miércoles, 29 de junio de 2016

- Comarca de Antequera...... las rebeldes sierras

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Esta vez mis pasos se dirigen hacia el sur, hacia las tierras de al-Ándalus, por las que corre todavía mucha sangre bereber en las venas de sus gentes. Bien es verdad que mis botas prefieren los caminos del norte como podéis comprobar los que seguís este blog, pero también es verdad y debo reconocerlo, que cada vez que tiran hacia el meridión son gratamente sorprendidas con lugares y paisajes como estos que me hacen escribir estos párrafos. En esta ocasión es para recorrer el Desfiladero de los Gaitanes y la Comarca de Antequera de la que ya conocía parte, pero siempre se deben dejar cosas sin completar para tener que regresar a los lugares.  

Antequera, la antigua "Madinat Antaqira" islámica, es una ciudad sugerente, blanca, arropada a una peña y coronada por defensas moriscas como casi todas las del sur. Ubicada en uno de los principales cruces de rutas por Andalucía, siendo apodada por ello como “el corazón” de todo este sur hispano, habiendo sido y siendo aun hoy en día paso imprescindible para los viajantes de cualquier época. 

Hasta ella nos hemos llegado para visitar sus magníficos dólmenes, el resto de la población ya lo conocía por otra visita, pero por aquel entonces ni sabía de la existencia de ellos. A las afueras, pero lindando con el casco urbano se encuentran tres portentosos ejemplares de estos megalíticos monumentos funerarios de entre los 5.000 y 3.800 años de antigüedad. Están catalogados como unas de las mejor conservadas construcciones de este tipo en el mundo, y aunque como ocurre con todo lo que es foráneo, al compararlas con el conocidísimo Stonehenge anglosajón, podemos aseverar que estas son más antiguas y más enormes, aunque al estar bajo tierra son menos vistosas. Nos referimos a bloques de piedras cuyo peso llega alcanzan miles de toneladas, que han sido arrastradas y transportadas hasta un lugar puntual donde han sido plantadas milimétricamente, ubicándose sus entradas de tal forma, que su alineación coincida con puntos concretos y en épocas señaladas, como son los solsticios, haciendo que estas fechas sean su punto máximo de entrada de luz a su interior. Siendo en este caso además referente la cercana y singular Peña de los Enamorados (con su leyenda incluida referida a tiempos de reconquista) que, al similar su perfil la cara de una mujer dormida, para los pobladores de aquellos tiempos tenía relación especial, dejándola en menor o mayor medida reflejada en estas subterráneas construcciones.  



Nos acercamos primero a visitar el de "El Romeral", datado sobre el 1.800 a. C. que además está algo más alejado. Su curiosidad radica en su cámara sepulcral redonda y abovedada, en la que se fueron colocando piedras de pequeñas dimensiones para logar esa forma cónica, quedando la cubierta plana. Su alineación está orientada para que su interior se ilumine plenamente durante el solsticio de invierno.  

No muy alejados de este, apenas a 1,5 km. se encuentran los dólmenes de Viera y Menga, que están juntos.  Entramos inicialmente en el de "Viera" sobre el que se calcula fue construido hace mas de 4.500 años. Es el más simple de los tres y además de contar con la vista de la Peña desde su interior, es plenamente iluminado durante los equinoccios de primavera y otoño.  

Hemos dejado el Dolmen de Menga para el final por ser el más impresionante sin duda, y por aquello de ir siempre de menos a más. Con una antigüedad de unos 5.000 años, es un exponente a nivel mundial de este tipo de construcciones, al ser uno de dólmenes más colosales de Europa (6 m. de anchura, 3’5 m. de altura y 27,5 m. de fondo). Aparte de su grandeza, no es normal encontrar en este tipo de obras pilotes centrales para la sujeción de las enormes lajas que forman su techo. Como así mismo, el encontrarse al fondo de su cámara funeraria un pozo con una profundidad de 19 metros. Este dolmen tiene también su orientación particular, al ser su interior mayormente iluminado con el solsticio de verano. 

Si no lo conocemos o solo sabemos de él por referencias, no debemos de dejar de visitar la afamada y cercana Sierra de El Torcal, donde se encuentra uno de los mejores y más extraordinarios paisaje kársticos de toda Europa. Su nombre le viene por las dolinas o "torcas" (curiosas depresiones circulares) que tanto abundan en el paraje. Pudiendo realizar por sus intrincados callejones y vericuetos curiosas rutas de distinto nivel, sobre las cuales nos darán servida información en el vanguardista Centro de Visitantes que se encuentra a su entrada. 
 
Camino de nuestro destino hacia los Embalses de Guadalhorce, nos desviamos unos pocos kilómetros para acercarnos a otro situado de gran valor natural, la Laguna de Fuente de Piedra. Reserva natural de unos seis kilómetros de longitud y casi 1.400 hectáreas de extensión, que compone el mayor humedal del interior andaluz, y uno de los más grandes de España, junto con la aragonesa laguna de Gallocanta.  

Entre alomados campos de secano y olivos se extiende una poco profunda lámina de salinas y someras aguas, muy apreciada internacionalmente por los ornitólogos, al albergar la mayor colonia de flamencos comunes de la Península Ibérica y la segunda en importancia de Europa. Pudiéndose observar en algunos lugares de su interior unas manchas rojas y blancas que alegran la vista de sus visitantes aunque sea en la lejanía, siendo en estos periodos de primavera la mejor época para contemplarlos. Su importancia es recocida, pues en ella se han llegado a constatar hasta 20.000 parejas de flamencos en época de reproducción, amen de otras 170 especies de aves, especialmente acuáticas, que hallan en este humedal su idóneo lugar de cría, invernada o paso.

Su escasa profundidad y el aumento de la evaporación de las aguas durante la época estival hacen que la sal quede cristalizada sobre su superficie, propiciando la explotación de este elemento desde época romana hasta los años cincuenta del pasado siglo. Visitarla con el sol de la tarde reflejándose en sus aguas tiñéndolas de un blanco luminoso, es un comento que genera la sensación de estar observando un mágico espejismo. 
 
 
Desde su bien situado Centro de Visitantes, ubicado en un altozano próximo a la población, parten rutas hacia distintos observatorios, a los que se puede llegar tanto a pie como en vehículo. Así mismo se puede recorrer toda su periferia, a través de un circuito de 21 km. en el que se encuentran algunos excelentes miradores.  

No muy alejadas y de características similares pareo de menos extensión, se encuentran otras lagunas como las de Campillos, La Ratosa, El Laguneto, Catarranas, la de Gosque o la del Toro entre otras, que junto con la de Fuentes de Piedra se encargan de acoger a las comunidades de aves que en ellas se refugian y en algunas casos empollar a sus crías. 

Además de poder dar un paseo por la población de Fuente de Piedra; la "Fons Divunus" romana que presta su nombre a la laguna, y visitar el afamado y curativo (pues al parecer disolvía los cálculos renales) manadero; no debemos dejar de acercarnos, si es la hora del almuerzo o de una tardía merienda, hasta la Taberna de Joaquín en la Plaza de la Constitución 2, Tf. 653 855 862, donde curiosamente, amable, jocoso y nos atenderá Joaquín, proponiéndonos algunos de sus platos: Pulpo a la brasa (espectacular), revuelto de bacalao, costillas al ajete, croquetas de puchero, solomillo al Pedro Ximenez y las verduras a la plancha (muy recomendables). Un sito en verdad digno de ir y de aparecer en las páginas de este blog. 

Sin más demora nos dirigimos ya a nuestro destino, los embalses del Guadalhorce, que aun siendo tres (El Chorro o Conde de Guadalhorce, Guadalhorce y Guadalteba) al estar contiguos forman en la práctica una unidad dentro del paisaje. Mientras nos acercamos hasta ellos contemplamos unas agradables panorámicas de sus sinuosas y enrevesadas laminas de agua. 

Ubicados al norte de la provincia de Málaga, en el triangulo que forman Antequera, Ronda y Álora, al comienzo del enorme corredor natural, que por de la Vega de Granada, las Hoyas de Baza y Guadix, el Campo de Lorca y Murcia, conecta el oriente andaluz con el levante valenciano.  

Arropados por las sierras de Almorchón, Llana, Huma y Pizarras; que tanto condicionan las circunstancias climáticas de la zona, así como las comunicaciones entre la comarca de Antequera y el Sur de la provincia a través de sus pasos naturales; su principal aporte el río Guadalhoce, después de atravesar estos montes habiendo cincelado sus aguas el Desfiladero de los Gaitanes, se hace adulto formando su propio valle, uno de los más importantes de la provincia. 

Es caminando sus orillas, por donde realizamos un recorrido a través del Sendero Gaitanejo, en medio de tupida vegetación y con vistas a los curiosos roquedos que observamos en la otra orilla del rio. La ruta nos dirige al que fue el primer embalse de la zona allá por los primeros años del siglo XX, como así mismo al comienzo del Caminito del Rey. Retornando a media altura por una pista que lleva hasta el Mirador de los Tres Embalses. 
 
Ardales, con sus apenas 2.500 habitantes es la capital y punto de abastecimiento de la zona. Su blanco caserío, protegido por la sombra de los restos de su roquedo castillo, es un claro ejemplo de pueblo andaluz con calles sinuosas y estrechas, encaladas casas de apenas dos alturas, y esa luz especial que el sol por estas tierras. 

Su origen como lugar de asentamiento humano se remonta a la prehistoria, encontrándose con frecuencia por sus alrededores hachas de sílex, agujas elaboradas de hueso y otros utensilios de la Edad de Piedra. Aunque la muestra más indudable de la presencia humana por los arcaicos tiempos, son las pinturas rupestres halladas en la Cueva de la Calinoria, también conocida como Cueva de Ardales o de Doña Trinidad Grund, distante apenas 3,5 kilómetros del pueblo, cuyas representaciones monocromas y grabados de animales nos acercan hasta el Paleolítico Superior (de entre 30.000 a 8.000 años de antigüedad), en medio de un espectacular escenario cavernario de estalactitas y estalagmitas. 

La población adquiere importancia durante finales del siglo IX, cuando Omar ibn Hafsún estableció en Bobastro (a tan solo 5 km.), su pequeño y rebelde reino cristiano enfrentado al poderoso Emiratode Córdoba, que a punto estuvo de cambiar la historia de España, pero de eso ya relataré mas tarde.  

Recomendable en esta población es acercarse hasta la terraza del Restaurante Falcó (martes cerrado), calle Cantarranas, 4. Comida casera a muy buen precio, berenjenas con miel de caña (exquisitas y nada grasientas), ensalada de tomate con queso, carnes o pescados, acompañados de una buena atención.  

Coronando el ya bien definido Valle del Guadalhorce, Álora es otra población que se nos presenta de un blanco inmaculado, cobijado su laberíntico caserío entre dos pequeños promontorios. Uno de los cuales, el Cerro de Las Torres, asienta el castillo, que de origen fenicio, posteriormente fortificarían los romanos, convirtiendo finalmente por los moriscos en fortaleza musulmana. De cuyos restos destaca la torre de la puerta de ingreso al recinto amurallado, formada por un arco de herradura único en occidente. Desde su exterior podemos disfrutar de unas extraordinarias vistas del "Valle del Guadalhorce". A las afueras de la población encontramos el Convento de Nuestra Señora de Flores, barroco del siglo XVI con interesantes yeserías, donde los "perotes" (gentilicio de Álora) veneran la imagen de la Virgen de Flores. Desde la terraza de su acceso se tienen también unas buenas panorámicas de todo el valle. 

Retornados al Alto Guadalhorce, a los pies de la Sierra Pizarra, sobre un mogote rocoso, medio encajonada entre los Tajos de Almorchón y las paredes verticales de las Mesas de Villaverde, nos encontramos la Ermita de Nuestra Señora de Villaverde, cercana ya al poblado de El Chorro (apenas 3 km.). Erigida sobre un primitivo templo mozárabe, todavía quedan en sus cercanías una necrópolis con tumbas antropomorfas de esta época excavadas en la roca.  

En sus proximidades, casi en la desviación que nos llevara hacia Bobastro, encontramos unas extrañas formaciones rocosas de arenisca muy erosionada por el agua y el viento, son los llamados "taffonis". Se pueden ver por toda la zona, pero los de aquí son más llamativos y evidentes, además de estar cercanos e indicados con cartelería. Estas especies de oquedades, las hemos ido viendo durante nuestros recorridos, comprobando como han sido utilizadas por el hombre desde tiempos remotos, usándolos como viviendas, para guarecerse o para la custodia del ganado. 

Tomamos la desviación a Bobastro, desde hace tiempo sonaba este nombre en mi mente sin saber que se ubicaba por aquí, algo había leído de ella pero sin saberla situar. Son las ruinas de la fortaleza rebelde de Omar ibn Hafsún, que se enfrento al poderío musulmal de Córdoba allá por el año 880. Es donde se encuentran los sugestivos vestigios de una basílica cristiana que componen el ejemplo más autentico de edificación puramente mozárabe andaluza, toda vez que se trata de un templo realizado por gentes cristianas durante el dominio musulmán de estas tierras. Una original iglesia rupestre excavada sobre un promontorio de arenisca que a su vez integraba un monasterio, continuando probamente esa tradición eremítica que se extendió por todo el territorio hispano, y de la cual quedan restos muy sobresalientes en el tercio superior de nuestro país, especialmente en los alrededores del Alto Ebro. Siendo muy probablemente construida antes de la llegada del rebelde ibn Hafsún a estos parajes. 

Al llegar hasta ella por el sendero de acceso y rodearla hacia poniente, el peñasco original sobre el que se cinceló, nos va mostrando un conjunto de erosionados muros, pilastras y arcos de herradura, todo tallado sobre la viva roca.
 
La iglesia de Bobastro, forma parte de un conjunto de edificaciones que se encontraba totalmente fortificado, del que conservan todavía restos muy interesantes de las bases de sus murallas y torres. El templo, perfectamente orientado hacia el oeste, y de plata basilical con naves y ábsides en cada una de ellas, se sitúa sobre lo que se intuye podría haber sido un patio o un claustro, donde todavía se pueden contemplar el aljibe y algunos silos, todo ello esculpido también sobre el pétreo elemento. Destacando de ella sus grandes contrafuertes, y sobre todo los arcos de herradura de la única pared conservada relativamente aceptable, que forman la mítica imagen de este espacio. También resalta el transepto, reservado a los misteriosos ritos de la liturgia mozárabe, así como los espacios que diferenciaban las diversas naves y ábsides. Bajo el templo se intuye el inicio de construcción de una especie de cripta a modo de mausoleo, donde podrían haber sido depositados restos de ibn Hafsún tras su muerte. 

Estos magníficos restos, aunque no sean comparables a otras construcciones de los siglos posteriores, su trabajo, cincelando la roca golpe a golpe, es merecedor de un valor incalculable. El lugar donde se ubica, solitaria en un claro del bosque, por encima de un roquedo que forma un paredón defensivo, y con unas sugestivas vistas hacia la puesta del sol, en medio de la quietud y el sosiego, la convierten en un lugar lleno de misticismo y magia. 

Para los que anden holgados de tiempo, una trocha o sendero que parte a nuestra izquierda al poco de coger la desviación que nos llevara hasta el lugar, puede ser una buena alternativa para ascender caminando a este lugar en vez de hacerlo en vehículo. 

Omar ibn Hafsún, nuestro rebelde e indómito personaje, surge a finales del siglo IX cuando el califato cordobés no se encontraba en sus mejores tiempos, toda vez que en al-Ándalus regia la desunión y el despotismo, además de la presión de los reinos cristianos del norte en la búsqueda de recuperar los territorios ocupados con anterioridad por el islam. Ibn Hafsún era mahometano de nuevo cuño (muladí), descendiente de visigodos conversos al islam mas por conveniencia que por convicción. Y desde joven se le conocieron dotes de inconformismo e insumisión, teniendo que huir al norte de áfrica al tener problemas con la ley.  

Al retornar, se convirtió en el referente de un movimiento de insurrección generado por el conjunto de los muladíes, que asentados en estas tierras se consideraban vejados y oprimidos por los tributos a los que eran sometidos por parte de los emires cordobeses. Hasta el punto puso en acoso este movimiento de insurgencia al poder cordobés, que llegaron a controlar una buena parte del occidente andalusí desde Algeciras hasta Murcia, dominando más de 30 castillos entre toda la serranía y la línea de la costa, llegando incluso a sentirse la propia ciudad de Córdoba amenazada. 

Omar crea en Bobastro la fortaleza que será su cuartel general, estableciendo en torno a la misma una zona de protección a través de los castillos de Teba al Este y el de Álora por el Sur, así como los baluartes de Turón y Ardales por el Oeste, formando un arco defensor entorno a Bobastro y su comarca. Desde este verdadero nido de águilas que era la abrupta atalaya de Bobastro, Omar ibn Hafsún accede con facilidad a la vega de Granada y a la depresión del Guadalquivir, consiguiendo mantener en jaque a los gobernantes cordobeses durante cincuenta años. 

En el año 889, el caudillo rebelde rompe con la doctrina musulmana convirtiéndose al cristianismo, rebautizándose como Samuel (una de sus hijas seria posteriormente Santa Argentea. Este cambio de culto propicio en gran medida el comienzo del fin de su revuelta, pues muchos de sus seguidores, creyentes sinceros de las doctrinas del Corán le abandonaron. Siendo a partir del 891 cuando, motivado por este hecho y debilitado por las deserciones, el emirato comienza a recuperar parte de los territorios conquistados.  

Omar fallece en el año 917, pero nunca fue vencido en ningún combate por sus enemigos, teniendo que trascurrir 10 años desde su muerte para que ya en el poder Abd al- Rahman III, fuera capaz de doblegar Bobastro, pues los hijos de ibn Hafsún continuaron con la resistencia. Fue precisamente esta conquista la que llevaría al gran Abderramán a proclamase "califa" de al-Ándalus, haciéndose llamar al-Nāir li-dīn Allah, "el que hace triunfar la religión de Dios". 

Se cree que el líder rebelde fue enterrado en Bobastro conforme al culto cristiano, pero una vez tomada la fortaleza por los musulmanes su cuerpo fue desenterrado y transportado a Córdoba, donde fue vejado ante la población sirviendo de mofa y escarnio. 

Dejando la historia ya contada, continuamos la ruta ascendiendo por los bosques que envuelven estas mágicas ruinas de Bobastro. Apenas unas decenas de metros más arriba, nos topamos con la curiosidad de encontrarnos una represa de agua casi en la cúspide de una montaña. Se trata del Embalse superior de La Encantada que creado en 1970, con el fin de la generación de electricidad, siendo la central hidroeléctrica "reversible" más grande de España. Esto consiste ni más ni menos, que por la noche cuando la tarifa es más barata, se bombea agua desde el embalse inferior, dejándola caer durante el día cuando el precio de facturación es superior. La construcción de este almacén de agua produjo la desaparición de multitud de vestigios arqueológicos que pertenecieron a muchas de las viviendas y muros defensivos de la mítica Bobastro. 

Dejando a siniestra la increíble y cimera presa de agua, continuamos la carretera hasta su fin en la parte superior de la Sierra de la Pizarra, llegando a un espacio mesetario con unos miradores excepcionales, lugar conocido como Mesas de Villaverde, desde las que se contemplan sugestivas vistas de las sierras de Huma y Almorchón, el pico del Convento, la presa inferior de La Encantada, la aldea de El Chorro, los viaductos del AVE a su paso por el Valle de Abdalajis y en días claros hasta el Torcal de Antequera o los Montes de Málaga. Siendo precisamente en las inmediaciones de este lugar, enclavado en la plana cima de un escarpado rocoso, donde se ubicó el alcázar de Bobastro, situado en un agreste e inhóspito paraje en medio de la nada. Nos sorprende encontrarnos en lo más alto, la atractiva terraza de un bar atendido por una agradable familia de la zona, desde ella nuestras miradas descienden vertiginosas hacia el angosto valle donde el río Guadalhorce se ha abierto paso tallando el majestuoso Desfiladero de los Gaitanes, al cual nos dirigiremos con la fresca de un nuevo día, para recorrer por mitad de sus paredes el afamado "Caminito del Rey".
 
 

jueves, 9 de junio de 2016

- Caminito del Rey - Desfiladero de los Gaitanes

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Entre la depresión del Guadalquivir y las costas andaluzas del levante, rebautizadas turísticamente como Costa del Sol, se extienden unas desgajadas serranías a las que los libros escolares de geografía las denominaban como Cordilleras Béticas. En ellas nace el Guadalhorce, del árabe wādī l-jurs, "río de los silenciosos", que para no afamar más al gran rio andaluz el "Guadalquivir" decidió cambiar su cauce y en vez de caminar hacia el norte como su vecino el Genil, se buscó otra ruta hacia el sur por tierras malagueñas, convirtiéndose en el principal curso de agua de esta provincia sureña.


Para ello debió horadar durante miles de años una profunda grieta entres los calizos roquedos que forman estos desperdigados montes, decidiéndolo hacer por las Sierras de Huma, Almorchón y Pizarra en su camino hacia el mar. Mar (el de Tetis) al que ya pertenecieron estas tierras hace millones de años, como se puede comprobar por los innumerables fósiles de animales marinos que por ellas se pueden encontrar. 

Este profundo, estrecho e impracticable barranco, cincelado por las aguas del rio como si fuera una verdadera tajadura o diaclasa, forma lo que se conoce como Desfiladero de los Gaitanes o Garganta del Chorro. Un abrupto paraje, en medio de un singular entorno natural de alto valor paisajístico, que conforma uno de los lugares más sorprendentes de las comarcas malagueñas. Ubicado entre los municipios de Antequera, Ardales y Álora, se sitúa en el lugar conocido como El Chorro (Álora), final y salida de la angosta garganta que conforma un cañón de tres kilómetros de longitud, alturas de hasta 400 m. y anchuras menores a los 10. Este encajamiento del rio a través del tiempo ha propiciado la formación de dos barrancos sucesivos, uno situado más al norte denominado "Gaitanejos" y otro al sur conocido como "Los Gaitanes o Gran Gaitan", separados por una zona más abierta llamada La Hoya o Valle del Hoyo. 

Toda la zona se halla compuesta por múltiples karst (simas y cuevas generadas por la erosión del agua), encontrándose más de una veintena cavidades de gran dimensión tanto geológica y arqueológica, habiéndose hallado igualmente muchos yacimientos neolíticos por sus alrededores. La existencia de tres significativos ríos: Turón, Guadalteba y sobre todo el Guadalhorce, la convirtieron en un estratégico lugar de trasiego entre las distintas culturas a lo largo de la historia, generando bonanza a los pueblos y civilizaciones que se asentarnos en sus valles, desde los tiempos pretéritos hasta los árabes, pasando por los romanos y godos. Habiéndose confirmado en algunas cuevas y apriscos de esta garganta que fueron habitadas desde la prehistoria, cuando aun se podía navegar por el río hasta este intransitable y escabroso desfiladero.
 


Siendo además sus proximidades, el lugar de acomodo y refugio del líder rebelde Omar ibn Hafsun durante el siglo IX y X, del que ya me ocuparé en otro artículo dedicado a estas tierras de la Comarca de Antequera.  

Al igual que el rio buscó su salida por estas peñas horadando sus rocas, los ingenieros de mediados del siglo XIX escudriñaron por este paraje el lugar por donde trazar el ferrocarril que uniría Madrid con Málaga pasando por Córdoba a través de este espectacular trazado, perforando prolongados túneles entre sus paredes para hacerse paso, constituyendo la primera obra relevante de comunicación por el desfiladero. La necesidad de atravesar el rosario de sierras que surcan la provincia de Málaga, planteó a diseñadores el reto de tener que traspasar esta infranqueable muralla natural siguiendo el curso del río Guadalhorce, entre la Vega de Antequera al norte y el Valle que lleva el nombre del río hasta llegar a las marinas aguas. Teniéndose que ejecutar una espectacular obra a través de trabajosos viaductos y túneles que se asoman sobre el abismo, en consonancia con la inclinación de las paredes del desfiladero, para que el ferrocarril pudiera estas finalizado en el año de gracia de 1865. Siendo a partir de esta fecha en la que se “descubre” este mágico espacio para la burguesía de por aquel entonces, comenzándose a valorar este desconocido lugar, en gran medida a través de las recién creadas estaciones de El Chorro y Gobantes (esta última condenada y sumergida por el pantano del Guadalhorce en 1972 al cegar la población de Peñarrubia a la que pertenecía).  

Es así como también los ingenieros de por aquellos tiempos, se percatan de que las diferencias de altura que existen en este sinuoso cauce fluvial podrían servir para obtener energía, ejecutándose, por la margen contraria a la del ferrocarril, de un canal de agua y una central eléctrica. Hallándose ya un proyecto elaborado para aprovechar el desnivel del río Guadalhorce en la zona comprendida entre los estrechamientos de Gaitanejo y Los Gaitanes, con el fin de originar un salto de agua capaz para generar energía hidroeléctrica, tan demandada ya por aquel entonces. 

A principios del siglo XX se ejecuta la construcción de un incipiente embalse que además serviría para mitigar la falta de agua en la zona, surgiendo así el la Central del Salto de El Chorro. Siendo en 1907 cuando el rey visitó por primera vez las obras del pantano que se estaban realizando, que también servirían para regulación de sus aguas, previniendo desbordamientos e inundaciones como las producidas en Málaga durante esa época.
Con el paso del tiempo, al crearse estas nuevas infraestructuras, se fue estableciendo un pequeño asentamiento junto de la estación de El Chorro. Que sirvió para dar acomodo a los trabajadores de las centrales hidroeléctricas, e incluso se emplazaron algunas instalaciones industriales auxiliares. 

La realización del canal llevó aparejada la adecuación un camino o pasarela por la cual los responsables del mantenimiento trasladaban los materiales y utensilios necesarios para las reparaciones, puesta a punto y vigilancia de la central hidroeléctrica, así como del canal de agua que recorría el desfiladero, que por aquellos tiempos y hasta los años setenta sus aliviaderos y compuertas se controlaban de forma manual. También para el sostenimiento de dicha instalación, pues la construcción de la presa, azarbes, centrales eléctricas y su mantenimiento, obligaba a los operarios a desplazarse de un punto a otro del desfiladero a través del trazado ferroviario o por los canales de agua, lo que no era ni seguro, ni rápido, ni efectivo. Éste fue el motivo por el que se montó el paso de "Los Balconcillos", que ahora conocemos como "Caminito del Rey". 

El sendero fue encargado por la propietaria del Salto de El Chorro (1904) y Salto del Gaitanejo, la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro (la segunda empresa hidroeléctrica creada en España), cuyos dueños como de costumbre, es la oligarquía de siempre, formando parte de su dirección Francisco Silvela que por aquel entonces era Presidente del Consejo de ministros (lo que sería el "Rajoy" de ahora, pero más espabilado). Contando entre sus primeros clientes "malagueños": la Compañía Inglesa de Luz Eléctrica conocida por “La Inglesa”, la Siemens Elektrische Betriebe llamada vulgarmente “La Alemana”, la sociedad Constructora del Ferrocarril Málaga-Torre del Mar (de capital belga) y la Compañía Belga de Tranvías, así como las fabricas de la malagueña familia "Larios" (los de la ginebra para los "gin tonic"). Estamos situados en la "ejemplarizante" España de finales del siglo XIX y comienzos del XX……….. a la que algunos nos invitan a regresar………. no hay más que ver la prensa diaria, y no lo digo por el coctel de moda.


Esta aérea y voladiza trocha de algo más de 3 km. de longitud construida en los murallones del Desfiladero de los Gaitanes, tuvo y aun tiene dos parte enormemente vertiginosas, elaboradas a través de plataformas de cemento hormigonado ancladas y "colgadas" a las verticales paredes con barras de hierro, así como un puente que une las dos paredes del desfiladero a gran altura de curso del rio por encima del canal de agua. 

Su construcción, realizada entre los años 1901 y 1905, causó gran impresión pues precisaron de trabajadores colgados de cuerdas y tablones como asientos. Que en contra de lo que se comenta en otras informaciones, no fue a cargo de reos condenados a muerte al ser estos los únicos capaces de poner en riesgo sus vidas a cambio de un presunto indulto, sino por expertos marineros gaditanos y malagueños, acostumbrados por aquellas fechas a subir y bajas de los mástiles que sostenían las velas de los barcos. 

El 21 de mayo de 1921, la zona es visitada en segunda ocasión por el rey Alfonso XIII, para inaugurar de la recién terminada presa del pantano del Chorro, al que más tarde le cambiarían el nombre por el de Conde de Guadalhorce. Invitado a conocer la obra del impresionante y espectacular, las crónicas oficiales comentaron que el monarca recorrió el camino seguido por un asustado séquito, pero la realidad parece ser que fue otra. Si bien es verdad que el día estaba muy nublado y barruntaba lluvia que en algún momento descargó, que si las inauguraciones, que si los discursos, que si las ultimas piedras que poner, que si las firmas de las actas, que si el banquete para doscientos comensales………. y que si mas discursos………. hicieron "que" el día se quedara corto y "que" por lo tanto su "Católica Majestad" (esto no lo digo yo, forma parte de la crónica del evento), apenas solo pusiera unos pies sobre la terrorífica pasarela (adornada para el
evento con guirnaldas patrias sostenidas  por cuatro águilas disecadas),girándose de inmediato y marchándose del lugar con prisas. Es desde ese momento cuando este bellísimo y sobrecogedor sendero tendría el honor de llamarse "Caminito del Rey". 

A partir de la visita del noveno de los Borbones, la afluencia a tan significativo lugar aumenta de forma considerable, organizándose ociosas excursiones por parte de la aristocracia y burguesía locales, como también asiduos curiosos de los círculos reales madrileños. Las vistas que podían contemplar estas, y otras gentes menos haraganes, desde los diferentes puntos del sendero eran tan llamativas y sensacionales para época, que el ingeniero jefe D. Rafael Benjumea y primer Conde de Guadalhorce por designio real, modificó alguno de sus parajes más incómodos para que fueran algo mas “adecuados” a los nuevos viandantes. Transformándolo de esta manera en una importante vía de comunicación que sirvió para que los habitantes del poblado El Chorro y los caseríos aledaños, lograran llegar sin un mayor esfuerzo a la estación de ferrocarril de El Chorro, y los vecinos de las poblaciones de ambas zonas del desfiladero podían estrechar mejor sus lazos de convivencia. Las habitantes de la zona norte o Gaitanejo, transitaban de día o de noche (pues estaba provisto de iluminación para las travesías nocturnas) para ir la aldea de El Chorro, donde se ubicaba la única escuela próxima, además de haber cantina, así como la "tienda de "ultramarinos y coloniales" (que es como se llamaban por aquel entonces a los supermercados de ahora). 

Sus escenarios son usados para el rodaje de películas como "El coronel Von Ryan" (Von Ryan´s Express) de 1965, con actores transcendentales (o no) como Frank Sinatra, Trevor Howard y Raffaella Carra, siendo sus localizaciones también utilizadas en 2004, para filmar algunas escenas de "El Puente de San Luis Rey", en la que participaron Robert De Niro, Geraldine Chaplin y Pilar López de Ayala. 

Estuvo funcionando tal cual hasta finales de los años 70, pero, el paso del tiempo, el impacto de la naturaleza, la falta de utilidad ante el acceso de la población a otros medios de trasporte, y el abandono por falta de mantenimiento, dañaron de forma irremisible algunos tramos del camino, haciéndolo prácticamente impracticable y extremadamente inseguro. 

Este deterioro ha sido precisamente el que le ha fraguado su fama mundial, siendo durante decenios mítico destino para escaladores, buscadores de aventura y practicantes de deportes de riesgo. Creando sobre él una nueva "leyenda negra", llegándolo a catalogar como uno de los senderos más peligrosos del mundo, siendo esa denominación su más efectiva publicidad. Acrecentada mediante los nuevos y cibernéticos sistemas de traslación informativa, siendo conocido a través de internet como "caminito de la muerte". Como son los cuantiosos videos que de todas las partes del planeta pueden verse en la página de YouTube, en la que entre otros podemos examinar, con casi 13 millones de visualizaciones, el realizado con una cámara de alta resolución por el alpinista alemán Daniel Ahnen en el año 2008, que poco tiempo después murió trágicamente en el Himalaya al caer por una grieta, siendo también el cámara de la expedición:

 
Una invitación más para que gentes de todo el mundo se acercasen hasta estas sierras malagueñas en búsqueda de aventura y riesgo, que se añade a la cantidad de sugerentes fotografías que de él se pueden encontrar en la web, con solo 'googlear' Caminito del Rey. Notoriedad amplificada por algunos periódicos de su "graciosa majestad" como el "Mirror'' o el "Daily Mail", que lo promocionaban, como el más de lo mas, de lo último en deportes de riesgo. Habiendo proliferado años atrás "tours" clandestinos de esta actividad desde Inglaterra cuando el sendero ya estaba prohibido y clausurado. 

A causa de su evidente peligrosidad; pues entre 1999 y 2011 perdieron la vida ocho personas (en agosto del año 2000 de una sola vez murieron tres jóvenes al practicar tirolina, cuya placa de homenaje se puede ver justo antes de cruzar el puente colgante), a las que hay que sumar cinco heridos más, sin contar los que han salido ilesos pero que han tenido que ser rescatados; en el año 1992 la Junta de Andalucía cerraró sus accesos, haciendo volar los tramos inicial y final en el 2001 en el intento impedir el paso de los osados alpinistas, que aun con la prohibición seguían acudiendo con ansias de riesgo y aventura. Aun así eran numerosos los que se atrevían a recorrerlo por la “estimulación eufórica” que producía. Muchos de ellos han dejado pruebas graficas de aquella época y de su accidentado recorrido desde distintas latitudes del mundo, pues esta actividad no entendía de nacionalidades:



Esta situación de permanente reto hacia la dificultad, el riesgo y la transgresión, que cada uno de nosotros llevamos en nuestro interior en mayor o menor medida, motivo que las autoridades se planteasen su rehabilitación a través de un reformado trazado que ha eliminado estos riesgos. Después de 25 años oficialmente cerrado, en marzo de 2015 se inauguró su rehecho trazado. Ahora es visitado como recurso turístico de la comarca, con un potencial futuro importante, debido a la espectacularidad del entorno, la buena reconstrucción llevada a cabo y la magnífica
aceptación de los visitantes que hasta ahora lo han transitado. Ese es el gran reto del Caminito del Rey, que brinda la oportunidad de recorrer uno de los parajes naturales más sugerentes de Málaga. Aun así, el Caminito del Rey no es un paseo normal por el campo, el recorrer sus aéreas pasarelas, cruzar puente colgante a más de cien metros de altura y el estar suspendido en medio de verticales paredes crearán una cierta sensación de vértigo en algunas personas. 

Pasados 95 años y ochos días de la visita del monarca, somos nosotros los que nos decidimos a recorrerlo. Sobre su recorrido está todo dicho o escrito, no teniendo más que ir buscando por este medio del WWW.  Aun así puedo indicar que: es espectacular, seguro, no requiere un esfuerzo físico especial, y aunque desde su rehabilitación el número de visitantes es impresionante (alrededor de 1.000 visitas diarias y unas 300.000 al año), estas están perfectamente organizadas, no sintiendo en ningún momento agobio humano, pues su grandeza es capaz de absorber a tal gentío sin sentirte molesto de esa presencia.
 

Solo unas sensaciones: Nada mas traspasar cualquiera de los dos túneles que dan acceso al recorrido, nos encontramos en un mundo diferente a por donde hemos entrado, es como si hubiéramos atravesado el espejo de Alicia en el país de las maravillas, a un lado el ajetreo de la gente, los coches, las laminas de aguas embalsadas, los chiringuitos y la humanidad, al otro se está en medio de la pura escarpada y agreste naturaleza. 

Aunque todo el recorrido es sobrecogedor, la parte más impresionante de todo el camino es la segunda pasarela, que transita por la mitad de la pared del desfiladero del Gran Gaitán. Más aérea e impresionante que la primera, aunque más ancha, nos genera la impresión de estar caminado entre la tierra y el cielo, una especie de limbo terrenal en el que nos encontramos rodeados de agua, roca y el firmamento por encima de nuestras cabezas, cruzando a la otra vertiente del farallón por un puente colgante. Este pasaje es perfectamente visible desde la vía del tren y todo aquel que la oportunidad de observarlo queda perplejo ante su osada ejecución. 

Llegados a las proximidades de la población de El Chorro, contrastamos la quietud de las aguas remansadas con lo escabroso del "camino" recorrido, esa paciente dualidad de que este ahora sereno elemento que se refleja ante nosotros con los rayos del sol reflejándose plácidamente, haya barrenado estas sierras hasta rajarlas en dos partes. 

Solo me queda comentar algunos datos sobre tan sugestiva ruta: El recorrido se realiza en un único sentido, descendente, con un desnivel de apenas 100 m. En total son 7,7 km, de los que 4.8 km. son de accesos (2,7 km. o 1,7 km. en la entrada dependiendo de por donde se efectúe, y 2,1 km. en la salida) 2,9 km de recorrido en sí, de los cuales 1,5 km. son de pasarelas voladizas (900 m. en la primera y 600 m. en la segunda), y 1,4 km. de sendero entre ellas por el Valle del Hoyo. La altura por las que discurren las pasarelas desde el fondo del barranco alcanza una altura de media de 80/100 m. El tiempo estimado para realizar el recorrido completo es de unas 3 a 4 horas. Casi al final de la segunda pasarela se cruza de una orilla a otra de desfiladero por un nuevo puente colgante de 34 m. con una altura sobre el vacío del cauce de 105 m. Habiendo sido catalogado por la Junta de Andalucía como paraje sobresaliente en 1987 y como Paraje Natural en 1989, con más de 2.173 hectáreas de tierras protegidas. 

Lo mejor para hacerse una idea de este mágico enclave, es visionar las fotos que coronan este artículo o los videos que en él he descargado, en verdad impresionantes. También en esta página, se pueden observar una sucesión de fotos a 360º por las que podemos movernos con el manejo del ratón: http://www.elcaminitodelrey.com.

En resumen, un lugar para los que gustan de escrudiñar la historia, porque ese original desfiladero está lleno de ella. De historias industriales y de sobre todo ingeniería, del ferrocarril, de imposibles canales de agua, de sendas colgadas a las paredes, de saltos hidroeléctricos y de embalses. También de los que gustan de los atractivos naturales, de la singularidad y en parte de los que quieran sentir el vértigo y el riesgo. Un lugar único, solo comparable con otro mítico desfiladero hispano, el del Cares en los Picos de Europa. 


Aquí os dejo otro sugerente video que espero os de una idea del estado en que se encontraba antes de su reforma: