Buscando nuevos y coloridos horizontes, nuestros pasos se dirigen esta vez hasta tierras de Lérida (Lleida), que al estar ubicada en el interior de Cataluña, al sur la cordillera Pirenaica y a levante de su vecina Aragón, es de las cuatro provincias catalanas la única que no posee costa marina. Pese a ello, todos los años por estas fechas del mes de marzo, y generalmente justo antes de comenzar la primavera, gran parte de sus campos se tiñen de rosa creando un verdadero "mar" de tonos violáceos, que pueden casi contrarrestar esos azules del "Mediterráneo" que nos trasladara magistralmente el gran juglar Serrat ya hace años. Centrándose principalmente estas visiones en la comarca del Segriá, al suroeste de la provincia, zona que concentra la parte más sugerente de esta expresión cromática, tan bella como efímera.
Este hermoso y colorido efecto se debe, ni más ni menos, a la floración de las enormes extensiones de frutales enclavadas en la zona del “Bajo Segre” (Baix Segre), conformado fundamentalmente por las poblaciones de Soses, Alcarràs, Torres de Segre, Seros o La Granja d'Escarp, pero sobre todo de Aitona, todas ellas ribereñas del rio Segre antes de ceder sus aguas al gran Ebro. Municipios con apelativos de origen árabe, ya que los musulmanes se asentaron en ellas durante cuatro siglos.
Intentamos encontrar las imágenes que en cierto modo habíamos visto por distintos medios de florestas pasadas y que nos habían impresionado, sobre este fenómeno tan natural y extraordinario que se repite cada vez más exuberante en estas latitudes, tanto como en tierras murcianas de Cieza. Prodigio que ya ha comenzando a competir con las afamadas floraciones de "Cerezos en Japón", "Tulipanes Holandeses", "Lavandas en la Provenza Francesa" o los cacereños "Cerezos del Valle del Jerte", unas ordenadas, uniformes y variadas tonalidades de purpureas extensiones que llenan la visión de los campos hasta el horizonte en muchos casos.
Son las llamadas "fruta de hueso": almendros, paraguayos, perales, albaricoques, membrillos y cerezos, los árboles que conforman el inmenso paisaje ondulante de las alomadas sierras en el Bajo Segre. Pero sobre todo son melocotoneros y nectarinos los que de forma abrumadora abundan entre sus cultivos, siendo estos los que le confieren esa tonalidad rosa al campo durante los días previos a la llegada de la primavera.
No es una imagen secular de estos lugares, ya que esta visión es un evento relativamente novedoso, pues hasta los años 60 del siglo pasado en que se comenzó la introducción de perales, melocotoneros y manzanos, aquí solo se cultivaba, arroz, algodón, maíz, algo de viñedo y cereales. Siendo la explosión "quimérica" de los frutales, las plantaciones realizadas entre los años 70 y 90, continuando su expansión en la actualidad.
Un delirio que sigue en crecimiento, toda vez que podemos comprobar cómo se están realizando de forma considerable plantaciones nuevas, sobre todo de melocotoneros ya que a los tres años se puede recoger fruto, no como en el caso de los perales que tienen que pasar hasta trece. Hasta el punto debe de ser rentable la actividad, que se están descarnado y aterrazando montes baldíos, instalando nuevos plantones en lugares que antes eran escarpes y terraplenes, ya que con nitratos y agua, cualquier terreno es válido…………….. da la sensación de que llegarán a plantar frutales hasta en las cunetas de las carreteras……. es la imagen de que la codicia humana es infinita.
Sus habitantes deben su actual bonanza a los canales que toman agua Segre, teniendo ya en 1975 la renta per cápita más alta de Europa. Afortunadamente el sistema de riego por goteo ha reducido más del 30% el consumo de agua reducir un 30% el consumo de agua, en una comarca donde la agricultura de regadío llega hasta el 60%.
Amenazados como ya es realidad por el Cambio Climático, en un escenario de sequia generalizada en nuestro país, como también en Cataluña, y con gran cantidad de embalses bajo mínimos en plena primavera (como hemos podido observar en el cercano de Canelles que está al 20% de su capacidad), las fincas de frutales de Aitona permanecen indiferentes a estas alarmas. El agua destinada al regadío de los árboles se obtiene del denominado Canal d'Aragó i Catalunya (ribera derecha del Segre), así como de las aguas del Canal de Seros (ribera izquierda del Segre), propiedad de una compañía eléctrica, utilizada para la producción de energía. También se utilizan para riego (por la margen izquierda del río), las aguas de antiguas acequias de origen árabe (séquia Vetula o séquia Vella, séquia de Fontanet, sequia del Moli) que unían Torres de Segre y Granja d'Escarp en un recorrido de unos 27 kilómetros.
Situada en medio del "Bajo Segre", Aitona es una población que pese a estar próxima a la capital leridana (apenas 20 km.) ha sabido mantener su población estable en unos 2.500 habitantes. De origen islámico tras la invasión sarracena, fue recuperada para los cristianos en el siglo XII, aunque su población musulmana se mantuvo hasta 1610, en que fueron expulsados todos los moriscos de España.
Posee una extensión de casi 67 km2. dedicados gran parte a la agricultura, con apenas industria y ganadería. Del total de su superficie 3.800 Ha. están sembradas de frutales, un 57% de todo su territorio, convirtiéndose en el municipio leridano que mas fruta genera de toda Cataluña. Llegando a producir anualmente entre 100 y 150 millones de kilos de fruta, de los que se exporta algo más del 80 % al extranjero -Israel, Brasil, Arabia Saudí….. gran parte de ella vendida antes de su cosecha.
Una única finca propiedad de los Hermanos Espax, familia de campesinos locales, ostenta una extensión cercana a las 500 Ha. produciendo anualmente unos 60 millones de kilos de las distintas variantes de melocotones. Siendo esta fruta hoy en día el emblema y sello de identidad de Aitona y en la que está centrada toda su difusión de cara al exterior y al turismo, como es el caso de su floración, haciendo valer el refranero catalán que dice “una flor no fa estiu, ni dues, primavera” (una flor no hace verano, ni dos, primavera). Generando esta población silo en melocotón y nectarina alrededor de 550.000 toneladas cada campaña.
Especializada en el cultivo de melocotón, paraguayo y nectarina, los extensos campos de esta propiedad se tornan de tonos rosados justo antes de comenzar la primavera, generando un manto con toda la paleta de purpuras imaginables, que al atardecer y con las brumas del crepúsculo nos asemeja a las imágenes de los cerezos en flor del País del Sol Naciente. Una inmensidad de paisajes trasformados en un mar de color magenta que cubre cientos de hectáreas de flores que apenas duran unos pocos días. Siendo efímera su germinación, pues apenas permanece unos diez días, según la climatología del año, a principios de marzo.
Estos floridos brotes han servido para que Aitona se transforme por unos días en un paisaje único, solo comparable a unos pocos escenarios planetarios. Donde la vista se pierde en una especie de alfombra con diferentes tonalidades de rosado según el tipo de melocotonero, ya que existen más de 2.000 variedades distintas. Incapaces de ser distinguidas por los profanos visitantes que hasta allí nos acercamos, incapaces de advertir sus variedades.
Su serena visión nos sorprende por la finura y suavidad del espectáculo que ante nosotros observamos, contrastando las armoniosas y onduladas amplitudes de color fucsia, con los escabrosos y escarpados cortados septentrionales del ribazo diestro del Segre, dos escenarios tan próximos y tan dispares.
Para su mejor observación deberemos buscar los lugares más idóneos, todo ello dependiendo del nivel de floración, ya que no todas las variedades de frutas florecen al mismo tiempo. Un consejo es trampear por los campos, respetando las señalizaciones de los payeses, y buscar la mejor hora del día para sacar instantáneas. Un sitio aconsejable es "Mas de Paula" (Masía de Paula) o Mirador del Mar Rosa, por encima del Valle de Burgebut a escasos 500 mts. al norte y a otros 400 más en la misma dirección del lugar denominado “Segon Origen” (Segundo Origen), recogiendo el nombre de la película de Carles Porta. Film en el que sales escenas de estos florecidos lugares, donde está ubicado el cartel de la finca Espax y desde donde se suelen realizar las fotos de los melocotoneros en flor con los campos ondulados por la orografía (todo esto cuando acompaña la floración, toda vez que esta zona es la más tardía en florecer de toda la comarca, además de estar en una finca privada).
Algunos consejos
Para comer: En la población de Seros (5 km. al sur de Aitona) se encuentra el restaurante Sant Ángel, bastante bien el plato del día. No debiendo dejar de probar los caracoles, plato genuino de la zona.
Para alojarnos: Parador de Lérida y Hotel Real, también en Lérida.
Como curiosidad reseñar la película ahora de moda “Alcarrás” de Carla Simón, basada en una historia de payeses de esta población pegada a Aitona, con su economía familiar basada en la recolección del melocotón, Ganó en el festival de Berlín (Berlinale) de 2022 el Oso de Oro.
También haceros participes de dos visitas interesantes
La primera en la misma población de Aitona, sería realizar la Ruta de Robert Capa en el frente del Segre durante la Guerra Civil. Recorriendo a través de las fotos de este interesante fotógrafo húngaro los lugares relacionados con las instantáneas. Imágenes de los reporteros Robert Capa, Gerda Taro y David Seymour, que han estado pérdidas durante más de 68 años, no siendo descubiertas hasta 2007, en la que se conoce como La Maleta Mexicana. 4.500 fotogramas realizados durante la Guerra Civil Española y fundamentalmente en el Frente del Segre de Aitona durante el mes de noviembre de 1938.
El otro lugar es la Cuidad de Lérida, resaltando su Calle Mayor o el estigmatizado y depauperado Casco Antiguo (Casc Antic) con el Carrer de Cavallers (Calle Caballeros) como eje central, los vestigios de su antigua judería "La Cuirassa" y el Convento del Roser convertido hoy en un magnifico Parador. Pero sobre todo destaca de la ciudad y hasta en la lejanía la altiva silueta de la Seu Vella (Catedral Vieja) el gran templo leridano. Una potente edificación tardo románica que se alza en lo alto del promontorio que domina la ciudad, destacada silueta que nos llena la visión al acercarnos hasta la ciudad. Asemejando en lontananza más una fortaleza que un templo (el edificio ha sido durante su historia templo y cuartel), estando situado junto a ella el Castillo del Rey o La Suda.
La Seu es un imponente edificio de transición entre el románico y el gótico del siglo XIII. Catalogado como unas de las mejores referencias arquitectónicas de ese periodo de toda Cataluña. Destacando sobre manera su imponente "Claustro", y no solo por el tamaño, siendo a su vez uno de los máximos exponentes del arte gótico. Con la original ubicación de estar situado por delante de la fachada principal de la Catedral al no haber otro espacio para su construcción, lo que ha posibilitado unas excelentes vistas de la capital del Segre.
Espero que estos párrafos os animen a visitar estas interesantes tierras lindantes con la "Franja de Aragón", medio aragonesas y medio catalanas……………….. pero ya tendrá que ser para el año venidero, cuando las flores vuelvan a brotar.
Que maravilla de colores y flores
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