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Ya se que algunos de vosotros os resultan un poco espesos estos retazos de historia que pongo por aquí, pero no se pueden entender bien los lugares sin conocer los condicionantes y las vicisitudes de su pasado, así como su situación geográfica. Estambul está determinada por estos dos elementos; su ubicación ha hecho que por ella hayan pasado cantidad de pueblos de muy distintas culturas, y alejados en la distancia, generando que sea una de las ciudades más ricas en tener una historia tan sugerente. Para no cansaros solo os pongo unas muestras que harán entender mejor el porque de lo que allí podemos contemplar y que el paso del tiempo, así como la mano humana han dejado conservar.
En el año 680 a.C. los Megaranos (griegos) huyendo de los Dóricos, fundan la ciudad de Calcedonia en la parte asiática del Bósforo, si bien se han encontrado restos en la misma localización que datan de la era neolítica. En la zona europea, en los alrededores de lo que hoy es el Palacio de Topkapi, se han hallado asentamientos de la Edad del Bronce, es aquí donde por el año 667 a.C. se crea el primer asentamiento documentado que de la ciudad se tiene. Es el rey griego Byzas, quien siguiendo las indicaciones del Oráculo

Es conquistada por los Persas en el 513 a.C., cayendo bajo el poder de Atenas casi un siglo después, pasando en el 405 a. C. a dominio Espartano. En el 340 a.C. es sitiada por los Macedonios al mando de Filipo II, padre de Alejando Magno, (de su nombre viene la palabra “filipicas”, discursos que en contra de él dirige el griego Demóstenes), en el 279 a.C. los Celtas invaden Tracia, imponiendo tributo a Bizancio. Los Galos (franceses) en el año 227 a.C. se instauran en la parte asiática y los Romanos llegan en el 146 a.C. hasta aquí, anexionando la ciudad al Imperio en el año 100 a.C..
En el 194 ya de nuestra era, disputas palaciegas internas del Imperio Romano provocan que el emperador Lucio Septimio Severo sitie la ciudad durante tres años, saqueándola y destruyendo la totalidad de sus murallas, aunque luego se dedicara a reconstruirla, dejándonos entre sus obras los restos que quedan del hipódromo, mandado construir por él.

En el 395 el Emperador Teodosio I repartió el imperio entre sus dos hijos, para Arcadio el oriente y para Honorio el occidente, consumándose la desmembración que Diocleciano comenzó cien años antes, creándose de forma definitiva el Imperio Romano de Oriente.

A principios del siglo V se edificaron las murallas de la ciudad que hoy en día todavía podemos admirar. Mientras el Imperio Romano de Oriente se fortalecía, el de Occidente ya formaba parte de la historia hacia el año 476.
Entre 527 y 565 con el emperador Justiniano, se construyeron nuevos edificios en la ciudad, entre los que destaca la reconstrucción de la Basílica de Santa Sofía como actualmente la podemos admirar. Bajo su dominio se desarrolla una de las épocas más esplendorosas para la ciudad, llegando a tener medio millón de habitantes, siendo la metrópoli más grande en su época.
Desde mediados del siglo VII hasta finales del IX es asediada por los árabes en ocho ocasiones, intentando conquistarla sin conseguirlo.
En el año 1054 el cristianismo se fragmenta, es lo que se denominó “Cisma de Oriente” dividiéndose, en el Papado de Roma y el Patriarcado Ortodoxo de Constantinopla, durante los siglos anteriores la política del Imperio de Oriente ha estado fundamentada en disquisiciones religiosas, pero contaba hasta ese momento una buena organización militar que le hacia estar rodeada por aliados que le respetaban, o por enemigos que le temían.
Durante la segunda mitad del siglo IX comienza la expansión del imperio turco hacia el norte, llegando a ocupar gran parte de la península de Anatolia, así como hacia el sur tomando la ciudad santa de Jerusalén, conmocionando a Occidente, provocando de los reinos cristianos occidentales y del Papa de Roma una alianza, que se concreta en la creación de La Santa Cruzada, ejércitos de distintos países con la intención de recuperar de nuevo los Santos Lugares para el Cristianismo.

Aunque fue recuperada por los bizantinos en 1261, el daño que habían producido en la disgregación del imperio fue irreparable, sus flancos territoriales estaban abandonados a las presiones de pueblos con grandes deseos de expansión. Desde de entonces y durante dos siglos, la impotencia de Bizancio provocó que franceses, florentinos, genoveses, venecianos y hasta

Entre los siglos XI y XII, los genoveses y los venecianos dominan el comercio de la ciudad, sobre todo en la parte de Gálata.
A partir del saqueo de Constantinopla por la Cuarta Cruzada, Bizancio no fue por su flanco meridional más que una débil valla para el Islam, que finalmente fue conquistada en el año 1453 por el ejército Otomano bajo la dirección del Sultán Mehmet II, entrando a caballo en Santa Sofía, convirtiéndola de inmediato en Mezquita, pero respetando en gran parte las creencias religiosas de sus habitantes que nunca fueron expulsados por ellas, existiendo durante siglos una tolerancia que últimamente los integrismos se están encargando de dinamitar, en el mejor sentido de la palabra. La toma de Constantinopla por los turcos, el 29 de mayo de 1453 define el fin de la Edad Media y el comienzo de la Edad Moderna.
Producto de esta tolerancia, aun podemos admirar restos de este periodo de una importancia sustancial, no hay que olvidar que Bizancio brilló con luz propia durante nada menos que 1.000 años y que influyó decisivamente en la cultura y el arte de la Europa occidental, debido a su posición estratégica entre Europa y Asia, controlando tanto la ruta entre estos dos continentes, como el paso del Mar Mediterráneo al Mar Negro, lo que motivó que durante siglos fuese la gran urbe europea medieval, que os invito a visitar a través de un recorrido virtual por sus restos Bizantinos.


A pocos pasos de las murallas encontramos la iglesia de San Salvador en Chora (Kariye Kilisesi), mandada reedificar por Justiniano en el año 536, es considerada como uno de los mejores ejemplo de la arquitectura religiosa Bizantina, pero la mejor sorpresa está guardada en su interior. Convertida en mezquita (Kariye Camii) por los otomanos, años después de la toma de Constantinopla, su interior fue recubierto de yeso para ocultar al culto islámico las imágenes allí expuestas, gracias a ello hoy este edificio convertido en museo (Kariye Müzesi) alberga sin duda la mejor colección de pinturas y mosaicos de todo Estambul, siendo uno de los lugares imprescindibles de visitar.
Desde aquí seguiremos caminado hasta la calle Draman (Draman cadessi), en donde preguntaremos para que algún lugareño de estos barrios nos sitúen hacia otra de las antiguas iglesias Bizantinas, la de Theotokos Pammakaristos (Bienaventurada Madre de Dios), también convertida en mezquita (Fethiye Camii) y de nuevo en la actualidad museo (Fethiye Müzesi). Pequeña y recogida, alberga también algunos mosaicos de interés entre sus arcos, así como un resplandeciente pantocrátor en la cabecera de su ábside.
Tomamos ahora dirección hacia el acueducto Valente, descubriendo en una pequeña plaza entre las calles Kizanlik y Kiztasi la Columna del Emperador Marciano, coronada por un enorme capitel corintio. Construida en el 455 con granito rosa traído de Egipto, los turcos la llaman Kiztasi (columna de la niña). Proseguimos nuestro camino hasta el acueducto, también llamado de Bozdogan, se termino de construir en el año 36 en tiempos del Emperador Valente, por eso su nombre, sirviendo en aquel entonces, para traer el agua desde el bosque de Belgrado. Con una altura de unos 20 m., hoy en día podemos aun observar 800 m. de su recorrido por la ciudad.
Muy cercana a este, casi escondida, tendremos de nuevo que preguntar a los viandantes para encontrar la Iglesia del Pantocrátor (el Todo Creador) o Monasterio del Cristo Pantocrátor (Pantokrator Manastırı Kilisesi). Se trata de un antiguo complejo monacal compuesto de tres iglesias, de nuevo convertido en mezquita (Molla Zeyrek Camii), mandado edificar durante el primer cuarto del siglo XII por la emperatriz Irene y ejecutado por el arquitecto Nikephoros. Es la segunda iglesia más grande que se ha conservado de toda la ciudad, después de Santa Sofía, los mosaicos que decoran sus suelos y las vidrieras que dejan pasar la luz tras sus ventanas, son los vestigios de la época de más esplendor de este santuario. Está declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, no pudiéndola visitar al estar en pleno proceso de restauración, una lastima pues tiene pinta de ser arto interesante, pero si pudimos pasear por sus alrededores, percibiendo la mezcolanza bizantina y otomana de este barrio a través de sus gentes, inquilinos de destartaladas casas de madera.
Desde aquí nos dirigimos al centro
Estos barrios situados al oeste de toda la zona turística nos hacen ver la realidad de esta urbe, su discurrir cotidiano, su verdadera forma de vida y el autentico respirar de la ciudad. En ellos nos llenamos de la esencia de sus gentes, alejados en no mucha distancia del mercantilismo consumista que se crea alrededor de las masas multicolores que formamos los foráneos.
En los barrios de Balat y Fener también podemos degustar esa sensación de cercanía y naturalidad de la ciudad, son junto con los de Zeyrek y Draman que ya os he comentado antes, los suburbios donde se asentaron las poblaciones

Por la orilla de Cuerno de Oro camino de barrio de Fener, podremos recorrer un grupo de iglesias
A continuación podemos visitar la Iglesia de Santa María de los Mongoles (Kanli Kilise), algo mas escondida y sin tanta prestura como la anterior, tiene su importancia por ser el único templo que se ha mantenido desde su constitución en el siglo XII en poder de la iglesia ortodoxa.
Para finalizar nuestro recorrido por la orilla de este pequeño brazo de mar, visitaremos la Iglesia de San Jorge o Patriarcado Ortodoxo, sede del Patriarcado de Constantinopla, máxima jerarquía religiosa del cristianismo oriental después del cisma de 1054.
Muy próxima a ella podremos visitar la Sinagoga de Neve Shalom que fue atacada en 1986 por un grupo terrorista palestino produciendo 22 muertos. Es la mas hermosa e importante de las sinagogas de Estambul, situada cercana al barrio de Hasköy, en el pasado uno de los asentamientos judíos más importantes de la ciudad.
Ya solo nos queda por ver lo que de Bizancio ha quedado en el centro histórico de lo que fue
Desandamos nuestros pasos para ir a lo que en tiempos romanos fue el Hipódromo, hoy es un parque en el que quedan como restos de él, la Columna de Constantino, el Obelisco Egipcio y la Columna Serpentina.
Muy próximo a este parque en la calle Klod Farer (Klod Farer Caddesi) un mundo bajo tierra se haya a nuestros pies, la Cisterna Binbirdirek o Cisterna de las 1.001 columnas, fue mandada construida en el siglo IV por Constantino, tiene prácticamente intactas la totalidad de sus 224 columnas, una pena no poderla contemplar en su estado original pues ahora se encuentra desecada, reconvertida en un centro de ocio y cultura.
Para poder admirar mejor este mundo

Partimos hacia la zona palaciega de Topkapi, donde en la época Bizantina estaba situada la antigua acrópolis y una ciudadela, podemos todavía ver de este periodo la muralla bizantina que lo rodea. También queda dentro del recinto del Serrallo la Iglesia de Santa Irene (Aya Irini Kilisesi), primer santuario cristiano que se construyo en la ciudad, edificado sobre templos anteriores de otras creencias, siendo la sede del Patriarcado de Constantinopla hasta que se termino de construir Santa Sofía, durante la etapa otomana se usó como depósito y arsenal de los guardias jenízaros.

He querido dejar para el final la visita de la Iglesia de Santa Sofía (Aya Sofya), máximo ejemplo de la arquitectura en Bizancio y uno de los edificios más singulares que de la antigüedad existen en esta tierra que los humanos habitamos.
Antes del actual templo hubo dos edificios que le precedieron. Constantino en el año 360 mando construir la primera iglesia en ese mismo lugar, a la que denominó " Megale Ekklesia", pero fue pasto de las llamas en el 404 al estar básicamente construida en madera. Por mandato de Teodosio, inmediatamente se comenzó a edificar otra ya en piedra que la sustituyera, pero una rebelión la arrasó por completo, emprendiéndose poco después, entre los años 532 y 537 a instancias de Justiniano la construcción de la catedral que hoy podemos contemplar.
No me voy a extender sobre los rasgos constructivos, iconoclásticos o históricos de Santa Sofía (Casa de la Sabiduría Divina); en cantidad de artículos, documentos y guías encontraremos información mas docta de la que yo aquí os pueda trasladar, simplemente hablar de su majestuosidad, de la insignificancia en la que dentro de su recinto parecemos. Todo en ella es grande, las columnas, las cúpulas, los espacios, los medallones que instalaros los turcos después de su conquista por Mehmet II, a la que entro en caballo convirtiéndola inmediatamente en

De los restos que contenía su interior, se sabe que estaba cubierta por hermosos mosaicos, actualmente solo podemos disfrutar de algunos de ellos como el Pantocrátor del nartex de la entrada, los que en el primer piso
En síntesis, una obra que solo se pudo mejorar en majestuosidad y grandeza pasado un milenio, superada solo al ser construida la basílica de San Pedro en Roma. Hoy sigue siendo la cuarta iglesia mas grande del mundo, solo rebasada por la mencionada de Roma, la catedral de San Pablo en Londres y el Duomo de Milán. Un compendio de arte, misticismo, religión y grandeza construido hace mil quinientos años.
Aunque todavía hay mas restos de Bizancio por toda la ciudad y el tiempo, aliado de la ciencia, se encargara de encontrar nuevos, aquí os he dejado los más singulares de este mágico periplo histórico de la Europa Oriental que fue Bizancio.