Para los que se nos alegra la vista al contemplar grandes
horizontes, vislumbrar un desierto aunque se soporte algo de calorina, siempre
es un agrado para los sentidos intra y extra corporales. Produce alivio, y a mi
hasta sosiego, el ver esas inmensas e inacabables masas de la más absoluta
"nada" como se pierden en el vacio de la distancia. Es por ello que
desde siempre me han gustado estas zonas del planeta deshabitadas e inhóspitas,
y cada vez que puedo me acerco a ellas a experimentar esas agradables
sensaciones de silencio y aislamiento……………. tal vez, en alguna anterior reencarnación,
yo fuere asceta o místico.
Ya llevo grabadas en mis retinas una buena colección de
ellos: los próximos y domésticos de Bárdenas Reales, Monegros, Gorafe, Tabernas
o los insulares canarios. Así como los más exóticos y foráneos del Sahara en
Marruecos - Túnez - Egipto - Mali, el Namib, Wadi Rum, Sirio, Kalahari, Atacama,
Salares Andinos o Patagonia, además de los desiertos helados de Groenlandia,
Islandia, Antártida o el mismo Himalaya, todos diferentes, con su toque de
magia y hermosura. Tocándole ahora el turno a las áridas tierras del sureste de
Irán, internándonos a tantear escenarios en el Desierto de
Lut o Dasht-e Lut, en persa "la llanura vacía", el gran desierto
salado al que accedemos desde la población Kerman, por donde pasó Marco Polo en
1721.
Es allí donde se encuentra el lugar más cálido del planeta,
habiéndose registrado la más alta temperatura de la tierra. La NASA, realizando medidas de temperatura a través de satélites
entre 2003 y 2010, constató una temperatura de 70,7° C. Concretamente en la llanura de Gandom Beryan, que se traduce
como "trigo negro", y donde según una leyenda, se habría formado
cuando unos mercaderes dejaron un cargamento de trigo en la zona y el sol la
tostó durante días hasta crear el lugar.
No muy alejado de la frontera con Afganistán y Pakistán, el
Desierto de Lut es una zona sensible por donde
pasan las rutas que utilizan los traficantes
y contrabandistas
para introducir en el país el opio afgano, o armas de forma furtiva, produciéndose a
veces desagradables incidentes, fundamentalmente con los pobladores locales. Informaciones de todo tipo recomiendan
cautela y precaución en este territorio, debiendo de no rebasar los lugares
indicados, ya que hay zonas donde existen minas para evitar incursiones
terroristas, motivo por el cual podemos cruzarnos con algún camión armado del ejército iraní.
El desierto de Lut es en realidad
una cubeta endorreica de aproximadamente 51.800 km2 que en otra
época fue un lago. De hecho, durante la breve estación húmeda el agua corre
desde las montañas de Kerman creando "wadis" (cauces fluviales estacionales
y secos) y pequeños cursos de agua, donde el agua de las escasas precipitaciones
lluviosas desaparece con rapidez dejando solo un reguero de rocas, arena y sal.
Cubriendo una área de
480 kilómetros de largo y 320 de ancho, la zona este del desierto es una
llanura salada, encontrándonos al sur con un gran "erg" arenoso formado
por dunas que llegan a los 300 metros de altura, lo que las coloca entre las
más altas del mundo. Pero su parte central ha sido esculpida por el viento en
un conjunto de crestas y surcos paralelos que llegan a alcanzar los 75 m de
alto, los cuales se extienden longitudinalmente a lo largo de 150 km. con una
anchura de aproximadamente 60 km. Área también colmatada por innumerables
barrancos y dolinas.
Son los conocidos "Kaluts" (que en persa significa "montañas arenosas"), altivas y esbeltas formaciones rocosas que emulan ser
castillos de arena. Originales y soberbias siluetas compuestas por colinas de barro compactado, ubicadas en interminables valles. Acuchilladas
siluetas de arcillas sedimentarias, que mantienen de forma invariable la orientación
de noroeste a sureste. Unos hermosos y
singulares fenómenos naturales únicos, que no se pueden
encontrar en ningún lugar del mundo.
De aspecto mágico
y asombroso, que alcanza su máximo esplendor con
la suave luz de la puesta de sol o el amanecer, este colorido festival de siluetas
imposibles, se ha generado por la enorme erosión del suelo producida por el
aire y el agua. Aunque parezca sorprendente, hace millones de años en este
lugar hubo un gran lago en cuyo fondo fueron depositándose sedimentos. Con el
paso del tiempo la gran lámina de agua se secó y los limos reposados en sus suelos
fueron resquebrajándose. Más tarde y durante miles de años, por la acción del
fuerte viento de la zona y de las lluvias, las grietas fueron erosionándose, expandiéndose
y creciendo hasta formar las grandes valles, barrancos, y cañones que hoy
podemos observar. Siendo los enormes "kaluts" o "yardangs" las partes de los depósitos sedimentarios que no
se han erosionado, o sea, los terrenos originales de hace millones de años,
siendo las vaguadas y depresiones, los espacios liberados por los efectos eólicos.
Declarados Patrimonio Mundial de la UNESCO, ya que “el lugar presenta algunos de los ejemplos más espectaculares de erosión eólica del planeta, creando la mayor concentración de este tipo de formaciones (masivas crestas onduladas).
Declarados Patrimonio Mundial de la UNESCO, ya que “el lugar presenta algunos de los ejemplos más espectaculares de erosión eólica del planeta, creando la mayor concentración de este tipo de formaciones (masivas crestas onduladas).
Dicen que el mejor momento para
visitar este desierto es al atardecer, donde las rocas toman unos colores
grisáceos y areniscos impresionantes. Pero pienso que lo mejor es fundirse en
él y convivir un día entero en medio de estas fantasmagóricas alineaciones, disfrutando
de cada instante que entre ellas se pase. Para ello nada mejor que contactar
con: Amir Moghaddam (amir.kaluts@gmail.com; teléfono
iraní +98 913 198 2482), un verdadero profesional y conocedor como el que más
de la zona y sus recovecos.
Nos dirigimos hacia estos espacios atravesando el túnel que
salva las cumbres de más de 4.000 metros de los Montes Payeh (también conocidos
como montañas Kuhbonan), que separan Kerman de las planicies previas al
desierto de Lut. A unos 100 km. de partir se encuentra "Shahdad" la última población habitada,
parada y fonda. A tan solo ya 20 km. se
encuentran los Kaluts, la legendaria tierra de unos ocho mil kilómetros
cuadrados, recibiéndonos en la tarde con una
tormenta de arena, que hace prácticamente imposible la visión.
Dos potentes Toyotas 4x4 nos trasportan por entre los áridos valles y recónditos callejones que conforman este enigmático y escondido enclave del planeta. Parece como si las siluetas de las colinas nos quisieran amedrentar para dejarlas en su perenne soledad, pero cual más lejana de nuestra mente está esa sensación.
Dos potentes Toyotas 4x4 nos trasportan por entre los áridos valles y recónditos callejones que conforman este enigmático y escondido enclave del planeta. Parece como si las siluetas de las colinas nos quisieran amedrentar para dejarlas en su perenne soledad, pero cual más lejana de nuestra mente está esa sensación.
Transitamos el desierto entre las arenas por un fantástico cambiante paisaje, con las caprichosas formas a nuestros
lados y cruzando algunas esbeltas dunas. Parando en los lugares más sugerentes, para admirar nuestro entorno y así hasta el ocaso del día. La tormenta ha remitido, y el atardecer desde lo alto de
uno de los kaluts es espectacular, con el sol poniéndose tras las montañas del
horizonte, la placidez y una tenue y anaranjada luz se apodera del entorno. Ya
en la noche el firmamento se reviste de una cubierta estrellada, el momento es mágico.
La oscuridad es absoluta pues no hay prácticamente luna, con un cielo cada vez más lleno de estrellas y la Vía Láctea perfectamente perfilada.
Un momento en el que se puede oír el silencio.
Por la mañana, después de ver el
amanecer de nuevo sobre otro de los kaluts de nuestro alrededor y de nuevo en los
vehículos, recorremos durante varias horas estos interminables y maravillosos
espacios. Paramos en lugares idílicos para observar panoramas asombrosos. Ante
nuestras vistas cruzan espectaculares y fantasmagóricas formaciones: chimeneas
de hadas, onduladas paredes que se extiendes hasta donde se pierde la vista, pináculos
de formas imposibles… y planicies inalcanzables. Queremos
mas y mas paisajes, que nuestras vistas sigan observando estas maravillas de
horizontes que se pierden en la lejanía, que la visión no termine nunca y que el
recorrido se haga interminable. Aunque la realidad se impone…………… y regresamos
de nuevo al asfalto para retornar a Kerman.
Hemos podido visitar uno de los desiertos más singulares, extraños, bellos, y a la vez desconocidos, que hemos recorrido en nuestra vida. Un lugar de esos que nunca aparecerán en los ranquin de las "Maravillas del Planeta", pero casi que mejor, pues así, secreto y furtivo, se guardara mejor de las fuerzas destructivas del ser humano…………… un lugar para ir. Una más de las esencias de ese suelo iraní tan entrañable y seductor.
Hemos podido visitar uno de los desiertos más singulares, extraños, bellos, y a la vez desconocidos, que hemos recorrido en nuestra vida. Un lugar de esos que nunca aparecerán en los ranquin de las "Maravillas del Planeta", pero casi que mejor, pues así, secreto y furtivo, se guardara mejor de las fuerzas destructivas del ser humano…………… un lugar para ir. Una más de las esencias de ese suelo iraní tan entrañable y seductor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario