miércoles, 31 de mayo de 2023

- Finestras…… la Muralla China de Aragón (Ribagorza - Huesca)

Pincha aquí si deseas ver las fotos de "Finestras y la Muralla China de Aragón" y si quieres verlas en pantalla completa pulsa en la tecla "F11" 

Nos situamos en el sector más suroriental de la poderosa y áspera comarca del Ribagorza, linde con la leridana de Noguera. Al solano de la estirada franja montañosa del Montsec (Montaña Seca) de unos 40 km. de longitud, la mayoría de ellos en tierras catalanas, si bien nosotros centraremos nuestra presencia en territorio aragonés, la parte oscense del Noguera Ribagorzana. 

Despunta el día como el menos indicado para escrudiñar esta parte del prepirineo aragonés, pues el tiempo está gris, soso, insulso, carente de luz y brillo, un día de lo mas impropio para aventurarnos por los territorios de esta "sí" que verdadera "España vaciada". Recorremos desde Estopiñán del Castillo los 12 km. de sinuosa pista, que nos llevarán hasta las ruinas de lo que sería en su tiempo la aldea de "Finestras", población deshabitada desde hace más de 60 años, cuando se decidió construir el embalse de Canelles, anegando sus campos de cultivos y por lo tanto el sustento de estas gentes. 

Esta infraestructura de los años 50 del pasado siglo, en plena dictadura, convirtió todas estas orillas del cauce Ribagorzano en un verdadero erial humano, agreste, áspero e ignoto, donde apenas se vislumbra la existencia de personas habitando en una extensión aproximada de 50.000 Ha. lo equivalente a la cuarta parte de la provincia de Guipúzcoa o a la decima parte del conjunto de las Islas Baleares (algo similar a la extensión de toda Ibiza). Ni una sola población en pie existe en toda esa zona, ni carreteras, ni infraestructura alguna, solo la nada más absoluta, los terruños, las aguas del embalse y el abandono. No quedan más que los caídos muros de las que antaño eran vivas poblaciones, ahora olvidadas en muchos casos, por las que fueran sus gentes. Nada más transitan por ellas los aguerridos senderistas que recorren los antiguos caminos y alguna que otra agencia de turismo de aventura, que lleva a ávidos turistas por las terrosas pistas aptas solo para vehículos 4x4. 

Como curiosidad comentar que una de esas personas que tuvieron que buscarse mejor vida, fue Rosa Mateu Gessé, hoy popular (en algunos medios informativos) por ser la bisabuela de Leo Messi, el futbolista argentino campeón del Mundo. Que nacida en 1910, era natural de la aldea Blancafort, donde sus ruinosas piedras duermen acurrucadas en el olvido bajo las aguas del embalse de Canelles, una de las represas más aisladas de la península, debido a su escarpado entorno. Sirviendo durante su construcción,  en pleno furor del "franquismo", como purga política ya que en ella se forzaba trabajar a represaliados republicanos, 25 de los cuales perderían la vida durante los años de ejecución de la presa.   

Pero volvamos a nuestro cometido de conseguir acceder al poblado de Finestras, al que llegamos por la terrosa pista de "regular" firme, tras atravesar una de las colas del embalse (la generada por el barranco del río Guart) salvando el puente de Penavera (a 5,6 km. de Estopiñán y 6,2 de Finestras). La imagen que pudimos observar en la baranda del solitario viaducto no puede ser más desoladora, ya que desde la misma no se atisba ni gota de agua, toda vez que el pantano de Canelles se encuentra a un 16% de su capacidad, 61 mts. por debajo de su cota máxima (30-05-2023). Todo el líquido elemento que aporta el Noguera Ribagorzana y sus tributarios, ha sido engullido por el agro leridano o por las cuentas de resultados de la compañía eléctrica pertinente, en este caso Enher-Endesa. Como contrapartida podemos sacar unas interesantes instantáneas de cómo eran estos barrancales antes de ser anegados por las aguas. 

Otro acceso es desde Viacamp (N-123), en dirección sur por una pista transitable con cualquier vehículo hasta casi la mitad (donde se sitúa el desvió para Monfalcó). El otro ramal, que nos dirige hasta Finestras, ya no es tan aceptable, pues a través de sus casi 15 km. hay trechos bastante bacheados, sobre todo el último tramo para llegar a la población, que no es nada aconsejable para turismos que sean bajos de chasis. El recorrer este acceso, nos llevará unos 45 minutos en transitar los algo más de 22 kilómetros, con el aliciente de pasar por lugares de interesantes panoramas, pudiéndonos desviar apenas 2,5 km. hasta la también ruinosa población de Fet, desde la que hay una magnificas perspectivas, de toda la cuenca del Noguera Ribagorzana y el macizo del Montsec. 


Ya en Finestras observamos la más absoluta ruina de la que únicamente se salvan algunos portalones de buena piedra tallada, el resto es apenas un montón de piedras caídas, muros desmoronados, vigas en el suelo, escombros por doquier y sobre todo signos de espolios por todos lados, que pena de país y que pena de gentes. Sus desvencijadas casas se distribuyen a lo largo de su única calle y en torno a una amplia plaza, en cuyo vértice noreste se hallan las ruinas de la iglesia parroquial de Santa María, templo que data del siglo XVIII pero aun con huellas románicas. Conservándose en medio de la plazuela y en aceptable estado el lavadero que también hacia las veces de fuente, junto al cual y frente a un antiguo molino de aceite se conserva una casa en condiciones de ser habitable, "Casa Coix” (El Cojo). Antaño en esta población residían diez familias prácticamente obligadas a una economía de subsistencia y notoriamente autosuficientes, destacando de sus productos un genuino y excelente aceite de oliva. Pero la ejecución del Embalse de Canelles inundo sus campos, obligando a los pobladores de las aldeas de la zona hacia un éxodo sin retorno. 

Estamos en plena "Franja de Aragón", esos territorios que aunque aragoneses son en gran parte catalano-parlantes, al ser linde entre las dos comunidades diferenciadas lingüísticamente, recogiendo en esta zona como toponimia la de "Finestras" que al catalán equivaldría a "ventanas". Que mejor apelativo a una población que extraordinaria y curiosamente se asienta próxima a las "arcadas, ventanas, fisuras o finestras" abiertas en uno de los monumentos geológicos más sobresalientes del norte peninsular. Sirviendo esta aldea como guardián custodio de una de las maravillas pétreas más espectaculares y sorprendentes de la Sierra de Mongay (Montsec del Estall). 

Dos paralelos, finos y verticales estratos rocosos de grises y calizas láminas, que la naturaleza ha decidido situar en esta parte del levante oscense formando una verdadera muralla natural. Roques de la Vila o Dents de Finestres son las denominaciones menos presuntuosas, tal y como las conocían los que fueran habitantes de estas tierras, aunque últimamente de forma ostentosa y un tanto exagerada se les está comparando con la Muralla China, y aunque similitud entre las dos sí que existe, su realización aquí ha sido obra la naturaleza sin que interviniera en ello mano humana…………… si acaso alguna deidad pagana.



Llegados a Finestras y tras cruzar por entre las piedras caídas de la aldea, encontramos una señalización que nos indica las rutas hacia dos ermitas. Optamos a dirigir nuestros pasos por el sendero de la diestra que con leve ascenso se dirige hasta la de San Marcos, cuya silueta se perfila ante nosotros en lo alto de una loma al sur de la población. Sencilla, austera y solitaria, además se encuentra abierta y se puede visitar su interior también sobrio, en el que destaca las coloridas pinturas existentes en su lateral derecho. Mural que representa a San Marco en medio de una tormenta, dirigiendo el barco con sus restos mortales durante el viaje con su féretro "sustraído" de Alejandría camino de Venecia. Se trata de la copia de unos mosaicos existentes en la capilla de San Clemente de la Catedral de San Marcos en la capital veneciana. 



El alomado cerrete donde se sitúa el templo, es un estupendo otero desde donde contemplar el despoblado de Finestras, el embalse de Canelles, la muralla en toda su extensión y todo los que se nos presenta en una panorámica de 360º. El mejor punto de vista de todo rededor, desde el cuan disfrutar de la naturaleza, arquitectura y hasta la historia del entorno. En el tiempo que el embalse se sitúa a un nivel aceptable, es cuando las aguas retenidas llegan a bañar la base de estos escarpados y afilados cuchillares de la Sierra de Sabinos que conforman la "muralla", lo que no es el caso en este año tan desastroso en pluviometría y con tanta sequedad, pudiendo llegar andando hasta su pedestal por lo que antes fue una cola del pantano. 

Volviendo sobre nuestros pasos, tomamos el otro sendero, no muy prolongado pero si algo abrupto por lo sinuoso del terreno circundante, conduciéndonos por pendiente de descenso y ascenso hasta lo que fue una fortaleza medieval y su iglesia románica, una ruta de las más sugerentes de esta zona. Poco queda del castillo, aunque algo más de su templo, nos encontramos ante la ermita de San Vicente, que formando parte de esa ingente lista de "templos románicos abiertos al cielo" (toda vez que le falta su techumbre), aun mantiene parte de su vigorosa estructura (siglo XI) frente a los elementos dominantes, del agua y el viento. Por encima de estas construcciones, fijándonos bien desde la lejanía de la ermita de San Marcos, podemos observar un pequeño torreón que custodiaba el paso de Finestras a Cataluña durante el agitado siglo XVI por estas tierras. Se trata de la Torre de Vira ubicada en un apartado y solitario paraje, sobre una elevación rocosa, junto a un barranco y cercana al Castillo de Finestras. 

Además de los restos del pasado medieval que encontramos en los alrededores de Finestras, estos escarpados parajes sobre acantilados prácticamente inaccesibles que forman la Muralla de Finestras, constituyen sin ninguna duda uno de los rincones más hermosos de todo Huesca (salvando, eso sí, los singulares y extraordinarios rincones de los Pirineos). Pero no es el único elemento reseñable de la zona, destacando así mismo el "Congost de Mont-rebei" y las "Pasarelas de Monfalcó" de los que ya he comentado en este blog. Como también la románica Catedral de Roda de Isábena, y la laboriosa población de Benabarre. 

Mención aparte merece la ermita de la Mare de Déu de la Pertusa (parece también que hubo en el lugar un antiguo castillo), emblemático lugar de la sierra del Montsec ya en tierras catalanas, y no por su arquitectura, que de un hermoso románico se trata, sino más bien por su espectacular emplazamiento. Ubicada como nido de águilas 200 mts. por encima de la orilla izquierda del Noguera Ribagorzana sobre un vertiginoso escarpe rocoso, en sana competición con su hermana de la otra orilla, la ermita de Santa Quiteria y San Bonifacio que, de similar enclave, se encuentra en la parte aragonesa del Noguera Ribagorzana. 



Su edificación sobre el filo rocoso de un esbelto cuchillar calizo; al que únicamente se tiene acceso por su costado oriental, ya que los restantes son potentes acantilados que caen directamente hacia los barrancos del Noguera Ribagorzana; le da apariencia de inexpugnable. Que decir tiene que su aproximación no es de lo más fácil, estando dotados algunos tramos de la vereda con cables de acero, así como también los contornos del templete por seguridad ante los abismos que se ciernen a nuestros pies. Pero merece la pena su aproximación solo por disfrutar de las impresionantes vistas que desde el lugar se disfrutan sobre el desfiladero de Mont-rebei, el embalse de Canelles, los potentes contrafuertes rocosos del Montsec d'Ares y las escarpaduras del Montsec d'Estall, convertido el lugar en un excepcional mirador con soberbias panorámicas. 

Erigida durante el siglo XI en sobrio estilo románico, el templo en su origen tuvo la función de vigilancia sobre el desfiladero de Mont-rebei, para posteriormente pasar a ser la iglesia parroquial de la aldea de Corcá, siendo en la actualidad una ermita del municipio de Áger. Su situación le confiere un valor mayúsculo, siendo uno de los rincones más valorados, visitados y queridos por excursionistas y senderistas para disfrutar del paisaje de estas austeras sierras. 

Que no se me olvide, si estais por la zona, de acercaros a comer al restaurante "Lo Poble" de Ager (Carrer Cabezas, s/n), una fideuá extraordinaria entre otras cosas, con vino de porrón y buen pan payés. Una enorme satisfacción haber encontrado este lugar que lo regenta un agradable matrimonio ya mayor.



1 comentario:

  1. Impresionante y desconocido territorio, gracias por descubrirnos estos lugares.
    Por desgracia nos falta mucho que ver y descubrir de nuestro país incluso cerca de nuestra casa. Somos un desastre menos mal que estas para iluminarnos con tus reportajes gráficos.
    Magnificas imágenes ilustrando la historia de estos lugares.
    Un saludo Paco

    ResponderEliminar