lunes, 4 de noviembre de 2024

- Dana en Valencia...... Construir donde no se puede

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Dana en Valencia……Construir donde no se puede

Lo que ha pasado en Valencia puede volver a ocurrir en cualquiera de las comunidades de Cataluña, Murcia o Andalucía.

 

No quiero entrar en el debate de quienes han tenido la responsabilidad sobre los avisos de las alertas meteorológicas en los terribles acontecimientos de los extrarradios de Valencia, será el tiempo o los “jueces” es su caso quien lo juzgue. Creo que los verdaderos responsables de lo que ha ocurrido al sur de la ciudad de Valencia están muy lejos ya en el tiempo. Son los que han permitido durante décadas edificar viviendas en zonas declaradas como “inundables” y en las orillas de los barrancos.


Entiendo la indignación de los habitantes de esas zonas, pero no comparto la forma con que fueron recibidas las visitas de ayer en la población de Paiporta. Tanto el Presidente del Gobierno como el Jefe del Estado, iban representando al resto de los ciudadanos de España como señal de solidaridad por su situación y las perdidas sobre todo humanas acaecidas en días pasados. Los que bien me conocen saben perfectamente que no soy adulón monárquico, más bien al contrario, pero ayer, al sentirme representado, yo también me noté agredido por esas personas (que espero sean una verdadera minoría), de las que dicen fueron turbadas por la Falange del Siglo XXI (los voxnios). Al ver las imágenes solo me viene a la mente la cantidad de odio que se está sembrando todos los días a nuestro alrededor y producto de ello son estos hechos. 

Aquí os dejo un artículo firmado por Ángel Fernández Millán, publicado por “elplural.com” hoy 04-11-2024. Sevillano y periodista que desarrolla su trabajo en Radio Televisión de Andalucía – Canal Sur


Construir donde no se puede

En el litoral mediterráneo español ya no cabe ni un alfiler, no hay espacio para nada más y lo que ha pasado en Valencia puede volver a ocurrir en cualquiera de las comunidades de Cataluña, Murcia o Andalucía. La sobreurbanización del territorio ha invadido cauces de ríos y arroyos y la construcción de infraestructuras viarias ha sembrado de barreras y obstáculos la geografía de las zonas más densamente pobladas, se ha deforestado para ampliar la agricultura intensiva y se ha destrozado la naturaleza.

 

El 29 de octubre por la mañana, el mismo día de la catástrofe, en la comisión de Justicia del Parlamento valenciano se debatía como proyecto de ley el texto del decreto de simplificación administrativa aprobado en julio por la Generalitat que modifica medio centenar de preceptos de la Ley de Ordenación del Territorio (LOTUP). El acuerdo alcanzado por PP y Vox permitirá construir instalaciones hoteleras a 200 metros de la costa en terrenos no urbanizables, cuando la legislación anterior lo limitaba a 500 metros.

 

La oposición, PSOE y Compromís, han denunciado tanto el decreto de julio como el texto de la ley en trámite porque supone dar carta blanca a la desregulación, la especulación, el urbanismo a la carta y el negocio del ladrillo en la "hoja de ruta" del Consell de Carlos Mazón. La simplificación administrativa que se debate ahora en la Comunidad Valenciana se rige por los mismos parámetros que la aprobada en su día por la Junta de Andalucía de Juan Manuel Moreno Bonilla para desregular la planificación urbanística y regularizar la mayor parte de las urbanizaciones ilegales ya construidas.

 

La reconstrucción de las comarcas afectadas por la “Dana” no debería repetir los errores del pasado y sí corregir los errores urbanísticos cometidos y acumulados desde los años sesenta. Como advierte la Fundación Nueva Cultura del Agua en su comunicado del 1 de noviembre de 2024: "No se deberían otorgar ayudas a la reconstrucción de viviendas en zonas inundables, sino procurar su reubicación en zonas seguras, como se realizó por ejemplo con la población de Gavarda tras la rotura de la presa de Tous en 1982."

 

Además, hay que cumplir con la recién aprobada ley europea de Restauración de la Naturaleza, muy descafeinada en el debate parlamentario por las presiones del grupo popular y las formaciones de extrema derecha, pero que nos marca el camino para arreglar los múltiples desaguisados urbanísticos que se han cometido en nuestro continente y mitigar y adaptarnos al cambio climático y sus consecuencias.




No podemos devolverles la vida a los centenares de personas muertas, pero como sociedad, como país, debemos comprometernos a no seguir anteponiendo los intereses privados y especulativos al bien común.

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