De siempre me han atraído los mapas y planos, los lugares
lejanos y los misterios por descubrir. Ya de niño miraba ese gran mapa
coloreado de la España Provincial que situado detrás del altillo de la mesa del
profesor, a un lado de la pizarra, presidia el aula de primaria de aquel
colegio La Paloma del Madrid antiguo; donde en su patio, antes de entrar a
clase todos los días, nos formaban cual milicia, a corear el "Cara al Sol"
y el Himno Requeté "...........por dios, por la patria y el rey, murieron
nuestros padres...........", buen comiendo mañanero para instruirnos
después con números y letras, entre los altos ventanales que daban a la calle
de San Francisco el Grande. También llamaban mi atención, en esa púber edad, los
globos terráqueos que veía en los escaparates de algunas papelerías, esos que
giraban sobre un eje, y digo veía, por que pasaron muchos años hasta que fui agasajado
por los "Magos de Oriente" con uno de ellos, sobre el cual pase
grandes momentos imaginando un mundo, que por aquel entonces me superaba y que
no era capar de abarcar en su totalidad.
Ha pasado el tiempo desde entonces, pero mi interés por
estas proyecciones de la geografía terrestre no ha disminuido, creo que al
contrario. El haber conseguido viajar por algunos de esos lugares, sobre los
que pintados de vivos colores ponía mi dedo en aquel planisferio esférico obsequiado
por el onírico Baltasar, solo ha hecho que mi interés por estas cartas graficas
se haya acrecentado, en la certeza de no ser el único humano interesado por
estos croquis terrestres. Ya tiempo antes de que Ptolomeo redactase su
Mapamundi en el siglo II, otros muchos trabajaron en las ciencias de la
geografía y la astrología, dejándonos innumerables y valiosos trabajos de ello.
Ahora, que nos han educado para que nuestra cultura sea basada en memoria
visual, y con los nuevos adelantos tecnológicos: el Google Earth, los GPS para
los móviles y vehículos, los satélites espaciales y las nuevos sistemas de
medición; somos legión los interesados por la geografía grafica, y yo
especialmente con gran inclinación sobre los mapas antiguos e históricos, de
los cuales suelo siempre dejar alguna reseña o ilustración en los artículos de
este blog que poco a poco voy configurando.
Los primeros rasgos de representaciones geográficas que
hasta nosotros han llegado fueron cincelados o pintados en las paredes de las
cuevas durante el neolítico, siendo habitual este soporte hasta la
generalización de la imprenta. Ejemplos
de ellos, vistos por mi y que me vienen ahora a la memoria son: La Galería de
los Mapas en el Vaticano, el mosaico de Madaba en Jordania, donde está
representado Oriente Medio y las Tierras Santas, o el mapamundi de San Pedro da
Rocas en Orense. Después se utilizaron soportes de madera e incluso tablillas
de arcilla y pergaminos para plasmar estas geografías; más tarde, ya inventado
el papel, en este practico y útil soporte se generalizó su uso. Muchos se
utilizaban para dar a conocer nuevos territorios, para marcar rutas a lugares
lejanos o para ubicar e identificar poblaciones y accidentes geográficos, otros
para la navegación por los escabrosos mares de entonces, pero muchos otros
fueros usados para la expansión de territorios por medio de la guerra. Hoy en
día seguimos así, la maquina guerrera es la pionera en gran parte de todos los
avances de esta ciencia cartográfica, sirviéndose del espacio estratosférico
para desde él elaborar nuevas imágenes de gran precisión, sobre las que diseñar
las siniestras y espantosas estrategias bélicas que los medios de comunicación
nos trasmiten a diario.
Estos remotos mapas que siguen en su evolución una
cronología histórica, progresan y avanzan a medida que el planeta en el que
habitamos se va haciendo más conocido y se descubren nuevos territorios. Esa es
en la practica el desarrollo de esta ciencia con el paso de los años, a medida
que se desvelan nuevos lugares, se redactan y se crean nuevos planos, así ha
sido y así será. Pero en toda lógica, siempre hay alguna salvedad y en este método
por muy claro que nos parezca, la razón difiere de la
realidad,.......................... este es el caso de los enigmáticos mapas de
Piri Reis.
A mitad del siglo XV, en plena expansión del imperio
otomano y en la ciudad tuca de Gallipoli, en la parte europea del estrecho de
Dardanelos, nace en 1465 Hajji Ahmed Muhiddin Piri, al cual se le conocería más
adelante como Piri Reis (reis = almirante). Este afamado cartógrafo y marino, comienza
con 12 años a instruirse en la navegación de la mano de su tío Ahmed Kemaleddin
(Kemal Reis), corsario y más tarde comándate de la flota turca, quien entre
otras hazañas se acercó en 1487 hasta Al Ándalus para ayudar al gobernador
musulmán de Granada, en sus refriegas con los Católicos Reyes, y posteriormente
entre 1490 y 1492 para trasladar a los judíos e islámicos expulsados de sus
tierras hispanas, hacia territorios turcos, en los que aportaron nuevos
oficios, nuevos conocimientos y nuevas ideas, favoreciendo considerablemente al
desarrollo del Imperio Otomano. De estas enseñanzas de su tío, Piri Reis adquirió
una gran cultura, ya que hablaba además de turco, árabe, griego, español,
italiano y portugués. Junto a su tío intervino entre los años 1499 y 1502 en
numerosas batallas navales contra España, la Republica de Génova (no confundamos
con la sede del P.P.) y la Republica de Venecia, contra estos últimos participando en las batallas
de Lepanto de 1499 (Zonchio) y 1500 (Modon).
Cuando en 1511 muere
su tío, Piri regresa a su ciudad natal donde comienza a trabajar en sus
estudios sobre navegación, dedicando gran parte de esta etapa de su vida a su
pasión por la cartografía, teniendo acceso privilegiado a la Biblioteca
Imperial de Constantinopla, la cual a su vez contenía entre sus volúmenes los
pocos escritos que quedaban de la arrasada Biblioteca de Alejandría, la más
antigua y grande del mundo, centro de cultura por aquel entonces. Fue durante
esta época cuando empezó a escribir su obra
Kitab-i Bahriye el "Libro de las Materias Marinas", un atlas
marítimo, en el que se encuentra el célebre y enigmático mapa confeccionado
durante 1513 (en marzo pasado cumplió su quinto centenario), sobre el cual me
extenderé más adelante. De esta completa obra, cuyo original finalizo en 1521,
dedicaría en 1526 un ejemplar ampliado y revisado al sultán Solimán el Magnífico,
como regalo por sus apoyos.
En 1516, se hizo de nuevo a la mar como capitán de la
flota otomana, tomando parte en la conquista de Egipto en 1517. En 1522
participó en el asedio de la isla de Rodas contra los Caballeros de la Orden de
San Juan, de la que fueron expulsados definitivamente en 1523.
En 1547 Piri fue
ascendido al rango de almirante, como comandante de la flota turca en el
Mar Rojo y Golfo Pérsico. El 26 de
febrero 1548 reconquistada Aden a los portugueses, en 1552 recupera Muscat que
Portugal había dominado desde 1507, así como la estratégica isla de Kish. En el
continente asiático ocupa la isla de Ormuz, en la entrada del Golfo Pérsico, la
península de Qatar y la isla de Bahréin, evitando de esta manera que los lusos instalasen
bases estratégicas en los lugares idóneos de la costa de Arabia.
Anciano ya, cercó Ormuz por órdenes del sultán otomano,
pero acabó aceptando un soborno que le procuraron los sitiados. El gobernador
de Egipto, Alí Bajá, supo de este hecho, llamándole a su presencia para dar
aclaraciones por esa actitud, negándose Reis a asistir por lo cual decretó
detenerlo, ordenado ejecutarlo, muriendo decapitado en 1554 cuando contaba 89
años. Actualmente muchos navíos y submarinos de la armada turca llevan su
nombre.
El Mapa de Piri Reis
Como capitán de la marina turca, Piri estaba habituado a trabajar
con cartas de navegación y mapas terrestres. En aquellos tiempos no era extraño
corregir mapas, sobre otros más antiguos, actualizando los datos geográficos recogidos
en ellos. El copiado de cartas marinas
y planos era práctica usual entre los navegantes, ya que la cartografía era
complicada de confeccionar y muy costosa. No es de extrañar que Piri
Reis utilizara mapas de otras autorías antes de emprender viaje a cualquier
destino y elaborara sus propios planos a partir de ellos. Poseer mapas lo más fiables posible era trascendental
en aquella época, así que Reis confecciono su famoso mapa, uno de los atlas
antiguos más fascinantes, misteriosos y desconcertantes de la historia, a
partir de diferentes informaciones a las que tuvo acceso a lo largo de su
vida, algunas de ellas de la propia Biblioteca Imperial, pudiendo alguno de los
mapas remontarse incluso al siglo IV a. C. ya que el mismo lo dejó escrito de
su puño y letra en el propio mapa.
Fue en 1511, en
la ciudad de Gallípoli cuando comenzó a elaborar el primero de los mapas, que en 1517 entregó como regalo al sultán Yavuz Selim I, conquistador de Egipto, durante un
viaje que realizó por el país del Nilo. Aunque la historia de este mapa
comenzó en 1501, nueve años después del primer viaje de Colón, cuando su tío
Kemal Reis, apresó próximas a la costa del levante español siete naves,
descubriendo que uno de sus tripulantes había sido uno de los marineros que realizaron
los tres primeros viajes al Nuevo Mundo y poseía un mapa dibujado por el mismo
Colón. Kemal hizo preso al marino enviándolo a su sobrino Piri, y aunque el
tema tiene un grado de misterio, el cartógrafo certifica que a través del
navegante apresado, llega a su conocimiento que el descubridor de las Américas poseía un antiguo un libro con referencias y mapas
(posiblemente el mapa que el monje alemán Andreas Walsperger realizo en
1448) de las tierras del continente
recién hallado. En los márgenes de su trabajo, comenta el almirante otomano que Colón tenia perfecta noción
de lo que se encontraría, pero también sabía de la desconfianza que podría
tener entre los gobernantes de la época sus enigmáticos conocimientos, por lo
que omitió lo referente al continente desconocido. Sabia así mismo que a los nativos
de estas tierras les atraían las cuentas de vidrio, por lo cual cargo en su
viaje cantidad de ellas. En él se narra el descubrimiento del continente
Americano por Colon en "1485", siete años antes de pactar su primer viaje
con los "Católicos Reyes" en las Capitulaciones
de Santa Fe. Fray Bartolomé de las Casas ya dejó escrito, en su libro "Historia
de las Indias", que Colon sabía
hacia dónde iba, cómo debía navegar, por cuanto tiempo y lo que encontraría, también comenta que en
su cuarto viaje buscaba un paso hacia el Océano Pacífico, ya existente un mapa
antiguo del que el "Almirante de la Mar Océana" al parecer tenía una copia.
Piri Reis no fue
nunca un explorador y jamás navegó por el Atlántico, el mismo reconoce en su “Kitab-i Bahriye” que sus atlas son solo copias de otros
mapas más antiguos de los que tenía conocimiento, sobre los cuales había tenido
acceso. Textualmente nos dice: “En
nuestro siglo, no hay otro mapa como este. Vuestro servidor lo ha dibujado y
ahora está completo… A partir de veinte cartas y mapas mundi de los tiempos de
Alejandro”,
relacionando sus fuentes: "de
ocho Jaferyas de ese tipo y un mapa árabe de Hind (India), y de cuatro mapas
portugueses recién elaborados que muestran los países de Sind (Paquistán), Hind
y Cin (China) geométricamente dibujadas, y también de un mapa dibujado por
Qulunbu (Colón) en la región occidental, he extraído se . Al reducir todos
estos mapas a una escala de esta forma final se llegó, por lo que este mapa de
estas tierras es considerada por los marineros lo más exacta y tan fiable como
la exactitud y fiabilidad de los siete mares en los mapas mencionados ", indicando así mismo: “El trabajo realizado en este libro revela
que no puede hacerse ninguna exposición si no está basada en hechos…”. Había usado por lo menos en su confección unas veinte fuentes cartográficas y
mapamundis, de las que solo nos da pistas de catorce: el mapa de las tierras
del Oeste (el Caribe) usado por "el infiel llamado Colon", una árabe
de la India, cuatro portuguesas recién elaboradas de América, el Océano Indico
y China............... y lo más sorprendente los ocho mapas datados de los
tiempos Alejando Magno.......... Aunque
este tema crea cierta controversia, por el posible error en el tiempo, sobre
Ptolomeo I rey de Egipto durante el siglo III a.C. y general del gran Alejando,
con Claudio Ptolomeo astrónomo griego del siglo II de nuestra era que vivió en
Alejandría (Egipto), trabajando en su famosa biblioteca, destruida por el
integrismo cristiano, pudiendo parte de sus legajos haber estado depositados en
los almacenes de la Biblioteca Imperial de Constantinopla. Los restos del gran
centro cultural que fue la Biblioteca Alejandrina pudieron haber sido
trasportados sin dificultad desde sus escombros a la capital turca poco después
de que el radicalismo, la intransigencia y intolerancia de los cristianos egipcios,
diesen muerte a Hipatia, mujer libre, precursora de la cultura, y convencida
pagana, de la que daré futura cuenta en otro artículo............... de los que
pendientes tengo para añadir a este blog.
Nos indica en sus notas el almirante que otros de los
orígenes de sus mapas habían sido: "los antiguos reyes del mar". Sobre
lo que algunos autores teorizan del origen de algunas informaciones sobre los
viajes marítimos de la gran armada China del Almirante Zheng He y sus expediciones a principios del
siglo XV. Otros destacan que a raíz del saqueo de Constantinopla por los venecianos durante
la Cuarta
Cruzada, fueron muchos los marineros que comenzaron a manejar mapas de
precisión justo a partir del año 1204. Otros apuntan a los Templarios y su
llegada a Tierras Santas, antiguo feudo de los Fenicios,
verdaderos precursores de la navegación por el Mediterráneo a partir del siglo
VII a.C. También existen extraños registros que señalan a la orden del Temple
como poseedora de mapas de “extrañas tierras” más allá de las Columnas de
Hércules (Estrecho de Gibraltar). Como así mismo la posibilidad de que cuando
Alejandro Magno toma la ciudad fenicia de Tiro en el 332 a .C. se apropiara de
los mapas náuticos fenicios, ya que por esa época la flota de Tiro era la más
poderosa del mundo por entonces conocido, debiendo contar con cartógrafos
capacitados y una importante biblioteca.
También se atribuye parte de sus orígenes a los judíos
sefarditas españoles, expulsados por los Católicos Reyes, que asentándose en Constantinopla
(Estambul), poseían antiguos mapas para su migración a la tierra de los dioses
blancos. Por esta época apareció la figura de Abrahán Zacuto, matemático y
astrónomo judío español que desterrado de España y posteriormente de Portugal recalaría
finalmente en la capital Otomana. Zacuto había tenido acceso a las
informaciones de los viajes de Colón y a los descubrimientos portugueses, pudiendo
haber tenido relación con Piri Reis en su nuevo destino.
Mas rocambolesca aun que las anteriores es la de que
estos mapas, junto con otros más, habrían sido entregados al cuidado de monjes
del Tíbet por los señores del polo norte, la raza Aria divina antes de que se
refugiara en la tierra interior, desde donde irradiarían su magnífico poder que
mantendría el equilibrio geomántico de la tierra, poder repetido en cientos de
mitos y leyendas orientales.
El imperio otomano
fue durante mucho tiempo cultura puente ente el Oriente más lejano y la Europa
occidental, sirviendo durante siglos de filtro de muchos de los conocimientos
de por aquel entonces. Los navegantes fenicios, la cultura griega, los propios
árabes y hasta los navegantes chinos fueron dejando un legado que en parte
nunca llegó a occidente, pero del que
Piri Reis si pudo sacar provecho para la realización de su obra.
Sean cuales fueran sus enigmáticas fuentes, Piri trabajó
durante los siguientes tres años, reduciendo los mapas que le sirvieron de base
a una misma escala, lo que era una ardua labor. Al terminarla, agregó esta
inscripción: "Los
dibujó el humilde Piri ibn Hajji Muhammad (Piri Reis), hijo
de Hadj Mehmet, conocido como el sobrino de Kemal Reis, en la
ciudad de Gelibolu (Galípoli). Dios tenga misericordia de
ambos ,en el Sagrado Mes de Muharram del año 919 (marzo de 1513 de nuestro calendario)".
De este primer
mapa fechado el 1513, dibujado sobre
pergamino de piel de gacela, solo se conserva una sesta parte de lo que pudo
ser un mapamundi completo del globo terráqueo. El fragmento que se conserva
mide 90 centímetros de largo y 65 de ancho y está centrado en el Océano
Atlántico. Debió por aquellos años ser muy útil al gobierno otomano, pues
exponían que las nuevas rutas trazadas por los navegantes lusos e hispanos
suponían un peligro para el control turco de las aéreas del Océano Índico, ante
lo cual, años después, el mismo Reis fue puesto al mando de una flota en 1551,
con la misión de repeler a las naves portuguesas que frecuentaban el Golfo
Pérsico.
El mapa muestra perfectamente:
Bretaña, la península Ibérica,
África Occidental, el océano Atlántico con infinidad de islas, parte de la
costa Norteamérica, Sudamérica y la costa de la Antártida perfectamente detallada hasta una zona por debajo de África. Como
está partido e incompleto, se piensa que debió contener también toda Europa,
Asia e incluso Australia, componiendo el primer planisferio completo del globo
terráqueo. El gran misterio de este mapa es que aparecen representadas muchas
zonas de tierra que aún estaban por descubrir siendo desconocidas en su época.
Y las recién descubiertas por Cristóbal Colón están dibujadas con cierta
exactitud. Pero lo más sorprendente no es sin embargo cómo Piri Reis pudo haber
hecho un mapa exacto de la costa Antártica 300 años antes de ser descubierta,
sino, como en el mapa se muestra su litoral, cuando este aun no estaba cubierto
de hielo.
Respecto de la parte del plano que corresponde al África
occidental, algunos caudalosos ríos atraviesan lo que hoy es el desierto del
Sahara. Actualmente tenemos conocimiento de que hace más de 8.000 años este desierto
enorme era surcado por grandes ríos que regaban fértiles praderas. Sobre la
parte correspondiente a la América austral, aparecen en él las Islas Malvinas
que no fueron observadas hasta mediados del siglo XVI, los Andes, que no se
conocerían hasta la llegada de Pizarro en 1533 y el nacimiento del Amazonas,
impensables para esta época. También la fauna pintada en el plano que coincide
con la que se localiza en esas latitudes y no descrita hasta 1598. Las grandes
islas por encima del ecuador que aparecen cartografiadas, corresponden a las
altiplanicies submarinas de los islotes San Pedro y San Pablo, sobre la Gran
Dorsal Atlántica (cuya existencia nadie sospechaba). Las anotaciones que sobre la Patagonia nos traslada no dan lugar a
discusión: “Este país es árido. Todo está
desolado y en ruinas y se dice que hay grandes serpientes […] y también se dice
que estas orillas son muy calurosas”. En él se ven las costas de la Antártida que no
se descubrirá hasta 1818. América del Sur está unida con la Antártida por un
istmo desaparecido hace miles y miles de años ( Magallanes localiza el estrecho patagónico en 1520 siete años después
de la elaboración del primer mapa). Tierra de Fuego aparece unida por
una estrecha franja al continente antártico y se correspondería a la perfección
con la parte submarina de una cadena montañosa prolongación de los Andes, que según diversos estudios
hechos con fotografía aérea, tomas bajo el agua con luz infrarroja y sondas
acústicas enviadas desde buques, se ha podido confirmar. Con estos datos se determinó que dicho puente
continental existió hacia el final de la Era Glacial. Pero la Era Glaciar
finalizó hace 11.000 años cuando los mares estaban 140 metros por debajo del
nivel actual.
Pero el elemento más sorprendente, el que más enigmas plantea,
es el de las costas de la Antártida que en él se ven, son las de la Tierra de
la Reina Maud, sin ningún atisbo de hielo. Esta proyección cartografía fue
confirmada en 1949 con los apuntes sísmicos de una expedición anglo-sueca. Aún
si quedan algunos científicos escépticos sobre este tema, planteando que el
casquete de hielo data de varios millones de años. Otros, aceptan la tesis de
que esta parte del Antártico pudiera emerger de los hielos durante
aproximadamente 10.000 años. Los perfiles costeros, bahías, islas y promontorios
del continente antártico estarían representados en el mapas de Piri Reis con
una exactitud extraordinaria.
Por si todo esto
fuera poco y para colmo de sorpresas, observando detenidamente el mapa, entre
América del Sur y África veremos la existencia una isla de gran tamaño
denominada "Antillia", rodeada de otras más pequeñas, que no existen
en la actualidad. En lo que algunos han querido identificar el mítico
continente desaparecido de la "Atlántida", del que Platón nos
traslada en sus escritos. Además, en
el plano de Piri Reis vienen marcados algunos puntos que en principio no poseían
sentido aparente, pero tras comprobar su ubicación también merecen un
comentario. Uno de ellos señala correctamente el punto de impacto del asteroide
que creó el cráter Chicxulub en el golfo de México, hecho acaecido hace mas de
65 millones de años. El otro señala con gran precisión el centro geográfico del
Triángulo de las Bermudas. Esto genera aun más el enigma y la magia de este
mapa, dejándonos perplejos a unos y recelosos a otros.
Pero aun hay más
datos interesantes en esta cartografía, como el hecho de que el mapa no es una perspectiva plana, como los que se
realizaban en la época, ya que fue elaborado con proyección y trigonometría
esférica muy avanzada, sistemas
bastantes desconcertantes en aquellos
tiempos, puesto que la Geometría
Proyectiva data de 1800. Para que se entienda, lo dibujado sería igual a sacar
una fotografía al globo terráqueo
desde una altura prudente, o como
si viéramos la tierra desde el
espacio, a algunos miles de kilómetros de distancia. El hecho lo nota Mallery en 1952 cuando ve que lo consignado era real
pero con deformaciones, que desaparecieron al trasladarse los mapas por
proyección sobre una esfera. En realidad es una vista en altura desde la
vertical de algún punto de Egipto posiblemente El Cairo o Alejandría. ¿Curioso
no?..............como para unirlo al enigma de las Pirámides.
Los misteriosos mapas elaborados por Peri Reis estuvieron
olvidados entre los innumerables legajos del Palacio de Topkapi en Estambul,
hasta que en 1929 fue recuperado por B.
Halil Eldem, director del Museo Nacional Turco, el cual encontró por casualidad
dos fragmentos del mapa trazado por cartógrafo. Hallándose en la actualidad
custodiados en el Museo Topkapi Sarayi de ese mismo palacio, aunque muy pocas
veces suelen estar expuestos al público. En el libro "Kitab-i Bahriye ", donde se
encontraba el plano, hay un comentario marginal, en el que Piri anotó, "Un
mapa de esta clase no lo posee nadie hoy en día". El mapa contiene hermosos
dibujos de vistosos colores, acompañados de notas que reseñan relevantes descubrimientos:
“La
región se conoce con el nombre de Antilia. Está del lado por donde se pone el
sol. Dicen que hay cuatro tipos de loros: blancos, rojos, verdes y negros. La
gente se los come y luego se hacen tocados con las plumas de loro. Hay una
piedra, parece pedernal. Es muy dura”.
En la actualidad, el mapa con los contornos orientales de
Sudamérica constituye un auténtico icono nacional para Turquía, tanto es así
que aparece en el reverso de los billetes de diez de liras.
Posteriormente en 1528, actualizando la información a
partir de mapas portugueses, en base a los descubrimientos de Gaspar Corte Real,
Piri Reis dibujo su segundo planisferio, del que desgraciadamente solo se ha
encontrado hasta ahora un pequeño trozo hermosamente ilustrado de parte de
América del Norte, Groenlandia, la
península del Labrador, Terranova,
parte de Canadá y la costa oriental de Norteamérica, en el que ya
aparece Florida y Cuba adquiere forma de isla.
El libro "Kitab-i Bahriye"
Kitab-i Bahriye
(Libro de las Materias Marinas), es la gran obra escrita por Peri Reis y
a la que dedicó gran parte de su vida, tardando en confeccionar su primera
edición diez años de investigaciones, de
1511 a 1521. En él se resumen los conocimientos, tanto cristianos como otomanos
sobre el Mediterráneo medieval, a través de un total de 132 planos portulanos
(gráficos y mapas) muy precisos que describen los puertos y ciudades
importantes del mar Mediterráneo, el
famoso mapa de 1513, así como información detallada sobre la navegación. En
él encontramos reseñas pormenorizadas sobre los principales puertos, bahías, golfos,
cabos, penínsulas, islas, estrechos, vientos, corrientes marinas y refugios
ideales del Mediterráneo, junto con datos sobre la población local de cada
país, de las ciudades y de los aspectos curiosos de su cultura, así como
técnicas de navegación y aclaraciones relacionadas con la astronomía,
convirtiéndose en uno de los más afamados libros de marinería de la época. Se
incluyen comentarios como: “la ciudad de
Venecia tiene un área de 12 millas…consiste en partes de tierra y “an ear” de
mar. El agua es en algunas zonas poco profunda y en otras, mucho. Los
venecianos construyeron su ciudad sobre pilones en las zonas poco profundas…”
Hay treinta anotaciones sobre el mapa
del mundo, veintinueve de Turquía y una en árabe.
La obra se divide
en dos secciones, la primera dedicada a la información sobre los tipos
de tormentas, las técnicas de utilización de la brújula, el astrolabio y el
compas, los mapas portulanos con información detallada sobre los puertos y
líneas de costas, los métodos de orientación por medio de las estrellas y las
características del grandes océanos y las tierras que las rodean. Destacando
los descubrimientos en el Nuevo Mundo realizados por Cristóbal Colón y los
viajes de Vasco da Gama y otros marineros portugueses en su camino a la India y
el resto de Asia.
La segunda sección
se compone enteramente de portulanos y guías de cruceros. Cada tema contiene el
mapa de una isla o costa. Comenzando con la descripción del estrecho de los
Dardanelos, continuado con las islas y costas del mar Egeo, el mar Jónico, mar Adriático,
mar Tirreno, mar de Liguria, la costa francesa del mediterráneo, las Islas
Baleares, las costas de España, las costas de Al Ándalus (reino de
Granada), el estrecho de Gibraltar, las
Islas Canarias, las costas del norte de África, Egipto y el río Nilo, el
Levante y la costa de Anatolia. Esta sección también incluye descripciones y
dibujos de los monumentos característicos y edificios singulares de cada
ciudad. Así como la información sobre su autor, indicando las razones por las
que prefiere reunir toda las reseñas en un libro, convirtiéndolo en un
verdadero atlas, en vez de dibujar un solo mapa, en el que no habría espacio en
el que plasmas tanta información y detalles.
Cuando el almirante turco describe en su libro las costas
de Al Ándalus del Reino de Granada "los castillos de Malika (Málaga) y Almeriye (Almería), en el Andalusia, que están en
las costas del famoso país de Granada’’, nos deja una nota histórica
''el único hecho notable es la conquista
del territorio por los castellanos’’, y aunque se trate de un apunte somero,
no parece en absoluto un dato ingenuo, sino que hay una finalidad política y estratégica en
su anotación.
Una nueva versión ampliada y revisada fue elaborada por
Piri entre los años 1524 y 1525. En ella plasmó las cartas náuticas y mapas
portulanos de las travesías, dibujados durante sus recorridos alrededor del mar
Mediterráneo con su tío Kemal Reis. Esta edición, de 434 páginas y 290 planos,
fue presentada como regalo al sultán Suleiman el Magnífico en 1526 y en
ella podemos ver una dedicatoria en verso en la que contaba la historia de un astrónomo que se llamaba Kolón..., que
salió en busca de Antyle... la cual descubrió.
Los mapas que
contiene son obras maestras de la miniatura turca, estando realizados con un
estilo perfecto e iluminados con panes de oro y plata. Piri Reis quiso dar un
herramienta útil a sus contemporáneos para navegar con seguridad por el mar,
comenzado su obra con una sencilla pero categórica nota: “Las palabras vuelan y los escritos permanecen” y ciertamente con
su magnífica obra consiguió perdurar a través del tiempo hasta nuestros días.
“El Libro de las
materias marinas” está considerado el primer Derrotero (mapa de rutas) de la
historia por la envergadura y la
amplitud de sus conocimientos. Se convertía con el tiempo en una herramienta de
navegación imprescindible para los marinos ya que, aunque esa obra más
ornamentada y mejorada, estuviera en manos del Sultán, circulaban copias más
sencillas, en cuanto a su decoración, que eran el instrumento de cualquier
barco otomano que navegase por el Mediterráneo.
Pincha en la imagen de abajo si quieres ver los hermosos mapas portulanos elaborados por Piri Reis en su libro Kitab-i Bahriye.
Pincha en la imagen de abajo si quieres ver los hermosos mapas portulanos elaborados por Piri Reis en su libro Kitab-i Bahriye.
Un siglo después
de la muerte de Piri Reis, durante la segunda mitad del siglo XVII, se confeccionó
una tercera versión del libro incluyendo nuevos mapas, manteniendo los textos de la segunda pero con
la cartográfica actualizada, en su mayoría copias de
obras italianas y holandesas del siglo anterior. Estos mapas fueron mucho
más precisos y muestran el Mar Negro que no se incluyó en el original.
Comprobaciones científicas del Mapa de Piri Reis
No han sido pocos
los científicos y estudiosos que han intentado descifrar el misterio del mapa
del almirante otomano, buscando explicaciones lógicas y aceptadas comúnmente.
Después de su
recuperación en 1929, fue el teutón Paul Kahle quien en 1931 lo presento
a la sociedad científica internacional, sobre la base de que la única referencia
cartográfica del viaje de Colon al nuevo mundo, se hubiera encontrado en los
archivos del Palacio de Topkapi en Estambul. Durante los años cuarenta del siglo pasado, una serie de museos y bibliotecas
adquirieron copias de estos fragmentos del mapa de Piri Reis a escala ampliada.
En 1953 un
oficial de la marina turca envió, para su estudio, el mapa de Piri Reis al Instituto Hidrográfico de la Marina de los
Estados Unidos. M.I. Walters, Ingeniero
Jefe de la Oficina, pidió ayuda Arlington H. Mallery, capitán de marina y cartógrafo una autoridad en mapas antiguos, especializado en viejas cartas marinas. El mapa en cuestión fascino inmediatamente a los dos científicos,
no pudiendo ocultar su admiración ante la exactitud de las proporciones y
distancias entre el Antiguo y el Nuevo Mundo. Ambos investigadores observaron
también que, o bien Piri Reis no utilizó las coordenadas habituales en su
tiempo, o bien consideró realmente que la Tierra era redonda y lo tuvo en
cuenta al trazar su mapa, dejando perplejos a los dos estudiosos que decidieron
investigar las cosas a fondo. No sólo los contornos de la costa americana, sino
también los de la Antártida, correspondían con toda exactitud a los que hoy
conocemos gracias a la ciencia moderna. Encontrando que donde el almirante turco consignaba unas islas
frente a la costa, corresponderían a picos subglaciares descubiertos por la
Norwegian-Swedish-British Antarctic Expedition de 1952.
Después de un largo estudio, Mallery descubrió el método
de proyección utilizado. Para comprobar la exactitud del mapa, hizo una rejilla
y transfirió el mapa de Piri Reis en un globo: el mapa era totalmente exacto.
Afirmó que la única manera de dibujar un mapa con una precisión tal era
mediante topografía aérea, pero... ¿quien hace 6.000 años podría haber
utilizado aviones para dibujar la tierra?
Durante el año
Geofísico Internacional, 1957, se interesó también por los mapas el padre
Lineham, de la Compañía de Jesús, antiguo director del observatorio astronómico de Weston, cartógrafo de la
Marina Estadounidense y miembro
integrante de las expediciones de la marina norteamericana a la Antártida. Su conclusión fue la misma: los mapas
(especialmente la zona de la Antártida) son increíblemente precisos, llegando a
ofrecer datos que a nosotros
únicamente nos constan después de las expediciones antárticas de suecos,
británicos y noruegos.
Años más tarde,
el veterano cartógrafo, el profesor Charles H. Hapgood, después de revisar
algunas de las copias de los mapas, hacía público un comunicado a la comunidad
científica: “Tras realizar exhaustivos estudios sobre las cartografías creadas
por el cartógrafo Piri Reis a principios del siglo XVI, muestra líneas costeras
que tuvieron que ser registradas y cartografiadas antes de que el continente
antártico quedase completamente cubierto por el hielo. Cuyos contornos
concuerdan a la perfección con las líneas de costas marcadas por los
cartógrafos actuales".
Hapgood quiso demostrar que el mapa de Piri Reis, se
representa en geometría plana, conteniendo las latitudes y longitudes en ángulo
recto en una tradicional "cuadricula", sin embargo, es obviamente
copiado de un mapa anterior que fue proyectado utilizando trigonometría
esférica. No sólo los primeros creadores de mapas sabían que la Tierra era
redonda, sino que conocían su perímetro errando el cálculo en tan solo 50
kilómetros.
Hapggod envió su colección de mapas antiguos, no solamente
el de Peri Reis al matemático Richard W. Strachan, del Instituto de Tecnología
de Massachusetts. Hapggod querían saber exactamente el nivel de matemáticas que
se necesita para elaborar los mapas de la fuente original. Strachan respondió
en 1965, diciendo que el nivel tenía que ser muy alto. De hecho le comento, que
a fin de elaborar estos mapas, los autores tuvieron que saber acerca de la
trigonometría esferoidal (técnica no conocida hasta mediados del siglo XVIII),
la curvatura de la tierra, los métodos de proyección, un conocimiento que es de
un nivel muy alto.
La forma en que el mapa de Piri Reis muestra la Tierra de
la Reina Maud, sus costas, sus ríos, cordilleras, mesetas, desiertos, bahías,
ha sido confirmado por la expedición Británico-Sueca de 1949 a la Antártida
(según lo dicho por Olhmeyer en su carta a Hapggod); Los investigadores,
utilizando sonar y sondas sísmicas, indicaron la situación de las bahías y los
ríos, etc. estaban debajo de una capa de hielo de cerca de una milla de espesor.
Charles Hapggod en 1953, escribió un libro llamado
"Earth's shifting crust: a key to some basic problems of earth
science", donde elaboró una teoría para explicar cómo la Antártida había
estado libre de hielo hasta el año 4.000 antes de Cristo. La teoría es la
siguiente: "La razón por la que la Antártida estuvo libre de hielo, y por
lo tanto mucho más cálida, es que su ubicación no era el polo sur. Se
encontraba aproximadamente a 2,000 millas más al norte".
Todos los
investigadores: Walters, Mallery, Lineham, Hapgood y Strachan, aseguran sin
ningún tipo de vacilación que, los mapas de Piri Reis fueron trazados a gran
altura y elaborados a partir de un punto situado sobre la Ciudad de El Cairo. A
conclusiones parecidas llegó el científico espacial francés y colaborador de la
NASA Maurice Chatelain, quien aseguraba que estos mapas representaban una
proyección plana de la superficie esférica de la Tierra tal y como podría ser
vista hoy por un astronauta situado a una gran altura sobre Egipto.
Curiosamente, una foto obtenida por un satélite sobre la vertical de El Cairo a
una altura de 4.300 Kilómetros, muestra la misma deformación de las costas que
las copias de Piri Reis.
El ex capitán de las Fuerzas navales británicas y
cartógrafo Gavin Menzies en su libro 1421: The Year China Discovered The World.
Presenta la teoría de que la masa terrestre meridional del mapa de Reis es
realmente la Antártida y que está basada en cartas chinas anteriores. El
almirante Hong Bao habría cartografiado esta costa a las órdenes del legendario
almirante Zheng He unos setenta años antes de que Colón descubriera América. La
expedición habría tenido como objetivo colocar a todo el planeta bajo el
control tributario del emperador chino. La teoría de Menzies ha sido
desacreditada por la historiografía científica.
Louis Pauwels y Jacques Bergier en su libro "El
retorno de los brujos" de 1960, ante la inexistencia de hielo en la costa Antártica,
popularizaron la idea de que Piri Reis había usado para la confección de su mapa, otros muy antiguos, levantados por
alguien capaz de volar. ¿Habrá sido trazado partiendo de observaciones hechas a
bordo de una nave volante o espacial? ¿O serán notas tomadas por visitantes
venidos de Fuera ? Se preguntaban hace casi cincuenta años quienes pusieron de
moda la búsqueda de visitantes de otros mundos en el pasado.
Inverosímil es también
la teoría del escritor e investigador Erick Von Däniken, que en una de sus
obras nos habla de entidades alienígenas que han estado visitando nuestro mundo
desde hace milenios, dando pie a la creación de las primeras civilizaciones y
por consiguiente, a la sociedad actual. Von Däniken nos comenta que para
la elaboración del mapa se usó tecnología espacial, máquinas voladoras de mundos
extraterrestres que, según él, se ocultan tras los dioses de las antiguas
tradiciones. Sólo eso explica, a su juicio, la inclusión de la Antártida y que
tanto las costas como el interior de los continentes estén reflejados con
“singular precisión; las cadenas de montañas, los picos, ríos, lagos y
altiplanicies están diseñados con absoluta exactitud”.
En antiguos
textos babilónicos se narra que los Dioses, los hijos de Anu, alcanzaron la
región de Sumeria a través de los cielos desde su mundo natal, Nibiru. Tal vez
los conocimientos de estos distantes viajeros fueron pasando de generación en
generación hasta llegar a manos de Piri Reis, trasladándolos a sus mapas para
que permaneciesen. Sumeria, en la actualidad es la tristemente castigada Siria,
que hace frontera en su norte con Turquía.
Otros eruditos
han intentado desmitificar los enigmas del mapa de Piri Reis. Imago
Mundi, una de las más importantes revistas sobre la historia de la cartografía,
jamás dedicó un artículo al mapa del Almirante Turco. Los datos descritos en las cartografías del Bahriye siguen siendo un
misterio que todavía no ha sido descifrado. En la actualidad no existen
evidencias históricas que sustenten que la carta de Reis procede de
"antiguas civilizaciones" o de culturas desconocidas. El mapa de Piri
Reis es considerad en la actualidad como una extraordinaria y bella compilación
de todo el conocimiento geográfico de la Europa Medieval. Solo el tiempo nos dirá algo sobre su
misteriosa creación, mientras tanto aquí os dejo los datos y las dudas.
Hoy en
día, conocido cada recóndito lugar de este planeta, solo nos queda por
descubrir los enigmas del universo, los agujeros negros, las galaxias y gradualmente
se conformaran los mapas de ellas.....pero eso ira llegando poco a poco, y
tendremos que esperar para poderlos ver......................aunque lo tengamos
que hacer tras el cristal del escaparate de alguna vieja papelería.
Interesante artículo, mis felicitaciones.
ResponderEliminarKira