
A mi mente llegan recuerdos, ya lejanos, de estar en casa de mi abuelo, alrededor de las ascuas de la cocina baja, asando unos “somarros”, mientras el resto de la familia seguía con los apaños de la matanza. También evoco añorante, una fría mañana invernal, que por casualidad o por ese innato interés en búsqueda de lugares perdidos, nos introdujimos en un perdido valle de las Hurdes, topándonos al final del mismo con una pequeña alquería en la que las dos familias que la habitaban, participaban y nos hicieron participes a los llegados, del ritual de su matanza.
El gorrino ha sido históricamente sustento vital en la dieta de gran parte de la cultura

“El mismo Eumeo (porquero de Ulises) lo había construido para sus cerdos durante la ausencia del rey sin consultar a su amo ni al anciano Laerte, con piedras labradas, rodeándolo con un cerco de espinas y en el interior había construido doce departamentos, uno al lado de otro, para guardar los puercos, en cada departamento estaban recogidas cincuenta puercas paridas echadas en el suelo, los machos dormían al aire libre y eran en menor numero”
Homero, La Odisea, Cántico XIV

El gran dramaturgo griego Aristófanes relaciona al cerdo con la pereza, la lujuria y la gula. Ovidio, el poeta romano describe al jabalí como una bestia desenfrenada y feroz , lo cual para los primeros cristianos, hizo de este animal un ser diabólico.
Se metió un cerdo dentro de un rebaño de carneros, y pacía con ellos. Pero un día lo capturó el pastor y el cerdo se puso a gruñir y forcejear.
Los carneros lo regañaban por gritón diciéndole:
-- A nosotros también nos echa mano constantemente y nunca nos quejamos.
-- Ah sí -- replicó el cerdo --, pero no es con el mismo fin. A ustedes les echan mano por la lana, pero a mí es por mi carne.
El cerdo y los carneros (fábula de Esopo 600 años a. C.)
En las Galias era muy apreciado el jamón de jabalí, como lo certifican las monedas que durante

Teutones, celtas y romanos, fueron grandes consumidores de esta carne. Siendo estos últimos los que nos iniciaron sobre la matanza y venta de carne, estableciéndose la figura del carnicero como oficio y implantando normas sobre la edad para sacrificar los animales. Estableciéndose por aquel entonces los primeros manuales sobre la conservación de la cecina del cerdo y la salazón del tocino. La primera receta sobre la curación de jamones de cerdo la encontramos en el libro "De re agrícola" de Catón el Viejo, que murió en el 149 antes de Cristo, aunque el manuscrito más extendido por aquellos tiempos fue la "Ordenanzas de Diocleciano " del año 301 de nuestra era.
Antes de la llegada de los romanos a la península Ibérica, ya se producían cantidades elevadas de cerdos y de jamones. Los íberos, comerciaban con aceite de oliva, vino y por supuesto jamones y

En época romana, la matanza del cerdo, en un primer momento, la hacía el cocinero o "coquus" (lo cual recaía siempre un esclavo notorio), mas tarde se fueron especializando, realizándola solo cocineros específicos "vicarius supra cenas". Para ellos la parte más preciada era el jamón, que era consumida sólo por las personas más relevantes de la sociedad.
En la antigua Tarraco (Tarragona) se tiene constancia de que se producían jamones, en Conesa se halló un jamón fosilizado, que tenía unos 2000 años.
Los pobladores cristianos, podían consumir esta carne, reflejándose esto en la Biblia. En el Levítico, capítulo XI, versículo III, queda reflejado los animales que se pueden comer "... también el puerco, porque tiene pezuñas y es de pezuña hendida ".
El nuevo testamento también nos deja referencias sobre el cochino:

San Lucas VIII, 31-34
El las imágenes de San Antón, este se hace acompañar de un cerdo como síntesis de todas las tentaciones. Sin embargo los Antonitas (cofrades del santo), disfrutaban del insano privilegio de dejar corretear por las calles de las ciudades a las piaras de cerdos con las que alimentaban a los enfermos de sus hospitales. También se representa a San Blas en compañía de un cerdo, al que resucitó tras sucumbir en las fauces de un lobo, ya que este era el único sustento que le quedaba a una afligida viuda para pasar el invierno.

Textos sagrados judíos o musulmanes, vetan expresamente su consumo, pudiendo estar justificada en aquellos tiempos esta limitación por razones sanitarias. El Eutoronomio, libro hebreo, comenta: “el puerco,......... es inmundo para vosotros. No comeréis sus carnes, ni tocaréis sus cadáveres".

Durante la dominación árabe de la península ibérica, los ciudadanos mozárabes aprovisionaban su despensa con el denominado "Alhale" que se preparaba con carne de cabra y cerdo. Estos cristianos en tierras musulmanas, continuaron con los hábitos heredadas de los romanos, siendo tolerante con ellos la cultura árabe dominante en estos territorios, en el consumo de la carne porcina e incluso recomendándola. Abulcasis, medico y científico cordobés, refiriéndose a la carne que consumían los cristianos decía: "la carne de cerdo es muy nutritiva y que si en algunas ocasiones fatiga al estómago, basta sazonarla con mostaza preparada”

Con el descubrimiento del Nuevo Mundo, el cerdo es introducido a mediados del siglo XVI por Fernando de Soto y Pizarro en el continente Americano.
Los corsarios franceses en el Caribe llamaban a la fiesta del cerdo, en el que lo asaban entero “barbe et queu”, que quiere decir “desde la barba hasta la cola”, origen del actual lúdico y veraniego rito llamado barbacoa.
Los sacrificios de animales a dioses y las ofrendas de estos a santos, son aspectos rituales de las

Las referencias hacia el puerco son prácticamente recogidas por todas las artes a través de la historia, historiadores, escritores y pintores nos han dejado referencia de él en sus distintas obras. Aristófanes, Plinio, Estrabón, San Isidoro, Cervantes, Covarrubias, Lope de Vega, Quevedo, Pérez Galdós, Caro Baroja, El Bosco, Goya, Murillo y una lista que seria cansina de leer, nos han trasladado en su arte las distintas facetas del cerdo.

Alonso de Herrera. Agricultura General 1513
La cultura popular de nuestro país tan rica y prodiga en refranes, no podía ser menos en lo referente a este animal, dichos y proverbios nos han dejado sobre el mismo:
- A cada cerdo le llega su San Martín.
- Al fraile y al cochino no les enseñes el camino.
- Al pez y al cochino, la vida en agua y la muerte en vino.
- Morcilla cular, a muchos ofrecen a pocos dan.
- Chorizo, jamón y lomo, de todo como.
- Más judíos cristianizó el tocino y el jamón que la Santa Inquisición.
- Puerco fiado gruñe todo el año.

Sobre el rito de la matanza encontramos iconografía en distintos monasterios e iglesias de nuestra “piel de toro”, la catedral de Gerona, la iglesia del pueblo de Campisábalos en la provincia de Guadalajara, el monasterio de Ripio, la catedral de Ciudad Rodrigo, el Panteón de los reyes en la Colegiata de San Isidoro de León.
El gorrino ha sido y lo es símbolo del ahorro, no tenemos mas que recordar la forma que solían tener la huchas. Antes de la revolución industrial las familias europeas más pobres guardaban un cerdo de la camada para su venta en caso de necesidad o para hacer una matanza que diera de comer a toda la familia durante un largo periodo de tiempo. Esto derivó en que el cerdo fuera símbolo de abundancia y prosperidad.
El Cerdo se mantiene y pervive, entre otros motivos, gracias a su gran aguante a las caminatas de pastoreo, a su resistencia tanto al frió como al calor, a las radiaciones solares y sobre todo por su capacidad para aprovechar correctamente los recursos

- En España se producen anualmente más de 20 millones de cochinos, producción solo superada en la Unión Europea por Alemania.
- España elabora unos 30 millones de paletillas y jamones curados, de los cuales el 90% son de cerdo blanco, siendo Francia el principal importador de estos productos.
- La industria porcina supone en la U.E. el 12% de la producción agraria total.
- Cada español consume unos 50 kg. anuales de carne porcina o sus derivados, muy lejos de los 67 kg. que consume un danés por año.
- El jamón ibérico forma parte de los regalos oficiales que se ofrecen a los anfitriones, en los viajes diplomáticos del Ministerio de Exteriores y de la Casa Real.
..................................buen provecho.
Increible lección historica y gastronomica sobre la matanza. Para mmi sin duda lo mejor "el jamon"
ResponderEliminarUn buen documentado relato, pero sin duda los recuerdos de tu abuelo es lo que mas me ha gustado.
Del cerdo se aprovecha todo,como bien dices, de tu articulo también.
Las fotos demasiado reales en mi iPad.
Besos. J. de China.
SEÑOR ME QUITO EL SOMBREO CON ESE ARTICULO.
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