miércoles, 10 de septiembre de 2025

- Eclipse / Luna llena / Crepúsculos - Castil Terreño (Izana – Soria)

Pincha aquí si deseas ver las fotos de "Eclipse /Luna Llena /Crepuesculo" y si quieres verlas en pantalla completa pulsa en la tecla "F11" 

Este fin de semana del 6 y 7 de septiembre hemos tenido la oportunidad de poder observar a simple vista fenómenos astronómicos de difícil cuadratura, conjunción y coincidencia. Por un lado la luna llena denominada de “La Cosecha” o de “Maíz”, al suceder cuando las tribus americanas realizaban la recolección de sus productos agrícolas. Siendo considerada como una “Superluna”, al pasar su elíptica orbita cerca de la tierra, pudiéndola observar con un tamaño superior a lo normal. A esto hay que añadir la concurrencia de un eclipse total del satélite que nos ilumina las noches (cuando toca) visible desde la latitud de nuestro país, que por su efecto lo teñirá de rojo “cobrizo” por el efecto de la refracción solar, en lo que se denomina “Luna de Sangre”. Aun en la noche del 7 al 8 pudrimos disfrutar de un alto grado de luminosidad de nuestro más emblemático y romántico elemento durante las oscuras y serenas veladas.

Prácticamente todo los tabloides informativos, agencias de noticias, televisiones y cualquier medio relacionado con la comunicación, nos ha dado cuenta con premura y sin ahorro de medios de tal evento como si fuera una acción de primera índole. Se han anunciado visitas guiadas en lugares tan emblemáticos como los Dólmenes de Antequera, el Templo de Debod en Madrid, las Sierras de Guadarrama o Gredos, al mirador de Casa Ros en Molina de Segura, así como los miradores de gran cantidad de playas mediterráneas, Las Alpujarras, los puertos de montaña de la sierra madrileña, faro de Favaritx en Menorca, y otros múltiples lugares de la geografía peninsular, cobrando en algunos casos 25 € por la actividad.

 

Toda vez que España se encontraba para una visión favorable en plena franja geografía para su observación, pudiéndose visualizar, con distintos niveles de visibilidad en multitud de puntos del territorio. Siendo la Costa Mediterránea, Baleares, Ceuta y Melilla los puntos más notables para su contemplación. Pudiéndose ser también perceptible desde gran parte de Europa, África, Asia y Oceanía, habiendo estado fuera de su visión gran parte del continente americano.

 

Se calcula que más de 6.000 millones de personas de todo el planeta tuvieron oportunidad de poder observar este fenómeno astronómico, de cómo nuestro satélite se transformaba en una completa circunferencia de tonalidades rijosas. Siendo con su duración de 85 minutos el más largo de todo el año 2025 y uno de los más duraderos de la última década, no llegando al récord de este siglo que aún mantiene el observado el 27 de julio de 2018, con una duración de 1 hora y 43 minutos. Manteniendo su récord absoluto como eclipse parcial el que se desarrolló en noviembre de 2021extendiendose durante 3 horas y 28 minutos, marca histórico en casi seis siglos.

 

Se originan cuando la Luna traspasa la sombra de la Tierra, interfiriendo la luz del Sol que es quien la ilumina. Y como ocurrió al atardecer de este pasado domingo cuando el eclipses es “total” nuestro satélite no queda completamente oscuro, sino que alcanza un intenso tono rojizo, provocado porque una parte de la luz solar es desviada por la atmósfera terrestre, adquiriendo ese característica coloración que “la convierte en una llamativa “Luna de Sangre”. Demostrando la los “negacionistas” y “terraplanistas” que el planeta en el que vivimos es absolutamente esférico, toda vez que la circular sombra proyectada sobre la Luna es una evidencia más de la redondez de la Tierra, dato científico que con cierto grado de sorna se relató en más de un medio de comunicación para “abochornar” a los que defienden estas falaces teorías y a sus descerebrados seguidores.

 

Estos fenómenos astronómicos que en la actualidad tanta curiosidad nos genera, en el pasado fueron motivo de enorme temor, respeto y desasosiego por las gentes de pasados siglos, generando con ellos gran cantidad de relatos y escritos fantásticos hasta el punto de augurar el “Apocalipsis”. Siendo los eclipses junto a los terremotos y las erupciones volcánicas eventos anómalos que pronosticaban desastres y calamidades. No siendo extraño que las gentes llanas sintieran pavor ante estos fenómenos de la naturaleza, aprovechándose de ellos las clases más pudientes e ilustradas (como la iglesia), para tener subyugada a la sociedad.

 

Durante su ultimo (el tercero) viaje realizado al Nuevo Mundo por Cristóbal Colón, el almirante tuvo problemas de avituallamiento en la isla de Jamaica, al negarse los nativos a suministrarle víveres y agua. Urdiendo Colón una estratagema; pues siembre viajaba con una copia del almanaque realizado por el astrónomo teutón Johannes Müller Von Königsberg “ Regiomontanus”, en el que se recogían los futuros eclipses de luna; indicándoles que si no era ayudado les quitaría la luna, comenzando a desaparecer en la tarde del 29 de febrero de 1504 producto de un eclipse. Ante lo cual los perplejos aborígenes asintieron en facilitarse la ayuda solicitada si les devolvía su luna, siéndoles anunciada por parte del “marino” cuando volvería a reaparecer.

 

Los eclipses lunares son más visibles que los solares, abarcando su observación más extensos territorios, además de ser más duradera su contemplación. Formando, este del pasado domingo por sus características, una secuencia periódica que se repiten aproximadamente cada 18 años. Según nos han contado reiteradamente los expertos en estos acontecimientos, el evento se desarrolló en varias fases. Una inicial que debió comenzar a las 18,27 horas, extendiéndose entre las 19,31 y las 20,53 el oscurecimiento del satélite, adquiriendo esa tonalidad oscura de rojo cobrizo, habiendo conseguido su punto clímax a las 20,11 horas.

 

Desde nuestra ubicación sobre la ladera sur del cerro Castil Terreño en Izana (Soria), la Luna debería haber asomado por el horizonte sobre las 20:30, concediendo al grupo de los aguerridos mortales que nos habíamos juntado, para admirar el afamado eclipse unos 15-20 minutos de visible totalidad, cosa que no ocurrió. Frustrados y perplejos de mirar al firmamento por su lado levantino a ver si distinguíamos algo entre las nubes, decidimos tomándonos unas frías cervezas como desagravio a nuestro infortunio por no vislumbrar nada de nada. A los veinte minutos de estar en esa incertidumbre esperando a que el singular efecto apareciera sobre la masa nubosa que se cernía sobre nosotros, apareció algún claro ya por encima del naciente, y cuando ya habíamos abandonado la el lugar de observación………….. se nos mostró muy tenue la luna sobre una hilera de nubes, a la que efectivamente la faltaba un buen trozo en la parte superior derecha, pero nada de haber podido observar la llamativa “Luna de Sangre”. Concluyendo el acreditado acontecimiento a las 21,56 horas, después de haber tomado unas cervezas en el Bar Social de las Cuevas de Soria en compañía de unos afectuosos paisanos.




Para disfrutar una buena visión de un eclipse de este tipo hace falta un buen cielo despejado, pero a medida que el día avanzaba ya nos imaginábamos que la meteorología iba a jugar un papel protagonista, pudiendo condicionar, como tal ocurrió, la observación del fenómeno que se nos había anunciado a bombo y platillo. Pudiendo comprobar a lo largo del día los cielos plomizos eran la generalidad en el ambiente, creando una fuerte decepción en los que habíamos puesto nuestra confianza en poder observarlo entre amigos. El resultado fue un eclipse “eclipsado” por las nubes, que había generado unas expectativas en poder observar un extraordinario y raro efecto lunar que casi nadie vio, como se puedo constatar en días posteriores.




Afortunadamente y como compensación, a nuestras espaldas transcurría un formidable y maravilloso atardecer sobre la cercana y enigmática Sierra Inodejo, cubriendo el horizonte y las nubes con todas las tonalidades de rojos que pudiéramos imaginar. Lo que por el “este” se nos había hurtado el “oeste” nos lo estaba regalando con creces, unos cielos bermejos que asemejaban unos confines ardiendo, pero bien sabíamos que por estas tierras sorianas no es fácil ver arder los bosques (toquemos madera), como en otros lugares de esta Comunidad, en donde la desidia, el abandono y la desgana es una variable (tome nota don Alfonso).

 

A pesar de que las condiciones meteorológicas se anunciaban desfavorables, tal y como nosotros, público en general y cantidad de astrónomos aficionados se dirigieron hasta parques públicos, azoteas de observatorios astronómicos, terrazas de comunidades de vecinos, miradores naturales o a cualquier lugar elevado desde el que se pudiera ver con facilidad el fenómeno, con la intención de conseguir una nimia imagen de un rasgo rojizo en el horizonte entre las grises nubes, que pudieran compartir por las dichosas redes sociales. Solo pudimos admirar a través de los medios las impresionantes instantáneas que se habían conseguido en otras latitudes alejadas de las borrascas ibéricas.

 

En España no se podrá observar un eclipse de estas características hasta diciembre de 2028. El próximo año será el inicio del periodo denominado como el “Trío de Eclipses Solares” visibles desde España. El 12 de agosto de 2026 y el 2 de agosto de 2027 podremos observar dos solares totales y uno anular el 26 de enero de 2028. Siendo sustancialmente relevante el de agosto de 2026, ya que desde 1905 un eclipse total en nuestra latitud, siendo nuestro país el mejor territorio habitado donde poder contemplarlo perfectamente. 


Así que esperaremos hasta el 12 de agosto del próximo año para acercarnos a algunos delos lugares en donde se pueda contemplar al 100%, sabiendo que en las zonas de gran aglomeración urbano como Madrid y Barcelona solo alcanzarán a ver un 90% del eclipse cubriendo el disco solar y reproducir la noche en el día, siendo amplias zonas del sur de Aragón, León, Palencia, Burgos, Asturias, Galicia y por supuesto Soria, donde se vislumbrará al 100 %, estando Quintana Redonda en esa vertical por cuyo cielo se trascurrirá ese fenómeno astronómico, que apenas durará 1 minuto y 40 segundos. Solo tendremos que esperar y cruzar los dedos para que de nuevo las irreverentes nubes no nos jueguen una mala pasada.

No hay comentarios: