Componen la geografía de Ecuador tres zonas bien definidas,
que paralelas, y perpendiculares al eje terrestre, generan la personalidad del
país: la Costa, la Sierra (los Andes) y el Oriente (la selva). De la Costa solo
puedo comentar en estos párrafos sobre sus camarones, ya que hasta las playas y
los pueblos marineros no nos acercamos. Estos sabrosos crustáceos que se
encuentran por todos los locales dedicados a la hostelería del país, es el
tercer articulo en importancia del país después del petróleo y de la producción
de bananas, con una generación anual de más de 400 millones de kilogramos, no
siendo de extrañar, que los podamos ver
y hasta adquirir en los supermercados de nuestra piel de toro, son los famosos
"langostinos" que antes ponían en todas las bodas (si nos fijamos
bien en las etiquetas al comprar veremos que muchos de ellos su origen es
Ecuador). Los otros dos sistemas "Andes" y "Selva" si que
los relaciono en estos párrafos.
Por la Panamericana Norte; entre enormes y poderosos
movimientos de tierra que han conseguido modernizar este tramo de la vía que
conecta todo el continente, obra realizada bajo el mandato del Presidente
Correa; llegamos en aproximadamente 2 horas, tiempo que se tarda en recorrer los apenas 100 km. que
separan el centro de Quito de la población de Otavalo. Una veintena de
kilómetros más adelante se haya la laguna de
Cuicocha a la que nos dirigimos directamente, y que situada en la ladera sur del volcán Cotacachi, se encuentra ubicada en el interior de un cráter que se originó tras una explosión volcánica hace miles de años. Si bien el lugar es interesante, las construcciones de servicios turísticos realizadas en su orilla afean lo hermoso del lugar.
Cuicocha a la que nos dirigimos directamente, y que situada en la ladera sur del volcán Cotacachi, se encuentra ubicada en el interior de un cráter que se originó tras una explosión volcánica hace miles de años. Si bien el lugar es interesante, las construcciones de servicios turísticos realizadas en su orilla afean lo hermoso del lugar.
Retornamos sobre
nuestros pasos para visitar en las afueras de Otavalo la Cascada Peguche
y el poblado de la comunidad Kichwa, donde un pequeño
sendero nos sitúa a los pies del salto de agua en el que los pobladores de la
región siguen hoy en día realizando baños de purificación
durante el solsticio de invierno (24 de junio en el
hemisferio Sur), para dar inicio a las fiestas del Inti Raymi o fiesta
del Sol y las cosechas.
Próxima a la laguna de San Pablo y rodeada de los volcanes
Imbabura, Cotacachi y Mojanda que superan con margen los 4.000 m. de altura,
encontramos Otavalo, afamada población por su Mercado de Artesanías
(fundamentalmente el sábado), pero que carece de alguna singularidad especial
que haga especialmente trasladarse hasta aquí. Siendo el mejor recuerdo de toda esta zona unas buenas empanadillas
argentinas (calle Sucre con Diego Morales a una cuadra del mercado), que nos
sirvió una agradable muchacha en su establecimiento.
Partiendo de Quito y tomando ya
definitivamente dirección sur nos disponemos a recorrer lo que el geógrafo,
naturalista, explorador, prusiano y barón, Alexander Von Humboldt
denominó como la "Avenida de los Volcanes", cuando en 1802 intento la
ascensión al Chimborazo. Se trata de una sucesión de montañas volcánicas que
modelando la cordillera andina en el Ecuador, recorren el país de norte a sur
formando una hilera a través de una ruta de unos 200 km. que hoy transita la
carretera Panamericana. Ecuador cuenta
con 98 volcanes, de los cuales 15 todavía están activos, de los que 17 de ellos
se encuentran en las proximidades de
Quito, cinco aun inquietos.
El primero de ellos lo encontramos en apenas algo más de
una hora de la capital ecuatoriana. Al poco de desviándonos de la panamericana
en la población de Machachi, y siguiendo por un camino asfaltado que
posteriormente se trasforma en ripio, nos introducimos y elevamos por todo el
altiplano que rodea al nevado volcán, pudiendo divisar, ya antes de entrar en
el Parque Nacional del Cotopaxi por el norte, la silueta inconfundible del
Cotopaxi, que se eleva hasta los 5.897 metros de altitud creando casi perfecta una
forma cónica.
Durante el recorrido de aproximación, en el impresionante entorno
que rodea al volcán no es extraño cruzarnos con algún ciervo o lobo. Durante
más de 100 años este coloso nevado ha estado dormido, sin tener actividad
telúrica (sólo algunas fumarolas esporádicas), hasta que en agosto del 2015 se registró una importante erupción.
Se atribuye la primera ascensión a
su cumbre al alemán Wilhelm Reiss jefe de una expedición que en 1872 se realizo
a estas latitudes. Siendo la ruta más utilizada y de dificultad baja, la que siguió
el afamado alpinista inglés Edward Whymper por la cara norte en 1880, cuando
realizó la tercera ascensión durmiendo en la cumbre. De su cima destaca su
original cráter cimero, que con forma oval tiene un diámetro de entre 600 y 800
m., con una profundidad de más de 200, donde el límite del blanco glaciar
se precipita a la oscuridad de un abismo humeante y negro. Las emanaciones de
los vapores de azufre, se mezclan con un aire pobre de oxígeno a los 6.000
metros de altitud generando una combinación que atolondra aún más al sufrido andinista
que osa hollar su cima. El descenso y exploración al interior del cráter del
volcán, fue realizado en noviembre de 1979 por una expedición compuesta por los
españoles César Pérez de Tudela (uff) y Manuel Sánchez Guijarro junto a un equipo de
miembros del Club de Andinismo del Colegio San Gabriel de Quito.
Completamos la ruta por este altiplano situado a 3.800 m.
pasando por la laguna Limpiopungo, el Centro de Visitantes y saliendo por El
Chasqui hasta la Panamericana en su punto kilométrico nº 42.
Nos
dirigimos ahora hasta el volcán Quilotoa, pero antes pasamos por la población
de Pujili donde todos los domingos y miércoles se monta en la céntrica Plaza
Sucre un colorido e interesante mercado con los productos excedentes que traen
los nativos de las aldeas cercanas. Un conjunto de tenderetes de todo tipo que
nada tienen que ver por su autenticidad con el mas turístico de Otavalo, donde
podemos encontrar cualquier producto cosechado en el campo, pescados capturados
en ríos y lagos próximos, así como cerámica artesanal de fabricación indígena.
Tras
recorrer la sinuosa carretera de sube y baja durante los 65 kilómetros que nos
separan de nuestro destino, llegamos al volcán justo hasta la parte alta de su
cráter, y el espectáculo no puede ser más extraordinario. Bajo nosotros, a
nuestros pies 250 metros más abajo la termal Laguna Quilotoa que mantiene una
temperatura aproximada de 16 ℃. ya que se trata de
una caldera volcánica anegada por el
agua, siendo su rico contenido en sales minerales la que le
confieren unas tonalidades turquesas fuera de lo común. Con un diámetro de
aproximadamente 3 km. es el resultado de una erupción volcánica de hace unos
800 años.
Le toca el turno al Chimborazo,
montaña que con sus 6268 m. hasta el siglo XIX era
consideraba como "el pico más alto del mundo", pero solo es la más
alta del todo el Ecuador. Esta catalogación llevó a muchos intentos por
conquistar su cima, especialmente durante los siglos XVII y XVIII, siendo el
más adelantado de todos y la primera anotación histórica que se tiene de un
intento de ascensión, data de Mayo de 1738, cuando los topógrafos y científicos
franceses La Condamine y Bouger, intentan contratar lugareños que les sirvan de
guías y arrieros, teniendo contestaciones negativas por parte de las gentes de
la zona. Más tarde fue Alexander von Humboldt, quien acompañado por Amadeo
Bonpland intentaron su ascensión en 1802, teniendo que desistir a los 5 917por
el mal de altura. Siendo casi 80 años después cuando
en 1880 coronó su cima el gran alpinista ingles Edward Whymper acompañado de de
los guías italianos de montaña Louis y Jean Antoine Carrel. Ascendiendo nuevamente
poco después con dos ecuatorianos al ser cuestionada su anterior ascensión.
La mítica montaña es motivo de historias increíbles y
leyendas que todavía hoy perduran, como la de que el Chimborazo y el
Carihuairazo, ambos volcanes varones, pelearon entre sí por el amor del
Tungurahua, volcán hembra, consiguiendo la victoria el Chimborazo. Otra de
estas historias nos cuenta como para los indígenas beber el agua del dios
Chimborazo tiene igual significado que la consagración del vino en la
eucaristía de la religión católica. O la del famoso "Chupacabras", que al igual que en otros lugares del
planeta, se trata de una misteriosa bestia o alimaña que se dedica amatar a los
animales domésticos (cabras, ovejas gallinas…).
Nuestro nuevo destino es el volcán Tungurahua, el cual se encuentra activo y
frecuentemente en erupción. Con sus 5.023 metros se sitúa en la parte
media entre los andes y la selva amazónica, habiendo perdido sus glaciares
después del incremento de su actividad telúrica a partir de 1999, síntomas que
pueden observarse en la noche, con detonaciones y la expulsión de lava desde su
cráter.
A sus pies, apenas cinco kilómetros al norte, se encuentra Baños de Agua Santa afamada población por sus ricas aguas termales, y localidad turística de
importancia al ser la capital del deporte de aventura………, en ella se puede
realizar todo lo imaginablemente inventado en el mundo del riesgo, todos los
"...ings" habidos y por haber.
Pues
aun así tiene su encanto, pudiéndose realizar algunas excursiones a lugares
interesantes: la famosa Casa del Árbol con su
columpio Fin del Mundo observando al volcán, la cascada Inés María, el Café
del cielo (en el complejo del Hotel Luna Volcán), o la cascada Cabellera de la
Virgen, también visitar la Basílica de Nuestra Señora de Agua Santa y hasta recorrer el sendero de Runtún. Por la tarde, al anochecer debemos acercarnos a tomar una
cerveza a la terraza de la piscina del hotel Luna Volcán Adventure SPA, ubicado
400 m. por encima del pueblo de Baños sobre el acantilado, con unas vistas de
la población sobrecogedoras.
Baños es una de las puertas de entrada a la Selva Amazónica
Ecuatoriana, a la que se llega a través de la carretera que transita paralela
al río Pastaza y por donde discurre la Ruta de las Cascadas (Agoyán, Puerta del
Cielo, Manto de la Novia, San Jorge y San Pedro) hasta llegar al famoso Pailón
del Diablo en Rio Verde con su espelúznate escalera a la que solo se puede
llegar en determinadas ocasiones que el agua al caer permita.
Un sinuoso pero interesantes recorrido nos va conduciendo hasta remontar a la cascada de unos 80 m. que forma el agua al caer. Su nombre significa literalmente "Caldera del Diablo", porque según la tradición se divisa la cara del diablo desde el puente colgante.
Un sinuoso pero interesantes recorrido nos va conduciendo hasta remontar a la cascada de unos 80 m. que forma el agua al caer. Su nombre significa literalmente "Caldera del Diablo", porque según la tradición se divisa la cara del diablo desde el puente colgante.
Llegados a Puyo ya estamos en plena Amazonia, lo que aquí
llaman "El Oriente". El primer europeo que se introdujo en este
berenjenal de vegetación y cursos de agua, fue Francisco de Orellana, extremeño
de Trujillo que en 1542 descubrió por azar el río Amazonas buscando el dorado
mineral (oro) que se suponía estaba en una misteriosa ciudad conocida como
"El Dorado". Teniendo en su búsqueda que recorrer el gran río hasta
su desembocadura en el Océano Atlántico ya que no pudo remontarlo, pasando
multitud de vicisitudes y calamidades durante la travesía, de la cual nos da
cuenta el fraile dominico Gaspar de Carbajal quien iba enrolado en la misma
empresa. Documento que sirvió de base para la ambientación de la magnífica
película de Werner Herzog "Aguirre la cólera de dios", y más
tarde el film de Carlos Saura "El Dorado".
Desde Puyo nos desviamos en
dirección norte para encontrarnos con el curso del río Napo que lo encontramos
a unos 70 km. tomando la dirección del curso del rio hacia levante y llegar
tras 20 kilómetros a Puerto Misahualli, pequeña pero agradable población, donde
los monos corretean sus anchas. Es en ella donde contratamos una excursión para
adentrarnos en la selva navegando por el rio Napo (afluente directo del
Amazonas) y remontando el río Arajuno llegar a una comunidad indígena "kichwa"
(quichua), donde nos enseñan sus modos de vida en
plena selva ofreciéndonos para comer pescados envueltos en hojas y asados en
brasas, así como también "chontacuros", unos jugosos gusanos que se
comen asados cual pinchos morunos y a tomar chicha de yuca (bebida alcohólica
de fermentación). Al regreso podemos observar como
una familia se convierte temporalmente en buscadores de oro en las arenas del
rio Napo.
Tomamos dirección sur para llegar a
la ciudad de Macas y al último de los volcanes de esta ruta el Sangay, una de las mas inaccesibles cimas de todo Ecuador. Activo
volcán de 5,230 m. de altitud que se encuentra en erupción desde 1934 y cuya
ubicación al igual que el Tungurahua,
se encuentra a mitad de camino entre los andes y la selva, y el observar su
casi perfecto cono cubierto de nieve (cuando está despejado) desde el bosque
tropical es una absoluta sensación. Su alejada ubicación, así como lo áspero y
frondoso de los territorios circundantes hacen difícil llegar hasta
él.
Aun así nos ponemos en contacto con la oficina del Parque Nacional en
Macas, quienes nos pasan información para adentrarnos en la selva, dándonos
reseñas de un recorrido hasta las lagunas de Sardinayacu y poniéndonos a
disposición un guía desde la caseta de entrada al Parque en Nueva Alianza,
servicial guarda sin el cual no hubiéramos dado con el recorrido.
Situada en
las laderas orientales del volcán, esta zona no está muy concurrida, es mas
apenas esta visitada, necesitándose un 4 x 4 para poder llegar ya que hay que
vadear el río Jurumbuno.
En este territorio existen aisladas comunidades shuaras (los
conocidos como "jibaros" (-salvajes- termino que ellos consideran
despectivo) que han ocupado este lugares ancestralmente, son los que
conocemos como "reductores de cabezas", ritual guerrero e iniciático al que ellos llaman
"tzanta". El pueblo shuar de la comunidad Wuapu, ubicado en esta zona
de los alrededores del río Upano, son parte de la tribu Muraya Shuar, una de
tres que se ubican en las actuales provincias de Morona Santiago y Zamora
Chinchipe. Pudimos ver a algunos de sus miembros con rifle, que posiblemente
(tal y como nos comentaros los miembros de la guardianía del Parque)
podían ir a la caza furtiva.
Ya desde Macas tomamos dirección a
Cuenca, dejando estas zonas de Volcanes y selvas. Transitamos por la ruta que
desciende paralela al rio Upano hasta desviarnos a la población Santiago de Méndez,
donde cogemos el cauce del río Paute para ascender por él. Cauce sobre el que se
está desarrollando el proyecto hidroeléctrico más importante
del país con la construcción de cuatro centrales simultáneas (en cascada), infraestructura
que dará servicio a todo el país.
Unos territorios enormemente bravíos en
medio de agrestes barrancos, donde tendremos que salvar un desnivel de algo más
de 2.000 m. por unos paisajes fascinantes cuajados de vegetación. Recorriendo
a media ladera la carretera "Trasversal Austral", a una altura media
de entre 2.300 y 2.500 m. con los impresionantes y profundos valles que los rio
Paute y Collay han generado a su paso y que discurren por debajo de nosotros en
algunos momentos entre la niebla, así como atravesando un sinfín de cascadas que
se observan a nuestro paso.
Podemos observar como en muchos (y
muchos son muchos) de los tramos de la carretera ha habido numerosos derrumbes,
estando algunos de ellos con importantes parcheados, ya que toda esta zona está
afectada por considerables movimientos de tierra, toda vez que por ella se asienta
la "Falla Geológica de Paute", habiéndome informado posteriormente que
un mes después de haberla transitado, había sido cortada durante varias semanas
por un fuerte desprendimiento de tierra en el sector de Sopladora.
Este bello
y sugerente recorrido entre Macas y Cuenca de unos 250 km. y cinco horas de duración,
me sirve como epilogo y despedida de este país con misteriosos mares, herencia
de arquitectura hispana, altivos volcanes y recónditas selvas………… un destino más
de un lugar en el mundo con huella española.
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