miércoles, 8 de enero de 2020

- Ecuador…… en la mitad del Mundo

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La línea ecuatorial de nuestro planeta atraviesa en su imaginario recorrido 13 países: 1 país oceánico (Kiribati), 2 asiáticos (Indonesia y Maldivas), 7 africanos (Santo Tomé y Príncipe, Gabón, Congo, Congo Democrático, Uganda, Kenia así como Somalia) y 3 países americanos (Brasil, Colombia y Ecuador), siendo este ultimo el que recoge su nombre. Situado en el occidente de la parte sur del continente americano, en la costa del Pacifico, Ecuador tiene una extensión de 283.561 km2, algo menor que Arizona, donde viven 17.300.000 habitantes, de los cuales 1.200.000 se hallan fuera del país, principalmente en EE.UU. y España. 

La historia de estos territorios desde los asentamientos de los pueblos preincaicos, ha estado marcada por la inestabilidad social. Las tribus primigenias sufrieron durante el siglo XV la invasión y colonización de los incas provenientes del sur, que a su vez fueron colonizados por los españoles mientras mantenían una importante guerra civil entre ellos. Los castellanos llegaron a estas tierras comandados por Pizarro en 1531, fundando las poblaciones de Guayaquil y Quito, San Pedro de Riobamba fue constituida por Diego de Almagro en 1534, y Cuenca se creó en 1557 por Gil Ramírez Dávalos sobre las ruinas de la ciudad inca de Tomebamba. 
 
Francisco de Orellana en 1541 se introdujo (en busca de canela y oro) hacia el oriente por la selva y el rio Napo descubriendo el Amazonas, el cual tuvo que navegar hasta su desembocadura al no poder remontar su curso, recorrido que le llevo unos 7 meses, con innumerables y complicadas peripecias. 

Todos estos mal llamados "descubridores" y tenidos como héroes en estas tierras hispanas con amplias calles con sus nombres y apellidos, no eran nada más que unos buscavidas sin escrúpulo ninguno, que lo único que buscaban era su lucro y enriquecimiento personal a cualquier precio y sin miramiento ninguno. Siendo sus descendientes y con las mismas raíces genéticas, quienes formando parte ya de la burguesía de estos nuevos territorios, pasados casi tres siglos en pleno declive monárquico del inefable Fernando VII (este sí que era un "felón") y con el apogeo de los nuevos y modernos tiempos generados por los ideales de la Ilustración (Descartes, Rousseau, Voltaire, Mostesquieu, Locke…) , materializados a finales del siglo XVIII por la Revolución Francesa y la Independencia de los Estados del Noreste Americano, se creó el caldo de cultivo para mandar a la "Madre Patria" a freír espárragos y quitar a unos para poner a otros………….. Situación que prácticamente en la totalidad de los pueblos del sur americano se sigue dando, estando la población sin desarrollar y el poder así como la riqueza mal repartida, en manos de los que 500 años antes despojaron a sus originales pobladores indígenas de sus tierras.

Poniendo como ejemplo el país que nos ocupa "Ecuador", desde su independencia de España en 1822, ha habido más de 90 cambios de poder, un promedio de un gobierno, ya sea civil o militar, cada dos años, así como 20 constituciones en 190 años (a constitución por década). También unos límites territoriales con vecinos que no se han cerrado hasta mayo de 1999, apenas anteayer, habiéndose creado por este motivo varios conflictos armados. 
 
Tras su emancipación del reino español, formó parte por unos años junto con Panamá, Colombia y Venezuela de La Gran Colombia, el estado soñado y creado por Simón Bolívar apodado "El Libertador" (entre otras cosas menos bondadosas), que duró lo que duró terminar la tuberculosis con su fundador, y en el año 1831, se disolvió por los intereses de unos y otros en las distintas regiones. Pasando la tierra ecuatoriana y sus gobernantes a tener una fuerte influencia de la Iglesia Católica, dominio que aun hoy se mantiene en parte. 

De esta huella hispana de cerca de trescientos años, en Ecuador quedan bastantes elementos aun visibles, y otros que no son tan palpables pero que se dejan notar en algunas de sus gentes. Muchas de sus históricas ciudades mantienen un barrio y una arquitectura colonial en general bien conservada, y sus templos muchos de ellos levantados por los españoles, siguen cumpliendo con la "fe" de sus seguidores. 

Quito, la capital del país, es un buen ejemplo de ello. San Francisco de Quito, nombre oficial de la ciudad, se extiende alargada por el enorme valle que forma la hoya de Guayllabamba - Pichincha, y debe su fundación a Sebastián de Belarcázar en diciembre de 1534, que llegó hasta ella buscando en la antigua capital de los Incas el tesoro del gran Inca Atahualpa. Recorremos sus cuadriculas travesías descendiendo desde el Cerro-mirador del Panecillo, y por la calle de las 7 Cruces (García Moreno) entre edificaciones de la época hispana, visitando la afamada iglesia de la Compañía de Jesús con su trabajada fachada barroca (la mejor de toda América) y también el templo del Sagrario, llegar a la Plaza Grande (plaza de la Independencia), donde se encuentra la Catedral, el Palacio de Gobierno y la zona donde poder encontrar restaurantes de tipo medio. Aquí, bajo la columnata que protege el lateral del Palacio Carondelet, encontramos en su muro la frase "Dios no muere" y bajo ella una placa que indica el lugar donde fue asesinado el presidente de la Republica Gabriel García Moreno en 1875.  

Mas hacia el noreste encontramos la enorme silueta neogótica de la Basílica del Voto Nacional. Ya retornando por la calle Cuenca y topándonos de nuevo con restos de arquitectura colonial, encontramos la iglesia de la Merced. Continuando hasta llegar a la enorme, elegante y vistosa Plaza de San Francisco, verdadero centro de la ciudad, donde se encuentra la iglesia y convento de San Francisco, la Capilla de Cantuña, el Colegio de los Sagrados Corazones, así como el hermoso y blanco edificio del Palacio Gangotena originario de principios del siglo XVII, levantado sobre la manzana que ocupaba un anterior templo inca. Hoy es un hotel de lujo en plena plaza, justo en la intersección de la calle Cuenca con Bolívar. Justo en esta última pero un poco más arriba, en el nº 105, se ubica el Hotel Boutique Portal de Cantuña, que instalado en un edificio colonial decorado con sumo gusto y una buena atención es una excelente elección por su situación y comodidad. Justo a su espalda en la calle Cuenca, está el museo (privado) de Arte Precolombino, emplazado en la Casa del Alabado, uno de los edificios más antiguos de la población, y en cuya fachada reformada en 1671 consta la siguiente anotación "ALABADO SEA EL SANTÍSIMO....". Más adelante se encuentra el convento de Santa Clara, donde conviene llegar a una hora que coincida con algún rezo o cantico de sus 17 monjas a lo largo del día (Laudes, la Tercia, la Sexta, la Nona, Vísperas y Completas), y dos calles más al sur el monasterio del Carmen Alto, frente al cual se encuentra el antiguo Hospital San Juan de Dios, hoy Museo de la Ciudad, y entre ellos por encima de la calle el conocido como Arco de la Reina, con hermosa visión desde él del Cerro Panecillo. 

Apenas 8 km. del centro de Quito en dirección norte (Barrio de Miraflores), se encuentra el teleférico Cruz Loma que nos deposita a una altura de 4.100 m. en la ladera este del cercano (5 km. de caminata) volcán Rucu Pichincha de 4.698 m. Las vistas desde estas alturas están garantizadas, siendo aconsejable ir a la tarde para poder observar el crepúsculo sobre el Cotopaxi y las luces de la enormidad de Quito en el ocaso, ya oscuro, del día. 25 km. más al norte se encuentra un Parque Temático con dudoso interés para mi gusto, se trata de un complejo dedicado al lugar donde se señala la Latitud  00º 00` 00", y repleto de lugares para comprar y adquirir quincallería turística barata. 

Camino ya del sur y dejando a levante el nevado Cotopaxi llegamos a Latacunga, ciudad que se sitúa a 90 km. de Quito. Fundada en 1534 con el nombre de "Asiento de San Vicente Mártir de Latacunga", ha sido destruida tres veces en el pasado por el volcán Cotopaxi en 1742, 1768 y en 1877, reconstruida una y otra vez por esfuerzo de sus habitantes para convertirla en lo que es hoy, una ciudad atractiva y acogedora. Agradable es pasear por sus también ajedrezadas calles, admirar los edificios coloniales y de posterior realización, que fueron construidos con gusto y refinamiento. Situados fundamentalmente abrazando la Plaza-Parque Vicente León: Catedral, Palacio Municipal, Gobernación de Cotopaxi. Pero si hay una cosa que sobre sale de esta tranquila población es la festividad dedicada a la "Mama Negra", también conocida como Santísima Tragedia, una fusión de de las culturas indígena, española y africana.  

Continuamos hacia el sur cruzando por las poblaciones de Ambato y Riobamba. De la primera destacar su trazado en forma de damero con la Plaza-Parque Montalvo como eje principal, en la que destaca el horroroso edificio de su Catedral, que no se merece más comentarios. De Riobamba cabe reseñar que se trata de la capital del Chimborazo, la mayor altura de todo ecuador con ‎6268 m. Una población donde podemos visitar la estación del famoso Ferrocarril Transandino que comunicaba Guayaquil con Quito, salvando el obstáculo conocido como la "Nariz del Diablo". Con el paso del tiempo y los nuevos sistemas de trasporte ahora ese tren se ha trasformado en gran parte para uso turístico. Y cono no podía ser de otra manera yendo de viaje con "Enric", tuvimos que acercarnos hasta la Plaza de Toros, la Monumental Raúl Dávalos de Riobamba, Capital Taurina del Ecuador. 

Más al sur se sitúa Cuenca o como reza su verdadero nombre "Santa Ana de los cuatro Ríos de Cuenca", que con casi 463 años de antigüedad esta preciosa población del sur ecuatoriano está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1999. Esta antigua ciudad de sabor colonial, calles adoquinadas, casonas de los siglos XVIII y XIX e iglesias barrocas, seduce a los viajeros por el contraste y modernismo que en ella se respira en comparación con otras poblaciones del país.  

Debemos recorrer las calles Simón Bolívar y Mariscal Sucre, para comprobar la excelente arquitectura de sus edificaciones coloniales y criollas. Visitar la Plaza-Parque Calderón, La Catedral y la Iglesia del Sagrario o Catedral Vieja, la Plaza de las Flores junto a la iglesia del Carmen, la Plaza San Francisco con la Iglesia dedicada a este Santo, con un buen lugar para tomarla a su lateral "La Cofradía" donde nos prestarán una excelente atención y buenos platos para elegir, sin duda unos de los aconsejables sitios de la ciudad. Los mercados: el colorido Mercado 9 de Octubre con sus santeras en la plaza haciendo curaciones (restregando hierbas por el cuerpo de los posesos), y el conocido como 10 de Agosto al comienzo de la Calle Larga donde nos dimos una autentica comida criolla en sus establecimientos del primer piso.  

La Calle Larga es una buena representación de la ciudad. Si la recorremos en su totalidad alcanzaremos ver desde la confección de los afamados sombreros de Paja Toquilla (mal llamados Panamá), hasta entrar en el interesante Museo Pumapungo (Puerta de León) donde podemos pasear por entre las ruinas incas de este barrio que formaría parte la ciudad de Tomebamba, uno de los principales centros urbanos del imperio incásico. También en esta travesía se ubican algunos interesantes templos (iglesia de Todos los Santos), así como las Casas Colgantes que dan al rio Tomebamba y el Puente Roto. Curioso seria entrar en el nº 121 de esta calle (Sumaglla - folklor - Antigüedades), donde vive una de las descendientes de la noble familia Toral, Cecilia Toral Vázquez de 76 años, una encantadora señora mayor que nos da todo tipo de explicaciones sobre sus antepasados, y nos deja pasear por las vetustas estancias de su casa, verdadero museo viviente de mediados del siglo XIX. Esta familia descendientes de españoles de Ávila, en la actualidad es la 9 generación.

Desde Cuenca nos dirigimos hasta Ingapirca para visitar sus interesantes ruinas Incas, sin duda el situado arqueológico precolombino más importante y mejor conservado del país ecuatorial. El nombre de Ingapirca proviene del "kichwa" y significa "muro o pared del inca", siendo el símbolo del dominio incaico hasta la colonización de la América Latina por parte de los españoles. Se trata de una importante zona ceremonial, que unió a diversas culturas a través del Tahuantinsuyo y se convirtió, al igual que Machu Picchu en Cuzco, como emblema del poder de la civilización Inca al norte. 

Camino de Guayaquil atravesamos el Parque Nacional de Cajas, pero el día no estaba para muchos amigos: viento, lluvia y altitud, nos hizo desistir de quedarnos más rato a disfrutar de este paisaje montañoso a una altitud de más de 4.000 m. lleno de lagos, que en número próximo a los 800 cubren este territorio. La carretera que une Cuenca con Guayaquil lo cruza por la mitad, siendo su punto de máxima altura la Loma de Tres Cruces, lugar donde s dividen las aguas que van a la cuenca del Amazonas y por ende al Océano Atlántico de las que van al Pacifico. Dicen que debe su nombre a los que murieron aquí de frio al intentar cruzar por estas montañas. 



Guayaquil nos da la bienvenida en un día gris plomizo, lo que provocó que la imagen de la ciudad fuera ya de esa tonalidad aunque saliera el sol posteriormente. Pero es que la segunda ciudad en importancia de Ecuador, aunque la más poblada, tampoco tenga unos agraciados elementos que la hagan resaltar sobre otras, aunque algunos lugares tengan cierto interés. Como su novedoso y cuidado Malecón, que se extiende a lo largo de 2,5 km.  por la orilla del gran estuario del rio Guayas, al que han tenido que adosar una reja para
mantener su seguridad, ya que Guayaquil es considerada una de las urbes más peligrosas de Ecuador. Al final de este magnífico atracadero se ubica el histórico barrio de Las Peñas, origen de la población en tiempo de los colonizadores españoles a mediados del siglo XVI, también el colorido Cerro Santa Ana coronado por el faro desde el que se obtienen unas completas vistas de la ciudad y al que se accede ascendiendo los 444 escalones que hay hasta su cima.  

En el otro extremo encontramos la curiosa Torre Morisca (Torre del Reloj) y a su altura pero fuera del recinto el edificio de la Municipalidad que por la noche se desnuda y se viste de colores, junto a la Universidad de las Artes y el Palacio de la Gobernación. Por detrás el Parque Seminario más conocido como Parque de las Iguanas, por encontrarse gran cantidad de estos reptiles entre sus praderas y arbolado. Preside el lugar la Catedral Metropolitana, tocándonos pasar por allí justo el día anterior que el parlamento votaba permitir el aborto en casos de violación, ni que decir tiene que el discurso tremendista, apocalíptico y dantesco que a través de unos enormes altavoces instalados en el exterior de los accesos al templo se podía escuchar en medio mundo. Tenga la seguridad el Sr. Arzobispo de Guayaquil su presencia eterna junto al señor, pues su discurso se podía oír hasta en lo más alejado del cielo, y seguro que Dios estuvo atento a sus incendiarias palabras (el derecho al aborto en caso de violación fue rechazado al día siguiente por el parlamento, lo de los altavoces funciona). 



Solo nos queda ir a la Plaza del Centenario y volver por el Bulevar 9 de Octubre, pero como ya he dicho Guayaquil es una ciudad que no da mucho más de sí, utilizada para ser lugar de paso para ir al archipiélago de las Galápagos, al cual nos vamos a dirigir.

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