viernes, 23 de marzo de 2012

- La Valletta……….la barroca capital de Malta

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Señorial y decadente a la vez, su empaque es antiguo y actual al mismo tiempo, animada de día y vacía en la noche, con ese color especial que le da la piedra de sus edificios y la luz del mar que casi la rodea,…….. así es como se nos mostró a nuestra llegada la ciudad que concibieron los Caballeros Hospitalarios.

La capital de Malta seduce por esa mezcla de delicadeza y elegancia que se respira en sus calles; algo enigmático hay en ella, quizás por el cuño que han dejado los sucesivos pueblos que por su temperamento han dejado, tal vez por esa sensación de museo al aire libre que le da la abundancia de monumentos existentes o acaso por ese dorado color de sus construcciones.

La Valletta es una ciudad moderna, si es que el termino moderno, puede entenderse para una ciudad que se edificó en el siglo XVI; pero es uno de los primeros ejemplos de planificación urbana, una magnifica muestra de organización y proyecto inusitado para la época. Su cuadriculo trazado, diseñado con paralelas y perpendiculares calles, la hacen diferente a cualquier centro histórico de otras capitales europeas de las que podamos conocer, toda vez que las ciudades crecían a partir de cascos urbanos viejos y enmarañados. 

Al llegar en 1530 los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén a las Islas de Malta, se ubicaron justo al otro lado de la bahía, en la pequeña población de Birgu, pero las fortalezas que la resguardaban no eran lo suficientemente recias para protegerse de los incesantes acosos sarracenos. Por ello buscaron un lugar más idóneo para construir un nuevo asentamiento donde ubicar unas poderosas defensas, encontrándolo en árido roquedal de la estratégica y abrupta península del Monte Sceberras, abrazada por las profundas bahías de Marsamxett y Grand Harbour, verdaderos puertos naturales, reconocidos entre los mejores y más profundos del mundo.

La nueva ciudad fue concebida antes del gran asedio otomano de 1565, ordenado por Solimán el Magnífico, que junto con la Batalla de Lepanto resolvió la hegemonía en el Mediterráneo entre el Islam y el por aquel entonces predominio Español en Europa, resolviéndose definitivamente la supremacía sobre los últimos. Fue entonces, después del “Gran Asedio”, cuando los países cristianos reconociendo la tenaz resistencia de los Caballeros Malteses, aportaron pecunias para fortalecer la estrategia defensiva de las islas. El Rey Felipe II de España y el Papa Pío V otorgaron un importante apoyo económico para el proyecto de la nueva fortificación, contratando los favores del italiano Francesco Laparelli de Carotana afamado ingeniero militar de la época. Comenzándose a edificar la nueva ciudad en 1566, terminándose en el tiempo record de 15 años, con las impresionantes defensas que hoy podemos admirar, sus bastiones, baluartes, incluso su poderosa Catedral.
 
El italiano ingeniero tuvo la oportunidad única de plantear una urbe diferente a lo conocido hasta el momento, una ciudad perfecta, uno de los primeros ejemplos de planificación (junto con algunas de las capitales americanas que por aquel tiempo también se estaban edificando) de una metrópoli proyectada en base a un diseño en cuadricula de trazado urbano, permitiendo la ventilación de sus calles a través de la brisa marina procedente de sus puertos. Laparelli dispuso que el abastecimiento de agua fuera mediante tuberías, primicia vanguardista y notable decisión, casi revolucionaria en aquellos años; novedad bien acogida por los Caballeros, comerciantes y población en general que debían colonizar la nueva Capital.

Al terminar el siglo XVI era ya una villa de considerables dimensiones, llegándose hacia ella para protejerse entre sus bastiones, gentes de poblaciones contiguas, hasta de fuera de las islas, convirtiéndose en un puerto prospero y activo, en detrimento de la antigua capital Medina, que quedo como refugio de la nobleza y la burguesía maltesa.
 
Durante la Segunda Guerra Mundial, La Valletta fue fuertemente bombardeada por los ejércitos Nazi-fascistas de la Alemania hitleriana y la Italia de Mussolini, causando graves estragos en sus edificios y en la población civil.

Su nombre le viene de Jean Parisot de Valette, Gran Maestre de la Orden de Malta durante el “Gran Asedio”, fundador de la ciudad y máxime valedor de su construcción,   quien murió en 1568 sin ver culminada su obra.

La Valletta posee numerosos títulos, todos relacionados con su rico pasado histórico: Ciudad Fortaleza, Humilissima Civitas Valletta, Cittá Umilissima. En sus apenas 55 hectáreas conserva una de las mayores concentraciones de edificios históricos de mundo. Ciudad Artística Europea y Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1980. Obra maestra del barroco, puede presumir de contar en sus estrechas calles con algunas de las obras artísticas, iglesias, casonas y palacios más refinados de Europa. Una ciudad de contrastes, que no deja indiferente a nadie, desde que se conduce por la izquierda, herencia de su cercano pasado inglés, hasta que al hablarte, lo hacen en tres idiomas a la vez, malte, italiano e inglés. De lo que primero que nos damos cuenta los que provenimos de nuestra piel de toro, es el tema de los horarios, entre las 6 y las 7 de la mañana el sol despierta la ciudad, pero la contrapartida ocurre entre las 17 y las 18,30 horas, que cierran la mayoría de los establecimientos, esto quiere decir que en la tarde, cuando comienza anochecer la ciudad entra en letargo, vacía, casi muerta, se nos muestra como fantasmagórica, solo acompañada por las luces de las calles y los tubos de neón de los comercios, es hora de ir buscando donde cenar pues nos podemos encontrar con la sorpresa de no poderlo hacer, la casi totalidad de los restaurantes dan las cenas a las 19 horas. Pero pasear a esas horas por sus mágicas calles puede ser uno de los momentos que no podremos olvidar.
 
Desde el mar impresiona, es como una fortaleza tallada en la viva piedra de meloso color; sus palacios, bastiones, baluartes y cúpulas se recortan bajo el cielo, sumergiéndose en el intenso azul del agua,……… una imagen propia de postal. Activa, trabajadora, humilde, señorial y porteña; centro administrativo de las islas. La Valletta es una vieja, hermosa y bien cuidada capital, donde descubrir callejuelas y recovecos con ese característico sabor maltes. Perderse por sus travesías, pasear y callejear la ciudad es un verdadero placer. Sus empinadas calles con la ropa tendida en sus fachadas, sus inconfundibles balcones, sus escalonadas aceras, las puertas, gatos y las coloridas ventanas son suficientes alicientes para conocerla. Al recorrerla nos topamos con un enclave histórico atrayente; prácticamente en cada esquina nos encontramos estatuas, santos, hornacinas, fuentes o escudos de armas. Una hermosa y bien conservada villa totalmente amurallada, mágica y misteriosa; con balcones malteses por doquier que cuelgan sobre las estrechas, empinadas y onduladas calles; pintoresca, no muy grande, colmada de monumentos;……………….. una ciudad para ser admirada y paseada.

Propongo un recorrido por ella sin extenderme en muchos detalles, ya que las guías turísticas están repletas de ellos y seguramente más completos que los míos. Comenzamos por la Plaza de la fuente del Tritón (Triton Fountain Square), situada a extramuros, justo enfrente de la entrada principal de la ciudad y principal centro de trasporte. En ella comienzan y terminan prácticamente todos los autobuses de la isla. Esos arcaicos autobuses, amarrillos con una franja naranja que caracterizaban y creaban ese tipismo único han sido sustituidos por otros más modernos y de un verde ecléctico que le han hecho perder su exotismo. Los viejos solos los podremos ver en las postales y como reclamo en miniaturas de las tiendas de suvenires. Próximo a la plaza, en The Mall Floriana, encontramos el Hotel Phoenicia, que aconsejo para alojarse, aunque no para mochileros, se trata de un cinco estrellas.

Atravesamos la Puerta Real, o lo que fue de ella, imaginado lo que será o podrá ser, pues un maremágnum de bloques de hormigón y enormes grúas actúan en las proximidades de la que antaño fue la principal entrada de la urbe, ………….miedo me da el pensar como pueden terminan estos diseños vanguardistas y innovadores, en contraste con la delicada sutileza de La Valletta………….y más en su acceso primordial, pero bueno sigamos caminado.
 
Ante nosotros se muestra Republic Street, la peatonal calle principal, llena de comercios, palacetes y boutiques de la moda más puntera. Antes de llegar al Palacio Ferrería, a mano zurda (pues decir izquierda, empieza a ser reprochable por nuestros gobernantes actuales) encontramos un par de cafetines con terraza en donde poder desayunar. Más adelante la Iglesia de Santa Bárbara, diseñada en el siglo XVIII por Giuseppe Bonici; casi enfrente de ella, en el 297 de  Republic Street un curioso lugar a visitar la Societa´ Filarmónica Nacionale y donde poder cenar por un discreto precio. Al mismo lado de la calle pero más adelante, se halla el  Albergue de Provenza, hoy sede del Museo Nacional de Arqueología (National Museum of Archaeology), el cual es imprescindible su visita. Debo de relatar que en La Valletta había ocho albergues, uno para cada nacionalidad de los Caballeros de la Orden de Malta que la habitaban, ocho lenguas diferentes, y así la cruz de la Orden con ocho puntas la podremos divisar por cantidad de lugares por los que pasaremos.

Llegamos a la Plaza de San Juan donde encontramos la fachada principal de la Catedral (concatredral) St. John’s Co-Cathedral, a la que accederemos por un lateral. Digna de ver, sus dorados lo invaden todo, sus suelos plenos de lapidas de Caballeros, sus capillas y un “Caravaggio” de nivel, en que el camorrista pintor italiano, caballero de la Orden y después expulsado por bronquista; representa “la decapitación de San Juan Bautista”.

En la Plaza del Gran Asedio (Great Siege Square), encontramos el Palacio de Justicia, antiguo Albergue de Auvernia, destruido durante la Segunda Guerra Mundial y donde se comenta, ocurrían sucesos extraños que traían en jaque a sus moradores.

Situados en la Plaza de la Republica, por detrás de la estatua de la Reina Victoria, se halla la entrada a la Biblioteca Nacional (National Library). Casi enfrente, en el 244 de Republic Street, está el Café Cordina, que data de 1837, el más antiguo de la capital y donde entre frescos de Giuseppe Cali podremos degustar un buen capuchino o una grapa compartida con un delicioso turrón maltes.

Llegados a la Plaza de San Jorge (St. George Square) o Plaza del Palacio, la más amplia de la urbe, nos encontramos a diestra el Palacio del Gran Maestre hoy sede del Parlamento Maltes y justo enfrente un bello edificio con fachada columnada es el “The Main Guard” (la Guardia Principal).
Debemos entrar al Palacio del Gran Maestre, en el hay una buena colección de armas, pero lo que más me gustó fue recorrer sus pasillos, entre una atmosfera de intriga y asombro; por ellos iban y venían los Caballeros Hospitalarios de la Orden de Malta, ……….. a la vez monjes y guerreros.

Seguimos nuestra ruta y es posible que se acerque la hora del almuerzo, nada mejor que dejarnos caer en Margo´s, un nuevo y agradable restaurante ubicado en el 63 de Republic Street, pasta como en Italia y pizza como pocas he probado. Unos portales más adelante, en el nº 74 se haya la Casa Rocca Piccola, palacete donde evidenciar como vivía la burguesía maltesa del siglo XVI……… aun hoy siguen viviendo allí.
 
La calle Republica desciende hacia el mar, sus casas son ya más humildes y están sus fachadas abarrotadas de esos característicos balcones, aquí es donde más sabor tiene la ciudad. Llegamos al vértice de la ciudad, en el se haya el Fuerte San Telmo (Fort Sant’Elmo), un esbelto baluarte que la resguardaba de cualquier ataque, indiscutible proa de la urbe y donde se instala en la actualidad el Museo de la Guerra. Como curiosidad comentaros que en parte de sus dependencias se rodaron escenas del “Expreso de medianoche”, film que Alan Parker rodó en 1978.

Giramos a diestra acompañando desde la altura las azules aguas, en busca de lo que fue en su día uno de los hospitales más importantes de Europa, modelo de gestión hospitalaria para la época, ya que cada enfermo gozaba de su propia cama y sin tener que instalar el “copago”. La Sacra Infermeria (Santa Enfermería), hoy dedicado a centro de Exposiciones y Conferencias, pero interesante es visitar las mazmorras, en las que está instalada una curiosa recreación de cómo se sanaban los males en aquellos años. Al otro lado de la calle se instala The Malta Experience, un audiovisual donde se cuenta la historia de Malta.


Continuando por la orilla marina llegamos a la Gran Campana (Siege Bell Memorial), en recuerdo y homenaje a los combatientes de la Segunda Guerra Mundial, desde el que las vistas de la bahía son esplendidas. A su lado se sitúan los bucólicos jardines Lower Barracca Gardens, con impresionantes vistas de Las Tres Ciudades y el Gran Puerto.
 
Caminamos por calles balconadas, introduciéndonos de nuevo en la ciudad para llegar a St. Paul´ Street donde se encuentra la antigua Universidad de la Orden, el mercado y la iglesia de San Pablo. Camino del Gran Puerto de La Valletta (Grand Harbour), atravesamos la atrayente Puerta Victoria y tras una enrevesada y escalonada ascensión entre patios de oficinas o colegios, llegamos al Bastión Lascaris, cuartel general ingles durante la segunda Gran Guerra. Desde él por mas y mas escaleras remontamos por fin de nuevo a la parte alta de la ciudad, donde se encuentran los Upper Barracca Gardens, desde ellos contemplaremos la mejor vista que se pueda uno imaginar, aconsejable visitarlos también en la noche maltesa, envueltos en esa mágica tranquilidad con la que nos regala las sombras de La Valletta.
 
A un paso, en la Plaza Castille, está el hermoso, impresionante y barroco Albergue de Castilla, León y Portugal, edificado 1744, hoy dedicado a sede del Primer Ministro.

Enfilamos ahora la calle del Mercado (Merchant Street), a su comienzo encontramos Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, justo enfrente la de Santa Catalina de Siena, las dos del siglo XVI y a mano izquierda el Albergue de Italia, en la actualidad Oficina de Información Turística. Enfrente se halla ubicado el Palacio Parisio, que fue alojamiento de Napoleón durante su paso por la isla.

Continuando por la mercantil calle, a la diestra alcanzamos “Castellania” antiguo Tribunal de Justicia y prisión para los Caballeros de la Orden.
A la altura de la Catedral de San Juan, también a mano derecha y en el mismo edificio, 21 de  Merchant Street, se hayan el Valletta Boutique Guest House y el restaurante Luciano, los dos bastante recomendables, el hotel por su situación y precio, el segundo por sus agradables platos a la hora de la cena,
 
A partir de este punto en horas mañaneras se instala en la calle un animado mercadillo, justo en los alrededores del Mercado de la Ciudad que le da nombre a la calle. Giramos a zurda para continuar nuestra ruta por la Calle del Viejo Teatro (Old Theatre Street), llegando hasta el Teatro Manoel, mandado edificaren 1731 por el Gran Maestre Manoel de Vilhena, del que le viene el nombre. Más adelante, en la misma calle está la Basílica de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Divisada desde las vecinas poblaciones próximas a La Valletta, su cúpula sobresale entre la silueta de la cuidad, hasta llegar a confundirla con la Catedral. Las calles que la rodean son angostas y algo lúgubres; hemos cruzado la urbe y estamos situados ahora en la vertiente de la bahía de Marsanxett. En esta zona podemos visitar el Palacio del Obispo, el Albergue de Aragón y la anglicana Catedral de San Pablo (St. Paul´s Pro-cathedral), construida en lo que antaño fue el Albergue de Alemania. De aquí nos acercamos al Bastión San Salvador, desde el que parten los ferrys hacia Sliema, en la otra orilla de la bahía.

Transitamos ahora por el gran tobogán que forma Old Mint Street hasta llegar a South Street, en la cual encontramos, en un bello palacio, el National Museum of Fine Arts o Museo de Bellas Artes. Desde él pasando por los jardines Hastings Gardens y el Bastión de San Juan retornamos a nuestro punto de Partida en la Puerta Real y la Fuente del Tritón. 

Recorrer sus alrededores puede resultar interesante, sobre todo la parte de la orilla Sur de la bahía que forma el Gran Puerto. En ella se sitúan lo que denominan “Las Tres Ciudades” (Three Cities), que como ya he comentado eran los antiguos puertos antes de construirse La Valletta, verdaderas dársenas naturales utilizadas como dársenas desde el tiempo de los fenicios. Senglea (Isla), Cospicua (Bormla) y Birgu (Vittoriosa) forman un conjunto de villas al que dedicar una mañana entera o más bien una tarde, pues desde ellas las puestas del sol son especiales. Recorrerlas nos llenara del aroma autentico de Malta y de gran parte de su historia marítima. Cottonera que también es como se las conoce, en reconocimiento al mallorquín Nicolás Cotoner (Barón de Negroponto), que junto a su hermano Rafael, promovieron en 1670 la construcción de una línea de fortificaciones que las defendía de los ataques musulmanes. Dentro de ellas encontramos al igual que en la capital, palacios, albergues de la Orden, iglesias, fortines y edificios de rancio sabor. El Palacio del Inquisidor, Palacio del Capitán ahora Casinó di Venezia y Castillo Sant' Ángelo en Birgu, los singulares bastiones que dan al puerto con el Jardín Safe Haven y las iglesias de Nuestra Señora de la Victoria y San Felipe en Senglea o las puertas Margherita y de la Roca en Cospicua, son algunos ejemplos de los lugares que podremos visitar y transitar.
 
Al norte de La Valletta, en la otra orilla de la bahía de Marsamxett, comienza un conglomerado de ciudades, unidad unas a otras, de un dudoso gusto arquitectónico. Es como si fuera una prolongación de la maltrecha costa mediterránea de nuestra levantina piel de toro. Sliema, St. Julián y Paceville componen una multitud de hoteles de “primera línea” de estilo ecléctico-veranil, que para nada atraen muestro interés, una zona de tiendas, restaurantes, centros comerciales, resorts, marcha y discotecas para aburridos descerebrados, de los que dejan los restos adquiridos en McAuto esparcidos entre sus pies. Y lugar donde se alojan y toman clases gran cantidad de estudiantes de inglés que acuden a estas latitudes para perfeccionar el anglosajón idioma. El único interés que tiene la zona, son las hermosas vistas de la capital maltesa desde el promontorio de Sliema, sobre todo al atardecer y por la noche.

Sugestivo recorrido por esta interesante urbe que os traigo hoy aquí, proponiéndoos una visita a estas mediterráneas e históricas Islas, a las que nadie defrauda y en las que encontrar curiosos lugares. El resto de este grupo de islas podréis descubrirlo pinchando aquí "Malta, la isla de los Caballeros ".

jueves, 1 de marzo de 2012

- Malta………….la Isla de los Caballeros

 
Situadas a menos de cien kilómetros de Sicilia y a trescientos de las costas africanas, las Islas de Malta por su ubicación en medio del mar, junto con Chipre y Creta, han sido desde los tiempos remotos lugar estratégico en el Mediterráneo y encrucijada de sus rutas marinas. Por sus escarpadas costas se asentaron ya hace mas de 7000 años culturas megalíticas que han dejado en sus entrañas y colinas, enigmáticos e impresionantes restos de sus ritos y formas de vida. Por ellas también transitaron civilizaciones como la Fenicia, Griega, Púnica (Cartagineses), Romana, Bizantina, Árabe y Normanda, dejando todas improntas de su paso por estas ínsulas. En 1282 por las vicisitudes históricas de aquellos períodos, pasa junto con Sicilia, a pertenecer a la Corona de Aragón. En 1522 se establecen en ella los Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén (Caballeros Hospitalarios, que después fueron denominados como la Orden de malta), despojados de su histórico asentamiento de Rodas por la presión expansionista de los árabes comandados por Solimán. El rey español Carlos I (V de Alemania) en 1530 se la cede a estos monjes guerreros en arriendo perpetuo, a cambio de la simbólica entrega anual de un “halcón”…….de ahí lo del “Halcón Maltes”.
Dos veces fue sitiada; en el siglo XVI por los otomanos y entre 1940 a 1943 por el Eje Nazi-Fascista de la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini, que la bombardearon sin ningún tipo de miramiento hacia la población, en el que perecieron cerca de 1.500 civiles. Malta fue una de las áreas más intensamente hostigada de la Segunda Guerra Mundial, siendo objeto de cerca de 3.000 incursiones aéreas en los dos años del bloqueo.

En 1565 durante el primero de los asedios, los Caballeros de la Orden de Malta, dirigidos por el Gran Maestre Jean Parisot de la Valette, resistieron contra más de 30.000 soldados y 160 naves musulmanas. La isla logró defenderse en gran parte gracias a la apoyo de las tropas españolas, por aquel entonces potencia hegemónica en la cristiana Europa. Al fracaso turco se sumó seis años después, la derrota de la Batalla de Lepanto ante la Liga Santa, formada por España, Venecia, Génova y la Santa Sede, lo cual el produjo el cese de la expansión islámica en el mediterráneo.
La cancillera Merkel debería echar la vista atrás, repasar sus apolillados libros de historia y no pute… (jorobar) tanto a los países ribereños de este lado de Mediterráneo, que tanto han hecho para que los teutones de hoy estén en esa posición privilegiada.

En 1798 se asentó por aquí Napoleón, que durante su campaña hacia Egipto, tomo las Islas con engaños y artimañas, saqueando su economía ante la pasividad de los Caballeros Malteses que tenían promesa de no alzarse en armas a ningún príncipe cristiano. La ocupación napoleónica fue impopular entre la población maltesa que se rebeló contra los franceses, viéndose obligados a refugiarse en las fortificaciones. Ingleses y el Reino de las Dos Sicilias enviaron en ayuda de los isleños municiones y suministros. Los británicos además enviaron su flota, efectuando un bloqueo de las islas. Las cercadas fuerzas francesas se rindieron en 1800 y los británicos tomaron el control del archipiélago, convirtiéndolo en un protectorado más del Imperio. Así se hace la historia.

El espíritu soberanista de los malteses culmino el 21 de septiembre de 1964, en el que consiguieron su independencia, aun así los británicos permanecieron en su territorio manteniendo un control total de los puertos, aeropuertos, correos, emisoras de radio y televisión. La reina Isabel II seguía siendo la soberana de Malta y un gobernador general ejercía la autoridad en su nombre. El 13 de diciembre de 1974, no obstante, Malta se transformó en república dentro de la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth), con un presidente como jefe de estado. El 31 de marzo de 1979 se hizo efectiva la salida de los ingleses, pues rehusaron pagar la tasa exigida por el gobierno maltés para permitir el uso de sus bases; este acontecimiento se celebra como fiesta nacional Día de la Libertad. Malta ingresó en la Unión Europea el 1 de mayo de 2004, suscribiendo el “euro” como moneda el 1 de enero de 2008.
El origen de la palabra Malta es dudoso. La procedencia más admitida es que proviene de la palabra griega μέλι (meli, “miel”). Los griegos la llamaron Μελίτη (Melite), que significaba “dulce como la miel”, probablemente debido a la calidad de la miel producida por las abejas del archipiélago. Los romanos siguieron llamándola Melita, latinización de Μελίτη. Otra derivación tiene como reseña la palabra fenicia Maleth, que significa “refugio, debido a la gran cantidad de bahías y de ensenadas existentes en el litoral de la isla.

A las pequeñas islas, más que por sus magníficos atractivos turísticos, se las conoce por detalles relacionados con la cultura y su historia. Doradas en la piedra de sus edificios, granate en la cúpula de sus iglesias, azul profundo en cada una de sus vistas, Malta es uno de los secretos mejor guardados del Mediterráneo. Hay que recorrerla con tranquilidad, dejándonos llevar por sus horizontes que nos dirigirán desde sus bóvedas a iglesias y poblaciones, a atalayas fortificadas y también a espacios en donde contemplar esplendidos atardeceres.
Misteriosos y únicos enclaves megalíticos podemos encontrar por su limitada geografía de los que mencionare: el Hipogeo Hal Saflieni, los templos de Ggantija, Hagar Qim, Mnajdra y Tarxien o los complejos Ta´Hagrat y Akorba: todos construidos entre los 5.000 y 2.500 años antes de Cristo, declarados conjuntamente Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Para poder visitar estos lugares es interesante sacar la tarjeta del Heritage Malta Pass.

El Hipogeo Hal Saflieni, considerado como uno de los monumentos prehistóricos más importantes del mundo, es un complejo subterráneo excavado en la roca que fue utilizado como santuario, así como para enterramientos por los constructores del templo. Fue descubierto durante unas obras de constucción en 1902, en las cuales los ingleses, potencia colonial en aquella época, mantuvieron durante tres años sin desvelar su existencia, para que no interfiriera en la ejecución de unas instalaciones aeroportuarias. Sus tres niveles subterráneos datan de los años 3.600 a 2.400 antes de Cristo.

Durante la Edad del Bronce se ejecutaron por gran parte de esa pétrea orografía multitud de enigmáticos canales paralelos que hoy se denominan "surcos de carros" (cart ruts), pues es en realidad lo que su visión representa, pero hasta el momento se desconoce su utilidad, aunque múltiples teorías hay sobre su construcción y usos.

De la época romana podemos visitar, entre otras construcciones, catacumbas en donde se enterraba a los cristianos de aquel periodo. Las de San Pablo, al que se le atribuye su paso por las islas, junto con las de Santa Ágata, están localizadas en la ciudad de Mdina/Rabat.
Estos cementerios subterráneos tienen largos corredores cincelados en la roca con tumbas excavadas a ambos lados de las galerías. Durante la dominación romana de las islas no estaba permitido que se enterrase a los muertos dentro de las ciudades, por lo que la mayoría de las catacumbas de Malta fueron excavadas a las afueras de Mdina, que entonces era la capital de la isla.

Dominando los altozanos de las islas de Gozo y Malta vislumbramos las fortificadas ciudadelas de Victoria y Mdina respectivamente, por la que pasear al atardecer nos retrae de forma sugerente hacia el pasado medieval de estas tierras. Sus estrechas callejuelas están llenas de encanto, sus edificios vetustos; palacios e iglesias nos asombran en cada esquina y nos invitan a pasear por ellas.
Hoy estas ciudades-fortín son un atractivo más y su visita cautiva a gran parte de los multicolores viajeros que vienen a estas islas. Desde sus baluartes se pueden divisar casi al completo el territorio en donde se asientan y los crepúsculos desde ellos no serán fácilmente olvidados.

Si algo hay con colorido en la Mdina, sin alguna duda son los balcones, las puertas y sus ventanas. Todas cuidadas con esmero por sus habitantes y con el clásico toque mediterráneo. Aunque ninguna es demasiado llamativa, si es cierto que la gran mayoría atrae nuestra atención. En una de las barbacanas de la muralla encontramos la cafetería Fontanella, donde merece la pena detenerse y disfrutar de las vistas desde su terraza, al tiempo que nos tomamos un cacao con ron y un trozo de tarta de chocolate, de la que dicen es la mejor del mundo……………..pero estas reseñas siempre son así, ……………………. de todas las maneras habrá que comprobarlo.

Para los amantes del mar no hay exceso de playas, estas son más bien escasas, pero buscando podemos encontrar algunas calas en las que sumergirnos en los calurosos días de verano. Pero si que podemos encontrar en la orilla de este Mare Nostrum, pueblos de pescadores con encanto como Marsaxlokk, emplazado al sur de la isla de Malta y a unos 10 km. de La Valletta. Su puerto es un regalo para nuestros ojos, multitud de pequeñas embarcaciones “luzzus”, se disponen atracadas en sus aguas, sus vistosos colores con el sol hacen que nuestra visita se alargue hasta la hora de la comida, cada una de ellas es diferente aunque todas mantienen el azul y amarillo como variable. Como en Venecia, aunque no en la misma cantidad, Malta tiene un tipo de embarcación de pesca, similar a la góndola, siendo uno de los símbolos de Malta. Los Luzzus, que así es como llaman, están pintadas en vivos colores: rojos, amarillos, verdes y azules; llevando a cada lado de la proa el ojo de Osiris, para atraer la buena suerte de este dios egipcio. Son de origen fenicio y algunas tienen hasta toldo para aminorar el calor en los días del estío.

Aunque las podemos hallar en cualquiera de los fondeaderos de la isla, es en el puerto de Marsaxlokk donde más concentración de ellas podremos ver. Todos los domingos en esta población se monta un animado mercadillo donde encontrar de todo lo que hay en Malta: pan y pasteles, quesos y especias maltesas, bebidas típicas y pescado, abundante pescado y muy bueno que los propios marineros se ponen a vender justo después de haber recogido sus redes. Se mezclan los puestos de alimentación con las de ropa, embutidos y dulces, frutas y flores, convirtiéndose en un gran mercado al lado del mar, para recorrer o disfrutar de sus olores y sabores, cautivándonos con las hermosas vistas que nos proporciona este estupendo enclave, siempre acariciados por la suave y fresca brisa marina del sureste. Realmente, el nombre de Marsaxlokk está originado por el apelativo del viento del Mediterráneo que viene del sudeste “Xlokk”, más conocido por Siroco.

Cercanas a esta población, en uno de los lugares más meridionales de toda Malta y enclave mágico, junto al mar, en plena la Punta Delimara; encontramos unas vistosas salinas, verdaderas piscinas naturales, frontera entre la tierra, el mar y el cielo. La soledad y el viento son aquí nuestra compañía, a nuestros pies unos veinte metros por debajo del acantilado admiramos las pequeñas cuadriculas donde la mano del hombre unida a la acción del mar han dejado por tiempos estas ajedrezadas laminas de agua.

No muy lejos de esta zona, ya en dirección Oeste encontraremos unos de los lugares naturales más visitados de esta isla, la Blue Grotto (Gruta Azul). Se trata de cuatro cuevas esculpidas por las aguas del mar en pleno acantilado, donde se reflejan en sus transparentes y limpias aguas los brillantes colores de los corales y los minerales de sus calizas piedras, en el que la leyenda nos comenta que en este lugar las sirenas encantaban a los navegantes con sus canciones. Un paseo en bote desde el embarcadero que encontramos en una pequeña ensenada a partir la cual se realiza el recorrido marino por la costa, los acantilados y sus oquedades, el escenario hace de esta visita una verdadera aventura marina. Las "grutas azules" son una visita obligada si estás en Malta, siendo la mejor hora para visitarla es por la mañana, cuando el sol entra en la gruta dando el efecto preciso al agua para que se vean los colores más llamativos.

Siguiendo la ruta paralela a la costa y pasando por los interesantes templos megalíticos de Hagar Qim, y Mnajdra llegaremos a la localidad de Dingli y sus afamados acantilados “Dingli Clift”, que se extienden durante 5 km. largo la costa a sur de la población, a una altura de unos 250 m. sobre el mar azul en el que se precipitan al abismo. La meseta donde se asientan esta toda cultivada y desde su borde es imposible descender al mar, sólo mirar y recrearse de su admirable panorama.

Las islas de Malta con una extensión de 316 km² (algo más grande que Brihuega en Guadalajara), de los que 246 se corresponden a la isla principal y una población de 413.000 habitantes, (el doble de la de Móstoles); es un país eminentemente religioso, del que se cuenta que existen 365 iglesias, una para cada día del año. El 95% de la población es cristiana y el 85% además es practicante, donde en los días de culto las iglesias están a abarrotar; para envidia de Rouco Varela, pero que sus gobernantes, desde el inicio de la administración laborista en 1971, adoptaron medidas para reducir el papel de la Iglesia en la vida educativa. El episcopado era dueño y señor del 80% de los inmuebles e implícitamente controlaba la enseñanza. El conflicto estalló cuando en 1983 el gobierno expropió sus posesiones y decretó la enseñanza laica a nivel de primaria; finalmente, en 1985 el gobierno y la iglesia firmaron un acuerdo que preveía la gradual vigencia de la laicidad en la enseñanza secundaria.

Entre las iglesias notables que por su geografía podemos encontrar quiero destacar la de Mgarr. Se trata de una iglesia relativamente nueva, cuya construcción comenzó a principios del siglo XX y terminó un poco antes de mediados de siglo, manifestándose como una réplica de la célebre y reputada iglesia de la vecina localidad de Mosta. Resalta su enorme cúpula y su particular forma ovalada, que si bien no alcanza a las dimensiones de la cúpula de la de Mosta, se incorpora a la lista de iglesias con las cúpulas más grandes del mundo, algo que asombra en un pueblo no muy grande, ni destacado como Mġarr. Comentan que la forma peculiar ovalada de la cúpula se debe a la fabulosa e intensa venta de huevos que se tuvo que efectuar en conseguir fondos para la construcción de la iglesia. La terraza que forma la plaza frente a la iglesia, situada en un alto, nos proporciona un lugar excelente para contemplar las antiguas haciendas, las casas, los verdes campos cultivados que descienden hasta la cercana bahía de Gnejna y la aplacible vida de una población fundamentalmente dedicada a la agricultura como Mġarr; también para tomarnos un “capuchino” o una “grappa” en alguna cafetería de las que la rodean.

Imprescindible es visitar la Catedral de Mosta, un bello templo de gran planta que conserva la tercera o cuarta bóveda religiosa más grandes del mundo (aquí no se ponen de acuerdo los medidores de iglesias). Es fácilmente visible desde casi cualquier cota elevada de la isla de Malta. Su cúpula (The Mosta Dome), que venimos a visitar, es la parte central de la "Iglesia de Santa María Asunción", también conocida como "Rotunda de Mosta". Su visita exterior impresiona, pero una vez dentro nos quedamos deslumbrados al mirar hacia el techo y ver esa enorme cascarón decorado, que no parece terminar nunca, como su fuera la réplica maltesa del admirado, por el genuino arquitecto madrileño Ricardo Aroca, “Panteón de Roma”.
Al entrar, sobrecoge la luminosidad del templo, tanto por sus colores claros como por su amplitud y las dimensiones magnificas de su cúpula, 37 mts. de diámetro. Otra de las cosas curiosas de esta iglesia, es la anécdota ocurrida el 9 de Abril de 1942, en plena II Guerra Mundial, cuando fue alcanzada por una bomba que agujereó parte de la cúpula, recorriendo gran parte del suelo sin explotar, para asombro de los cerca de 300 parroquianos que había en aquel momento en misa, a lo que denominaron el "Milagro de la bomba de Mosta".
La magnífica cúpula posee artesonados dorados, salvo en el lugar donde se dice calló la bomba, el casetón que falta en ella se dejó así para recordar el hecho y la magia del "Milagro".

Mellieha, población que en tiempos fue una villa rural, se ha convertido en una ajetreada localidad turística, como gran parte de la costa noreste de la isla. Desde su iglesia parroquial, posada en la cima de una colina divisamos una hermosa panorámica de la bahía de Mellieha, así como de las islas de Comino y Gozo. El templo es relativamente nuevo, edificado muy a finales de 1800, pero está salpicado de curiosos detalles ornamentales, sobre todo su exterior: dos torres, cinco campanas dedicadas cada una de ellas a un santo diferente y la cúpula característica las iglesias y feligresías de Malta. Está emplazada en la parte de la urbe que mira a la extraordinaria Ghadira Bay, por lo que las vistas desde sus inmediaciones sobre la bahía son impresionantes.
 
Desde aquí podemos acercarnos a La Torre de Santa Ágata, uno de los parajes más característicos de la zona, situada en una elevada colina, las vistas sobre las islas de Comino y Gozo, así como de Ghadira Bay son espectaculares. Se trata de una construcción con fines defensivos y militares construida en 1649 por los Caballeros de la Orden de Malta. Debe su importancia, a su valiosa ubicación en la zona noroeste de la isla de Malta, de ahí que fuera utilizada durante mucho tiempo para advertir posibles agresiones enemigas y trasladar señales de alerta hacia los centros militares que la Orden tenía establecidos en La Valletta, a través de la red de torres vigía esparcida por la accidentada costa maltesa.

Su diseño con de cuatro torreones, contaba en la época con 4 lugartenientes que la ocupaban de forma permanente, aunque en algunos momentos llegó incluso albergar a 50 personas.
No es conocida por el nombre de Torre de Santa ágata, sino que se la conoce como "The Red Tower" (la Torre Roja), debiéndose el nombre al color encarnado con el que está pintada en la actualidad. La torre se divisa más agraciada de lejos y de noche, cuando está alumbrada, lo que da a la torre una particularidad y naturaleza únicas, formando parte del grupo de torres defensivas más significativas y célebres de la isla de Malta. 
 
Continuando la ruta hacia el Oeste, más allá de afamada Torre, por una carretera llena de baches que trascurre por una especie de planicie, se llega al punto conocido como Marfa Ridge. El encanto del lugar reside en lo solitario, salvaje y agreste de este soberbio cabo, desde el que se inicia un acentuado descenso, entre verdes campos hacia las aguas del Mediterráneo, llegando hasta unos acantilados verdaderamente abruptos y verticales, continuamente erosionados por las batidas del mar, con unas espectaculares vistas sobre los escabrosos acantilados con unas panorámicas de Ghadira Bay y Mellieha, así como de la isla de Gozo.


Otro de los lugares naturales imprescindible de visitar esAzure Window” (Ventana Azul), situado en la costa Oeste Isla de Gozo, en las proximidades de Dwejra Point, a unos 15 km. de puerto de Mgarr, en donde nos dejaran los ferrys que parten de Malta, para lo cual deberemos cruzar prácticamente toda la isla. Merece la pena este recorrido, pues durante el mismo, divisaremos al poco de salir del puerto, la destacada silueta de la iglesia de Xewkija. Según los gozenses, su cúpula es mayor que la de Mosta, de la que comentaré después. La fachada es interesante, custodiada por esculturas y en su inmaculado interior se respira esa sensación de tranquilidad etérea. También durante el recorrido distinguiremos la silueta de la ciudadela de Victoria/Rabat, visita que ineludiblemente realizaremos al atardecer.

La Ventana Azul, en maltés “Tieqa Zerqa”, es una formación rocosa natural, creada por los efectos de la erosión del mar y del viento durante miles de años, sin la mano del hombre haya intervenido. Se trata de un arco natural cuyos cimientos brotan desde las aguas y son culminados por un amplio y horizontal dintel de piedra que remata su figura. Su forma representa una ventana al mar, a ese intenso mar azul, de ahí su nombre. Las grandiosas dimensiones de esta arquitectura natural, el color del mar y los reflejos azules turquesas que se difunden sobre las claras paredes rocosas, hacen del enclave el lugar perfecto para todos los que nos gusta gozar de un magnifico panorama.

 A través del osado puente de roca divisaremos una fantástica vista al mar, el agua aquí es profunda y de un intenso azul. Las rocas por las que caminamos están llenas de fósiles, una evidencia de que Gozo en remotos tiempos estuvo bajo la superficie del mar. A nuestra espalda se encuentran los espectaculares acantilados de la costa al Sur, con más de más de 50 m. de altura, así como el célebre islote conocido como “Fungus Rock”, una enorme roca que posee una hierba que sólo se halla aquí y en África, por lo que está protegida y por lo tanto prohibido acercarse a ella.
Uno de los lugares más admirables que podemos encontrar en la isla de Gozo, también uno de los preferidos por los coloridos turistas que visitan la isla, por ello os aconsejo ir temprano, nada más desembarcar del ferry.

Para completar su visita  nos acercaremos al pequeño, original, coqueto y cercano embarcadero de “Dwejra Inland Sea" (Mar Interior), donde cogeremos un bote que después de atravesar un túnel natural de 35 m. salir a mar abierto, donde recorremos las proximidades de la Ventana Azul desde el mar, contemplando los corales naranjas de sus rocas y ese azul intenso de las profundas aguas. Los colores y el misterio que desprende la cavidad es impresionante, parece imposible que la barca pueda atravesar tan estrecha diaclasa, cincelada por la naturaleza, en pleno acantilado, desde este lago interior y el mar abierto.

Cruzando de nuevo la isla, camino ahora de la costa Norte, nos detenemos en el santuario de "Ta' Pinu", no es una iglesia añeja, pero destaca por su ubicación en medio de los campos y por su altiva construcción, de su blanco e inmaculado interior, destacar la colección de exvotos que existen en la sacristía; ortopedias y artilugios de todo tipo cuelgan por paredes y vitrinas, un espectáculo más cercano al siglo XIX que al XXI, un desprecio a la medicina y una añagaza a esa “fe” católica en la que se refugian sus adeptos seguidores.

Poco después atravesamos la población de Zebbug (aceitunas), cruzándonos con la vistosa portada de su Iglesia Parroquial, dedicada a Felipe de Agira, patrono de las Fuerzas Especiales de los Estados Unidos.
Ya en el mar encontramos lo que íbamos buscando, las Salinas de Qbajjar, cercanas a la población y puerto de Marsalforn, el más importante de la isla. Situadas en la bahía de Xwejni, son un espectáculo sorprendente, un espacio lleno de cuadriculas, donde los tonos ocres y azules resaltan entre la costa y el horizonte, unas cubetas a la orilla del mar que las olas se encargan de rellenar, creando verdaderos espejos donde se refleja un nítido cielo. Estas salinas de origen romano, se siguen explotando en la actualidad. En la antigüedad una ración de sal era el jornal que recibía la soldadesca por su trabajo, el “salarium”, de donde procede la palabra “salario”. Estos blancos cristales eran usados como trueque, sirviendo también como moneda de cambio por todo el Mediterráneo.
Los habitantes de Gozo trabajan estas salinas desde hace muchos siglos y por ello la isla era muy conocida por su producción de sal, ya desde la antigüedad.

Al otro lado de la pequeña bahía observamos entre los increíbles tonos azules de este mar la silueta de un calizo peñasco, es la Colina de la Luna “Lunar Hill”, relieve más propio de nuestras Bárdenas Reales que de tierras maltesas. Este pequeño y maravilloso rincón de Gozo sirve de inspiración para muchos artistas malteses y algunos otros foráneos.

Y tal como os he prometido, el atardecer lo realizamos en Victoria/Rabat, la ciudadela-capital de Gozo. Desde sus atalayas contemplamos los verdes y fértiles campos que la rodean, recorremos sus añejas callejuelas, visitamos su Catedral y nos relajamos inmersos en historias de Caballeros……..los de la Orden de malta.

Solo me queda referenciar “La Valletta” , capital de Malta, pero eso será otra historia, lo dejo para otro día. Para poder conocer "La Valletta, la barroca capital de Malta", pinchar aqui .