
Estas
huellas se formaron por las pisadas de los dinosaurios sobre terrenos fangosos,
depositándose con el tiempo en ellas sedimentos de distinta composición, transformándose
con el paso de los miles de años en magníficos restos fósiles. Esta
metamorfosis pétrea es lo acaecido en esta zona y aunque no se trata de la única de España en la proliferación de
estos vestigios, sí se la puede catalogar como la de mayor concentración y de mejor
calidad.

Sobre
todo debemos visitar la población de Bretún, aldehuela que no llega a los diez
vecinos, situada en un altillo donde encontramos en el margen de la carretera
que la circunda un interesante yacimiento. Han situado en él como atracción
informativa una reproducción a tamaño natural de un Triceratops. Sobre las
desnudas rocas que hacen de calles de la aldea encontraremos restos de estas
huellas, podemos incluso distinguir como algunas de ellas se encaminan hasta la
entrada de una casa, de tal manera que esta fuere anterior a las pisadas.

Partiendo
justo al otro lado del Río Cidacos en la riojana Enciso, podremos recorrer sin
duda la mejor y más grande concentración de yacimientos de icnitas de toda la
península ibérica: A la derecha del puente, el de la Virgen del Campo y algo
más arriba el de La Senoba. Por la izquierda tenemos los de Valdecevillo con
unas de las mejores huellas, (desde aquí podemos conectar caminando con el de
La Senoba), el de Poyales en la misma
carretera, el de Navalsaz justo al otro lado del arroyo, en donde están algunos
de los rastros de mayor tamaño, La Cuesta de Andorra y continuando por el ya
asfaltado camino de Cornago llegaremos al de Los Cayos el más importante de
toda la zona, no solo por la calidad y cantidad de sus vestigios, sino porque
los investigadores siguen en él descubriendo restos de animales no catalogados hasta
ahora en estos parajes. En total se tienen inventariados más de 100
afloramientos fósiles en la zona de Enciso y alrededores.

También
son afamadas las aguas termales (ahora los modernos les denominan SPA) de la
población de Arnedillo, para los tratamientos reumáticos y traumáticos,
pudiendo disfrutar de ellas en el Hotel-balneario que encontramos es sus
proximidades y de forma libre en las pozas existentes a las orillas del río
Cidacos.
Para
completar la ruta, y siguiendo el diseño que en ellas me he marcado, intentare introducir
algunos datos históricos, curiosos y arquitectónicos sobre algunos enclaves de
la zona.

Enciso,
población que fue Soriana hasta 1833, formando parte hoy de Comunidad Riojana,
ha sido durante toda su historia un importante centro ganadero y textil. De
aquella época nos quedan los restos de algunos batanes y telares en los que se
producían paños de gran calidad y renombre, hay constancia de la existencia de
esta industria ya en el siglo XVI. Hoy todavía queda una industria textil
dedicada a la confección de mantas de pastoreo de pura lana de oveja.
Ascendiendo
por sus empinadas calles podremos llegar hasta las ruinas de su castillo, uno
de los más antiguos de toda la Rioja, perteneciente a la Orden de Calatrava en
el siglo XIII, de planta ovalada, como el cerro en el que se asienta. A sus
espaldas se encuentra la Iglesia de Santa María de la Estrella, templo
parroquial de la localidad y sobre el cual existe una curiosa leyenda de luchas
medievales y caminos guiados por una estrella, de ahí su nombre.

Recorrer sus calles de blasonadas casas, atravesar las puertas de su antigua muralla, cruzar su aportalada Plaza Mayor, ascender hasta el Castillo árabe, llenarnos de su tranquilidad y respirar la magia que nos trasmite, es una de las constantes de esta población que fue cabeza de Villa y Corte, y en donde costrumbres ancestrales se siguen desarrollando en sus fiestas, como son las "roscas" y "el Mayo".

La
Iglesia de Santa María, separada del río únicamente por la carretera
comarcal, está situada en lo que en su día
fue el barrio de Villavieja, hoy en total ruina. La iglesia, de planta gótica,
construida entre los siglos XVI y XVII, contiene secretos de construcciones
anteriores, como las losas reutilizadas en su fachada, con estrellas de cinco
puntas que forman parte de la simbología “catara”. Existen también elementos
templarios en la utilización de la “tau” en el pavimento del interior, la
disposición octogonal del baptisterio, así como el culto a San Miguel Arcángel
y Santa María Magdalena, puestos hoy en día de actualidad a través del libro de
Dan Brown “ El Código da Vinci” y la posterior película.

En
toda la comarca existen establecimientos con una buena oferta de turismo rural
y fogones en donde degustar buenos asados, migas de pastor, encurtidos, chacinas
y escabeches entre otras delicias, Oncala posee una industria de producción
quesera de muy buena calidad y una colección de curiosos tapices en su Iglesia
Parroquial.

Extraordinario trabajo, información y fotos. Como yangüés es muy de agradecer que los/as visitantes de nuestra tierra transmitan cosas como esta. Muy buenas fotos.
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