar el camino que desde Morón de Almazán conduce al Campo de Gómara, así como la ruta que desde el Jalón comunica con el Duero. Separado de la aldea a través de una especie de foso, que al parecer construyeron los romanos en la “calzada” que por allí transcurría, su esbelta silueta ceñida sobre una roca, es lo que le confiere desde la lejanía personalidad a la localidad.

 

Destacable también la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, románica, con elementos góticos y pórtico cegado. Y junto al templo su camposanto desde el que los finados disponen de unas excelentes vistas del castillo y un extenso horizonte. Si nos entretenemos en pasear por su pequeño caserío podemos descubrir algunas moradas con curiosos he historiados dinteles, como es el caso de la ruinosa casona de “FRANCISCO GIMENO AÑO DE 1819”.

 

Por Soliedra corría (según Blas de Taracena) el camino romano de la ruta del Jalón al Duero que pasaba por Alentisque, Momblona, Escobosa y Villalba. Aun hoy es apreciable a simple vista parte de esta calzada en el tramo comprendido desde el Arroyo de Soliedra hasta la torre, dispuesta prácticamente en dirección oeste – este. Cruzando al inicio por un humilde puente en arco de medio punto, dirigiéndose en serpenteante ascenso hasta la parte meridional del castillo, estando este último tramo excavado prácticamente en la roca viva al acceder a la población.

 

Un camino terroso de apenas 3,5 km. (16 por asfalto) nos dejará a orillas de lo que fuera el despoblado de El Castillejo, no busques que nada queda, mostrándose, en lo alto por encima de nosotros, los restos de un nuevo torreón morisco. Se trata de la atalaya de Neguillas o de Valdemora (valle de la mora), de la que aún se conserva una altura de entre 1,5 y 2,5 mts. de su traza circular, sobre una base de poderosos peñascos. Sirviendo de comunicación con el castillo de Soliedra y los Campos de Almazán, protegiendo la Calzada antes mencionada, pudiendo asimismo llegar su visión hasta los Cerros de Perdices (donde pudo existir otro de estas torretas), e incluso a Morón de Almazán y su extinto castillete.

 

La aldea de Neguillas se sitúa apenas a 1,7 km. siendo una mas de esas poblaciones en las que ya no es que no se vea población, es que casi ni se divisan vehículos. Si que reseñar su rústica arquitectura basada fundamentalmente en el barro y adobe, dejando constancia (al igual que las localidades de alrededor) de su indiscutible influencia bereber, sin haberse aun despojado de ella 900 años después de pasar a manos cristianas.






domingo, 4 de mayo de 2025

- Utrilla y Almaluez……. de los belicosos aviones a los pacíficos almendros

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Toca hoy allegarnos a la zona soriana mas alejada de su núcleo capital, dirigiéndonos hacia ese sureste rayano con Aragón por el que lucharos a mediados del siglo XIV los dos Pedros durante la baja Edad Media, de cuando aún esto no se llamaba España. Nos situamos en Utrilla y Almaluez comarca del Jalón, río de tan buenas vegas para los frutales, pero que al alejarnos no mucho de su cauce hacia el norte, sus dominios son pobres en nutrientes, teniendo sus pobladores que haber soportado en tiempos unas enormes carencias, de ahí el dicho “en Almaluez se coge un año y marran diez”.

 

Tierras a trasmano de casi todo, y aunque por Almaluez se debería de pasar para ir desde Arcos de Jalón a Soria, ya que es la ruta más corta (no llegando a los 80 km. transitando por Utrilla, Aguaviva, Taroda y Almazán), se opta hacerlo por Medinaceli y la A-15 que aun con 12 km. añadidos, es más rápida y segura…….. aunque bastante menos interesante, perdiéndonos estos paisajes más propicios de la Arizona Americana que de tierras del oriente castellano. Compuesta por amesetados cerros como Las Pilas, Mataloshombres, El Castillejo, Mojón de Almaluez, La Arañada, Cueva Cervera o Torre Murón, compuestos de vegetación fundamentalmente de chaparra, espinos, y aromáticas como tomillos, romeros o lavandas. Tierras que sirven de soporte a humildes poblaciones como Taroda, Puebla de Eca, Chercoles, Aguaviva de la Vega, Almaluez o Utrilla, siendo a estas dos postreras a quien van dedicados los párrafos de hoy.

 

De la última de ellas, Utrilla, destacar el tramado circular y concéntrico de sus calles, confirmando que durante la Edad Media estuvo rodeada por una especie de muralla (formada fundamentalmente por corrales) con dos portones como mínimo:

Puerta Encima y la de Hondón, de esta segunda solo queda el nombre. Siendo el eje central de todo este singular doble paseo de ronda la Plaza Mayor y la Iglesia de la Virgen del Valle (románica – gótica - plateresca). El nombre actual de la aldea pudiera derivarse del grupo idiomático “iber /vasco”, sabiéndose ya de su existencia como población en 1187 como "Utriela".

 

Con apenas hoy 65 habitantes, gran parte de ellos jubilados/pensionistas, su futuro como el de tantas otras localidades de su alrededor es una verdadera incógnita, aun con los valores naturales de su entorno. Ubicada entre las escarpaduras las planas sierras de la Mata y el Muedo, con parajes como Valdelascuevas y su mirador (Ruta de las Cuevas), Val de Herreros, Cueva del Cerillero, Peña del Muedo, El Pocillo, Cerro Lázaro, Valdefuentes o la Arañada del Diablo (pequeñas cárcavas que podemos observar a nuestra derecha yendo hacia Arcos), sin duda son lugares dignos de potenciar y hacer valer como futuro para desarrollar un turismo entrono a la naturaleza, rodeados por montes compuestos en su mayoría de carrasca, con alguna zona con pino, sabina e incluso robles. De estos últimos el libro de Antonio de Benito  “El Roble Mágico de Utrilla”, nacido en la cercana población de Arcos de Jalón.

 

Futuro verde si no es trastocado por la minería, ahora tan de moda en la búsqueda de “tierras raras”, toda vez que estas zonas son ricas en minerales, sabiéndose registradas minas de oro y plata en Utrilla y Almaluez ya en 1587. Teniendo constancia a principios del siglo XX sobre la existencias en Utrilla, Taroda y Arcos de Jalón de canteras para la extracción de calizas, piedra para la construcción, grava o elaboración de cal, como así mismo excavando yacimientos de yeso en los aledaños de Utrilla. Minas que puede ser reactivadas para su explotación a raíz de sacar (en febrero de este año 2025) a concurso la Junta de Castilla y León los derechos mineros caducados de la provincia de Soria, entre los que se encuentran: Almaluez, Arcos de Jalón, Aguaviva de la Vega, Medinaceli y por supuesto Utrilla.

 

Ya en 2022 Minas del Jalón S.L. inició una explotación en “El Navajo” de la que extrajo 5.000 toneladas en los parajes de “Llano Real” y “Cuesta Senal”, de los que se obtuvo entre un 25% y un 85% de sepiolita (arcilla fibrosa). Pretendiendo en la actualidad la empresa MYTA efectuar 23 sondeos, esta vez en “Vega Lázaro”, “Puntal del Suelo Blanco”, “Sanpicoz” y otros situados, para centrar sus áreas de interés. Complicado es dar respuesta a la necesaria utilización de los recursos naturales (mineros) con el equilibrio naturas de los espacios, debería haber una normativa clara, en que se vieran obligados a dejar en un estado aceptable los lugares intervenidos……… conocedor soy de sobra, de cómo dejaron en su día las extractoras de grava las vegas de río Jarama en su tramo medio.




A estos espacios de encanto natural que he relacionado en párrafos anteriores y que situados hacia el suroeste de la población, se accede por el camino donde están los antiguos lavaderos, la Fuente del Chocolatero y un grupo de almendros en flor en una granja abandonada. Siendo a los almendros a quienes primero me voy a referir al comentar sobre la cercana, vecina y afín población de Almaluez, situada visible a tiro de piedra, tan solo 4,5 kilómetros a levante.




La seña de identidad; sobre todo en los primeros días de abril (y con perdón de su interesante iglesia de la Magdalena); son sus almendros en flor, un mar de arbolado instalado en la que fuera en su día la dehesa de Almaluez. Dicen que son 20.000 los frutales plantados en 2018 que cubren prácticamente las 63 ha. del terreno delimitado por su acceso junto a las piscinas municipales y el comprendido entre la Acequia de la Vega por el sur y el Arroyo de Santa Cristina con su canal por el norte.

 

A esta andanza agro-frutícola se han aventurado tres vecinos de Utrilla: los hermanos Ángel y Álvaro Ballano que, junto a Eliezer Bueno han creado Almendras de Soria S.L. como soporte comercial para su actividad, superando poco a poco y mejorando sus expectativas. Y aunque durante las dos temporadas anteriores no han sido de lo mejor, esperan que este año 2025 sea bueno para la recolección de su cuarta cosecha que se efectuara más o menos para septiembre. Aunque el almendro es una planta bastante resistente a los fríos, las variedades aquí plantadas son de floración tardía con el fin de esquivar las temidas heladas sorianas que perjudicarían mucho al desarrollo del fruto. Además estos tres impulsores han incorporado riego por goteo en sus campos mejorando sustancialmente la producción, toda vez que con el sistema tradicional de secano el rendimiento se sitúa sobre los 300 kg. de fruto por ha. mientras que con regadío se multiplica por 10 la productividad superando los 2.500 kg.

 

La demanda de almendra durante los últimos años ha experimentado un alza en el mercado mundial, lo que ha producido un aumento de su cotización, llegándose a alcanzar el las lonjas precios medios de entre 5 y 6 € el kg. en pipa y 1,50 - 1,60 euros la almendra. Datos que de consolidarse esta actividad en la zona sería un aliciente más para el futuro de estas olvidadas poblaciones, siendo su proximidad a potentes vías de comunicación (A-2 y A-15), su altitud rondando los 800 – 820 mts. la existencia de agua en volúmenes adecuados, así como lo arcilloso del terreno, queneran que esta comarca sea un lugar óptimo para desarrollar este tipo de cultivos.




Además estos fruticultores de Almaluez han incorporado todos los adelantos existente en este tipo de actividad, ya sea en la poda, el abonado, la recogida o el ya comentado riego, todo mecanizado e informatizado, pudiendo seguir a distancia el desarrollo de la actividad, a través de las cámaras que tienen instaladas y que siempre están grabando (siendo yo mismo ejemplo de ello), seguimiento y vigilancia que mediante ellas realiza el solicito y diligente Antonio empleado de la hacienda.

 

No siendo en el tiempo ajenos estos paramos al cultivo de estos frutales, habiendo existido almendros por sus campos hasta hace pocos años, siendo sustituidos durante los años 60 del siglo pasado por los cultivos de cereales de secano. Solo queda que la experiencia de estos valientes y arriesgados artífices se consolide, sirviendo como ejemplo al resto de los agricultores de la zona en la mejora de sus expectativas.

 

No es nueva en Soria la experiencia de los cultivadores de Almaluez, ya hace 30 años un puñado de vecinos de Valverde de Agreda, comenzó su andadura con este fruto-seco, llegando 6 lustros después a ser alrededor de 500 las hectáreas dedicadas a este cultivo, que también se desarrolla a altitudes próximas a los 800 mts. en las inmediaciones del Moncayo y ultimo pueblo soriano antes de pasar a Aragón por la zona de Tarazona. También linderos con Aragón: Deza y Cihuela a orillas del Henar dedican parte de sus terrenos a la producción de este fruto de origen Mesopotámico,  siendo actualmente España su segundo productor mundial (EE.UU. es el principal). Es un cultivo propicio para zonas áridas donde disputa con los cereales en rendimiento, utilizándose para su plantación los perores suelos y los más empinados.




Hasta Almaluez nos hemos tenido que allegar unas cuantas veces para estar en el momento álgido de la floración, un espectáculo que si no se puede comparar con el extraordinario panorama de los “Cerezos del Jerte”, sí que es merecedor de una aproximación a verlos, pues la hermosura de observar este fenómeno de los almendros en flor es vida. Los que en Almaluez podemos ver son mayoritariamente de variedad “penta”, de floración muy tardía, por lo que deberemos esperar hasta abril para poderlos fotografiar, teniendo una tonalidad blanquiverde por ese motivo, siendo la variedad “guara” la que posee la floración más intensa.




No es complicado recorrer su perímetro para conseguir las vistas más notables, siendo preciso solicitar permiso para entrar en la finca, aunque desde el contorno encontraremos interesantes lugares para poder observar en plenitud este fenómeno de la naturaleza. Siendo aconsejable ascender hasta el singular Cerro Modoval para tener una panorámica de su inmensidad, no solo de la plantación sino también de la zona y todo su original entorno. No debo dejar de comentar la existencia, a unos centenares de metros de entrar en la explotación, de una enorme balsa que cualquiera confundiría con un lago. Hasta ella acuden cantidad de aves que comparten aguas con el no muy lejano embalse de Monteagudo, siendo referente de ornitólogos que hasta aquí se acercan al estudio y catalogación de esta avifauna.

 

Esta explotación agro-frutícola ha conseguido ser el símil soriano de lo logrado en Portugal el 25 de Abril de 1974 “La revolución de los claveles”, trasformar para la paz, a base de las flores, los espacios en tiempos dedicados a las armas y la guerra. Cambiado los “aeroplanos de guerra” por las “flores de los almendros”, pues este espacio, así como la dehesa de Utrilla, fueron lugar donde se instalaron durante la sublevación militar y golpe de estado de 1936, dos aeródromos militares por parte del ejército franquista, no siendo los únicos instaurados en la provincia, debiendo añadir los instalados en La Rasa, Almazán y Garray.

 

Fue a mediados de 1937 cuando el alto mando de las tropas rebeldes decidió la instalación en las dehesas de estos dos lugares, de sendos aeródromos militares como apoyo de su ofensiva sobre Madrid por el sector de Guadalajara, sirviendose de su cercanía a la N-II, así como la estación ferroviaria de Santa María de Huerta. En ellos se instalaron fundamentalmente pilotos italianos pertenecientes a la fascista “Aviazione Legionaria”, estando ocupadas las instalaciones de Utrilla por la escuadrilla “Gamba di Fierro” (Pierna de Hierro), en honor un piloto italiano que perdió una pierna en combate, situándose en Almaluez los pertenecientes flotilla "Asso di Bastoni" (As de Bastos).




Allí se acondicionaron barracones, trincheras, nidos de ametralladoras, estaciones de radio, talleres, intendencia, sanidad, refugios antiaéreos, estaciones de radio, intendencia, sanidad, adecuando también los terrenos para las pistas de despegue que hoy son campos de almendros. Fueron desplegados en cada uno de los aeródromos un numero de entre 25 y 35 cazas del tipo Fiat CR 32 los denominados “Chirri”, bastante modernos para su época, aparatos que llegaron a Melilla apenas 25 días después de la insurrección de Franco.

 

Estos cazas sirvieron de apoyo para los bombardeos del frente de Teruel, Madrid y su población civil, así como del célebre, cruel e inhumano “Bombardeo de Guernica" efectuado por la Legión Cóndor, arrasando una ciudad de 5.000 personas atacando a la población civil. Maniobra que le sirvió a la aviación alemana como ensayo para la guerra mundial que se inició poco después.

 

Fue aquí tres días antes de terminar la contienda, el 28 de marzo de 1936 cuando se produjeron dos accidentes mortales al regreso de una misión de observación sobre Madrid. El el ardor, arrebato y entusiasmo de dos de los pilotos, al comprobar que las fuerzas rebeldes ya entraban en los alrededores de la ciudad, les incitó a una fatídica euforia haciendo alardes acrobáticos, cabriolas y vuelos de lucimiento a su llegada a base (unido esto a querer deslumbrar algunas jóvenes de la localidad). Resultando, de la realización de vuelos rasantes en las proximidades del Castillo de la Raya y del propio aeródromo, estrellándose de inmediato falleciendo ambos pilotos. El tercer miembro de la escuadrilla fallecería poco después en un aterrizaje forzoso en la playa de Estepona.  




Terminada la contienda fue desmantelado el campo de aviación y desmostadas las instalaciones, recuperando las poblaciones sus dehesas y la tranquilidad que habían perdido durante esos años. Debiendo de hacer hincapié que ni los ayuntamientos, ni los vecinos afectados por la afección de sus tierras de sendos aeródromos tuvieron nunca compensación alguna por la ocupación de sus tierras, ni por las cosechas que dejaron de realizar…………………. Pero a nosotros nos queda la satisfacción de que 80 años después existan millones de flores en este espacio dedicado en el pasado a la guerra.  

 

Quiero dedicar unos párrafos en deferencia a la población de Almaluez y sus gentes, conjunto humano que no llegará a los 120 pobladores (150 censados), pero de excelente talante cuando se trata de atender a los foráneos. Constituida su unidad municipal por los anexos de Aguaviva de la Vega, Chercoles y Puebla de Eca, su topónimo bien pudiera ser de origen vasco, sabiéndose poblada desde muy antiguo. De la Edad del Bronce  (2000 años a. C.) se han encontrado restos en la singular Peña Obrada (Peña Dorada), y de época celtibérica en el altivo y cercano Cerro Modoval, donde Blas de Taracena encontró alguna vivienda y una necrópolis con 322 tumbas.

 

Resalta del casco urbano su iglesia parroquial dedicada a la Magdalena, edificada durante el siglo XVI en estilo gótico-renacentista, de la que destaca el enorme altar barroco en baldaquino (único ejemplo en todo Castilla y León), el sorprendente y monumental órgano, así como la magnífica ventana del ábside orientada a levante que podemos observar mejor desde el exterior. Paseando por sus calles podremos observar algunos buenos ejemplos de arquitectura tradicional, pena que se encuentren en estado de abandono como es el caso del caserón existente en la Calle de la Amargura, curioso nombre para una travesía urbana. Resaltar que es en Almaluez donde podemos encontrar el único “Bar” en servicio de toda la zona, un establecimiento social regentado por “Fadala” una saharaui muy dispuesta y simpática con un par de avispados retoños, establecimiento donde los almaluecenses o toledanos (que así también se les apoda a los de allí) suelen juntarse a la hora del café o aperitivo.




Otro de los curiosos lugares que pude observar durante mis visitas; tanto a los terrenos dedicados a aeródromos como deleitarme con la floración de los almendros; fue la “Balsa de Casto”, siendo “Jaime” de Almaluez quien me facilitó su nominación en el Bar, toda vez que no sale en ninguno de los mapas que de la zona poseo. Situada casi en la linde con Utrilla y con un bien elaborado tapial o cerca de buena piedra, desde ella se regaba la vega próxima con las bombas de agua aun (abandonadas) en la ruinosa edificación de la finca junto a la curiosa alberca, un lugar que seguro tuvo muchas historias que se van perdiendo como él mismo enclave.




Destacan de sus alrededores los singulares paisajes a semejanza de los desiertos del sur de los EE.UU. tipo Arizona (salvando las diferencia), encontrando cinco kilómetros al norte de la población el singular risco de Peña Obrada (mal llamada Peña Dorada), justo en el linde con la población de Utrilla. A donde podemos acercarnos para contemplar desde su cúspide un espléndido panorama, sabiendo que allí mismo existió una de esas atalayas musulmanas de las que de vez en cuando dejo reseñas por aquí. Y con anterioridad un poblado de la Edad de Bronce como antes he relatado, encontrándose un altar o silla de sacrificios así como innumerables restos de cerámica y utensilios de esa época. En su base oriental y junto a los campos cultivados se localiza un grupo de rocas con formaciones y oquedades curiosas, contiguo a donde se “localiza un gran recinto cuadrado de notoria antigüedad”, tal y como ya nos dejó constancia Federico Bordejé Garcés en su visita realizada desde la cercana población de Chercoles en el año 1915, yo el recinto no lo he encontrado 110 años después, no sabiendo si se habrá diluido bajo las poderosas rejas de un tractor agrícola.

 

Aquí dejo para que os hagáis una idea un video de David_drone sobre las peculiares formaciones rocosas de Peña Obrada:

Espero os guste y os acerquéis hasta allí, merece la pena conocer estos lugares y sus gentes.


Estando a punto de publicar estos párrafos ha salido la noticia que, estos parajes de alto valor natural están sirviendo para la celebración de una “RAVE” o fiesta multitudinaria de música electrónica. En el término municipal de Almaluez, concretamente en la pedanía de Aguaviva de la Vega entre esta y la de Radona, situandonse el mogollón en el paraje de La Mata, a unos 1150 mts. de altitud y en medio mitad del campo de aerogeneradores de Bullana. Hasta allí han ascendido una 500 personas con todo los elementos para realizas este fiestorro que seguramente durará unos cuantos días y al que han llegado gentes de diversos países europeos, celebrando de esta manera su peculiar fiesta del 1º de Mayo

 

Muy próximos al despoblado de Valladares y vigilados en todo momento por la Guardia Civil, han instalado un par de escenarios con altavoces que se pueden escuchar a varios kilómetros a la redonda. La zona debe de estar toda embarrada por las tormentas de estos días y con los accesos cortados por la fuerzas policiales, aun así los “raveros” siguen ascendiendo al lugar caminando.