Han pasado casi tres años del periplo a esas lejanas tierras
venezolanas, pero en mi memoria aun están frescas las sensaciones vividas en
aquellas latitudes.
"........entre
bruma ascendemos por la Rampa, cruzamos mojándonos por debajo del Paso de las
Lágrimas, ese insignificante hilo de agua precipitándose por la pared, que divisado
desde el campamento por encima de nosotros en la tarde anterior, se ha convertido
por la lluvia de la noche en una verdadera cascada. Fríos, cansados, empapados,
calados hasta los huesos por la incesante lluvia, alcanzamos lo que denominan el
Tope, donde el aguacero nos castiga aun con más fuerza, hasta la cámara de
fotos se me ha ahogado y no funciona. Es el final de la subida, hemos llegado a
nuestra meta, y aún en estas adversas condiciones el lugar es pura magia, se
respira la pureza y hasta se podría oler su virginidad. Entre las nieblas, las
formas de las rocas erosionadas por la acción de la naturaleza son sobrecogedoras,
es como estar en un cuento imaginario, un mundo fantástico se muestra a nuestro
rededor, plantas nunca vistas, pasadizos de película, espacios irreales, todo
ese hechizo nos envuelve y nos absorbe........... estamos en la cima del
Roraima............."
Tal vez fuera la magia de esta montaña, la que infundiera en Conan Doyle a escribirla novela "El Mundo Perdido", inspirada en los apuntes de su amigo Percy
Fawcett, explorador ingles que desapareció misteriosamente en la selva
brasileña en 1925 buscando en medio de la jungla una misteriosa ciudad perdida.
Sería esa misma magia a través de los escritos de Doyle la que inspiraron
algunas películas, entre ellas Jurassic Park del director, americano del
norte, Steven Spielberg.
El Roraima forma parte de esas montañas exclusivas del sur
venezolano denominadas “tepuis”, sobre las que ya he relatado en otro artículo de este blog. Estos macizos mesetarios únicos en la orografía de esta tierra
que habitamos, son las formaciones rocosas más antiguas del planeta,
suponiéndoselas una antigüedad de 3.600 millones de años, esto y la erosión es
lo que ha configurado su forma plana y mesetaria asentada sobre impresionantes
paredes verticales. El macizo guayanés donde se asientan, fue una de las
primera zonas del planeta que surgió de las aguas en el primitivo continente formado, el denominado "Pangea", razón por la cual estas tierras son de las más estables del mundo y donde se producen menos cantidad de terremotos.
Esta antigüedad y aislamiento ha generado en su cumbre un
escenario hostil para cualquier organismo vivo. Su sustrato térreo, bajo en
minerales y muy pobre en nutrientes, donde cualquier elemento es rápidamente
arrastrado por las fuertes lluvias y los suelos son continuamente erosionados
por fuertes torrenteras. Las plantas allí existentes se han visto obligadas a
adecuarse a esta falta de alimentos para suplementar su dieta, apresando para
ello pequeños insectos, debiendo sobrevivir en tales circunstancias con una
cantidad limitada de alimentos y en condiciones limites de temperatura y
luminosidad. Esto ha generado ecosistemas únicos, aunque también enormemente frágiles,
con una gran diversidad de orquídeas y especies endémicas, entre las que se
encuentran plantas insectívoras, como la "Drossera roraimae";
así como una curiosa y pequeña ranita negra “Oreophrynella quelchii”, que aun
de color oscuro, su vientre es amarillo-anaranjado; no puede saltar pero se
arrastra ágilmente entre las rocas resbalosas de este hábitat, al que está
acostumbrada. Ecosistemas únicos y endemismos botánicos, con los cuales dicen que
los pemones sanan el cáncer.......si esto fuera verdad, aun estaría "coleando"
por allí el Comandante Chávez............. y por supuesto estas tierras serian pasto
voraz de las multinacionales farmacéuticas.
La cumbre del Roraima es una meseta de arenisca con una
extensión aproximada de 10 x 15 km. soportada en su totalidad por paredes verticales de más de 400 mts. de altura, que
resalta junto su vecino el Kukenán Tepuy entre las sabanas que lo rodean,
siendo con sus 2.890 mts. la más alta de todo el macizo Pacaraima. Se encuentra
cubierta por una enmarañada red de grietas, cañones, cascadas, lagos y
cavidades verticales (simas) de gran belleza, excavados por la erosión, que en
algunos puntos pueden llegan a formar insalvables obstáculos para el viajero que
se aventura por estos parajes, impidiendo caminar en recorrido lógico aún en
distancias cortas. A su vez las formaciones rocosas, modeladas durante millones
de años por el viento y el agua, dan origen a un espectacular y peculiar
paisaje que consigue desorientan a cualquier visitante. Es el más visitado y famoso de toda la cordillera de los tepuis orientales por su gran cantidad de atractivos turísticos, científicos e históricos. En su cima se encuentra el "punto triple", hito que delimita la frontera entre Venezuela, Brasil y Guayana.
Como el resto de sus vecinos, cuenta con grandes riquezas
minerales como el jaspe, cristales de cuarzo, oro y hasta diamantes,
enormemente codiciados por clandestinos mineros, ansiosos de encontrar este
cristalino carbón, por lo que en la actualidad se encuentra protegido como
monumento natural dentro del Parque Nacional de Canaima.
Roraima es también llamado por las etnias indígenas "La
Madre de Todas las Aguas", al encontrarse en su cima las fuentes de los
ríos Arabopo, Cotingo, Waruma y Paikwa,
que alimentan a su vez a los ríos Orinoco, Amazonas y Esequibo, este
último marcando la frontera entre Venezuela y la Guayana.
Hasta esta zona de la denominada "La Gran Sabana"
de Venezuela, nos ha acercado para comenzar nuestra ascensión al Tepuy Roraima,
una avioneta "Cessna" de 6 plazas trasportándonos desde la laguna de
Canaima a Santa Elena de Uairén, población fronteriza en la linde con Brasil, a
donde llega la única carretera que se extienda por el sur venezolano entre la
selva hacia el vecino país brasilero. La singladura aérea esta vez no iba a ser
tan sencilla y resultona como la anterior, en la que accedimos a Canaima. Nos ha tocado esta vez una antigua y destartalada
aeronave en la que casi tenemos que sujetar las puertas con nuestros codos,
además de soportar dos complejos aterrizajes intermedios durante el trayecto,
uno para dejar a una mujer indígena en la aldea de Kamarata, el otro planeo en
un siniestro e indeterminado lugar en medio de la selva, sobre el que aun
tenemos nuestras reservas de los "lícitos" fines y motivos del mismo.
Lo que debía de ser un vuelo de poco más de una hora se multiplico por dos, y
lo que tenía que ser un recorrido agradable por encima de los tepuis, se
trasformó en una no muy grata travesía, entre amenazantes nubes en medio de una
tormenta de lluvia y viento, durante la cual nuestras “gónadas” se ubicaron
debajo de la garganta, por encima de la nuez.
Después de una merecida cena de churrasquería en la vecina
población brasileña de Pacaraima, donde pudimos experimentar el peor vino que
nuestro paladar haya degustado nunca, partimos a la mañana siguiente de Santa
Elena de Uairén en vehículo todo terreno camino de la aldea Paraitepuy, aquí
comenzaría nuestra ascensión al más altivo de los tepuis venezolanos. Seis días
pertrechados de guía y porteadores nativos de la etnia pemón, un recorrido por
la árida sabana, vadeos en ríos Tek y Kukenán, las picaduras de los insaciables
y traicioneros mosquitos "puri puri", la selva, pernoctas en rústicos
campamentos, la Rampa, la cascada del Paso de Las Lágrimas, el Tope de Roraima,
un día en la cumbre; esa inmensa cima plana de casi 35 km². en donde existen
ríos, cascadas, lagos, valles y lechos de cristalinos cuarzos, el abrigo San
Francisco, el Carro Maverick, la cueva Ojos de cristal, la Ventana, los
jacuzzis, los Miradores, formaciones rocosas de formas llamativas y sugerentes
........... enclaves vírgenes y únicos de este maltratado planeta que
habitamos.
Verlo junto a su vecino Kukenán, en la distancia al comienzo
de nuestro recorrido, nos produce una
sensación de grandeza y lejanía como ninguna de las montañas que he podido
visitar, la soledad y enormidad del paisaje forman parte del espectáculo al que
somos regalados. No voy a extenderme mucho en los pormenores de la ruta, las
imágenes que os muestro al principio del artículo, definen mejor que mis
propias letras la ascensión a esta legendaria montaña. En total 6 días de travesía, 68 km. de andanza, 32,4 horas de
caminata y 3.250 mts. de desnivel efectivo acumulado.
La Ruta
La Ruta
1º día = De Paraitepuy 1.296 mts. a campamento a río
Tek 13,5 Km .
hasta el campamento río Kukenán 1.121 mts. 15,5 km . 5 horas, 395 mts.
de subida, 524 de bajada.
2º día = Campamento Kukenán 1.121 mts a Campo Base 1.913
mts. 7,8 km. 4 horas 800 mts. de subida, 50 de bajada.
3º día = Campamento Base 1.913 mts – Rampa - Tope
Roraima - aprisco San Francisco 2.726 mts. 4,260 km . 4,30 horas, 840
mts. de subida, 155 de bajada.
4º día = Recorrido por la cumbre del Roraima 8 km. 5
horas, 331 mts. de subida, 311 de bajada,
visitando: Las Cascadas, La Catedral, La Ventana, Los Miradores, Los Jacuzzis,
El Valle de los Cristales, el Lago de las Maravillas. Ascensión al cerro
Maverick 2.770 mts. (tarde) 2,6
km . 2,10 horas, 139 mts. de subida, 128 de bajada.
5º día = Hotel San Francisco 2.726 mts. – cueva de los
Ojos de cristal – Tope Roraima – Campamento Kukenán – Campamento Tek 1.133
mts.16,800 km. 8 horas 200 mts. de
subida, 1800 de bajada.
6º día = Campamento Tek 1.133 mts. – Paratepuy de
Roraima 1.296 mts, 13,5 km . 4 horas 400 mts.
de subida, 284 de bajada.
A nuestro descenso y de retorno a San Elena de Uairén, en el
punto kilométrico 273 de de la carretera principal "Troncal 10", visitamos
la Quebrada de Jaspe, uno de los lugares
más populares de la Gran Sabana. Formada
por un barranco cuya base son lisas lajas de roja piedra, sobre las que
discurre las aguas del río Kaku-parú con un nivel que no suele sobrepasar los 5
centímetros de profundidad y en el que encontramos una encantadora cascada. Se
trata de un fantástico lugar, rodeado de abundante vegetación donde los visitantes
disfrutan deslizándose, cual tobogán, sobre esta resbaladiza losa bien pulida
por el paso del agua. Su fondo está compuesto por un material semiprecioso, mezcla
de cuarzo cristalino y sílice llamado Jaspe.
4,5 km. antes de llegar a la Quebrada Jaspe por la carretera Troncal 10 se haya la aldea de Santa Cruz de Mapaurí, donde se encontraba
la piedra "Kueka", un canto sagrado y respetado ancestralmente por los
indígenas pemones. Formada de rojo jaspe, pesa aproximadamente 30 toneladas y 12 metros cúbicos
de tamaño. Su ubicación original era esta aldea, en el Parque Nacional Canaima,
estando declarada como bien de interés cultural de Venezuela, pero un buen día
de 1998 el artista teutón Wolfgang von Schwarzenfeld se hizo, sin el beneplácito de la comunidad indígena, con la piedra, colocándola en el parque Berlinés de Tiergarten.
Hoy en día el gobierno venezolano y la comunidad nativa reclaman la devolución
de la piedra a su enclave original.
Según la mitología aborigen, Kueka era un joven Pemón que
fue a buscar a la joven más bella de la comunidad Macuchíes para hacerla su
esposa, contraviniendo las normas establecidas por Makunaima, estricto y celoso
dios, quien decía que los Pemón se debían casar con los Pemón y los Macuxi con
los Macuxi. Luego de casarse, huyeron y tras ellos fue Makunaima, quien les
encontró y les dijo: "Awarokuruu ...Amoro aukowamumo Chokroro tatapiche
anapo daro..." (¡maldito eres, vivirás siempre abrazado con tu esposa!).
Makunaima sopló al viento esta oración convirtiendo a Kueka y su compañera en roca.
Hoy la piedra es la abuela y abuelo de todos los pemones.
Según esta leyenda, no se pueden separar porque eso traería desventuras sobre la Tierra.
Según esta leyenda, no se pueden separar porque eso traería desventuras sobre la Tierra.
El tiempo pasado no ha borrado los momentos vividos con
estas humildes y sinceras gentes, tampoco lugares y sitios por los que mis
botas transitaron y quiero a través de estas letras dejar relato de algunas
sensaciones y algunos de los momentos vividos en aquellas lejanas tierras.
La niebla, la humedad, la lluvia, el frió, fueron nuestra compañía
los días vividos en su cúspide, pero fueron extraordinariamente recompensados,
por esa magia que desprendía cada instante vivido allí. A mi mente llegan
nuevamente los colores naranjas y violetas de un atardecer envuelto entre las
brumas de estas alturas, después de descender del Cerro Maverick, agasajados
por nuestros anfitriones pemones con una reconfortante sopa; sortilegio de
fusión de lo material y lo etéreo, del mundo real y el universo onírico.
También a mis pensamientos llega esa paz que se respira durante las tardes de
descanso en los campamentos, rodeado de intacta naturaleza y sus enormes e
infinitos horizontes en medio de la soledad y la nada. La sensación de habitar
un trozo de este planeta parado en un tiempo prediluviano, donde cualquier
elemento vivo es nuevo, único y diferente a todo lo conocido por mí. El hechizo
de recorrer y caminar por lugares sugestivos, entre aguas y rocas llegando a miradores
donde la vista se pierde en un mar de color verde formado por la inmensa y
enigmática selva que se adentra hacia lo más profundo de Brasil. Pero sobre
todo mis recuerdos son para las mágicas historias de los indígenas pemones, que
Marcos nuestro guía nos relataba en las noches después de las cenas y que a él
le fueron trasmitidas de forma oral por su abuela y a esta por la suya y así
sucesivamente hasta perderse su origen en la noche de los tiempos. Mitad
leyenda y mitad mitología las historias indígenas mencionan al monte
Roraima como originado del "Árbol de los Frutos" y lo
relacionan con el origen de toda la vida, que del que emanaban toda clase
de frutas, animales y hasta seres humanos.
Leyenda de Makunaima, El Árbol de la Vida y la Gran Inundación
Cuenta la leyenda que aquí, en estas tierras del Roraima, entre
la selva y la sabana, es donde hace muchísimos años se levantaba el Árbol de la
Vida, del cual vivía junto a su familia el mítico héroe pemon Makunaima, origen
de la raza humana y figura mítica entre el bien y el mal. Este se iba dando
cuenta que los frutos con los que alimentarse se estaban terminando. Cada tarde
al regresar a casa, Makunaima notaba que todos sus hermanos estaban hambrientos
a pesar de la búsqueda exhaustiva del día, a excepción de Akuli, el menor de
ellos. Curioso, Makunaima espera una noche que Akuli se duerma para revisar
dentro de su boca, donde encuentra atrapado entre dos dientes, un grano de
maíz. Al otro día lo sigue con la certeza de que Akuli lo llevara al lugar
donde encontrar comida para todos. En efecto, Akuli, perseguido por Makunaima
llega hasta el gran árbol y comienza a comer sólo los frutos que caen al suelo.
Makunaima hace lo mismo, pero como los frutos que caían a su base no eran
suficientes para alimentar a la familia, decide cortar el árbol para coger con más
facilidad sus frutos. Comenzando entonces un gran discusión entre Akuli y Makunaima.
Akuli, muy
inteligente, se niega, ya que el árbol proveía todo lo necesario para la
subsistencia. "¡No lo hagas! No sólo perderemos sus dones, sino que una
gran inundación arrasará la Tierra...".
Como Makunaima era obcecado, desoyó los consejos y empuñando
su gran hacha se dirigió a talar el árbol, pero la misma rebotó inofensivamente
sobre el duro tronco. Teniendo que entonando un hechizo para ablandar el recio
árbol, consiguiendo reblandecer la
corteza, con lo que pudo al fin hundir el filo en la sagrada madera.
Akuli, viendo que su hermano no le hacía caso, intentaba
reparar con cera las heridas del tronco, tratando de evitar la inundación. El
resto de los pemones, decididos a evitar que acabara su tarea, volvieron al
árbol duro de nuevo con un contrahechizo, pero en esta feroz lucha terminó
venciendo el leñador. El árbol de la vida se derrumbó con estrépito sobre la
tierra. La frondosa copa del gran Árbol de la Vida cae hacia el este,
explicando así porqué en Guyana hay selva y a este lado sólo una gran sabana.
Del tocón mutilado hundido en tierra se formó el gigantesco tepuy Roraima, en
cuya cima viven los espíritus malignos. Del tronco cortado salió una gran agua
que inundó la Tierra entera, y así, por la ingenuidad de Makunaima y tal cual
Akuli lo había predicho, los pemones asistieron al alzamiento del primer tepuy
y todos los hombres padecieron la Gran Inundación".
Como se ve, la tradición pemón une en uno solo el mito de la
creación de las montañas con el Gran Diluvio, y esto es interesante si nos
atenemos a la historia geológica de los tepuyes. Se trata de las tierras
emergidas más antiguas del Planeta, únicos sobrevivientes del terreno precámbrico
que formó la superficie de la historia primitiva de nuestro mundo.
Estas y otras leyendas rescatadas durante años de las
tradiciones indígenas, algunas de ellas por fray Cesáreo
de Armellada, están recogidas en los libros "Makunaima en el valle
de los Kanaimas" de Lino Figueroa y en "Kuai-Mare; mitos
aborígenes de Venezuela" de María Manuela de Cora.
Desde estas rendidas notas quiero agradecer a nuestro guía
Marcos sus enseñanzas, su amor por la naturaleza, su ayuda y sobre todo su
humanidad, a Eduardo sus esfuerzos y sus cuidos con las comidas, a Avelino su
apoyo y su sonrisa, y a Sergio y María su grata compañía.
Cronología del Roraima:
1596: Sir Walter Raleigh lo menciona en su
libro "Guiana", llamándole "Montaña de Cristal".
1654: El cartógrafo francés Nicolás Sanson d'Abbeville realiza el primer mapa de la región.
1838 y 1842: Fue el botánico y geógrafo
prusiano Robert Schomburgk, quien junto a su hermano Richard realizó una serie
de expediciones que lo condujeron a los pies del Tepuy Roraima en 1838 y
posteriormente en 1842, declarando que sus cumbres podrían albergar especies de
animales y plantas prehistóricas.
1864: El botánico
alemán KarI Fernindand Appun visita los alrededores del Roraima.
1872: El geólogo inglés Charles Barrington Brown pudo observar desde cierta distancia el Tepuy Roraima, declarando que su cima era "inaccesible", y que sólo podría alcanzarse por medio de un globo.
1877 y 1878: Es visitada la zona por los
ingleses Flint y Edgington , seguidos por McTurk y Boddam-Wetham al año
siguiente.
1879: El estudioso de las aves, Henry Witely, vio por primera vez una estrecha ladera del lado este y supuso que podía conducir a la cima.
1881: El recolector de orquídeas inglés, David Burke,
viajó a través del río Mazaruni y logró ver al Tepuy Roraima desde el noreste.
1884: Los ingleses Everard Im Thurn y Harry I. Perkins, se convierten en los primeros expedicionarios en llegar a la cumbre el 18 de diciembre, siendo fue el primero de los tepuis en ser ascendido por científicos occidentales.
1892: Julio Verne, menciona al Roraima en su novela "El Soberbio Orinoco".
1894 y 1898: McConnell y Quelch hicieron importantes colecciones botánicas
durante estos años y motivados por la primera ascensión, al incrementarse el
interés sobre esta montaña.
1911: Theodor
Koch-Grünberg, un importante etnógrafo alemán, llegó por el sur vía río Kukenán
para realizar investigaciones entre los pemones. Ese mismo año, el inglés
Edward Crampton visitó Roraima.
1912: Inspirado en la antigüedad geológica
del Macizo Guayanés, Sir Arthur Conan Doyle, autor de las novelas de Sherlock
Holmes, escribe su obra "El Mundo Perdido", en donde sus personajes
capturan a un pterodáctilo en una "mesa" al norte de Manaos donde
confluyen las fronteras de tres países.
1915 -1916: Durante estos años llega la expedición de los Clementis, contando entre sus componentes la primera mujer europea es ascender un tepuy.
1927: Una expedición científica bastante completa fue realizada por el zoólogo norteamericano George Henry Hamilton Tate, descubriendo las pequeñas y extrañas ranitas negras. Esta misión contó con la presencia del insigne explorador y militar brasileño Rondón.
1931: Se acuerda la fijación del "Punto Triple" en la cima del Roraima, donde coinciden las fronteras de los tres países.
1987: El grupo Ingeniería de Arborización (GIDA) de la Universidad Central de Venezuela inicia el registro de visitantes del Roraima, constatando hasta diciembre de 1990 un total de 3.500 excursionistas, en su mayoría Venezolanos, Alemanes y Norteamericanos.
1990: El Instituto Nacional de Parques (INPARQUES) prohíbe el acceso turístico al tepuy debido a los múltiples daños ocasionados por los visitantes, entre ellos, la destrucción de la flora y la acumulación de basuras en la cima. 1992: Se reinicia el acceso bajo unas normas estrictas de visita, como la presencia obligatoria de un guía pemon, lo cual (en teoría) ayudaría a la protección de toda el área.
Jo Pablo, lo siento, hasta hoy no había leído tu artículo de Roraima, para hacerte los comentarios habituales, ademas de que te gusten, porque te lo mereces por el esfuerzo y dedicación.
ResponderEliminarCreo que es el que más me ha gustado, me lo he leido entero y sé que no me voy a acordar de muchos nombres, pero es como si me hubiera leído un buen libro, y luego he visto la película con las fotos.
Ha tenido que ser la leche, vamos que si lo comparo con Irati, madre mia, qué caminos, pero maravillosos.
La explicación que das, como siempre es completa, pero de verdad que se lee el cariño, el cansancio y la compensación, en todas tus palabras, y porque además siempre lo acompaña la historia, de cuento.
Has salido en más fotos que nunca, no has olvidado nada, la ranita, los pájaros, las flores, los incomparables paisajes, las caras, las casuchas, hasta las rocas, todo impresionante.
Siempre puede haber mejores, y más conociendote, pero querido amigo, te has ganado el 10.
Muchas gracias.Sara Moreira.
Solos dos observaciones al autor del cuento al Roraima: 1) que mal te quedó nombrar al Comanandante y su cáncer. 2) "Un buen día de 1998"? te parece un buen día??? cuando se llevaron la piedra Kueca?
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