viernes, 21 de febrero de 2020

- Dólmenes de Gorafe…… mausoleos del pasado

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Al norte de la línea que une Guadix con Baza en el levante granadino, se extienden unas ásperas tierras de profundos barrancos y difícil trasiego, que aunque pobres, la historia no ha querido olvidar. Con cielos limpios y tranparentes, desde tiempos inmemoriales han sido elegidas por seres humanos de toda índole como lugar de paso y asentamiento. Son la antesala de la enorme altiplanicie de la Hoya de Guadix, una de las cunas ancestrales del hombre en el sureste ibérico.  

Estos territorios han formado, desde la noche de los tiempos, parte del corredor natural que comunicaba el Levante (costa de Almería), con la Bética del valle del Guadalquivir, mediante el llamado pasillo de Fiñana, por la altiplanicie granadina de la hoya de Guadix. Participando en la historia como cruce de caminos y transito de civilizaciones, culturas, religiones, trueques comerciales, así como al resto de las actividades a las que el ser humano se ha dedicado a lo largo de los tiempos, entre ellas "guerrear". Por aquí además de pasar nuestros ancestros prehistóricos del Paleolítico Medio (entre 30.000 y 50.000 años), los que dejaron más señas durante el Neolítico Medio 6.000 a. C. (creadores de los dólmenes), y más tarde la época argárica de la edad del bronce, entre el III y II milenio a. C. han pasado: iberos, romanos, bizantinos, visigodos, musulmanes y cristianos de todo tipo. 

Entre las poblaciones de Gor y Gorafe, se extiende un profundo y estrecho cañón labrado durante el Pleistoceno medio (unos 500.000 años) por el río Gor, en medio de una amplia y llana meseta, que ha venido siendo utilizada para el cultivo de cereales desde hace al menos 6.000 años. Lógico resulta el topónimo "Gor", procedente del árabe «Garaub» que significa valle u hondonada. 
 
Con un corto cauce de apenas 45 km. de longitud, la cuenca fluvial mantiene en sus últimos 20 km. una de las más numerosas agrupaciones megalíticas de toda España e incluso de Europa, donde se han podido localizar hasta hoy 242 dólmenes, en distintos situados. Un perfecto mirador para contemplar el abrupto valle, y conocer cómo era la vida en esta parte del altiplano, desde la Edad del Bronce, hasta la dominación musulmana. 

El dolmen ("mesa grande de piedra" en bretón), es una construcción megalítica de carácter funerario donde se enterraban a los difuntos juntos a sus pertenencias. Consisten por lo general en varias losas hincadas en la tierra en posición vertical (ortostatos), y una losa de cubierta apoyada sobre ellas en posición horizontal. El conjunto conforma una cámara y está rodeado por un montón de tierra de sujeción, formando una colina artificial o túmulo.  

Estas sepulturas de finales del Neolítico y la Edad del Cobre, se encuentran repartidas en once necrópolis a lo largo de las terrazas que descienden hacia el rio, aunque algunas de ellas se asientan en la meseta cimera, como si fueran balcones o miradores al barranco que se extiende a sus pies. Todos se encuentran catalogados y numerados, habiéndose ido estudiando desde mediados del siglo XIX con mayor o menor acierto. Destacando de los últimos estudios en la zona, el valor y la importancia de estos megalitos en lo que sería el final del período calcolítico (época del cobre) en el sudeste de la Península. 
 
Para explicar y potenciar estas importantes construcciones del neolítico, se ha creado el Parque Megalítico de Gorafe (al ser esta población el polo neurálgico de estos yacimientos), formado por el Centro de Interpretación del Megalitismo, y una serie de rutas (3 hasta ahora) señalizadas para poder recorrer un conjunto de 66 dólmenes, 37 de los cuales han sido convenientemente restaurados para favorecer la visita: rutas de Las Majadillas, ruta del Llano de Olivares y rutas del Conquín. 

La totalidad de enterramientos presentes en la zona, se ubican en los situados de: (1) Baños de Alicún, (2) La Sabina, (3) Las Majadillas, (4) Llano de la Cuesta de Guadix, (5) Llano de Olivares, (6) Hoyas del Conquín, (7) Llano del Cerrillo de las Liebres, (8) Gabiarra, (9) Llano de la Carrascosa, (10) Torrecilla y (11) Baul. Pero me voy a centrar en los más interesantes y vistosos que coinciden con las rutas ya elaboradas, contando además con un recorrido e indicaciones, así como distintas explicaciones. 

Fuera de estos tres, pero al estar próximos a acequia de Alicún (recomendable sin duda su visita), debemos hacer mención a los dólmenes de Baños de Alicún, que divididos en tres grupos: Llano de la Ermita, Haza del Toril y Loma de la Raja, son una docena de enterramientos, algunos de considerables dimensiones. Destacando el catalogado como nº 4 de Haza del Toril, y como curiosidad, un menhir a la entrada del Llano de la Ermita, así como los petroglifos que se encuentran próximos a la cima del Cerro de la Mina (ancestral santuario rupestre).   

Dólmenes de Las Majadillas, numerados del 64 al 86. Aquí encontramos el conjunto de sepulcros megalíticos más denso de la zona, convertido en la mayor concentración dolménica de todo el río Gor, con 23 sepulturas localizadas en la margen izquierda del valle y distribuidas en dos puntos: la Cuesta de Guadix y Majadillas.  

Se pueden visitar los 14 que se han recuperado, sobresaliendo de entre ellos los dólmenes 69, 71 y 73, pero sobre todo el 65 y el 134. Existiendo en este situado dos de los mayores enterramientos de la necrópolis, el dolmen 65 y el 69.  

El magnífico dolmen 65, es muy interesante y su ubicación de lujo, está a la izquierda según se acaba de subir la pendiente. Se sabe que en este sepulcro pétreo se resguardaban del solano los aldeanos cuando iban a recoger alcaparras y apretaba el calor. Pocos de los dólmenes de la comarca, por su abundancia, tienen nombre, asignándoles las numeraciones con las que los arqueólogos les asignaron, pero este, al ser utilizado como refugio por los pastores, estos ya le apodaron como "La Cobertera".
 
El Dolmen 69 (Dolmen de las Majadillas) es de los mejores y mayores en la zona, midiendo 4,40 x 2,70 m. de planta, con una altura de 1,60. Se localizó en su interior el fragmento de un hacha de cobre, cerámica y restos humanos sin identificar. 

El pequeño "dolmen 77”, por ser éste último donde se localizó la estela funeraria de un personaje emplumado, que se cree que era el chamán del poblado 

Además de su valía arqueológica, la ubicación de este cementerio de "Los Picapiedra" ofrece unas extraordinarias panorámicas del abarrancado valle del río Gor, de la bucólica estampa de la población de Gorafe, así como la observación del los farallones situados a su espalda, donde impresiona ver las cuevas islámicas de Los Algarves excavadas en mitad de la vertical pared. 


 Los dólmenes del Llano de Olivares, numerados del 101 al 123, constituyen una necrópolis con 23 de estos enterramientos, de los cuales 13 han sido acondicionados para su visita. Los encontramos alineados en la cornisa formada sobre la margen derecha del río Gor, junto a una llanura dedicada al cultivo de cereales, extendiéndose por ella durante casi cuatro kilómetros.  

Desde el punto de vista paisajístico, podemos observar como estos Llanos son una de las muchas y espectaculares planicies de aluvión formadas por la erosión de la Sierra de Baza. 

Es próximo al borde del altiplano, donde podremos contemplar los dólmenes 108, 109, 110, 111, 112, 113, 116, 117 y 118. Donde también se sitúa, bajo ellos y por encima del cortijo Villa María Luisa, en las verticales paredes del cañón, un posadero de buitres de alrededor de una treintena de ejemplares, que lo usan para otear y tomar el sol.  

La necrópolis del Llano de los Olivares cuenta con los dólmenes más antiguos y más deteriorados de todo el área. Habiendo sido esta zona ha sido durante siglos paso obligado para el comercio y la trashumancia. 
 
Dólmenes de las Hoyas del Conquín, numerados del 124 al 143 y 239. Estos enterramientos se encuentran ubicados en el centro del valle, en las laderas del río Gor, a unos 40 metros sobre su cauce y en ambas orillas.  
Las tres necrópolis presentes: Umbría del Conquín, Hoyas de Conquín Alto y Hoyas del Conquín Bajo están datadas entre el 2400-1800 a. C. y tienen una fuerte influencia de la cultura de los "Millares" (Almería).  

Poseen 20 dólmenes de los cuales 10 de ellos han sido restaurados (solo ha desaparecido el dolmen 136) y pueden visitarse. Encontrándose entre ellos con los de mayor tamaño de la zona, llegando a alcanzar un alzado de hasta 2,20 metros, cuyas losas de cubierta son las de mayores dimensiones, y donde los pilares de la cámara se adosan perfectamente, disminuyendo siempre en altura desde el fondo de la misma hasta la entrada.  

Estos tres subgrupos formaban la necrópolis de uno de los siete poblados encontrados en los 17 km de la depresión del río Gor, el Poblado del Conquín. Siento el dolmen 134 (figura que representa el emblema del parque), llamado de Las Ascensías, con una longitud total de 3.85 metros y una altura de 2,20, el segundo en tamaño de todo el parque megalítico y con las losas de cubierta de mayores dimensiones. Una verdadera maravilla poderlo observar después de los miles de años aquí instalado.

Del resto, que también se pueden visitar, aunque están en peor estado de conservación, se sabe que en tiempos de sus primeras investigaciones eran muchos más, pero las ansias de estos que hoy vemos con sus tractores manifestándose por unos precios justos a sus productos agrícolas, han hecho desaparecer la mitad de los que antaño eran. Habiendo destruido en apenas 100 años unas construcciones de cuatro mil años de antigüedad. Esperemos que esas ansias de insaciable beneficio no nos dejen sin comida en el futuro. 

Casas-cueva
La zona de Guadix y estas poblaciones en particular han desarrollado, desde la conquista de la hispania visigoda por parte de los musulmanes, un tipo de casas escavadas en las paredes arcillosas de sus barrancales, que las ha convertido en ejemplo y escaparate de este tipo de edificación.  
Esta forma troglodita de hábitat no es exclusivo del sureste hispano, también en otras partes del planeta se ha usado este sistema constructivo para dar alojo a los habitantes de zonas determinadas (Turquía, sur de Francia, oeste de la América norteña, Irán, Túnez, etc. 

Granada, toda su provincia, pero muy especialmente las comarcas del norte granadino (Guadix, Baza y Huéscar), e incluso la vecina Almería, son los territorios con mayor significación troglodítica de España, llegando a concentrar el 95% de este tipo de habitad. Sólo en la provincia de Granada hay más de 20.400 cuevas en 27 municipios, a las que habría que sumar las almerienses. Siendo alrededor de 100.000 las existentes en la comunidad andaluza. La última expansión de estas construcciones se produjo durante los años 50 del siglo pasado. 

Muchas de ellas todavía están habitadas, calculándose que en la provincia de Granada bien en ellas unas 3.000 familias. Siendo un número considerable las que se han trasformado en establecimientos de hostelería del tipo de Casas Rurales. Algunas se han perdido por su deterioro, pero muchas se están rehabilitando en la actualidad, haciendo que el paisaje de algunas poblaciones se transforme y sea más sugerente.  

Gorafe es una de las poblaciones de la Hoya de Guadix en la que aun abunda este tipo hábitat. Del origen de estas construcciones tenemos testigo nada mas mirar a las paredes de los cortados situados por encima de la población, donde se sitúan "Los Algarves", un entramado de habitáculos de origen Almohade, que se desarrollaron a partir del siglo XII. 

Estas originales "construcciones" se sitúan fundamentalmente en: laderas, vertientes de barrancos o alrededor de pequeños montículos. Sus fachadas, generalmente encaladas, contrastan con el ocre del terreno, formando una curiosa paletas de colores característicos como elementos visuales externos para los que hasta ellas nos acercamos. En el interior los problemas de ventilación e iluminación se resuelven mediante lucernarios y curiosas chimeneas. Estas casas-cueva eran baratas, energéticamente eficientes y fácilmente adaptables tanto a su tradicional modo de vida como a sus necesidades de espacio (corrales, cuadras, silos...). Son todavía un fiel reflejo de una forma de vida que se está transformando y va camino de desaparecer. 

Acequia del Toril
Otra de las curiosidades que nos depara esta zona, y coincidiendo con el grupo de los primeros dólmenes ubicados en Baños de Alicún, es la milenaria y original Acequia del Toril.  Extraña e impactante formación medio natural medio humana, que a través del agua y los sedimentos y minerales que lleva y va depositando en su curso, ha ido, con el tiempo, generando una original, única e insólita pared mineral formando una especie de acueducto natural de aguas termales, siglo a siglo. 

Lo que en tiempos pretéritos fue una simple acequia a nivel del suelo, que se utilizaba probablemente para conducir aguas a un poblado paleolítico, hoy tiene en sus distintos trayectos  alturas que superan los quince metros en una longitud aproximada de un kilómetro.  

Las aguas que fluyen de seis manantiales que suministran al Balneario de Alicún a una temperatura de unos 35º, se canalizan a su salida por el canal para regar las vegas agrícolas. Estas aguas ricas en carbonato cálcico han ido dejando sedimentos a su paso que han formado una caliza porosa conocida como "travertino", transformando lo que en un principio fue una canal a ras de suelo en una acequia (posiblemente la más antigua de la humanidad) autoconstruida, que ha ido creciendo con el paso del tiempo en altura y que en algunos de sus puntos logra superar los 10 metros. Una enorme pared calcárea repleta de vegetación típica de espacios húmedos, que es su parte inferior puede llegar a tener tres metros de espesor y en su parte cimera unos 70 ctm. terminando en una leve cascada que se precipita hacia los campos del labor del río Frades.  

Estudios elaborados por el Instituto Geominero de España indican que los minerales "travertinos" de la acequia, tienen dataciones de hace alrededor de 205.000 años los más antiguos y 35.000 años, los más modernos. Dataciones que coinciden con una importante presencia del hombre del paleolítico en toda esta zona.  

Partiendo del pueblo de Gorafe, se pueden recorrer así mismo las interesantes y surrealistas Barrancas de Los Coloraos, a las que ya he dedicado unos párrafos en paginas pasadas. 

Si vais a visitar esta zona y no habéis tenido suficiente con los dólmenes de aquí, podéis seguir recorriendo los de las Peñas de los Gitanos de Montefrio, en el poniente granadino, a mitad de camino entre Granada y Priego de Córdoba, a 45 km. de la capital granadina. Una buena necrópolis formada por un bien conservado conjunto de dólmenes.